Paternidad responsable en el Istmo Centroamericano

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Paternidad responsable en el Istmo Centroamericano

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Resumen La reproducción de la pobreza de un país no depende exclusivamente de los indicadores económicos, ya que diversos mecanismos socioculturales, con cierta autonomía relativa, influyen en el fenómeno. En particular, cuando se analiza la pobreza de los hogares cobran importancia los aspectos demográficos y culturales, en los que enmarca el ejercicio de la paternidad. Precisamente, la forma en que se vinculan los hombres con su pareja y las relaciones que desarrollan con sus hijos e hijas determinan la satisfacción de las necesidades de niños y niñas, la inserción de éstos en la sociedad y el cumplimiento de los derechos de la niñez y la adolescencia. Una parte importante de los nacimientos en Centroamérica no reciben reconocimiento legal por parte de los hombres. Ello determina que muchos niños y niñas vivan sin su padre temporal o definitivamente, lo que también es causado por la disolución de la pareja, el establecimiento de hogares paralelos y la expulsión de los menores del hogar. Además, aunque muchos hombres son padres responsables, hay quienes aportan económicamente menos de lo que podrían hacer, otros dejan de hacerlo cuando se separan de la mujer o antes, y en el peor de los casos se cuentan los que llegan a usar y explotar a sus hijos e hijas para obtener recursos. La paternidad irresponsable también se caracteriza por las relaciones emocionales distantes, la falta de compromiso en el cuidado y crianza cotidianas de los hijos, y la práctica del control y la violencia en el hogar. Estas modalidades de paternidad irresponsable detectadas en el Istmo Centroamericano atentan contra el bienestar y la educación de los hijos, y fomentan su ingreso prematuro al mercado de trabajo. Además, los niños, niñas y adolescentes quedan expuestos a sufrir daños físicos, emocionales y sexuales, a ser explotados, a vivir en situación de calle o internados, a involucrarse en actos delictivos y a enfrentar restricciones económicas. En todos los países centroamericanos existe un marco legal que determina las responsabilidades y obligaciones de los hombres ante sus hijos e hijas. Además, se protegen los derechos de la niñez y la adolescencia convenidos internacionalmente. Asimismo, se cuenta con instrumentos legales para erradicar la violencia contra mujeres y menores de edad y existen compromisos oficiales que determinan la participación de los hombres en las acciones que promuevan su responsabilidad como padres. Este marco legal es un punto de partida para construir formas de asumir la paternidad exenta de irresponsabilidad, de negligencia, lejanía y abuso. Sin embargo, es necesario revisarlo y resolver las contradicciones y los vacíos legales, así como capacitar a los prestadores de justicia y promover el conocimiento y respeto a la ley y los derechos de la niñez y la adolescencia entre la población. En los países de la región se han emprendido acciones dirigidas a problemas relacionados con la paternidad, como la educación sexual, la salud reproductiva, la violencia y el reconocimiento legal de los nacimientos por parte del padre; se ha trabajado directamente con hombres sobre este asunto. Se han aplicado estrategias desde la educación, la comunicación y la información, la capacitación a diversos grupos, la sensibilización. Son esfuerzos que han contribuido a atacar muchos de los problemas asociados con la paternidad, pero son insuficientes y enfrentan restricciones de tipo económico, de cobertura, obstáculos institucionales y socioculturales. Principalmente, no se han tomado en cuenta los procesos y mecanismos que regulan las relaciones de los hombres como padres desde la lógica del género. En conclusión, es necesario impulsar una iniciativa regional que cubra los diversos aspectos que muestra la paternidad en el Istmo Centroamericano. La iniciativa requiere el concurso de muchos ámbitos institucionales, como el sector educativo, el sector salud, las instituciones del sector laboral, las organismos de justicia, las instituciones que trabajan con familias y con los menores de edad, y con el ejército. También se necesita la participación de la iniciativa privada, de la sociedad civil, de las comunidades y muy especialmente de los hombres que están de acuerdo con la responsabilidad de cubrir las necesidades de niños y niñas, de apoyarlos en su inserción ventajosa a la sociedad y en la defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia. La iniciativa sobre paternidad debe coordinar acciones para transformar las representaciones culturales que se interponen entre los hombres y sus hijos e hijas, porque asignan privilegios y justifican la irresponsabilidad masculina. Por último, se debe promover la capacitación del personal institucional, de las organizaciones no gubernamentales y de la comunidad misma, con un criterio que trascienda la divulgación de información, promueva el desarrollo de habilidades y cambie actitudes. Es necesario definir como uno de los objetivos de la iniciativa la organización de grupos dentro de las instituciones y en las comunidades que promuevan las acciones y contribuyan a la creación de una nueva cultura de la paternidad.


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Resumen La reproducción de la pobreza de un país no depende exclusivamente de los indicadores económicos, ya que diversos mecanismos socioculturales, con cierta autonomía relativa, influyen en el fenómeno. En particular, cuando se analiza la pobreza de los hogares cobran importancia los aspectos demográficos y culturales, en los que enmarca el ejercicio de la paternidad. Precisamente, la forma en que se vinculan los hombres con su pareja y las relaciones que desarrollan con sus hijos e hijas determinan la satisfacción de las necesidades de niños y niñas, la inserción de éstos en la sociedad y el cumplimiento de los derechos de la niñez y la adolescencia. Una parte importante de los nacimientos en Centroamérica no reciben reconocimiento legal por parte de los hombres. Ello determina que muchos niños y niñas vivan sin su padre temporal o definitivamente, lo que también es causado por la disolución de la pareja, el establecimiento de hogares paralelos y la expulsión de los menores del hogar. Además, aunque muchos hombres son padres responsables, hay quienes aportan económicamente menos de lo que podrían hacer, otros dejan de hacerlo cuando se separan de la mujer o antes, y en el peor de los casos se cuentan los que llegan a usar y explotar a sus hijos e hijas para obtener recursos. La paternidad irresponsable también se caracteriza por las relaciones emocionales distantes, la falta de compromiso en el cuidado y crianza cotidianas de los hijos, y la práctica del control y la violencia en el hogar. Estas modalidades de paternidad irresponsable detectadas en el Istmo Centroamericano atentan contra el bienestar y la educación de los hijos, y fomentan su ingreso prematuro al mercado de trabajo. Además, los niños, niñas y adolescentes quedan expuestos a sufrir daños físicos, emocionales y sexuales, a ser explotados, a vivir en situación de calle o internados, a involucrarse en actos delictivos y a enfrentar restricciones económicas. En todos los países centroamericanos existe un marco legal que determina las responsabilidades y obligaciones de los hombres ante sus hijos e hijas. Además, se protegen los derechos de la niñez y la adolescencia convenidos internacionalmente. Asimismo, se cuenta con instrumentos legales para erradicar la violencia contra mujeres y menores de edad y existen compromisos oficiales que determinan la participación de los hombres en las acciones que promuevan su responsabilidad como padres. Este marco legal es un punto de partida para construir formas de asumir la paternidad exenta de irresponsabilidad, de negligencia, lejanía y abuso. Sin embargo, es necesario revisarlo y resolver las contradicciones y los vacíos legales, así como capacitar a los prestadores de justicia y promover el conocimiento y respeto a la ley y los derechos de la niñez y la adolescencia entre la población. En los países de la región se han emprendido acciones dirigidas a problemas relacionados con la paternidad, como la educación sexual, la salud reproductiva, la violencia y el reconocimiento legal de los nacimientos por parte del padre; se ha trabajado directamente con hombres sobre este asunto. Se han aplicado estrategias desde la educación, la comunicación y la información, la capacitación a diversos grupos, la sensibilización. Son esfuerzos que han contribuido a atacar muchos de los problemas asociados con la paternidad, pero son insuficientes y enfrentan restricciones de tipo económico, de cobertura, obstáculos institucionales y socioculturales. Principalmente, no se han tomado en cuenta los procesos y mecanismos que regulan las relaciones de los hombres como padres desde la lógica del género. En conclusión, es necesario impulsar una iniciativa regional que cubra los diversos aspectos que muestra la paternidad en el Istmo Centroamericano. La iniciativa requiere el concurso de muchos ámbitos institucionales, como el sector educativo, el sector salud, las instituciones del sector laboral, las organismos de justicia, las instituciones que trabajan con familias y con los menores de edad, y con el ejército. También se necesita la participación de la iniciativa privada, de la sociedad civil, de las comunidades y muy especialmente de los hombres que están de acuerdo con la responsabilidad de cubrir las necesidades de niños y niñas, de apoyarlos en su inserción ventajosa a la sociedad y en la defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia. La iniciativa sobre paternidad debe coordinar acciones para transformar las representaciones culturales que se interponen entre los hombres y sus hijos e hijas, porque asignan privilegios y justifican la irresponsabilidad masculina. Por último, se debe promover la capacitación del personal institucional, de las organizaciones no gubernamentales y de la comunidad misma, con un criterio que trascienda la divulgación de información, promueva el desarrollo de habilidades y cambie actitudes. Es necesario definir como uno de los objetivos de la iniciativa la organización de grupos dentro de las instituciones y en las comunidades que promuevan las acciones y contribuyan a la creación de una nueva cultura de la paternidad.
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