El desarrollo sustentable: transformación productiva, equidad y medio ambiente

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El desarrollo sustentable: transformación productiva, equidad y medio ambiente

Resumen

Presentación En marzo de 1990, la Secretaría dc la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) elevó a la consideración de los gobiernos de sus Estados miembros una propuesta para el desarrollo de los países de América Latina y el Caribe en el decenio de los noventa y también en adelante (1). Esa propuesta contiene un conjunto de orientaciones adaptables a las situaciones particulares de los países de América Latina y el Caribe. Procura impulsar la transformación de las estructuras productivas de la región en un marco de progresiva equidad social. También incorpora expresamente la dimensión ambiental y geográfico-espacial al proceso de desarrollo, al postular la necesidad de revertir las tendencias negativas del agotamiento de los recursos naturales, del creciente deterioro por contaminación y de los desequilibrios globales ... y de aprovechar las oportunidades de utilizar los recursos naturales, sobre la base de la investigación y conservación".(2) El presente documento tiene un doble propósito. De una parte, pretende entrar en mayor detalle en el tema de cómo incorporar la variable ambiental al proceso de desarrollo; vale decir, al proceso de transformación productiva con equidad. En ese sentido, con base en numerosos trabajos anteriores de la Secretaría que abordan diferentes aspectos del tema (3), éste se examina ahora desde la óptica del desarrollo, con énfasis en algunas de las preocupaciones medulares que forman parte del planteamiento aludido sobre Transformación productiva con equidad (4). De otra, el documento se inscribe en el despliegue de actividades preparatorias para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que tendrá lugar a mediados de 1992; concretamente, tiene por objeto fundamentar y orientar el debate de la Reunión Regional Preparatoria de la Conferencia, que sostendrá la CEPAL en marzo de 1991, en la Ciudad de México. Esa Conferencia ofrece a la comunidad de naciones la oportunidad de reexaminar la manera en que gobiernos y sociedades civiles abordan dos de las tareas de mayor importancia para la humanidad en el umbral del próximo milenio. La primera consiste en ofrecer un nivel de vida decoroso a todos los habitantes del planeta, lo cual exigirá un notable y sostenido esfuerzo, sobre todo en las naciones en desarrollo: en la mayoría de ellas, en efecto, alrededor de dos tercios de la población actualmente ni siquiera satisface sus necesidades básicas. La segunda es asegurar que la evolución de las economías se produzca en un contexto ambientalmente sustentable; existe creciente conciencia de la magnitud de los daños (muchas veces irreparables) que han causado al medio ambiente físico y natural tanto los excesos asociados a la prosperidad como las carencias vinculadas a la pobreza. Ambos, excesos y carencias, se relacionan con estilos de desarrollo que han dado por supuesto que el capital natural es infinito: hasta hace muy poco, no habían evitado desperdiciarlo, contaminarlo ni depredarlo. La Reunión Regional Preparatoria de la Comisión se celebra en una etapa relativamente incipiente de lo que convendría entender como un proceso. De ahí que el presente documento se concentre en algunos aspectos que la Secretaría considera esenciales para el desarrollo ambientalmente sustentable de América Latina y el Caribe, y deje para etapas posteriores una elaboración más pormenorizada, en la medida en que se avance hacia una unidad de criterios dentro de cada país, entre los países de la región, y entre esta última y el resto de los países que participarán en la Conferencia Mundial. Dicho de otra manera, este documento constituye una aproximación al esfuerzo de vincular el desarrollo latinoamericano y caribeño al tema del medio ambiente, y este esfuerzo seguramente seguirá desplegándose en el futuro. Pretende, asimismo, aportar elementos de juicio que contribuyan a fijar la posición de los países de la región ante la agenda de la Conferencia Mundial. El documento se inspira en seis ideas centrales, que constituyen los hilos conductores de los distintos capítulos. La primera da por superado el debate de antaño, en el cual se establecían oposiciones entre la preocupación ambiental y el objetivo del desarrollo. Es cierto que esa oposición frecuentemente se plantea sobre todo a nivel microeconómico; no obstante, en la actualidad no cabe duda de que la preocupación ambiental es legítima y de sobra justificada, tanto en sociedades desarrolladas como en desarrollo. Lo dicho es especialmente válido en el caso de América Latina y el Caribe, cuyas economías se apoyan fundamentalmente en la explotación de recursos naturales, muchos de ellos susceptibles de degradación irreversible. Así, los responsables de la política económica de la región se encuentran en la necesidad de incorporar entre sus variables la de la sustentabilidad ambiental, no sólo para responder a las necesidades de las generaciones venideras, sino también como un elemento vital para asegurar el crecimiento sostenido en beneficio de las generaciones actuales. Dicho lo anterior, una segunda idea central es que tanto el origen como las consecuencias de los problemas ambientales son distintos en los países en desarrollo y en los desarrollados. En los primeros, dichos problemas suelen estar asociados a situaciones de escasez de recursos; en los desarrollados, al consumismo e incluso al derroche de recursos que surge de la abundancia. Así, los problemas ecológico-ambientales tienen expresiones distintas en unos y otros. En tercer lugar, se plantea que la relación del hombre con la naturaleza empieza a nivel del individuo, pasa por la comunidad, el distrito, la región, el país, las zonas ecológicas de interés común a varios países, el continente y el mundo. No son nítidamente separables los fenómenos locales de los nacionales o de los mundiales, ya que existen influencias recíprocas entre todos ellos. De ahí que el presente documento aborda a la vez el esfuerzo interno para incorporar la variable ambiental en el proceso de desarrollo y el esfuerzo internacional para resolver problemas comunes a través de la cooperación. En cuarto lugar, y tomando en cuenta los múltiples vínculos que existen entre desarrollo y medio ambiente, se considera vital comprender la sustentabilidad del desarrollo dentro de un contexto amplio, que vaya más allá de las preocupaciones relativas al capital natural. Desde esta perspectiva, el desarrollo sustentable conduce hacia un equilibrio dinámico entre todas las formas de capital o patrimonio que participan en el esfuerzo nacional y regional: humano, natural, físico, financiero, institucional y cultural. En quinto lugar, se afirma que la incorporación de la preocupación ambiental al proceso de desarrollo exige un esfuerzo sistémico, que abarca también la conducción de la política económica, la gestión de los recursos naturales, la innovación tecnológica, la participación de amplios estratos de la población, la educación, la consolidación de instituciones, la inversión y la investigación. Finalmente, se postula que la cooperación internacional no debe limitarse a enfrentar problemas ambientales en forma aislada. Así como el esfuerzo del desarrollo es inseparable de la defensa ambiental, y numerosos problemas ambientales son consecuencia de fenómenos vinculados al subdesarrollo, la cooperación internacional debe ocuparse en forma integrada de impulsar el desarrollo y de defender el medio ambiente; o, si se quiere, debe destinarse a un desarrollo ambientalmente sustentable. En consecuencia, la Conferencia Mundial de 1992 ofrece una oportunidad para volver a examinar distintos temas relativos a la cooperación económica internacional, hoy quizás desde una nueva óptica. La presentación de los distintos aspectos tratados en el documento guarda relación con la estructura temática de la propuesta antes citada sobre Transformación productiva con equidad. Se examinan, entre otros asuntos, los vínculos recíprocos entre la sustentabilidad ambiental y la política macroeconómica; los recursos naturales; la transformación productiva; la pobreza; la concertación estratégica; el financiamiento, y la cooperación internacional. Concretamente, el documento consta de diez capítulos. El primero plantea la preocupación ambiental como desafío futuro, y presenta como antecedentes las tareas ya realizadas en el ámbito mundial a ese respecto. El segundo capítulo define el desarrollo sustentable y demuestra que éste debe mirar más allá del capital natural. El tercero analiza el carácter de las relaciones entre políticas económicas, recursos naturales y medio ambiente. En el cuarto capítulo se presenta un diagnóstico de la actual situación de los recursos naturales y del medio ambiente humano en la región. El quinto analiza las principales relaciones que existen entre pobreza y medio ambiente. El sexto capítulo trata de la función que corresponde a la tecnología en las tareas encaminadas a una transformación productiva con equidad y sustentabilidad ambiental. El séptimo propone las bases para una institucionalidad nueva en relación con el medio ambiente; las metas de la gestión y organización dcl desarrollo sustentable, y su relación con los sistemas políticos y la legislación. El octavo capítulo se refiere a las políticas financieras e instrumentos de financiamiento del desarrollo sustcntable. El noveno vincula la agenda de la cooperación internacional con el tema del desarrollo sustentable. Y, por último, el décimo contiene una síntesis y las propuestas. Notas (1) CEPAL, Transformación productiva con equidad. La tarea prioritaria de América Latina y el Caribe en los años noventa (LC/G.1601-P), Santiago de Chile, marzo de 1990. Publicación de las Naciones Unidas, No de venta: S.90.11.G16. (2) Ibid., p. 14. Véanse también las pp. 138-140. (3) Véanse, por ejemplo, CEPAL El medio ambiente como factor de desarrollo. Prefactibilidad de proyectos de importancia ambiental y de interés económico (LC/G. 1549-P), serie Estudios e Informes de la CEPAL, Nº 75, Santiago de Chile, febrero de 1989, publicación de las Naciones Unidas, No de venta: S.89.11.G.6; Informe del Seminario sobre las Evaluaciones del Impacto Ambiental como Instrumento de Gestión del Medio Ambiente. Situación y perspectivas en América Latina y el Caribe (LC/L.519), Santiago de Chile, Octubre de 1989, y Elementos de una política ambiental eficaz (LC/L.581(Sem.56/5), Santiago de Chile, agosto de 1990; Indicadores económico-ambientales para las cuentas nacionales (LC/R.876(Sem.54/5), Santiago de Chile, marzo de 1990; PNUMA, Avances en la interpretación ambiental del desarrollo agrícola de América Latina (LC/G. 1347), Santiago de Chile, mayo de 1985, publicación de las Naciones Unidas, Nº de venta: S.85.11.G.4, y Estilos de desarrollo, energía y medio ambiente. Un estudio de caso exploratorio (E/CEPAL/G.1254), Santiago de Chile, julio 1983. Publicación de las Naciones Unidas, No. de venta: S.83.11.G.24. (4) Por diversas consideraciones, el documento no pretende abordar todos los temas que se consideran importantes. Una omisión notoria, pero deliberada, se refiere al vínculo entre la erradicación de las drogas y el desarrollo sustentable, ya que éste será objeto de un trabajo especial que la Secretaría se propone iniciar en los próximos meses."


Resumen
Presentación En marzo de 1990, la Secretaría dc la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) elevó a la consideración de los gobiernos de sus Estados miembros una propuesta para el desarrollo de los países de América Latina y el Caribe en el decenio de los noventa y también en adelante (1). Esa propuesta contiene un conjunto de orientaciones adaptables a las situaciones particulares de los países de América Latina y el Caribe. Procura impulsar la transformación de las estructuras productivas de la región en un marco de progresiva equidad social. También incorpora expresamente la dimensión ambiental y geográfico-espacial al proceso de desarrollo, al postular la necesidad de revertir las tendencias negativas del agotamiento de los recursos naturales, del creciente deterioro por contaminación y de los desequilibrios globales ... y de aprovechar las oportunidades de utilizar los recursos naturales, sobre la base de la investigación y conservación".(2) El presente documento tiene un doble propósito. De una parte, pretende entrar en mayor detalle en el tema de cómo incorporar la variable ambiental al proceso de desarrollo; vale decir, al proceso de transformación productiva con equidad. En ese sentido, con base en numerosos trabajos anteriores de la Secretaría que abordan diferentes aspectos del tema (3), éste se examina ahora desde la óptica del desarrollo, con énfasis en algunas de las preocupaciones medulares que forman parte del planteamiento aludido sobre Transformación productiva con equidad (4). De otra, el documento se inscribe en el despliegue de actividades preparatorias para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que tendrá lugar a mediados de 1992; concretamente, tiene por objeto fundamentar y orientar el debate de la Reunión Regional Preparatoria de la Conferencia, que sostendrá la CEPAL en marzo de 1991, en la Ciudad de México. Esa Conferencia ofrece a la comunidad de naciones la oportunidad de reexaminar la manera en que gobiernos y sociedades civiles abordan dos de las tareas de mayor importancia para la humanidad en el umbral del próximo milenio. La primera consiste en ofrecer un nivel de vida decoroso a todos los habitantes del planeta, lo cual exigirá un notable y sostenido esfuerzo, sobre todo en las naciones en desarrollo: en la mayoría de ellas, en efecto, alrededor de dos tercios de la población actualmente ni siquiera satisface sus necesidades básicas. La segunda es asegurar que la evolución de las economías se produzca en un contexto ambientalmente sustentable; existe creciente conciencia de la magnitud de los daños (muchas veces irreparables) que han causado al medio ambiente físico y natural tanto los excesos asociados a la prosperidad como las carencias vinculadas a la pobreza. Ambos, excesos y carencias, se relacionan con estilos de desarrollo que han dado por supuesto que el capital natural es infinito: hasta hace muy poco, no habían evitado desperdiciarlo, contaminarlo ni depredarlo. La Reunión Regional Preparatoria de la Comisión se celebra en una etapa relativamente incipiente de lo que convendría entender como un proceso. De ahí que el presente documento se concentre en algunos aspectos que la Secretaría considera esenciales para el desarrollo ambientalmente sustentable de América Latina y el Caribe, y deje para etapas posteriores una elaboración más pormenorizada, en la medida en que se avance hacia una unidad de criterios dentro de cada país, entre los países de la región, y entre esta última y el resto de los países que participarán en la Conferencia Mundial. Dicho de otra manera, este documento constituye una aproximación al esfuerzo de vincular el desarrollo latinoamericano y caribeño al tema del medio ambiente, y este esfuerzo seguramente seguirá desplegándose en el futuro. Pretende, asimismo, aportar elementos de juicio que contribuyan a fijar la posición de los países de la región ante la agenda de la Conferencia Mundial. El documento se inspira en seis ideas centrales, que constituyen los hilos conductores de los distintos capítulos. La primera da por superado el debate de antaño, en el cual se establecían oposiciones entre la preocupación ambiental y el objetivo del desarrollo. Es cierto que esa oposición frecuentemente se plantea sobre todo a nivel microeconómico; no obstante, en la actualidad no cabe duda de que la preocupación ambiental es legítima y de sobra justificada, tanto en sociedades desarrolladas como en desarrollo. Lo dicho es especialmente válido en el caso de América Latina y el Caribe, cuyas economías se apoyan fundamentalmente en la explotación de recursos naturales, muchos de ellos susceptibles de degradación irreversible. Así, los responsables de la política económica de la región se encuentran en la necesidad de incorporar entre sus variables la de la sustentabilidad ambiental, no sólo para responder a las necesidades de las generaciones venideras, sino también como un elemento vital para asegurar el crecimiento sostenido en beneficio de las generaciones actuales. Dicho lo anterior, una segunda idea central es que tanto el origen como las consecuencias de los problemas ambientales son distintos en los países en desarrollo y en los desarrollados. En los primeros, dichos problemas suelen estar asociados a situaciones de escasez de recursos; en los desarrollados, al consumismo e incluso al derroche de recursos que surge de la abundancia. Así, los problemas ecológico-ambientales tienen expresiones distintas en unos y otros. En tercer lugar, se plantea que la relación del hombre con la naturaleza empieza a nivel del individuo, pasa por la comunidad, el distrito, la región, el país, las zonas ecológicas de interés común a varios países, el continente y el mundo. No son nítidamente separables los fenómenos locales de los nacionales o de los mundiales, ya que existen influencias recíprocas entre todos ellos. De ahí que el presente documento aborda a la vez el esfuerzo interno para incorporar la variable ambiental en el proceso de desarrollo y el esfuerzo internacional para resolver problemas comunes a través de la cooperación. En cuarto lugar, y tomando en cuenta los múltiples vínculos que existen entre desarrollo y medio ambiente, se considera vital comprender la sustentabilidad del desarrollo dentro de un contexto amplio, que vaya más allá de las preocupaciones relativas al capital natural. Desde esta perspectiva, el desarrollo sustentable conduce hacia un equilibrio dinámico entre todas las formas de capital o patrimonio que participan en el esfuerzo nacional y regional: humano, natural, físico, financiero, institucional y cultural. En quinto lugar, se afirma que la incorporación de la preocupación ambiental al proceso de desarrollo exige un esfuerzo sistémico, que abarca también la conducción de la política económica, la gestión de los recursos naturales, la innovación tecnológica, la participación de amplios estratos de la población, la educación, la consolidación de instituciones, la inversión y la investigación. Finalmente, se postula que la cooperación internacional no debe limitarse a enfrentar problemas ambientales en forma aislada. Así como el esfuerzo del desarrollo es inseparable de la defensa ambiental, y numerosos problemas ambientales son consecuencia de fenómenos vinculados al subdesarrollo, la cooperación internacional debe ocuparse en forma integrada de impulsar el desarrollo y de defender el medio ambiente; o, si se quiere, debe destinarse a un desarrollo ambientalmente sustentable. En consecuencia, la Conferencia Mundial de 1992 ofrece una oportunidad para volver a examinar distintos temas relativos a la cooperación económica internacional, hoy quizás desde una nueva óptica. La presentación de los distintos aspectos tratados en el documento guarda relación con la estructura temática de la propuesta antes citada sobre Transformación productiva con equidad. Se examinan, entre otros asuntos, los vínculos recíprocos entre la sustentabilidad ambiental y la política macroeconómica; los recursos naturales; la transformación productiva; la pobreza; la concertación estratégica; el financiamiento, y la cooperación internacional. Concretamente, el documento consta de diez capítulos. El primero plantea la preocupación ambiental como desafío futuro, y presenta como antecedentes las tareas ya realizadas en el ámbito mundial a ese respecto. El segundo capítulo define el desarrollo sustentable y demuestra que éste debe mirar más allá del capital natural. El tercero analiza el carácter de las relaciones entre políticas económicas, recursos naturales y medio ambiente. En el cuarto capítulo se presenta un diagnóstico de la actual situación de los recursos naturales y del medio ambiente humano en la región. El quinto analiza las principales relaciones que existen entre pobreza y medio ambiente. El sexto capítulo trata de la función que corresponde a la tecnología en las tareas encaminadas a una transformación productiva con equidad y sustentabilidad ambiental. El séptimo propone las bases para una institucionalidad nueva en relación con el medio ambiente; las metas de la gestión y organización dcl desarrollo sustentable, y su relación con los sistemas políticos y la legislación. El octavo capítulo se refiere a las políticas financieras e instrumentos de financiamiento del desarrollo sustcntable. El noveno vincula la agenda de la cooperación internacional con el tema del desarrollo sustentable. Y, por último, el décimo contiene una síntesis y las propuestas. Notas (1) CEPAL, Transformación productiva con equidad. La tarea prioritaria de América Latina y el Caribe en los años noventa (LC/G.1601-P), Santiago de Chile, marzo de 1990. Publicación de las Naciones Unidas, No de venta: S.90.11.G16. (2) Ibid., p. 14. Véanse también las pp. 138-140. (3) Véanse, por ejemplo, CEPAL El medio ambiente como factor de desarrollo. Prefactibilidad de proyectos de importancia ambiental y de interés económico (LC/G. 1549-P), serie Estudios e Informes de la CEPAL, Nº 75, Santiago de Chile, febrero de 1989, publicación de las Naciones Unidas, No de venta: S.89.11.G.6; Informe del Seminario sobre las Evaluaciones del Impacto Ambiental como Instrumento de Gestión del Medio Ambiente. Situación y perspectivas en América Latina y el Caribe (LC/L.519), Santiago de Chile, Octubre de 1989, y Elementos de una política ambiental eficaz (LC/L.581(Sem.56/5), Santiago de Chile, agosto de 1990; Indicadores económico-ambientales para las cuentas nacionales (LC/R.876(Sem.54/5), Santiago de Chile, marzo de 1990; PNUMA, Avances en la interpretación ambiental del desarrollo agrícola de América Latina (LC/G. 1347), Santiago de Chile, mayo de 1985, publicación de las Naciones Unidas, Nº de venta: S.85.11.G.4, y Estilos de desarrollo, energía y medio ambiente. Un estudio de caso exploratorio (E/CEPAL/G.1254), Santiago de Chile, julio 1983. Publicación de las Naciones Unidas, No. de venta: S.83.11.G.24. (4) Por diversas consideraciones, el documento no pretende abordar todos los temas que se consideran importantes. Una omisión notoria, pero deliberada, se refiere al vínculo entre la erradicación de las drogas y el desarrollo sustentable, ya que éste será objeto de un trabajo especial que la Secretaría se propone iniciar en los próximos meses."
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