El presente ensayo pasa revista a la situación energética en América Latina y Caribe a la luz de la relación demanda energética y desarrollo, identificando las tendencias fundamentales y barreras, permitiendo aportar elementos relevantes para una mejor compresión de los vínculos energía economía, sociedad y medio ambiente, y proponer recomendaciones que sirvan a las autoridades responsables, en la implementación de medidas correctivas de posibles desequilibrios a nivel macroeconómico y sectorial. Queda de manifiesto en el estudio, a escala regional, que si bien las reformas acometidas en los subsectores eléctrico y petrolero, emerge un sector energético con mayores niveles de eficiencia técnica y económica, también se observa importantes vacíos en materia de equidad, acceso de la población a la energía, marco regulatorio y legislación ambiental, resultante de la reducción del papel del Estado en la provisión de servicios públicos y el manejo de los recursos estratégicos. En Cuba, los resultados validan la tendencia de reducción de la intensidad energética que se viene registrando desde mediados de la década de 1990. La combinación de cambios estructurales, favorables al incremento de la participación de actividades menos intensivas en el uso de la energía, el mayor aprovechamiento de las capacidades de producción instaladas, y la materialización de medidas y programas de ahorro, son los factores responsables de este comportamiento. No obstante, la demanda de energía por habitante, tanto en la región como en Cuba, continuará creciendo antes de alcanzar el «punto de retorno», lo que está indicando gran relevancia del tema de la energía dentro de las prioridades de política económica y ambiental.