Migración interna en América Latina y el Caribe: estudio regional del período 1980-2000

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Migración interna en América Latina y el Caribe: estudio regional del período 1980-2000

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Resumen Hasta finales del decenio de 1970, la migración interna en los países de América Latina y el Caribe fue objeto de numerosas investigaciones nacionales y regionales y llevó a una amplia discusión política y académica. Los estudios y las discusiones tenían como referente de la migración interna a la masiva corriente de habitantes del campo que se trasladaban a las ciudades. De aquella época data la polarización de visiones sobre la migración -que para algunos investigadores y tomadores de decisiones fue prerrequisito del desarrollo económico y social de la región e instrumento de la movilidad social de las personas y que para otros fue factor de desestructuración social e individual y de una presión insostenible sobre el medio urbano- así como la identificación de patrones migratorios específicos de América Latina y el Caribe como la selectividad femenina y juvenil y las señales de desventajas de los migrantes en materia de educación e inserción laboral. Posteriormente, en los decenios de 1980 y 1990, el estudio de la migración interna se contrajo. Hay argumentos y evidencia fragmentaria y puntual para señalar que algunos cambios estructurales -como la urbanización, la descentralización y la recuperación de áreas deprimidas- modificaron el patrón migratorio y lo convirtieron en predominantemente urbano-urbano, de mayor escolaridad y más diversificado. El procesamiento de los microdatos de los censos de la región -que hasta hace poco era una opción técnicamente inviable pero que en la actualidad es factible gracias al software REDATAM desarrollado por CELADE- permite ampliar y profundizar el conocimiento de estos cambios. Para ello, primero fue necesario verificar la factibilidad de tales procesamientos de microdatos censales, y esa tarea tuvo éxito con más de 20 bases en formato REDATAM que almacena CELADE. Dicha tarea condujo a la acumulación de una gran cantidad de conocimientos sobre la estructura de cada base de microdatos, los procesamientos de prueba necesarios para evaluar la información, los errores típicos, la manipulación de las variables y la optimización de los tiempos y modalidades de procesamiento y disposición de datos. Todo ello quedó reflejado en un conjunto de programas estandarizados de REDATAM para cada país y en la extensión de las capacidades de procesamiento del mismo software. El plan de procesamiento se definió con un doble propósito: primero, llenar las lagunas de información acumuladas en las dos últimas décadas y, segundo, proporcionar antecedentes empíricos relativos a algunas hipótesis vigentes sobre los factores determinantes y las consecuencias de la migración y las especificidades de la migración interna de los latinoamericanos. Entre los principales hallazgos están: (a) la presencia de intensidades migratorias heterogéneas entre países pero que, en general, son más bien bajas en comparación con los países desarrollados y estables en el tiempo, lo que contraría las hipótesis de alza de la movilidad por reducción de la fricción de distancia; (b) las disparidades entre acervos de migrantes, que sugieren una selectividad migratoria femenina histórica (compatible con la evidencia disponible hasta ahora), y los flujos de migrantes recientes, que muestran una novedosa selectividad masculina; (c) la ratificación de la selectividad etaria de la migración consistente en una marcada sobrerrepresentación de jóvenes sin que todavía se registren signos de una migración post-retiro de personas mayores; (d) el predominio de la migración entre zonas urbanas, aun cuando la corriente campo-ciudad sigue siendo importante en algunos países; además, continúa siendo el motor de la urbanización y un factor de erosión y envejecimiento de la población del campo; (e) la mayor educación de los migrantes respecto de los nativos, hecho que invierte la imagen tradicional del migrante poco calificado propia de la época del éxodo rural; (f) la mayor probabilidad de migrar que tienen las personas de mayor educación, controlando variables extrínsecas como el sexo y la edad, lo que da cuenta de movimientos más asociados a la trayectoria laboral que a la sobrevivencia; (g) las vicisitudes de la inserción de los migrantes que, a pesar de su mayor escolaridad, registran niveles de desocupación más altos, en particular si son migrantes recientes; (h) la subrepresentación de los migrantes en el sector informal, lo que contrasta con la imagen de migrantes que se insertan predominantemente en la actividad informal; (i) la identificación y cuantificación de tipos seleccionados de migrantes, como los de retorno y los múltiples, que suelen ser considerados como "especiales" en la literatura sobre el tema; (j) los mayores ingresos de los migrantes respecto de los no migrantes, lo que persiste luego de controlar factores como la edad y la educación; (k) las áreas metropolitanas se consolidan como zonas de emigración neta, aun cuando parte de sus flujos de emigrantes van a sus periferias y abonan al proceso denominado rururbanización; (l) la creciente relevancia cuantitativa y cualitativa de la migración intrametropolitana, cuyos determinantes difieren de los relevantes para la migración que se da entre regiones y con propósitos laborales; (m) la migración tiende a acentuar de forma directa las disparidades territoriales en vez de abatirlas, lo que se debe -particularmente a escala intrametropolitana- a que las zonas con mejores condiciones económicas y sociales tienden a recibir inmigrantes acomodados; lo contrario ocurre con las zonas deprimidas. Más allá de estos hallazgos empíricos, la principal lección de este estudio atañe a las potencialidades que tiene la explotación intensiva de los microdatos censales para comprender los procesos y las decisiones migratorias. Los censos presentan limitaciones para análisis más sofisticados relacionados con la modelación minuciosa de la migración, aunque algunos desarrollos recientes en la materia pueden verse potenciados con los avances metodológicos mostrados en este documento. Pero lo más importante es que los censos siguen siendo el principal instrumento para cuantificar y caracterizar las corrientes migratorias y también para examinar el impacto demográfico y socioeconómico de los flujos tanto en los lugares de origen como en los de destino. El avance en tales tareas compete ahora a las instituciones e investigadores nacionales, que pueden sacar provecho de las discusiones conceptuales y metodológicas, de los procedimientos, de las líneas y planes de análisis y de las interpretaciones que se plantean en este documento.""

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Resumen Hasta finales del decenio de 1970, la migración interna en los países de América Latina y el Caribe fue objeto de numerosas investigaciones nacionales y regionales y llevó a una amplia discusión política y académica. Los estudios y las discusiones tenían como referente de la migración interna a la masiva corriente de habitantes del campo que se trasladaban a las ciudades. De aquella época data la polarización de visiones sobre la migración -que para algunos investigadores y tomadores de decisiones fue prerrequisito del desarrollo económico y social de la región e instrumento de la movilidad social de las personas y que para otros fue factor de desestructuración social e individual y de una presión insostenible sobre el medio urbano- así como la identificación de patrones migratorios específicos de América Latina y el Caribe como la selectividad femenina y juvenil y las señales de desventajas de los migrantes en materia de educación e inserción laboral. Posteriormente, en los decenios de 1980 y 1990, el estudio de la migración interna se contrajo. Hay argumentos y evidencia fragmentaria y puntual para señalar que algunos cambios estructurales -como la urbanización, la descentralización y la recuperación de áreas deprimidas- modificaron el patrón migratorio y lo convirtieron en predominantemente urbano-urbano, de mayor escolaridad y más diversificado. El procesamiento de los microdatos de los censos de la región -que hasta hace poco era una opción técnicamente inviable pero que en la actualidad es factible gracias al software REDATAM desarrollado por CELADE- permite ampliar y profundizar el conocimiento de estos cambios. Para ello, primero fue necesario verificar la factibilidad de tales procesamientos de microdatos censales, y esa tarea tuvo éxito con más de 20 bases en formato REDATAM que almacena CELADE. Dicha tarea condujo a la acumulación de una gran cantidad de conocimientos sobre la estructura de cada base de microdatos, los procesamientos de prueba necesarios para evaluar la información, los errores típicos, la manipulación de las variables y la optimización de los tiempos y modalidades de procesamiento y disposición de datos. Todo ello quedó reflejado en un conjunto de programas estandarizados de REDATAM para cada país y en la extensión de las capacidades de procesamiento del mismo software. El plan de procesamiento se definió con un doble propósito: primero, llenar las lagunas de información acumuladas en las dos últimas décadas y, segundo, proporcionar antecedentes empíricos relativos a algunas hipótesis vigentes sobre los factores determinantes y las consecuencias de la migración y las especificidades de la migración interna de los latinoamericanos. Entre los principales hallazgos están: (a) la presencia de intensidades migratorias heterogéneas entre países pero que, en general, son más bien bajas en comparación con los países desarrollados y estables en el tiempo, lo que contraría las hipótesis de alza de la movilidad por reducción de la fricción de distancia; (b) las disparidades entre acervos de migrantes, que sugieren una selectividad migratoria femenina histórica (compatible con la evidencia disponible hasta ahora), y los flujos de migrantes recientes, que muestran una novedosa selectividad masculina; (c) la ratificación de la selectividad etaria de la migración consistente en una marcada sobrerrepresentación de jóvenes sin que todavía se registren signos de una migración post-retiro de personas mayores; (d) el predominio de la migración entre zonas urbanas, aun cuando la corriente campo-ciudad sigue siendo importante en algunos países; además, continúa siendo el motor de la urbanización y un factor de erosión y envejecimiento de la población del campo; (e) la mayor educación de los migrantes respecto de los nativos, hecho que invierte la imagen tradicional del migrante poco calificado propia de la época del éxodo rural; (f) la mayor probabilidad de migrar que tienen las personas de mayor educación, controlando variables extrínsecas como el sexo y la edad, lo que da cuenta de movimientos más asociados a la trayectoria laboral que a la sobrevivencia; (g) las vicisitudes de la inserción de los migrantes que, a pesar de su mayor escolaridad, registran niveles de desocupación más altos, en particular si son migrantes recientes; (h) la subrepresentación de los migrantes en el sector informal, lo que contrasta con la imagen de migrantes que se insertan predominantemente en la actividad informal; (i) la identificación y cuantificación de tipos seleccionados de migrantes, como los de retorno y los múltiples, que suelen ser considerados como "especiales" en la literatura sobre el tema; (j) los mayores ingresos de los migrantes respecto de los no migrantes, lo que persiste luego de controlar factores como la edad y la educación; (k) las áreas metropolitanas se consolidan como zonas de emigración neta, aun cuando parte de sus flujos de emigrantes van a sus periferias y abonan al proceso denominado rururbanización; (l) la creciente relevancia cuantitativa y cualitativa de la migración intrametropolitana, cuyos determinantes difieren de los relevantes para la migración que se da entre regiones y con propósitos laborales; (m) la migración tiende a acentuar de forma directa las disparidades territoriales en vez de abatirlas, lo que se debe -particularmente a escala intrametropolitana- a que las zonas con mejores condiciones económicas y sociales tienden a recibir inmigrantes acomodados; lo contrario ocurre con las zonas deprimidas. Más allá de estos hallazgos empíricos, la principal lección de este estudio atañe a las potencialidades que tiene la explotación intensiva de los microdatos censales para comprender los procesos y las decisiones migratorias. Los censos presentan limitaciones para análisis más sofisticados relacionados con la modelación minuciosa de la migración, aunque algunos desarrollos recientes en la materia pueden verse potenciados con los avances metodológicos mostrados en este documento. Pero lo más importante es que los censos siguen siendo el principal instrumento para cuantificar y caracterizar las corrientes migratorias y también para examinar el impacto demográfico y socioeconómico de los flujos tanto en los lugares de origen como en los de destino. El avance en tales tareas compete ahora a las instituciones e investigadores nacionales, que pueden sacar provecho de las discusiones conceptuales y metodológicas, de los procedimientos, de las líneas y planes de análisis y de las interpretaciones que se plantean en este documento.""
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