f a o /cepal /o i t /gida / iica / siega . GRUPO DE J&STUDIO EN TENENCIA DE LA TIERRA Y DESARROLLO RURAL LIMITADO Enero de 1971 TENENCIA DE LA TIERRA I DESARROLLO RURAL EN CENTROAMERICA » V * índice Página Principales equivalencias de peso y medida ix 1 Introducción I. Características de las economíascentroamericanas 7 1 . Generalidades 7 2. Repercusiones del subdesarrollo 9 3 . las economías centroamericanas 14 4. Indicadores de la estructura económica deCentroamé rica 16 II. La utilización de las tierras 19 1. Uso físico 19 2 . Productividad de las tierras, por su uso 30 3. Absorción de mano de obra 33 4. Niveles de empleo y productividadde la mano obra de 36 III. Tenencia y uso de la tierra 39 1» Distribución de los derechos al uso de latierra 39 2 . Utilización de las tierras por tamaño de las 'fincas 3. 44 Productividad de las fincas según gruposde tamaño 4. Capacidad de absorción de mano de 57 obra 63 IV, Patrones estructurales de la producción agrícolay la distribución del ingreso 70 1 . Distribución por grupos de tamaño 2. Repercusiones para el desarrollo ?6 3. Causas de los niveles de ingreso V. 70 80 Características de la estructura social de Centroamérica 100 1. Introducción 1 0 0 2. El factor básico: latenencia de la tierra 1 0 1 3. La estructura socialagraria 1 0 1 4. Condiciones socioeconómicas de los campesinos centroamericanos 122 900020066 900020066 - BIBLIOTECA CEPAL Ar_ /VI. Migraciones Pág. iv Página 127 El área del asentamiento rural 127 2, Migrantes permanentes 132 3. VII. Migraciones de trabajadores agrícolas 1. VI. Causas de las migraciones rurales 135 Los¿programas de acción 137 1. Programas comunes de infraestructura agraria 137 2» Programas comunes para resolver problemas específicos 147 3. Política de colonización 151 VIII. Conclusiones y recomendaciones 156 Anexo A. Procedimiento que se sigue en tres países cen­ troamericanos para estimar los valores brutos de la producción agropecuaria 173 Anexo B. Procedimiento que se sigue en tres países cen­ troamericanos para estimar la absorción de mano de obra de las actividades agropecuarias 187 Información estadística 199 Anexo C. ♦ /índice r e cuadros í Pág. V índice de cuadros Cuadro Página 1 Centroamérica; superficie territorial y en fincas 20 2 Centroamérica: utilización de las tierras en fincas 24 3 Centroamérica: valor bruto de la producción agro­ pecuaria en países seleccionados 30 Centroamérica: absorción de la mano de obra en acti­ vidades agrícolas y pecuarias 34 Centroamérica: productividad de la mano de obra en paíseB seleccionados 37 6 Centroamérica: distribución de las tierras según tamaño de las fincas 43 7 Centroamérica: utilización de las tierras según tamaño de las fincas 45 Centroamérica: relación entre el área en cultivos temporales y el área en descanso, según grupos de tamaño de las fincas 46 Centroamérica: coeficiente de agostadero según tamaño de las fincas 48 Honduras : utilización de la tierra según formas de tenencia, 1965/66 50 Centroamérica: tendencias de la composición de la superficie dedicada a distintos cultivos, según grupos de tamaño, en países seleccionados 56 Centroamérica : productividad de la superficie efectiva­ mente cultivada, según tamaño de las fincas, en países seleccionados 58 4 5 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 Centroamérica: valor de la producción pecuaria, según grupos de tamaño de las fincas, en paísesseleccionados 60 Centroamérica: valor bruto de la producción agropecuaria según tamaño de las fincas, en paísesseleccionados 62 Centroamérica: mano de obra requerida por manzana, según tamaño de Da s fincas, en países seleccionados 65 Centroamérica: mano de obra requerida y disponible en las fincas, según grupos de tamaño de las fincas, en países seleccionados 67 El Salvador: resultados previsibles con la formación de unidades familiares en las tierras subutilizadas en las fincas multifamiliares 69 /Cuadro 10 Pág. vi Cuadro 18 Página Centroamérica: composición de la población rural por grupos de tamaño 71 Centroamérica: ingreso familiar agrícola, según grupos socioeconómicos 73 20 Guatemala : dieta mínima nutricional diaria para una familia campesina 75 21 Centroamérica: importancia relativa de las diversas formas de tenencia, según número de explotaciones 89 Centroamérica: rural 96 19 22 23 24 incrementos anuales de la población Centroamérica: tasas de crecimiento de la población rural y urbana, 1950-63 97 Centroamérica: número de viviendas rurales estimadas según material predominante en las paredes de las mismas, 1965 125 Guatemala: estimación del número de trabajadores migrantes para tres cultivos : café, algodón y caña de azúcar, 1965— 66 130 Características de la superficie ocupada en zonas de ocupación precaria seleccionadas, 1968 134 Centroamérica: legislación tributaria incidente en la estructura agraria 146 Centroamérica: número de parcelas y superficie afectada en los programas de colonización 152 El Salvador : producción de determinados cultivos según grupos de tamaño de las fincas, 1961 173 A-2 El Salvador: precios pagados al productor, 1966 174 A-3 El Salvador : superficie bruta trabajada en cultivos seleccionados según grupos de tamaño, 1961 175 Nicaragua : producción de los tamaño de las fincas, 1963 176 25 26 27 28 A-l A—4 A—5 pri ncipales cultivos por Nicaragua: producción, valor y precios de productos seleccionados, 1962 176 A— 6 Nicaragua : densidad de población bovina por manzana en pastos según grupos de tamaño de las fincas, 1963 177 A—7 Nicaragua: superficie de los ggupos de tamaño, 1962/63 178 principales cultivos según /Cuadro A-8 Pág. vii Página Cuadro A- 8 Cpsta Rica: producción de determinados cultivos según grupos de tamaño de las fincas, 1963 179 A- 9 Costa Rica: 180 A-10 Costa Rica: superficie de los principales cultivos según tamaño de las fincas, 1963 181 Costa Rica : valor bruto de la producción de cultivos seleccionados, según grupos de tamaño 182 El Salvador: requisitos de mano de obra, por hectárea, de productos seleccionados 186 El Salvador: requerimiento de mano de obra de los principales cultivos y ganadería, según grupos de tamaño de las fincas, 1961 188 Nicaragua: estimación de requerimiento de mano de obra por manzana de productos seleccionados 188 Nicaragua : requerimiento de mano de obra de los princi­ pales cultivos y ganadería, según grupos de tamaño de las fincas, 1962 190 Nicaragua: requerimiento de mano de obra de los princi­ pales cultivos y ganadería, según grupos de tamaño de las fincas, 1962 191 Costa Rica: mano de obra requerida por los principales productos agrícolas 191 Costa Rica: requerimientos de mano de obra por los principales productos agrícolas y de ganadería, según tamaño de las fincas. 192 Costa Rica : requerimientos de mano de obra por los principales productos agrícolas y de ganadería según tamaños de fincas 193 Centroamérica: participación de la población rural y urbana en el total, por países, y sus tasas de creci­ miento anual, 1950-66 197 Centroamérica: grado de participación de la población económicamente activa por actividades y del producto interno brutq por sectores, 1950-66 197 Centroamérica: 1950-66 198 A-ll B— 1 B- 2 B- 3 B- 4 B- 5 B- 6 B- 7 B- 8 C- 1 C- 2 C- 3 C- 4 precio de productos seleccionados producto interno bruto por habitante, Centroamérica: producto generado por persona económica­ mente activa, en cada sector de actividad, 1950-66 198 /Cuadro C-5 Cuadro Página Centroamérica: grado de participación de las industrias tradicionales y de otras industrias en el producto bruto industrial total, 1950-62 199 Centroamérica: concentración de la tierra, según tamaño de finca, 1950 200 C- 7 Centroamérica: 201 C- 8 Centroamérica: existencia de ganado vacuno, según tamaño de las fincas 203 El Salvador: estimación de la distribución del ingreso agrícola por grupos de tamaño de las fincas y trabaja­ dores sin tierra, 1961 204 Nicaragua: estimación de la distribución del ingreso agrícola por grupos de tamaño de las fincas y trabaja­ dores sin tierra, 1963 205 Costa Rica : estimación de la distribución del ingreso agrícola por grupos de tamaño de las fincas y trabaja­ dores sin tierra, 1961 206 Centroamérica: distribución de la tierra agropecuaria en fincas, por familias y personas, según departamentos 207 Centroamérica: tendencias de crecimiento de la pobla­ ción total y rural, 1950-68 210 C- 5 C- 6 C- 9 C-10 c-n C-12 C-13 utilización de las tierras en fincas /PRINCIPALES Pág. i x PRINCIPALES EQUIVALENCIAS DE PESO I MEDIDA = 1 peso centroamericano = 1 ,1 1 1 caballería = quintal = cuerda = medio = 1 manzana — 1 manzana — 1 carga = 1 1 1 1 fanega = cajuela = caja = cuarta = 1 U. S. dólar 64 manzanas 100 librás 25 varas cuadradas 500 pulgadas cúbicas 0,69 10 000 1 3 /4 2 4 16 hectáreas varas = 69 .S9O áreas fanega = l6l kilogramos quintales = 92 kilogramos cuartillos = 17.0 0 litros kilogramos = 35.2 7 libras 8.228 pulgadas = 20.9 centímetros /INTRODUCCION 0 Pág. 1 INTRODUCCION El planteamiento regional de los problemas relacionados con la tenencia de la tierra y el desarrollo rural en los países centroamericanos comenzó a ser objeto de atención desde 1958. En aquella fecha el Comité de Coope­ ración Económica del Istmo Centroamericano solicitó de la Secretaría de la CEPAIr^que, con la participación de organismos nacionales e interna­ cionales, iniciara estudios sobre diversos aspectos del desarrollo rural y, de manera particular, sobre la situación de la tenencia de la tierra y las condiciones del trabajo agrícola. En cumplimiento de dicha resolución, la secretaría de la CEPAL — con la colaboración de organismos internacionale s interesados, y la partici­ pación de las universidades centroamericanas— convocó a una primera reunión que se celebró en San José, Costa Rica, en agosto de 1959. En ella se examinaron los propósitos generales del estudio y sus aspectos metodológicos sugeridos por la secretaría de la CEPAL en el documento (E/CN.12/CCE.177), 7 se concretó la participación de que se harían cargo los diversos organismos en la realización del estudio. Poco después, el Comité de Cooperación Económica del Istmo Centroamericano solicitó la asistencia técnica nece­ saria y encomendó a la secretaría de la CEPAL la coordinación interinsti- 2/ tucional de los trabajos.-' La Misión quedó integrada a principios de 1961, con participantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimen­ tación (FAO), la Organización Internacional, del Trabajo (OIT) y la Dirección de Operaciones de Asistencia Técnica (DOAT). la Misión obtuvo la colabo­ ración del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA), de la 1 / Véase la resolución 73 (CCE), aprobada en la quinta reunión ordinaria, celebrada en Tegucigalpa, Honduras, del 3 al 10 de junio de 1958, 2/ Véase la resolución 94 (CCE) aprobada en la sexta reunión ordinaria, celebrada en San José de Costa Rica, del 26 de agosto al 2 de septiembre de 1959. /Universidad Pág. 2 Universidad de Costa Rica y aportaciones financieras de las universidades de los otros países de Centroamérica. Las actividades de la Misión se iniciaron formalmente en la quinta 3/ reunión celebrada por los organismos interesados en el estudio, y dos años más tarde concluyó un estudio sobre las interrelaciónes entre la tenencia de la tierra y la distribución del ingreso,^ y dos encuestas, una sobre condiciones de la tenencia de la tierra en los cinco países de la regiórr^y otra entre administradores de programas agrícolas y dirigentes de organismos agropecuarios referida a Costa Rica,^ Los trabajos efectuados por el primer grupo de estudio pueden considerarse la primera aportación de carácter regional al conoci­ miento de los problemas agrarios de Centroamérica; por esa razón el Subcomité 7/ Centroamericano de Desarrollo Económico Agropecuario, solicitó de la FAO el estudio de los programas centroamericanos de colonización y en la Primera Reunión Conjunta de Ministros de Agricultura y de Economía,^ se solicitó asimismo de la FAO, de la CEPAL y de la SIECA que ampliaran sus programas de investigación sobre la reforma agraria. En forma paralela, y en respuesta a la recomendación contenida en la Carta de Punta del Este, los organismos integrantes del Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola (OEA/BID/FAO/CEPAL/IICA) iniciaron una serie de estudios sobre problemas de tenencia y de reforma agraria en seis países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala y Perú) en los que desarrolló una metodología que también se aplicó al caso de Centroamérica, 27 2/ 6/ u 8/ Celebrada en México, D. F, del 5 al 8 de abril de 1961, Véase Walter E. Chryst, Land Tenure. Income Distribution and Selected Aspects of Economic Development. inédito, Véase Sergio Maturana, Las relaciones entre la tenencia de la tierra v la eficiencia del uso de los recursos aerícolas en Centroamérica. edición mimeografiada, CEPAL, México, 1963. Véase Jorge Ochoa, Encuesta de opinión calificada. Instituto Universi­ tario Centroamericano de Investigaciones Sociales y Económicas, San José, Costa Rica. En la reunión celebrada en San José, Costa Rica, del 24 de octubre al 4 de noviembre de 1964, Puerto Limón, Costa Rica, 26 al 30 de octubre de 1965. /Con base Pág. 3 Con base en las recomendaciones anteriores, se organizó en 1964 una misión integrada por expertos de la FAO, la OCT, la OIT, la CEPAL, la SIEGA y el CIDA, que emprendió un vasto programa de trabajo referido al estudio de las características generales sobre el uso y distribución de la tierra en varios países de la región,^ investigaciones específicas sobre problemas ligados con la tenencia de la tierra y la colonización — -que le fueron solicitados por algunos gobiernos— ¿ ^ y proyectos concretos de desarrollo agropecuario en zonas de colonización o de reforma agraria además se efectuaron otras actividades relacionadas con la organización y el funcionamiento de los organismos nacionales de reforma agraria y con la capacitación del T2 / personal de estos últimos. — ' El Grupo examinó además algunos problemas 13/ sociales del medio rural"'y preparó diversos trabajos destinados a reuniones tanto de los organismos de reforma agraria como de otras instituciones. W 10/ 11/ 12/ 13/ Véase Características generales dé la utilización v distribución de la tierra en Nicaragua, edición mimeografiada, México, D. F,, junio de 1967. Características generales de la utilización y distribución de la tierra en Honduras, edición mimeografiada, México, D. F. abril de I960, Características generales de la utilización v distribución de la tierra en El Salvador, edición mimeografiada, México, D, F, agosto de 1968 . Véase Las fincas nacionales en Guatemala, edición mimeografiada,México, D. F. septiembre de 1967# Véase Observaciones generales sobre la ejecución v posible reestructu­ ración del provecto Bataan. Costa Rica, edición mimeografiada, México. Provecto de desarrollo de la Colonia Guanchías. Honduras, edición mimeografiada, México, 1968j Provecto de desarrollo del Valle del Lean. Honduras, edición mimeografiada, México; Aguán. margen derecha: Principales características socioeconómicas. Honduras: edición mimeo­ grafiada, México, diciembre de 1967; Colonia agrícola de Catacamas. edición mimeografiada, México, Véase El Instituto Agrario de Nicaragua como instrumento de reforma agraria. Nicaragua, edición mimeografiada, México, agosto de 1967# Curso nacional intensivo para promotores de asentamientos, edición mimeografiada, México; Comunidad de Qropolí. Honduras, edición mimeo­ grafiada, México; Haciendas El Pilón. Hetalío v Mueva California. Las organizaciones de trabajadores agrícolas. Costa Rica, edición mimeografiada, México; Las organizaciones de trabajadores agrícolas. El Salvador, edición mimeografiada, México; Las organizaciones de trabajadores agrícolasf Guatemala, edición mimeografiada, México; Las organizaciones de trabajadores agrícolas. Nicaragua, edición mimeo­ grafiada, México; Las organizaciones de trabajadores agrícolas. Hon­ duras. edición mimeografiada, México, /Una buena Pág. k Una buena parte de los trabajos descritos, elaborados a nivel nacional, sirvieron de base para derivar conclusiones generales suscep­ tibles de aplicación al conjunto de Centroamérica, así como para definir nuevas líneas de investigación que se anotan más sistemáticamente en este documento. Aparte de ello, la orientación principal ha consistido en precisar los problemas comunes relacionados con la tenencia de la tierra, y en identificar lincamientos que contribuyan a la adopción de políticas con­ cretas de los gobiernos y a la elaboración de proyectos y programas por las agencias financieras y de asistencia técnica. Por otro lado,también se ha intentado plantear esos lineamientos de manera que faciliten un mínimo de uniformidad en las políticas al nivel regional. Es decir, sin olvidar las particularidades que distinguen a los países del Istmo Centro­ americano — cuyo análisis se ha incorporado en los informes nacionales— , se destacan principalmente en este trabajo directrices conjuntas encaminadas a evitar la aparición ulterior de distorsiones inconvenientes en la asigna­ ción de recursos o en la evolución de los costos y precios dentro del Mercado Común, así como a establecer nuevas pautas de apoyo para el per­ feccionamiento de los programas regionales relacionados con el desarrollo de la agricultura y el empleo. De acuerdo con el criterio expuesto, la primera parte del trabajo tiende a situar los problemas de la tenencia de la tierra en la perspectiva más amplia de la evolución de las economías centroamericanas y del proceso de integración regional. Destaca en ese análisis la serie de funciones centrales que han correspondido a la agricultura, lo mismo en el abasteci­ miento de productos de uso interno, y principalmente de exportación, que en materia de generación de empleo, Al mismo tiempo se señala la forma en que una serie de obstáculos frecuentes podría deteriorar y agudizar, unida a exigencias futuras, algunos de los desequilibrios principales — ensanchamiento de los mercados nacionales, absorción de mano de obra y ampliación de las exportaciones— que dificultan el desarrollo centro­ americano. /A continuación Pág. 5 A continuación figura una evaluación del uso de los recursos físicos y humanos en la agricultura. Se ponen de relieve posibilidades de mejorar los sistemas vigentes de explotación que redundarían en aumentos sustan­ ciales de la oferta y contribuirían a atenuar significativamente las presiones demográficas. Vinculado con lo anterior, se presenta después un cuadro detallado de la estructura de la propiedad de la tierra y de sus repercusiones en la utilización de los recursos, la composición de los cultivos, la productividad y la capacidad de absorción de mano de obra, entre otras variables. Una vez examinadas las relaciones recíprocas entre el uso de los recursos y las formas de tenencia, se investigan sus efectos en los niveles de ingreso de los campesinos, la estructura resul­ tante del emplee y el acceso diferencial de los distintos estratos de la agricultura al mercado, a los servicios del crédito y la asistencia técnica. Enseguida se intentan caracterizar la estratificación y la movilidad sociales, así como las. condiciones de vida de los principales estratos de la población campesina. El último apartado de la sección analítica del documento se refiere a las migraciones rurales y los asentamientos agrícolas. Aunque a lo largo de la investigación se plantean múltiples suge­ rencias de política económica, las consideradas más importantes desde el punto de vista de la elaboración de programas y de proyectos específicos se recogen al final del estudio. En esa parte se profundiza en la conve­ niencia de emprender acciones concretas que permitan salvar una serie de obstáculos institucionales y de otro género que restringen o se oponen al desenvolvimiento fluido de la producción y al uso más eficaz de los recursos. En particular se alude al manejo de instrumentos fiscales, a la modificación de la legislación agraria y al diseño de programas que tienden a resolver los problemas de la ocupación precaria o a atender con mayor amplitud las necesidades de los pequeños agricultores. También se incluyen sugerencias sobre la política de colonización, reforma agraria y empleo, atendiendo a /las características Pág. 6 las características de las diversas zonas agrícolas, y sobre cuestiones vinculadas con el mejoramiento de algunos factores e instrumentos de la política de desarrollo rural, de índole técnica, administrativa o insti­ tucional. El documento concluye con algunas reflexiones y recomendaciones sobre el desarrollo integrado de la agricultura de Centroamérica. Para el desarrollo de la investigación, se contó con una amplia colaboración de organismos nacionales como el Instituto Nacional de Trans­ formación Agraria (INTA), de Guatemala; la Oficina de Planificación del Ministerio de Agricultura y Ganadería, de El Salvador; el Instituto Nacional Agrario (INA), de Honduras; el Instituto Agrario de Nicaragua (IAN) y el Instituto de Tierras y Colonización (ITCO), de Costa Rica. Los orga­ nismos internacionales y regionales que participaron en la investigación asignaron al grupo de estudio a los siguientes funcionarios; Rudy Venegas, de la Oficina de Cooperación Técnica de las Naciones Unidas (OCT); Héctor Garay y Rigoberto Martínez, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL); Federico G. Herrero y José Villavicencio, de la Organización de Estados Americanos (OEA); Clodomir Santos de Morais, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); Roy Clifford, del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA); Edgar Campos, de la Secretaría Permanente del Tratado General de Integración Económica Centroamericana (SIEGA); y Louis Heaton, de la American International Association (AIA). Fue coordinador del grupo, Antonio Tapia, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). La secretaría de la CEPAL realizó una revisión del contenido y la presentación del estudio. /I. CARACTERISTICAS Pág. 7 I, CARACTERISTICAS DE LAS ECONOMIAS CENTROAMERICANAS 1* Generalidades^ El grado de desarrollo económico de los países debe analizarse desde un punto de vista histórico, porque sólo así pueden emprenderse los dife­ rentes grados de evolución en que se encuentran las diversas economías. Los países que se consideran desarrollados lograron iniciar su proceso de crecimiento gracias a la adopción de innovaciones tecnológicas para la producción de bienes, tanto en el sector agrícola como en el industrial, las innovaciones se introdujeron también en la distribución y en la organización de las actividades productivas, A los nuevos métodos de producción, dirigidos a incrementar la pro­ ductividad de la fuerza de trabajo utilizada en todos los campos de acti­ vidad, debe atribuirse el aumento de capital por persona ocupada. Esos nuevos métodos surgieron esencialmente de una larga tradición de de s a r r o l l o de la investigación científica que pudo traducirse en aplicaciones prácticas, y de un ritmo creciente de acumulación de conocimientos obtenido gracias a un financiamiento ininterrumpido, de los que se derivan los métodos mejores de producción. Prolongados períodos tuvieron que transcurrir para alcanzar los niveles de eficiencia que caracterizan en la actualidad a las economías más desarrolladas » Necesitan identificarse en toda su complejidad los acontecimientos que promovieron el desarrollo económico que se debe en primer lugar al de la tecnología^ puesto que la lenta evolución o la inexistencia de condiciones similares es la que limita y a la que se debe probablemente la situación actual de los países subdesarrollados. Se les presenta sin embargo a éstos la oportunidad de modernizar sus estructuras económicas utilizando los avances tecnológicos que han perfeccionado los países desarrollados. 1 / Una interpretación más amplia sobre este tema puede encontrarse en Osvaldo Sunkel El marco histórico del proceso de desarrollo v de subdesarrollo ILPES, Serie II, N S n I, Santiago de Chile, 1967# y ir. Celso Furtado Desarrollo v Subdesarrollo. EUDEBA, 1964, Caps.III y IV. /la mayoría Pág. 8 La mayoría de las economías que integran el grupo de países subdesarrollados proceden de un régimen colonialista. Los estados de que formaban parte sólo tienen interés en extraer los productos que sus recursos naturales podían ofrecerles con el mínimo de inversiones, para transformarlos en bienes finales de uso o consumo en los centros metro­ politanos, La política de las metrópolis tendía además a evitar, en lo posible, el fomento de actividades productivas de sus colonias que pudiesen competir con Das de la metrópoli y, en especial, la producción de bienes de consumo de carácter industrial. Las antiguas colonias se fueron independizando políticamente, pero se encontraron con que sus recursos estaban orientados a satisfacer los reque­ rimientos de los centros industriales a que habían pertenecido, y que esos recursos complementarios constituían los núcleos más dinámicos de ocupación e ingreso de sus poblaciones. La independencia política no fue capaz de modificar aquellos patrones de desarrollo, ni de transformar las características de la explotación de los recursos disponibles. Ha habido necesidad, por consiguiente, de ir estableciendo en cada país una política nacional de desarrollo que, en muchos de ellos, apenas se está terminando de definir. Modificar una estructura característica del sistema colonialista de producción no ha sido una tarea fácil. Su transformación ha exigido fuertes inversiones no sólo en el aspecto de la incorporación tecnológica, sino también en el social, puesto que los países en desarrollo además de contar, por lo general, con una débil base productiva, poco capitalizada, tienen grandes masas de población de escasa o nula preparación educativa. La generación de excedentes para la capitalización sólo ha sido posible — y es probable que siga siéndolo por largo tiempo— manteniendo las viejas líneas de exportación. Como su estructura productiva había sido diseñada para la exportación de los sectores agrícolas o mineros, tenían por fuerza que obtenerse mayores ventajas comparativas al poder utilizar inversiones preexistentes y mano de obra abundante y capacitada para esas tareas. Tal ha sido el motivo de seguir fomentando actividades /que producían Pág. 9 que producían ingresos — y por ende, excedentes— , que podían ser inver­ tidos en el mejoramiento de esa misma producción y en el desarrollo de otros sectores. Pero el mercado de los productos típicos de exportación se carac­ teriza por implicar serias restricciones para la intensificación del ritmo de formación de capital. La demanda de productos mineros o agropecuarios, alimentos o materias primas crece por lo general con lentitud, y los niveles de precios de estos productos sufren frecuentes deterioros a causa de los excedentes que pueden producirse y del desequilibrio entre la oferta y la demanda mundial. Estos tipos de economías dependen por una parte de los mercados externos donde tienen que colocar sus productos de exportación y, por otra, al no contar con una industria desarrollada, de la necesidad de importar el grueso de su consumo de artículos manufacturados. Se ven así obligadas no sólo a utilizar métodos de producción ajenos por completo a la combi­ nación óptima de factores, sino patrones de consumo que en muchos casos no corresponden a los niveles de ingreso alcanzados. Con ello se abre una gran brecha desequilabradora al disponer para la generación de exce­ dentes con exportaciones inelásticas, y para mantener el ritmo de indus­ trialización indispensable con exigencias crecientes de aumento de los excedentes exportables como fuente de divisas. Gran parte de la investigación económica moderna estudia la forma de resolver estos problemas. Se han obtenido resultados que dependen en esencia de las características de los países, pero no han podido esta­ blecerse criterios aplicables a cualquier país subdesarrollado. 2. Repercusiones del subdesarrollc^ Es importante especificar ciertos cambios estructurales que caracterizan a las economías desarrolladas con el propósito de encontrar puntos de referencia que contribuyan a determinar la etapa de desarrollo en la que 27 Un análisis más detallado del crecimiento de la producción y de la ocupación durante el proceso de desarrollo se presenta en Simón Kuznets Aspectos cuantitativos del desarrollo económico. CEMLá, México, 1959» 7 Peikcng Chang Agricultura e industrialización. FCE, México, 1949» principalmente el capítulo IV, /se encuentran Pág* 10 se encuentran los países de Centroamérica, y las etapas subsecuentes por las que se estima tendrán que pasar para encontrarse en las condic . i ones de aquéllas. En términos muy simplificados, el desarrollo económico consiste en el proceso mediante el cual la producción de bienes y servicios crece incesantemente a través del tiempo. Ese aumento requiere la intensifi­ cación de los procesos de producción a través de una mayor formación de capital, y ello da por resultado una productividad mayor por hombre empleado. La productividad mayor es, a su vez, condición necesaria para la formación de una base de mercado amplia con una capacidad de compra en aumento susceptible de absorber los bienes y servicios que el proceso de desarrollo hace expandirse. Ahora bien, durante ese proceso se producen cambios de importancia en la estructura de la producción, comunes a todos los países, Unos se refieren a la pérdida de importancia gradual del sector primario como fuente de ocupación e ingreso. El sector agrícola ha visto reducida su importancia relativa en el transcurso del tiempo en la formación del producto total, y en consecuencia ha disminuido la población económicamente activa dedicada a la agricultura, hecho que puede atribuirse esencialmente a esa evolución de la demanda. La industrialización ha sido la causa y el efecto del descenso de la tasa de ocupación del sector agropecuario. Por una parte, el proceso por el que atravesaron los países actualmente desarrollados, requirió fuertes contingentes de mano de obra que se obtuvieron en el sector rural, atrayéndoles con mayores salarios y mejores condiciones de vida. Por otra, la investigación tecnológica dio lugar a la utilización de imple.mentos y maquinarias que facilitaron e intensificaron las labores agrícolas, favorecieron una mayor productividad por hombre empleado, provocaron, en consecuencia, una menor capacidad de absorción de empleo y la migración rural a las ciudades. / e igualdad tn Pág. 11 En igualdad de condiciones, el principio que ha normado el estable­ cimiento de diferentes niveles de remuneración se relaciona con la productividad que logra la fuerza de trabajo en las diversas ocupaciones; por esa razón ha existido siempre una mayor productividad en los sectores de la producción donde ha sido posible introducir una mayor densidad de capital por hombre empleado, como sucede en la industria y en los servicios. Debe señalarse que conforme se ha producido ese desplazamiento ocupacional hacia la industria y los servicios en los países desarrollados, los empleados en dichas actividades han encontrado ocupación en acti­ vidades directamente productivas mientras en los países en desarrollo donde el ritmo de industrialización no ha sido lo suficientemente vigoroso por sí mismo o por razones tecnológicas, las actividades de esa clase ni han sido suficientes para dar empleo a toda la población desplazada del campo ni a la disponible en las é,reas urbanas mismas. Por ese motivo, el proceso de ensanchamiento del sector terciario tiene dife­ rente significado en unos países y en los otros. En el mundo en des­ arrollo, la incapacidad de la agricultura y de la industria para dar empleo efectivo a toda la fuerza de trabajo disponible da lugar al des­ empleo y al subempleo estructural y es causa y efecto, a la vez, de la inexistencia de un mercado vigoroso. Esto último se debe a que el excedente de la oferta de fuerza de trabajo sobre la demanda hace que se mantengan bajos los salarios de los efectivamente empleados a los que muchos pueden aspirar como los servicios de baja productividad, en los que sólo pueden obtener ingresos sumamente exiguos. Como ese tipo de fuerza de trabajo constituye la mayor parte de la población, se comprende la debilidad de los mercados internos que sólo son, en realidad, un mercado de consumidores en potencia, . En los países desarrollados, en cambio, el sector de servicios es una fuente dinámica de ocupación altamente remunerada pero sin perder de vista que gran parte, de las actividades en servicios requieren personal altamente capacitado. /De esta Pág. 12 De esta manera contrastan grandemente los módulos de producción de una economía desarrollada y los de una en desarrollo. En los segundos, por regla general, una alta proporción de la fuerza de trabajo disponible se dedica a las actividades primarias de producción; una industria escasa­ mente desarrollada y poco integrada dificulta el empleo pleno de toda la población activa, y la escasa magnitud del mercado, causa directa de la preponderancia de las actividades de baja productividad, limita su expan­ sión. Se genera así el círculo vicioso del subdesarrollo, difícil de romper. El rápido crecimiento de la población, la escasa diversificación de las actividades productivas y la concentración del ingreso son los aspectos que gravitan más pesadamente en el cuadro del subdesarrollo. El primero exige imperiosamente el aumento de la producción de bienes y servicios, mientras que la escasa diversificación de las actividades productivas está íntimamente relacionada con la magnitud del mercado y con la clase de distribución del ingreso y de los recursos. Por otro lado, el tamaño del mercado es función directa del nivel de capitalización, y por lo tanto de la baja productividad de la fuerza de trabajo y de la numerosa mano de obra subempleada y desocupada, tanto en el campo como en las áreas urbanas. Además, en la mayor parte de los países en vías de des­ arrollo se mantienen patrones de tenencia de la tierra que no favorecen a la mayoría de la población campesina, y en muchas ocasiones el uso de la tierra no tiene relación, por añadidura, con su verdadera potenciali­ dad productiva. La elevada concentración del ingreso impide la formación óptima del ahorro y su mejor canalización, en comparación con lo que podría obtenerse en estos dos aspectos de ser menores las diferencias entre los niveles de ingreso de la población. Como el grupo de mayores ingresos goza de una posición que le permite demandar bienes y servicios que por regla general no se producen en estos países y representan patrones do con­ sumo caracteríotñcos de economías más evolucionadas, parte considera­ ble 'de las ganancias que se obtienen revierten al exterior a través de esas /imperta ciones Pág* 13 importaciones y reducen en igual proporción el ahorro que podría capita­ lizarse en el país. La demanda de esos bienes importados, con ser elevada, no es la mayor parte de los casos lo bastante grande para hacer económica* mente atractiva la instalación de las ramas industriales que los producen. En este aspecto se destaca claramente la diferencia L que existe entre los países desarrollados y subdesarrollados en el aspecto de la generación del ahorro necesario para la inversión. Los primeros producen y realizan por regla general su excedente capitalizable dentro del propio sistema de relaciones de producción; los segundos, que no cuentan con una base pro­ ductiva amplia ni con un mercado vigoroso, se ven obligados a exportar el grueso de su producción agropecuaria para generar excedentes, que no en todos los casos se destinan a la inversión. Esta inversión depende además en gran medida de la importancia y el interés que muestre el sector público en absorber, a través de impuestos, parte de esos excedentes, y de que exista un sistema financiero capaz de captarlos para emplearlos en acti­ vidades que se traduzcan en un ritmo de desarrollo mayor. No es sólo el escaso nivel tecnológico y la existencia de actividades poco capitalizadas, lo que diferencia un país subdesarrollado de uno des­ arrollado. La diferencia se acentúa al comparar los respectivos niveles de capacitación cultural de la mayor parte de sus poblaciones urbanas y rurales. En los subdesarrollados, además, la estructura institucional se rige por patrones de comportamiento muy ligados a la tradición, poco incli­ nados a realizar cambios de importancia que favorezcan a los grupos mayor.itarios de la población. En suma, mientras no se eleven los niveles de eficiencia de las actividades productivas, se amplían las posibilidades de ocupación para el potencial de la fuerza de trabajo que se ve obligado a permanecer inactivo o subocupado, y no se supriman las limitaciones, sobre el • control y uso de los recursos naturales, los países subdesarrollados difícilmente podrán acortar la distancia que los separa de los avanzados. /3, Las Pág. 14 3. Las economías centroamericanas La formación de las economías centroamericanas está caracterizada por los rasgos que se señalaron al describir el proceso histórico de las economías 3/ coloniales a las que se denomina subdesarrolladas,*^ Incluso a los dos % siglos de lograda su independencia política, la característica común de estos países sigue siendo el hecho de hallarse supeditados a sistemas de producción y pautas de desarrollo con escasas perspectivas de largo plazo.. Hasta fines del siglo XIX, las actividades más importantes estaban conectadas con la extracción de recursos naturales, silvícolas y mineros, fundamentalmente. Poco después aparece o se intensifica la producción de café y de banano, que vienen a constituir el modelo de crecimiento de estos países durante la mayor parte del siglo XX, El dinamismo del crecimiento que adquieren esos dos productos es la consecuencia de la mayor demanda de los centros consumidores,originada por el aumento en ellos de los niveles de ingreso y por el mejoramiento de los medios de comunicación, que hacen posible la conservación y el transporte de productos perecederos a grandes distancias y en volúmenes cuantiosos. Por otra parte, se dan en Centroamérica condiciones privilegiadas de suelo y clima para su producción con ventajas cuando menos iguales a las mejores existentes en otras regiones tropicales. La producción de dichos artículos produjo efectos favorables sobre la economía, pero junto al crecimiento de la economía que provocaron, empezaron a producirse grandes fallas estructurales cuyos efectos no tardaron en manifestarse. Por una parte, las infraestructuras económicas a que dieron lugar, se orientaron hacia el monocultivo. La mano de obra a la que dieron ocupación alcanzó niveles importantes, pero al no ser empleada ininterrum­ pidamente todo el año ni existir otras ocupaciones alternativas o sucesivas dio lugar a la subocupación estacional. Deben agregarse a ello los grandes desniveles que se produjeron en el uso y propiedad de la tierra,concentrada en muy pocas manos, 2 / Aspectos más específicos de la forma de operación de las economías centro­ americanas pueden verse en los estudios elaborados por la CEPAL sobre El Salvador, Honduras y Nicaragua en la serie Análisis y proyecciones del desarrollo económico. Véase también la primera parte de Evaluación de la integración económica de Centroamérica. publicación de las Naciones Unidas, No» de venta: 66.II.G.9, marzo de 1966, /independientemente j Pág. 15 Independientemente de las fluctuaciones violentas a que se ha visto sujeto el cultivo de esos productos por las variaciones de los precios internacionales, ¿L centralizarse su producción en pocas manos, dio.lugar a la consiguiente concentración en pocas personas de los ingresos obtenidos. En tales circunstancias, no se han podido establecer las bases para pro­ vocar la demanda que se requiere para la formación de una industria vigo­ rosa en toda el área, ni se han obtenido para la población en general los excedentes de capital suficientes para establecerla sobre bases firmes, Al constituirse el sector exportador en una actividad altamente remunerativa, el hecho benefició preferentemente a grupos de altos ingresos, que adoptaron patrones de consumo similares a los de países industrializados, Y el des­ nivel en la distribución de los ingresos no fue ni ha podido ser propicio para el fortalecimiento del mercado interno de manufacturas. Junto a las actividades agrícolas esenciales de exportación se han establecido explotaciones medianas y pequeñas, algunas de cultivos que pueden colocarse en los mercados internacionales, pero que en su gran mayoría tienden a la producción de artículos para consumo interno. En general operan con poca eficiencia por diversas razones, las más importante de las cuales puede ser el predominio de finqueros minifundistas que pro­ ducen para el autoconsumo familiar o local, sin alicientes para transformar sus sistemas de producción, y en gran parte marginados del crédito y de la asistencia técnica. El tamaño de las fincas que cultivan resulta además insuficiente para obtener excedentes susceptibles de ahorro y reinversión, con las técnicas utilizadas. Los sistemas y métodos de comercialización son con frecuencia poco eficaces, por añadidura. No significa lo anterior que el sector exportador haya dejado de constituir el centro de la actividad económica. Cuando en la década anterior surgieron las condiciones que hicieron redituable el cultivo del algodón, se ampliaron en la misma proporción las posibilidades de crecimiento del área. La intensificación de ese cultivo coincidió con /la época Pág. 16 la época de auge de los precios del café y marcó en consecuencia una etapa de gran crecimiento para todas las economías de la región. Nunca en fechas anteriores los países del área habían experimentado avances tan espectaculares como los que se produjeron en aquellas circunstancias. En corto tiempo el nivel de capitalización se elevó sustancialmente, y los gobiernos pudieron incrementar sus presupuestos. Se consolidaron al mismo tiempo los bancos centrales y la banca comercial y se iniciaron programas de fomento industrial y agropecuario. La expansión de la economía no fue suficiente para hacer desaparecer la dependencia del exterior ni los desequilibrios en los niveles de ingreso y ocupación dentro del área, y al perder dinamismo las exportaciones pueden volver a presentarse problemas de igual o mayor gravedad que en el pasado, 4. Indicadores de la estructura económica de Centroamérica Las economías centroamericanas han experimentado, pues, avances notables en sus estructuras económicas o institucionales. El progreso logrado hasta ahora, sin embargo, ha sido insuficiente para superar los, obstáculos que se oponen al logro de condiciones de desarrollo sostenido. El esfuerzo de capitalización que deberá realizarse en el futuro inmediato, además de ser considerable por el bajo nivel tecnológico que caracteriza a casi todas las actividades productivas, tendrá que ser mayor aún a causa de la elevada tasa de crecimiento de la población (3*0 por ciento)^, Y ese esfuerzo deberá orientarse ante todo hacia el área rural, donde radica cerca del 65 por ciento de la población e igual proporción de la fuerza de trabajo. Aparte de cualquier consideración económica, destaca la necesidad de aliviar las tensiones sociales a que da lugar el hecho de que la gran mayoría de la población rural centroamericana viva en condiciones de infrasubsistencia, con niveles de ingreso muy bajos, con muy pocas opor­ tunidades de empleo y escasas posibilidades de mejoramiento social, ¿7 Véase el cuadro 1 del anexo C. /El problema Pág# 17 El problema del desempleo y del subempleo rural — estrechamente vinculado con la estructura de la tenencia de la tierra— no parece encontrar solución a corto y mediano plazo fuera del sector mismo y la relativamente elevada tasa de crecimiento industrial (7*2 por ciento en I95O/66 ) sólo ha permitido una absorción de fuerza de trabajo de 2,7 por ciento por año, inferior a la tasa de crecimiento de la población urbana (3.9 por ciento),^ Aunque se logre intensificar el ritmo de industria­ lización de Centroamérica en les próximos años, las oportunidades de empleo a que pudiera dar lugar quedarían sobradamente cubiertas por el crecimiento vegetativo de la población urbana» Pero además como viene sucediendo hace años, el flujo de inmigrantes de las zonas rurales hacia las ciudades capitales de los países, continuará haciendo presión sobre las competidas actividades en servicios, y más agrava el problema social urbano, El elevado crecimiento de la industria en el período 1950-66 (7.2 por ciento) contrasta con el del sector agropecuario (3.6), crecieron el resto de los sectores 5,7 por ciento. En el mismo lapso Sería aventurado sos­ tener sin embargo que la industria, la actividad más dinámica, pueda generar elementos autopropulsores del desarrollo. Un análisis más detenido permite confirmarlo. En primer lugar, la participación de la industria en el producto total sigue siendo baja a pesar de haber contribuido el primer año del período 1950-66 con el 12.2 y el último con el 16.3 por ciento. La del sector agropecuario en los años considerados fue de 37.3 y 29.7 por ciento, respectivamente. En segundo lugar, el 75 por ciento aproximadamente de la industria centroamericana es de carácter tradicional y en su mayor parte procesa artículos del sector agropecuario (molinos, desfibradoras, ingenios, e t c , c u y o ritmo de crecimiento futuro posiblemente se vea limitado por el reducido tamaño del mercado, J 7 V é a s e el cuadro 1 del anexo C, 6/ Véase el cuadro 5 del anexo C. /Vigorizar la Pág. 18 Vigorizar la estructura industrial de cada país con el atractivo de un mercado más amplio, ha sido uno de los principales motivos que llevaron a adoptar la integración económica como módulo de crecimiento complemen­ tario de la pauta tradicional. Sin embargo, aunque el intercambio entre los países ha experimentado un vigoroso aumentó al amparo del mercado común, todavía no se llega en Centroamérica a la fase de procurar delibe­ radamente el ensanchamiento de la demanda interna. Hasta ahora se han aprovechado en mayor medida las posibilidades de sustitución de importa­ ciones y de desviación del comercio, por la creación de la zona de libre comercio y la adopción del arancel común. Pero las diferencias de ingreso, resultado de la pauta tradicional de crecimiento, son difíciles de suprimir y es poco lo que el mercado común puede ofrecer a corto plazo. Su solución gradual se encuentra en la aplicación de una serie de medidas de política económica dentro de cada país y de medidas a nivel regional. La región centroamericana, en lo económico, continuará dependiendo de la agricultura, a pesar de los esfuerzos que se están haciendo con programas como la sustitución de importaciones y la diversificación de las exportaciones Si a esto le adicionamos el hecho de que el proceso de industrialización es todavía de poca significación y de que gran parte de los recursos agrícolas están todavía insuficientemente explotados, llegamos a la conclusión de que la actividad agropecuaria en el futuro inmediato tendrá que programarse sobre la base de un fomento agresivo y recibir una alta prioridad dentro de las políticas económicas que se adopten. /II. LA / Pág. 19 II. IA UTILIZACION DE LAS TIERRAS La cuantificaeión del grado de utilización de las tierras es uno de los factores más importantes aue determinan la eficiencia del uso de los recursos. Su conocimiento y la consiguiente repercusión en el valor total de la producción, el valor agregado y la absorción de mano de obra es lo que se pretende cubrir en esta sección, especialmente las relaciones que guardan estos factores con los diversos usos a que se dedica la tierra en Centroamérica, 1, Uso físico La superficie territorial de Centroamérica son 5«36 millones de manzanas^ De este total 19,9 millones, el 33.9 por ciento, corresponde a fincas. El 66,1 por ciento restante está constituido en su mayoría por tierras vírgenes sin vías de comunicación ni población, así como tampoco los servicios necesarios para realizar algún tipo de explotación agrícola ó pecuaria. Una gran parte ubi­ cada en la vertiente atlántica del Istmo podría ser habilitada para alguno de esos fines. Constituye la reserva y la futura "frontera agrícola". Parte está dada en concesión a compañías privadas para la extracción maderera; otra permanece inexplotada, bajo el dominio del Estado, aunque no existen inventarios donde se cuantifique y ubique con precisión. También comprende manglares, zonas cenagosas de muy mal drenaje y áreas sin valor para la agricultura por la pobreza de sus suelos. El conocimiento del potencial y de las posibilidades de lograr una producción agrícola sostenida en esas regiones vírgenes es escaso a pesar de constituir el margen para la posible expansión de la población futura. Un tanto a priori, podría preverse la conveniencia de que en vista del crecimiento de población y ante los problemas actuales de presión en deter­ minadas zonas, se estudiaran las posibilidades de su desarrollo y de encauzar la® inmigraciones existentes y en perspectiva para su'colonización, 1 / 1 manzana = 0.7 hectáreas. /En el En el cuadro 1 se anota la proporción, dentro de la superficie de cada país, constituida por fincas.^ Puede observarse que Honduras, Nicaragua y Guatemala, contienen proporciones más grandes de tierras vírgenes, por lo que las mayores posibilidades de expansión parecen encon­ trarse en esos países sin tomar en cuenta el potencial productivo. Cuadro 1 CENTROAMERICA : SUPERFICIE TERRITORIAL Y EN FINCAS País Centroamérica Superficie territorial (miles de manzanas) Superficie en fincas Miles de Porcentaje manzanas Costa Rica 7 283 19 909 3 815;ã/ El Salvador 2 915 2 263' 77*6 31*6 58 650 y y 917' 33*9 52.4 Guatemala 15 530 4 Honduras 16 081 3 453 21.5 Nicaragua 16 791 5 461* 32.5 Fuentes : Los datos sobre superficie en fincas provienen de los respec­ tivos censos agropecuarios. Los datos de superficie territorial provienen de: Costa Rica, Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Economía y Hacienda, Censo agropecuario. San José, Costa Rica, noviembre 1963; El Salvador, Departamento de Cartografía, 1967; Guatemala, CIDA, Tenencia de la tierra v desarrollo socio­ económico del sector agrícola. Guatemala. Unión Panamericana 1965, cuadro 1-8; Honduras, Secretaría de Economía y Hacienda, Dirección General de Estadística y Censos, División política v territorial. 1964; Nicaragua, Ministerio de Economía, Dirección General de Esta­ dística y Censos, Censos nacionales. Vol. agropecuario. 1963* 1963. 1961. 1964. y h J y, 2/ Como tierras en fincas se han considerado las que forman parte de uni­ dades de explotación en las que se lleva a cabo algún tipo de actividad agrícola o pecuaria. No' se incluyen las que se dedican exclusivamente a la extracción forestal, /El 77.6 por Pág. 21 El 77.6 por ciento de 1? superficie de El Salvador se encuentra en fincas. Por la topografía, las áreas cubiertas de roca volcánica, y las tierras no productivas agrícolamente, es el único país del área que no cuenta con una frontera agrícola donde pueda tener acomodo su alta densidad demográfica y el crecimiento vegetativo do su población. En el resto de los países, exceptuando la superficie en fincas y algunas zonas forestales en explotación, el resto de las tierras se encuen­ tran prácticamente sin explotar y no cumplen ninguna función económica. Su incorporación a la economía exige, en la may orí' de los casos, grandes inver­ siones en obras de infraestructura ya que carecen de vías de comunicación y de los servicios más elementales. Para los efectos del análisis, estas tierras tienen poca importancia inmediata, por lo cual la evaluación se concentrará en aquéllas que dis­ poniendo de infraestructura tienen una función económica y social que cumplir y al mismo tiempo son de más fácil explotación por contarcon los servicios básicos indispensables. En el análisis que sigue se han utilizado las clasificaciones empleadas 3/ por los censos agropecuarios de los respectivos p a í s e s , a grandes rasgos comparables entre sí. Siete son las categorías que registran los censos en materia de utilización de las tierras. Las que no tienen utilización agrí­ cola y no podrían ser dedicadas a fines productivos, a menos de incurrir en costosas inversiones, se agrupan bajo el rubro de "otras tierras". Para los efectos de este trabajo, se han clasificado como "superficie no agrícola". Se supone que en una explotación el resto de las tierras tienen algún tipo de vocación (agrícola, ganadera o forestal). J 7 C o s t a Rica: Ministerio de Economía y Hacienda, Dirección General de Estadística y Censos, Censo agropecuario. San José, Costa Rica, noviembre 1963 , p. 30S, El Salvador: Ministerio de Economía, Dirección General de Estadística y Censos, Segundo censo agropecxario. República de El Salva­ dor, C. A., 1961 , p. 421. Guatemala: Dirección General de Estadística, Censo agropecuario. Guatemala, C. A., 1951, p. 17Ô. Honduras: Secre­ taría de Economía y Hacienda, Dirección General de Estadística y Censos, Cifras preliminares, segundo censo nacional agropecuario. Tegucigalpa, C.D.febrero, 1967, p. 111. Nicaragua: Ministerio de Economía, Dirección General de Estadística y Censos. Censos nacionales. Vol. agropecuario. Nicaragua 1963, p. 159. /Baje el Pág. 22 Bajo el rubro de "superficie en cultivos", se incluyen las tierras que en la época del censo, o en el año anterior, fueron dedicadas a cul­ tivos permanentes, anuales, o estaban en descanso. Por "cultivo perma­ nente" se entiende el que no requiere preparación anual de las tierras, aparte de las operaciones de cultivo normales cuyo ciclo pasa generalmente re IB mft-ses, Se consider .n "cultivos anuales" los que requieren una prepa­ ración anual de las tierras antes de la siembra. Las "tierras en descanso" son las superficies dedicadas a cultivos durante los cinco años anteriores al censo. En términos generales, pueden considerarse tierras con potencial agrícola probado, pero que en la fecha del censo no estaban siendo explotadas. Algunas veces forman parte de un sistema de rotación y por razones de conservación de suelos, pendientes, o a causa de técnicas deficientes de manejo, se dejan descansar durante períodos muy prolongados después de una cosecha. Durante ellos permanecen en charrales, enmontadas o dedicadas a una ganadería muy extensiva; su importancia económico-social se deriva de su valor, de su uso alternativo y de las presiones demográficas de la zona en que se encuentran. En lo sucesivo se denominará "superficie en pastos" a la que los censes clasifican como "pastos naturales" y "pastos sembrados". Las dife­ rencias entre ellos son poco funcionales, porque en la práctica es difícil distinguir entre uno natural y uno sembrado, Por ejemplo, el jaragua (Hyptiarrehenia rufa ) que es bastante común en la región del Pacífico de Centroamérica, fue sembrado hace muchos años y ahora se considera natural. En estas condiciones, los pastizales constituyen mezclas muy variadas que complican la clasificación y separación. Sólo en pocos casos pueden obser­ varse pastizales uniformes (pará.(Panicum purpurascens) pangóla (Digitaria . decumbens ). guinea (Panicum maximum) o incluso el mismo jaragua . Por eso se han reagrupado bajo una sola categoría. De otro lado, no se han incluido los pastos de corte — el gigante, Pennisetum nurpureum. y el imperial, Axonopus scoparius. y en menor grado el kikuyo, Pennisetum clandestlnum y el pangóla— que en el mejor de los casos ocupan superficies muy reducidas» /El séptimo Pág. 23 El séptimo y último grupo es el que se ha clasificado como "montes y bosques", constituido en su mayor parte por charrales, montes con pasto, bosques de crecimiento secundario, o bosques de crecimiento prima­ rio, por lo general no sujetos a una explotación apropiada. El uso prin­ cipal de estas tierras es la obtención de leña y madera rolliza,^ Con estos antecedentes (véase el cuadro 2) puede analizarse la utilización de las tierras que forman parte de las fincas, y conocerse hasta qué punto han sido incorporadas a las actividades agropecuarias. Del total de tierras aptas para usos agrícolas, pecuarias o forestales, el 31,3 por ciento se dedica a actividades económicamente marginales, hecho que se debe en parte a la existencia de fincas que se encuentran en el área de la frontera agrícola y tienen una proporción muy alta de tierras en bosques vírgenes; también influyen la existencia de tierras cuyo uso es la explotación, forestal, y sobre todo causas vinculadas con la estructura de la tenencia. El primer caso se presenta principalmente en los países que están expandiendo su frontera agrícola, como Honduras, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua; el segundo está mejor representado por El Salvador, donde todas las tierras aptas para agricultura o ganadería están siendo práctica­ mente utilizadas. El tercero corresponde en mayor o menor grado a todos los países. Suele presentarse una situación distinta cuando las tierras propias para la explotación forestal están siendo cultivadas y exponiéndose a un deterioro completo por los efectos de la erosión. Cabe anotar al respecto que las tierras forestales no están siendo explotadas por lo general con­ forme a técnicas aceptables, Las resiembras y la ordenación de esos recursos no se llevan a cabo y están en vías de extinción ciertas especies no obstante los esfuerzos gubernamentales. En muchos casos, al limpiar los terrenos se pierden grandes cantidades de maderas finas, por falta de medios de comunicación y mercadeo, fenómeno principalmente asociado a la colonización espontánea. y Debe señalarse que las explotaciones exclusivamente forestales no han sido consideradas por los censos agropecuario. /Cuadro 2 Pág. 24 Cuadro 2 CENTROAMERICA : UTILIZACION DE LAS TIERRAS EN FINCAS Guatemala d El Salvador Honduras’ Nicaragua Costa Rica Manzanas Superficie total No agrícola Agropecuaria 5 315 475 471 338 4 844 137 2.2, 1 ¿ 6 él 3 ¿52 933 5 461 162 163 942 5 297 220 760 665 1 264 852 272 013 488 652 226 717 131 907 2 123 816 610 ^ 193 / 425s7 967 938 37 O 232 672 457 194 248 503 Pastos Naturales Sembrados 1 162 447 832 593./ 329 854^ 857 709 708 369 149 340 - Montes y bosques 1 904 080 327 737 Superficie en cultivos Permanente Temporal Descanso 777 227 937 530 2_3il3iQ 36 118 3 779 232 872 263 286 6 7 0 / 482 120 324 315 261 278 - 2 535 106 946 449 1 588 657 1 338 063 766 457 571 606 2 692 268 1 497 262 1 568 906- 556 015 Porciento Superficie total agropecuaria 100,0 100,0 Superficie en cultivos Permanente Temporal Descanso 36.7 4.7 19.4 1 1 .0 44.2 Pastos Naturales Sembrados 24.0 17.2 6.8 40.4 33.4 7.0 Montes y bosques 39.3 15.4 11.0 21.5 11.7 0/ 100. 0 ^ 22.0 7.9 14.1 *•• ... ... 78,0 100,0 100.0 23.9 4.3 10.5 9.1 23 a 47,8 17.8 35,4 30,0 15.1 28.3 41.5 7.6 8.6 6.9 20,3 Fuente ; Guatemala, Censo agropecuario 1950; El Salvador, Censo agropecuario 1961; Honduras, Censo agropecuario 1965 : Nicaragua, Censo agropecuario 1963 y Costa Rica, Censo agropecuario 1963. Véase el cuadro 7 del anexo C. Nota : Algunos totales no coinciden con la suma de los parciales por redondeo, a / L a s cifras de superficie no agrícola, pastos y montes y bosques se estimaron con base en las proporciones de Nicaragua, b/ Incluye 82.025 manzanas de cultivos perdidos, c/ Cifra obtenida por diferencia de la cifra censal denominada "de cultivo cose­ chada" y de pastos sembrados, ú j Incluye las tierras reportadas en el censo como de cultivos anuales,pastos de corte, huertas y otras tierras de labranza, e/ Se refiere a zacates sembrados, f/ Incluye las tierras de bosques con pastos y sin pastos y los charrales, g j Superficie total en fincas, incluye la no agrícola. /El rubro Psg. 25 El rubro más importante es el de las "tierras ganaderas"¿que representan el 36.2 por ciento del total. La proporción se debe entre otros ¿actores a la aptitud nata de las grandes superficies para el pastoreojla pr02d.nri.dad de las fincas ganaderas a los mercados y principalmente por las preferencias de los propietarios de fincas,las relaciones de precios y riesgos entre actividades competitivas,factores éstos estrechamente ligados al régimen de propiedad 5/ y de tenencia de la tierra.^ La influencia del medio ambiente puede ser un factor determinsnte,tanto por el clima y la topografía como por los suelos. No obstante, de las observa­ ciones de campo se infiere que no existe necesariamente 'una correlación entre el uso actual y el óptimo, puesto que es frecuente encontrar fincas ganaderas en zonas donde la agricultura podría generar una mayor absorción de mano de obra y un mayor ingreso; De hecho, incluso en El Salvador, un gran porcentaje del tota] de las tierras clasificadas como aptas potencialmente para cultivos & anuales intensivos se dedica a explotaciones ganaderas, generalmente extensivas^ .. También la ganadería de carne se relega habitualmente a zonas más aleja­ das de los centros de consumo,, que por lo tanto cuentan con obras de infra­ estructura menos desarrolladas,-^Ello debe atribuirse principalmente a la u ay or t densidad económica de los productos agrícolas y al hecho de que siendo la gana­ dería actividad de bajo producto por unidad de superficie,tiende a ocupar tierras de menor valor monetario. No obstante estas razones, la ubicación de algunas explotaciones ganaderas parece no ajustarse a patrones óptimos de localización. Por ejemplo,en los departamentos de Sonsonate y San Miguel, en El Salvador,ambos próximos a centros de consumo y bien comunicados, se dedica a la ganadería el 46 y el 39 por ciento de las tierras,respectivamente ; en Nicaragua, los departamentos de Granada y Ifenagua,también próximos a los prin­ cipales mercados y bien comunicados,dedican el 59 y el 48 por ciento de las tierras a esos fines. Los cultivos temporales y permanentes ocupan solamente el 20.6 por ciento de las tierras en fincas, que representan el 6.8 por ciento de la superficie territorial de la región centroamericana» En varios estudios^se estima que potencialmente podría dedicarse a esos fines un total de 23 millones de Véase el capítulo siguiente. Véase Héctor González Luna, Zonificación agropecuaria v forestal en El Salvador. (Tesis; IICA, Turrialba, Costa Raea,l9¿S,p ,65 ] ¡ Al hablar de la ganadería se está haciendo referencia a la de carne,que es la predominante. Esta observación no se refiere a los hatos puramente leche­ ros, cuyas condiciones y productividad son diametralmente opuestos. Estos hatos casi no existen en Centroamérica. S/ FAQ, Uso potencial de la tierra (Informe a los gobiernos de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá), Roma, 1967., /manzanas, Pág. 26 manzanas, que equivalen al 39.3 por ciento de la superficie territorial. 9 / Como se dijo, la reducida utilización de las tierras agrícolas para cultivos se debe a la existencia de zonas que aún están por colonizar, o a que las fincas dedican grandes extensiones a fines ganaderos. Se debe dar prioridad a los cultivos en las tierras aptas para esos fines, y la ganadería extensiva debe relegarse a las tierras cuyas condiciones económicas y calidades fueran más apropiadas para ello. A estos efectos, vale la pena mencionar el caso de la costa del Pací­ fico de Nicaragua, de condiciones ecológicas muy homogéneas, y donde la información disponible permite comprobar claramente las disparidades que existen entre su uso actual y el que podría dársele. En esta zona, el 17 por ciento de la superficie está dedicado a cultivos y el 35 por ciento a pastos. El resto se encuentra en montes y bosques (16 por c i e n t o o sin incorporarse a ‘ fincas (30 por ciento Según los datos disponibles sobre su uso potencial, el 67.8 por ciento de esa superficie es apta para la agricultura (cultivos temporales o permanentes), el 15.2 por ciento, para la ganadería, y el 17,1 por ciento, para uso forestal. De suponerse que las mejores tierras son las que ee han incorporado a fincas, de las tierras aptas para cultivos se estaría utilizando solamente el 21 por ciento y dedicándose a usos muy extensivos el 79 por ciento restante. Al nivel centroamericano, entre las tierras en cultivo, un alto por­ centaje corresponde a los de carácter permanente. Ello es atribuible al predominio de cultivos tradicionalmente muy rentables orientados a la exportación, o con canales de mercadeo bien establecidos, como son el café, el banano y la caña de azúcar, o bien de cultivos tradicionales del campesino que se destinan principalmente al autoconsumo (plátano, guineo cuadrado, frutales,etc). Estos cultivos comprenden el 6.4 por ciento de la superficie en fincas, y en algunos países alcanzan proporciones más altas (en El Sal­ vador, por ejemplo, el 11 por ciento). 2/ Véase el estudio sobre uso potencial de las tierras de la SI_.CA, en preparación, 10/ Cifras actualizadas parcialmente (incluyendo los aumentos del algodón) al año 1966-67 . 11/ El 2 por ciento restante son tierras incorporadas a fincas que no tienen utilización agrícola. /Los cultivos Pág, 27 Los cultivos permanentes representan tal vez el segmento más impor­ tante en lo que respecta a su contribución a la generación de divisas y ahorros tanto de la agricultura de la región como del capital que se le destina. Cabe señalar, sin embargo,que ciertas transformaciones de la organización podrían ensanchar su impacto, de resultar viables, por la absorción de mano de obra y por la difusión de los beneficios del des­ arrollo, Así, por ejemplo, si se fomentase gradualmente una estructura de producción de tipo familiar, se podrían lograr varias ventajas. La escasez de recursos de capital en primer lugar, hace pensar en la conveniencia de emplear la mano de obra al máximo, incluso en proyectos de inversión. Se podría aumentar el capital agrícola hasta cierto punto mediante el empleo de la mano de obra familiar, sin caer en costos exhorbitantes. Sólo se requeriría proporcionarle las plantillas para siembra y el aporte del tra­ bajo de la familia. El cultivo permanente proporciona, en segundo lugar, una mayor* estabilidad en el asentamiento de la familia, lo cual tiene reper­ cusiones sociales de gran importancia. En tercer lugar, los cultivos perma­ nentes ofrecen como la estabilidad social ventajas asociadas a la estabilidad económica de la familia. Por una parte, se disminuirían las presiones en el mercado de trabajo, y por otra se regularizaría el ingreso de los agricul­ tores, capacitándolos mejor para hacer frente a las pérdidas y daños derivados de los factores climatológicos. En último término, dadas las características topográficas de gran parté de la región, estos cultivos representan casi la única manera de explotar esas tierras intensivamente sin exponerlas a los graves daños causados por la erosión. Según la información disponible, una gran proporción de las tierras de Centroamérica (28 por ciento) es apta para cultivos permanentes. Parte de ellas, dentro de las estructuras actuales, se dedica a actividades poco rentables (ganadería extensiva) o que prácticamente nc cumplen con ningunafunción económica o social para los países (los montes y los bosques). Siendo fundamental mejorar el uso y la distribución de las tierras, habría oue salvar paralelamente los obstáculos relacionados con la amplitud de los mercados. Sería por tanto un requisito complementario para su fomento, la. definición de canales y el desarrollo de sus mercados, tanto internos como externos. /A los Pág. 28 A los cultivos temporales, que constituyen la base de la dieta del centroamericano, se dedica el 14.2 de la superficie en fincas, con la única excepción importante del algodón, que se orienta a los mercados externos. El resto de la superficie está ocupada principalmente por el maíz, el frijol y el arroz, productos básicos de consumo interno. La organización del mercado de granos adolece de imperfecciones que frecuentemente ocasionan pérdidas al productor. Una de ellas está relacionada con deficiencias de almacenamiento que repercuten directa­ mente en los ingresos de los productores y en la necesidad de importar, tanto entre los países de la región como de fuera de ella, agravando los problemas de la balanza de pagos ,^=2/ Debe mencionarse, en fin, el caso de las tierras que se dejan en descanso. Como práctica de administración de fincas, se podría aceptar en casos extremos rotar las tierras dedicadas a los cultivos temporales en la proporción de un año en descanso y dos en cultivo. Supondría ello una relación de un tercio de manzana en descanso por cada manzana de cultivo. Proporciones'mayores sólo se pueden justificar en zonas donde la precipi­ tación y humedad américa— sean extremadamente bajas — situación poco usual en Centro­ o en zonas de agricultura marginal, con excesiva pendiente (por ejemplo, en las proximidades de Cobán, en Guatemala), Es decir, la razón principal de dejar tierras en descanso es reponer la fertilidad del suelo y evitar gastos en abonos, pero esta práctica no resulta recomendable en nuestros días porque el costo de los abonos es siempre inferior al de dejar las tierras sin utilización, y eso sin contar con los efectos sociales de la reducción del empleo de la mano de obra. En algunos casos, sin embargo, la falta de mercado o de crédito y recuisos complementarios puede conducir a mantener tierras ociosas por encima de los niveles razonables. En la actualidad, la superficie en descanso representa alrededor del 11,5 por ciento de las tierras en fincas, mientras los cultivos temporales — sujetos a rotación— suman el 14.2 por ciento. Como consecuencia, l) se desaprovechan 2.2 millones de manzanas que además de representar una pérdida cuantiosa obligan posteriormente a los productores a incurrir en mayores 12/ Evaluación de la integración económica en Centroamérica. op. ,cit. p.64/costos de Pág. 29 costos de adaptación para poder realizar siembras, y 2) por cada manzana y cuarto que se está cultivando se pierde el producto de una que se deja en descanso. Explican este comportara.ento razones de tipo estructural asociadas a la distribución y tenencia de las tierras. Entre los países se presentan ciertas diferencias, pero en el mejor de los casos la relación entre tierras en descanso y tierras en cultivo temporal constituye un problema que merece la mayor atención (véase el cuadro 2). La baja productividad del sector agrícola en los países centroamericanos es por lo tanto un resultado tanto de la subutilización de los recursos naturuales (tierra), como de los bajos niveles tecnológicos en el proceso de producción y comercialización. Sólo el 20,6 por ciento de las tierras en fincas se explotan intensivamente (cultivos permanentes y temporales); el 36,2 por ciento se dedica a usos extensivos (ganadería vacuna de carne y pastos); el 31.3 por ciento a usos sumamente extensivos (montes y bosques), y el 11,5 por ciento restante se encuentra sin utilización (en descanso). Podría pensarse que las cifras anteriores no reflejan la situación actual por estar basadas en datos de 1963 principalmente. De hecho, se ha evidenciado un aumento de la superficie uitilizada, pero de ninguna manera lo bastante espectacular para rectificar lo señalado. Sólo en determinadas zonas,y principalmente las algodoneras, se notan transformaciones signifia cativas. Por ejemplo, en y sé encontró que entre Nicaragua se trató de medir ese .incremento 1962/63 y 1966/67 el aumento de la super­ ficie cultivada representaba el 4.1 por ciento de la superficie en fincas. Pudo comprobarse que la mayor parte de ese aumento provenía de nuevas tierras (montes y bosques) que no habían sido consideradas antes como superficie en fincas, o fueron transformadas de potreros en algodonales, sobre todo en la región del Pacífico. Hasta aquí se han mencionado diferencias de intensidad entre los dis­ tintos usos de la tierra. En las próximas dos secciones se intentará calificar su significado en términos de - n análisis de productividad y de u intensidad en la utilización. /2« Productividad Pág. 30 2. Productividad de las tierras, por su uso Para tener una idea aproximada del valor diferencial de la producción por unidad de superficie que se genera en los distintos usos de la tierra, se 13/ preparó el cuadro 3 para tres de los países centroamericanos.-*/ i Cuadro 3 CENTROAMERICA: VALOR BRUTO DE LA PRODUCCION AGROPECUARIA EN PAISES SELECCIONADOS (Pe sos centroamericanos) Actividades El Salvador^/ Costa Ri c a ^ c/ Nicaragua**' / Valor total (miles) Agropecuarias Agrícolas„/ Pecuarias-' 124 545 99 627 24 918 155 906./ 113 594a7 30 042 134 364 / 86 I4227 48 223 Valor Dor manzana Agropecuaria y forestal Agrícola Dedicada a cultivos y descanso Efectivamente cultivada En cultivos de consumo interno En cultivos de exporta­ ción 56.3 69.0 25.4 113.8 206,4 122.0 168.0 136,0 88.7 79.0 48.0 317,9 292.O 232,4 35.0 19.0 Pecuarias, en pastos 24.9 * V C d O C « JUO U X U lQ V ó . V I I ? o C?JL C t llt r n - A W 68.0 /I m Peso centroamericano = 6.63 colones, 1 Peso centroamericano = 2,50 colones, a/ 1 c/ d/ e/ f/ 1 Peso centroamericano — 7,00 córdobas. Incluye los cultivos de café, algodón, cada, maíz, maicillo, frijol, arroz y cacahuete, Incluye los cultivos de frijol, maíz, arroz, caña, café y algodón, Incluye el ganado vacuno y la leche. 13/ La metodología utilizada en ai elaboración aparece en el anexo A. /Las estimaciones Pág. 31 Les estimaciones se basan en la información de los censos agropecuario®, con respecto a la superficie y producción de los principales cultivos, y en la de existencias y producción de ganado vacuno y leche. Los valores abso­ lutos representan una aproximación burda, sujeta a error, y no deben tomarse como cifras definitivas, por lo tanto. De acuerdo con dichos cálculos, las actividades agrícolas producen ingresos brutos anuales del orden de I5O a 25O pesos centroamericanos, en promedio. Es posible que los mismos cultivos con referencia a determinadas propiedades arrojen cifras muy supe­ riores, Los promedios incluyen fincas marginales; están sujetos al error de los censos, e influenciados por los niveles de precios seleccionados que han sido conservadores. Asimismo, influyen la selección de productos y la composición de la producción dentro de cada país. Pero las cifras son representativas de las diferencias que existen entre la productividad de las actividades agrícolas y la ganadería, y del costo que representa dejar parte de las tierras sin utilizar, o dedicarlas a usos muy extensivos, a) Tierras cultivadas El factor que más influye en la productividad media de las activi­ dades agrícolas es la estructura de la producción, es decir, el peso rela­ tivo de los cultivos orientados al consumo interno — con muchas imperfec­ ciones en su mercado y precios relativamente bajos— a mercados más favorables, internos o externos. o el de los orientados La diferencia en el valor de la producción de los artículos de exportación puede ser desde 3.5 veces mayor que los de consumo interno, caso de El Salvador, y hasta 5 veces mayor, caso de Nicaragua, El rango de variabilidad puede atribuirse parcialmente a que para El Salvador, dentro de los productos de consumo interno, se tomaron 7 cultivos, mientras para Nicaragua, se tomaron sólo los 3 prin­ cipales. La inclusión de mayor número de productos aumenta el valor uni­ tario de los de consumo interno y disminuye en consecuencia la relación con los de exportación. Llaman la atención las grandes diferencias en lo que se refiere al valor de los productos de exportación. La explicación principal reside en los distintos niveles tecnológicos y de producción,especialmente en el caso del café, donde los rendimientos por unidad de superficie sembrada eran de 1 0 ,9 0 quintales oro por manzana en El Salvador, y de oro por manzana en Nicaragua, 4 .5 0 quintales / % m. , Pág. 32 b) Tierras en descanso Se ha señalado que el valor medio de la producción asciende aproxi- madamente a 200 pesos centroamericanos por manzana; así pueden estimarse las pérdidas potenciales imputables a las tierras en descanso. Si se admite que esas tierras son aptas para la agricultura, Centro­ américa estaría dejando de percibir anualmente una producción equivalente a 450 millones de pesos centroamericanos. Si se supone, por las razones expuestas, que la mitad de esas tierras estuvieran justificadamente en descanso, la magnitud señalada seguiría siendo considerable, c) Pastos Las cifras de valor de la producción resultan muy bajas en lo que se refiere a la superficie que se dedica a pastos. En el cuadro 3 se puede observar que los valores estimados para esta actividad oscilan entre 20 y 35 pesos centroamericanos por manzana, niveles 7.5 veces inferiores aproxi­ madamente a los de la agricultura, A primera vista, diferencias tan marcadas podrían sugerir la conveniencia de transfornar, en lo posible — condiciones de transporte, aptitud de las tierras y mercadeo— las tierras ganaderas a tierras agrícolas, aunque los cultivos se orientasen al consumo interno. De no mediar problemas del lado de la deiiianda, acaso fuera ese el camino más sencillo con respecto a la realización de esfuerzos por tecnificar las acti­ vidades ganaderas o agrícolas en las condiciones actuales.^/ Las diferencias de productividad que se observan entre los distintos países parecen ser reflejo directo de la diferencia de intensidad de las explotaciones. Si se utiliza como medida la carga de ganado por unidad de superficie, en Nicaragua es de 0,49 cabezas por manzana, en Costa Rica de 0,79 cabezas y en El Salvador, de 1.30 cabezas. Nuevamente debe tenerse presente que se trata de promedios nacionales, y que de hecho se presentan grandes discrepancias internas, relacionadas con la distribución de la tierra, W Véase la parte final de este trabajo. /d) Otras Pág. 33 d) Otras tierras No se ha elaborado ningún cálculo sobre el valor de la producción imputable a la superficie que se dedica a montes y bosques. No obstante, por las características de las explotaciones y por su escasa producción se estima que los rendimientos deben ser inferiores a los de la ganadería. El costo de oportunidad de estas tierras variaría entonces de acuerdo con el uso potencial de las mismas y podría alcanzar niveles significativos. e) Conclusión La estructura del uso de la tierra que se ha comentado determina que los valores medios de la producción por unidad de superficie en fincas sean sumamente bajos. Pueden variar entre 25 y 75 pesos centroamericanos por manzana, como se comprobó en Nicaragua y en El Salvador, La diferencia entre Nicaragua y El Salvador refleja principalmente la alta proporción de tierras en pastos y 1 ’ ' orción dedicada a cultivos en el primero y el segundo de dichos 3. Absorción de mano de obra Desde otro punto de vista, los diferentes usos de las tierras ofrecen una capacidad diferencial de absorción de mano de obra que sigue un comporta­ miento similar al anotado en cuanto a la generación de los valores de la producción. Se presentarán algunas cifras que muestran esas relaciones, y se resumen en el cuadro 15/ Véase nuevamente el cuadro 2, 16/ La metodología y supuestos empleados para llegar a estas cifras se presentan en el anexo B, /Cuadro 4 Pág. 34 Cuadro 4 CENTROAMERICA : ABSORCION ÜE LA lA W DE OBRA EN ACTIVIDADES AGRICOLAS Y PECUARIAS ( Años-hombre) Actividades Costa Rica El Salvador Nicaragua Agropecuarias Total Por manzana®^ 188 028 209 339 197 034 O.O5 0.10 0.04 161 75 I 180 881 164 444 0.26 0.20 0.21 Agrícolas Total Por manzana^ Pecuarias Total Por manzana^ a/ b/ c/ a) 26 277 28 453 32 590 0.02 0.04 0.01 En cultivos, pastos, descanso y montes y bosques, En pastos. En cultivo-s permanentes y temporales. Tierras cultivadas Los cultivos de exportación tienen exigencias mayores de mano de obra que los de consumo interno, lo mismo que su producto. En promedio, la caña de azúcar, el café y el algodón, entre los primeros, requieren entre O .36 y O.4O años-hombre por manzana, mientras los segundos requieren apro­ ximadamente 0.16 años-hombre por manzana. Conviene señalar, sin embargo, que la demanda de mano de obra se concentra en el período de las cosechas, dando lugar a marcadas fluctuaciones estacionales que provocan migraciones intensas de trabajadores. /En promedio, Pág. 35 En promedio, se requieren aproximadamente 0.23 años-hombre por man­ zana, Esto quiere decir que con la fuerza de trabajo de un año—hambre no 17/ se pueden cultivar más de 4*3 manzanas»*4' b) Tierras en descanso Consecuencia de lo anterior es que cada manzana en descanse signi­ fica una menor absorción de mano de obra que equivale a 0.23 años-hombre. Si se supone que un año-hombre equivale a 280 días de trabajo al año, y que existe un salario mínimo de un peso centroamericano por día, se obtendrá una cifra aproximada de 165 millones de pesos centroamericanos anuales como estimación del valor de la producción que no se materializa por los obstáculos que se oponen a la absorción plena de la mano de obra disponible. Como existe subempleo y desempleo en la agricultura, el uso de esas tierras aumentaría considerablemente el nivel del ingreso de los trabajadores, e incluso la productividad de la tierra y de la mano de obra. Argumento similar podría aplicarse a las tierras con montes y bosques, siempre y cuando fuesen aptas para la agricultura, c) Pastos Las actividades pecuarias, y específicamente la ganadería vacuna de carne, registran los coeficientes más bajos de mano de obra por unidad de superficie. Los niveles de empleo pueden variar entre 0,02 años-hombre y 0,04 años-hombre por manzana, dependiendo del coeficiente de agostadero. Esto significa que con un año-hombre de trabajo se podrían atender aproxi­ madamente 33 manzanas de pastoreo, incluyendo las épocas de mayor demanda de mano de obra, como ocurre en la agricultura. Comparada con las activi­ dades agrícolas, la ganadería absorbe 10 veces menos mano de obra, y de ello se deriva la ventaja de concentrar la ganadería en las zonas de baja densidad demográfica, a menos que consideraciones económicas, costos de apertura de nuevas tierras o el tipo específico de ganadería, aconsejen seguir un camino distinto. 12/ No quiere ello decir que una persona sola pueda trabajar esa superficie. Las variaciones cíclicas en la demanda de mano de obra lo impiden. /d) Conclusión Pág. 36 d) Conclusión Los factores mencionados han determinado, en conjunto, ima baja capacidad de absorción de mano de obra, como lo demuestran los coefi­ cientes medios que oscilan entre 0,04 y 0,10 años-hombre por manzana* Dicho en otros términos, un año-hombre permite, como cifra promedio, atender de 10 a 25 manzanas que es una cifra anormalmente alta y no significa elevados coeficientes de eficiencia sino una inadecuada utilización de la mano de obra. Se indicó antes que el valor de la producción por manzana varía entre 25 y 75 pesos centroamericanos; como consecuencia, si la gran mayoría de las tierras que ahora se encuentran en descanso, en pastos, o montes y bosques, fueran incorporadas al cultivo, la productividad podría aumentarse e incluso absorber una mayor cantidad de la mano de obra disponible, 4. Niveles de empleo v productividad de la mano de obra los patrones de utilización de las tierras y la estructura de los cultivos, así como la densidad de población y la fuerza de trabajo, determinan que existan altos márgenes de subocupación. En el cuadro 5 se resumen las cifras sobre la mano de obra dedicada a las labores agropecuarias y la fuerza de trabajo disponible. Del total de la fuerza de trabajo se absorbe una proporción que varía entre el 43.2 por ciento en El Salvador y el 96.8 por ciento en Costa Rica. Estas pro­ porciones pueden variar en cualquier sentido; aumentarían con la incorpo­ ración de nuevos cultivos, o se reducirían por el efecto de emplear equipos ahorradores de mano de obra. A pesar de las limitaciones de la información y de lo burdo de los cálculos, es evidente la presencia de serios desequilibrios en el mercado de trabajo. /Cuadro 5 Pág. 37 Cuadro 5 CENTROAMERICA í PRODUCTIVIDAD DE LA MANO DE OBRA EN PAISES SELECCIONADOS Unidad El Salvador Nicaragua Costa Rica Requerida Años-hombre 209 339 197 034 188 028 Disponible Años-hombre 464 044 279 934 194 309 Subempleada Porciento 57.7 29.6 3.2 155 906 134 364 133 676 Requerida 744 682 711 Disponible 322 480 688 Mano de obra Producto bruto agropecuario Miles de pesos Productividad de la mano de obra Pesos Fuente : Estimaciones CÍDa /cAIS, véanse el cuadro 3 y los cuadros 14, 15 y 16 del anexo C, En el cuadro 5 se observan los niveles de productividad considerablemente bajos que fluctúan entre 322 pesos centroamericanos en El Salvador y 60S en Costa Rica, las diferencias deben atribuirse principalmente a la subccupación porque si se considera la productividad por hombre efectivan rW mente empleado (alrededor de 700 peses por año-hombre) casi desaparecen. En el caso de Centroamérica se ofrecen dos caminos extremos para mejorar la productividad de la mano de obra rural. Uno consistiría en concantrar los esfuerzos en la tecnificación de los cultivos para aumentar el producto oue genera, la mano de obra ya ocupada, Seguirlo implicaría satisfacer exigencias más estrictas en materia de recursos de capital y de capacitación de la nano de obra, proceso costoso y de largo 1 8 / las cifras deben ser algo mayores en realidad, porque no se han incluido todos los productos en el cálculo. Como se verá más adelante, estas diferencias tienen su efecto directo en los niveles de ingreso y consumo* /plazo, El Pag, 33 plazo, EL otro se dirigiría a aumentar la productividad de la mano de obra disponible mediante el empleo de los recursos subutilizados, tierra y mano de obra. Los requerimentos en inversiones yen capacitación de la mano de obra serían en este caso sensiblemente Inferiores, pero los relativos a la reestrutura de la organización institucional serían bastante más amplios. En la práctica, debido a múltiples factores, habría que buscar solu­ ciones eclécticas, tomando en cuenta desde las características ecológicas de las distintas regiones hasta los requisitos de los mercados que se haya de abastecer, sin olvidar la relativa intensidad de las presiones demográficas. ,El grado de adopción de estas medidas dependerá de la zona de que se trate. Por ejemplo, la primera habría de impulsarse en mayor grado en zonas donde predomine un alto nivel de empleo de la mano de obra. La segunda debería de 3er prioritaria en zonas con un alto grado de desempleo en el sector rural. Se entiende que la segunda medida sólo es aplicable en zonas donde haya también-una subutilización de las tierras. /III. TENENCIA. III, TENENCIA Y USO DE LA TIERRA Se ha hecho referencia a una serie de factores determinantes de lâs formas de utilización de las tierras que repercuten en el desarrollo general y en el del sector agropecuario de Centroamérica, íntimamente relacionados con los niveles de productividad de la agricultura y del desempleo de la mano de obra. En esta sección se examinarán en detalle los vínculos y la interdependencia que tienen esos factores con la distribución de las tierras, según el tamaño y el uso de las explotaciones En general, existe una clara relación entre el tamaño de las fincas y su efectividad como unidades de producción y como fuentes de empleo de mano de obra, de la que se derivan algunas recomendaciones de política que pueden repercutir favorablemente en la productividad, los niveles generales de vida de la población rural y el crecimiento de los sectores económicos restantes. 1. Distribución de 1rs derechos al uso de la tierra Se tratará principalmente en esta sección de la distribución de la propiedad y de los derechos sobre el usufructo de la tierra. Debe dis­ tinguirse entre los derechos al uso y la distribución de las tierras; lo primero se refiere a la unidad administrativa de las fincas, sin consideración de los derechos de propiedad; lo segundo concierne especial­ mente a la distribución de la propiedad rural. constituida La "unidad de explotación" según los censos por una o más parcelas ubicadas dentro de un mismo municipio y bajo la administración de una misma persona, se utilizará como patrón de medida para el análisis de la distribución de los derechos al uso de la tierra, ya se trate de tierras en propiedad, arrendadas, en aparcería, en ocupación precaria, o en otras formas. a) Grupos Pág. 40 a) Grupos de tamaño seleccionados Con arreglo a las clasificaciones adoptadas por el Comité Inter- americano de Desarrollo Agrícola,^se han reclasificado las unidades de explotación por su tamaño de conformidad con los siguientes criterios. Se tomó por un lado la relación que existe entre el tamaño de la explotación y su capacidad de generar empleo o ingresos a las familias. Así, se ha considerado que una unidad familiar es la que dispone de tierra suficiente para sostener una familia, de acuerdo con la técnica predominante. de análisis. A partir de ese concepto se define el resto de las unidades Una unidad subfamiliar es aquella cuya extensión de tierras se considera insuficiente para satisfacer las necesidades mínimas de una familia y permitir la completa utilización de su trabajo durante todo el año. Unidad multifamiliar mediana se considera una explotación con las tierras necesarias para emplear un número de trabajadores que excede el de los miembros de una familia, pero que no requiere una organización compleja, la designación de un administrador, un capataz, etc. Unidades multifamiliares grandes implican tierras suficientes para dar ocupación permanente a una fuerza de trabajadores superior a los miembros de la familia del productor, que requieren la división del trabajo y el esta­ blecimiento de una organización jerárquica. Por último, se ha incorporado el grupo de las llamadas microfincas, unidades muy pequeñas que escasamente pueden clasificarse cono fincas. En algunos países esta categoría no ha sido censada del todo o en forma completa — cano en Costa Rica y Honduras— y están integradas principal­ mente por parcelas residenciales de trabajadores, quintas y pequeños huertos destinados a satisfacer el autoconsumo. No existe, desde luego, correlación perfecta entre la agrupación de fincas, por su tamaño y su capacidad de absorción de mano de obra o 2/ CIDA, Tenencia de la tierra y desarrollo socioeconómico del sector agrícola. (Argentina, Chile, Colombia, Brasil, Perú, Guatemala, Ecuador), Unión Panamericana, 1963-1965. Véase también Sergio Maturana, Las relaciones entre la tenencia de la tierra v la eficiencia del uso de los recursos agrícolas en Centroamérica (mimeografiadc) CEPAL, México, 1963, 380 páginas. /de generación pág. a de generación de ingresos. Estos últimos dependen también de la estructura de los cultivos o de las actividades propias de cada región, en lo que influyen factores pedológicos, climatológicos y topográficos. En rigor, y principalmente en lo que toca a los estratos inferiores, la clasificación en categorías tendría que hacerse una vez realizada la Bonificación agrícola. Asimismo, en muchos casos la tecnología y las actividades predominantes dificultan la clasificación, especialmente para las fincas de tamaño grande. Por ejemplo, existen fincas ganaderas muy grandes que por su nivel tecnológico podrían considerarse familiares o subfamiliares, a pesar de tener un potencial productivo considerable. En definitiva, los grupos se han seleccionado en cada país en forma un tanto arbitraria, teniendo en cuenta para los estratos inferiores, la capacidad délas tierras de proporcionar ingresos a través de la explotación de los cultivos más tradicionales (maíz, frijol, arroz, plátano), y la presentación de los datos censales disponibles. La jeleccion de giupos más grandes adolece asimismo de cierto grado de arbitrariedad porque se ha basado en las categorías registradas en los censos y en la aplicación de un criterio sobre su capacidad de producción de acuerdo al uso potencial de las tierras. Costa Rica (manzanas) El Salvador (hectáreas) Microfincas Menos de 1 Menos de 1 Menos de 1 Subfamiliar De 1 a 10 De 1 a 10 De 1 a 10 De 1 a 10 De 1 a 10 Familiar De 10 a 50 De 10 a 50 De 10 a 64 De 10 a 50 De 10 a 5 O De 50 a 200 De 65 a 1280 De 50 a 500 Da 50 a 500 De 200 y más De 1280 y más De 5OO y más De 500 y más Multifamiliar mediano De 50 a 500 Multifamiliar grande De 500 y más Guatemala (manzanas) Honduras (manzanas) Nicaragua (manzanas) Menos de 1 /La clasificación Pág. 42 La clasificación correspondiente a Guatemala se tomó directamente del estudio del CIDA.^ b) Distribución de las explotaciones y las tierras Según los censos, en 1963 existia un total aproximado de 971 000 explotaciones agrícolas oue puede decirse representaban un número similar de familias. De dicho total, el 24.1 per ciento correspondía a las llamadas microfincas, y el 54.8 por ciento estaba constituido por fincas de tamaño subfamiliar, como se desprende del cuadro 6, Así pues, ambos grupos constituían el 79 por ciento del total de fincas y representaban un total de 750 000 familias, Eh ellas se localiza la mayor parte de la mano de obra proporcionada, así come los núcleos de trabajadores sin tierra y donde se presentan los mayores problemas sociales de educación, salubridad, alimentación y participación política y cívica. El tamaño promedio de estas fincas era de 3.5 manzanas para las súbfamiliares, y poco más de media manzana (0.6) para las microfincas, superficies que podrían ser trabajadas por una sola persona. Eh cuanto a la distribución de los derechos al uso de la tierra (véase el cuadro 6), se observa de hecho una gran concentración en los productores de fincas multifamiliares; el 74.0 por ciento de las tierras es controlado por solamente un 6.1 por ciento de los productores. Desde otro punto de vista, el 78.9 por ciento de los productores apenas controlaba el 9.8 por ciento de las tierras, mientras el 0,5 per ciento gozaba de los derechos al uso del 38,4 por ciento de las tierras (estas últimas fincas tienen un promedio de 1 660 manzanas). La concentración de la tierra no tiene un efecto desfavorable en los niveles globales de producción, a menos que constituya un impedimento para . una conjugación adecuada de los factores de producción. Por esta razón debe examinarse con algún detalle esta cuestión tomando en cuenta de nuevo los factores de utilización y la disponibilidad de recursos complementarios. 2 / Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola, Tenencia de , a tierra y 1 desarrollo socioeconómico del sector agrícola. Guatemala. Unión Paname­ ricana, Washington, 1965. /Cuadro 6 Pág. 43 Cuadro 6 CENTROAMERICA: DISTRIBUCION DE LAS TIERRAS, SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS (Percientos) Grupos de tamaño Centro­ américa Superficie 100.0 100.0 100.0 100.0 Mierofincas 0.7 0.3 0.8 - Subfamiliar 9.1 2.9 3.9 18.0 13.5 12.4 16.2 . 14.2 20.6 13.5 27.4 3.5 11.2 Multifamiliar mediano 35.6 41.2 19.8 31.4 32.7 44.1 Multifamiliar grande 38.4 41.4 37.7 40.8 27.5 100.0 100.0 100.0 100.0 100*0 100.0 43.7 47.2 21.3 - 2.2 Subfamiliar 24.1 54.8 44.2 67.1 67.5 48.6 Familiar 15.0 24.3 19.8 6.7 9.5 26.4 27.4 Multifamiliar mediano 5.6 11.3 1.5 2.0 5.7 20.3 Multifamiliar grande 0.5 0.9 0.4 0,1 0.4 1.5 Familiar Número Mierofincas Costa Rica El Guatemala Honduras Salvador ’ Nicaragua 100.0 100.0 ■ 41.2 Fuente:CIDA/CAIS, Estimaciones basadas en los censos agropecuarios de los respectivos países. Véase el cuadro 6 del anexo C. 2. Utilización Pág. 44 2. Utilización de las tierras por tamaño de las fincas 3/ a) Patrones de utilización^ ♦ El patrón de utilización de la tierra indica que disminuye la intensidad de su explotadón^a medida que aumenta el tamaño de las fincas. (Véase el cuadro 7») Existe clara tendencia a dedicar un porcentaje más alto de las tierras a cultivos en las fincas pequeñas que en las grandes. Asi, por ejemplo, las fincas subfamiliares les dedican casi el 81.0 por ciento, mientras en las multifamiliares grandes apenas llegan al 16.4 por ciento. La proporción de tierras efectivamente en cultivo resulta mucho menor y las tendencias más acentuadas si se eliminan del cálculo anterior las superficies en descanso. Los porcentajes serían de 72.9 por ciento en las fincas subfamiliares y de solamente el 9.4 por ciento en las multifamiliares. Si se establece una comparación entre la superficie que se dedica a cultivos temporales y la dejada en descanso, se obtienen 5/ coeficientes*" de 0.13 y 1.32 respectivamente, en las fincas pequeñas y las más grandes, (Véase el cuadro 8.) Esa proporción tan reducida de tierras en descanso en las fincas pequeñas pudiera causar el deterioro de las parcelas, dados los niveles tecnológicos de la explotación y la imposibilidad de combatir en esas condiciones el fenómeno de la erosión. A este respecto es interesante observar que las pequeñas explotaciones se concentran en las zonas de topografía más accidentada, mientras en las zonas planas las parcelas son generalmente de mayor tamaño. 2 / Las cifras que se presentarán a continuación no incluyen Honduras, país para el que no se pudo hacer el desglose correspondiente. 4/ Se verá más claro cuando se compare la productividad por unidad de superficie total. Tierras en descanso en proporción al total de la superficie dedicada a cultivos temporales. /Cuadro 7 * Cuadro 7 CENTROAMERICA: UTILIZACION DE LAS TIERRAS, SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS ( Miles de manzanas) Total Por­ Super­ ficie ciento Concepto Superficie total — 16 £53.5 No agrícola £09.1 Agropecuaria » Subfamiliar SuperPorficie ciento 1 557.7 2 339.9 — 6 099.1 _ 6 856.7 - 373,4 93.1 - 114.0 - 22£,6 — - 100.0 1 464.6 100.0 2 225.9 100.0 5 86S.5 100.0 6.483.4 100.0 4 £56.1 Permanentes 30.3 6.1 1 194.3 121.6 £1.5 991.7 294.8 44.6 1 60£,3 16.4 13.2 401.2 27,4 1 061.8 6,8 251.8 14.2 927.9 461.7 20,7 546.1 9.3 342,2 117.7 172.1 63.4 S.C 313.1 14.1 639.6 10.9 11.7 10.0 33.1 2 344,1 1.7 737.3 515.0 222.3 452,4 2 639.8 5.3 7.0 23.1 10,0 6.9 496.9 22,3 Temporales 973.3 2 27S.0 Descanso 1 522.9 9.5 5 £93.3 3 253.9 36.7 20.3 2 639.5 5 300.9 16.4 33,0 Pastos Naturales Sembrados Montes y bosques 147,1 25.0 101,2 Fuente»; f ü T m /n.ATQ Mta: Cifras preliminares sujetas a revisión, a/ No incluye Honduras. , Multifamiliar Grande Mediano Por­ Super­ Por­ Super­ ficie ciento ciento ficie 16 042.4 Superficie en cultivos — — Familiar Super­ Por­ ficie ciento , - LW . O 8.3 3.9 40.7 1 195.1 1 149.0 39.9 20.4 1 396.7 19.6 1 243.1 1 921.1 32.7 2 781.8 42.9 21.5 19.2 Pág. 46 Cuadro 8 CENTROAMERICA: RELACION ENTRE EL AREA EN CULTIVOS. TEMPORALES Y EL AREA EN DESCANSO,SEGUN GRUPOS DE TAMAÎÏO DE LAS FINCAS a/ ( Manzanas ) • (2) Coeficiente de tierras en descanso 2/1 (3) 2 277 950 1 522 868 0-67 Subfamillares-' 927 929 117 730 0.13 Familiares 461 743 313 107 0.68 Multifamiliares medianos 546 103 639 596 1.17 Multifamiliares grandes 342 175 452 435 1.32 Grupos de tamaño Areas en Cultivos Descanso temporales (1) Total Fuente; Véase el cuadro 6 del anexo C. a/Excluye Honduras, b/ Incluye microfincas. /Fenómeno inverso > Pág. 47 Fenómeno inverso se observa para las tierras en pastos y en montes y bosques; es decir, cuanto más grande es el tamaño de las explotaciones mayor es la superficie que se dedica a actividades ganaderas. Dentro del grupo de fincas subfamiliares se les dedica el 11,8 por ciento de las tierras, proporción que aumenta hasta el 40.7 por ciento en las fincas multifamiliares grandes. Pero incluso en este último caso los coeficientes de agostadero y la condición de los pastos, así como otros indicadores, señalan que no se trata de empresas ganaderas modernas. En El Salvador, país donde las tierras se utilizan más intensa­ mente en la actualidad, a través del programa MEGA (Mejoramiento Ganadero) se llevaron a cabo varias encuestas y análisis económicos sobre la base de computar el costo de oportunidad de las tierras (al 6 por ciento de su valor de mercado) en fincas de ganadería lechera. Los análisis iniciales mostraron que la gran mayoría trabajaba con pérdidas sustanciales. En muy pocos casos se lograban ingresos netos y en ninguno igualaban el costo de oportunidad del capital invertido.^ El cuidado de los pastos suele ser, en general, inapropiado. En pocas ocasiones se encuentran pastizales sembrados de especies forrajeras de alto rendimiento. En las fincas pequeñas también se utilizan técnicas inadecuadas, a pesar de dedicarse mayor atención a los pastos. Del análisis de los índices de agostadero puede inferirse fácilmente el grado de intensidad del aprovechamiento de las praderas en fincas (véase el cuadro 9). Las familiares tienen un coeficiente medio de 1.34 cabezas por manzana, que desciende hasta Ü.45 cabezas en las fincas multifamiliares grandes. Las diferen­ cias reflejan más que deficiencias en las técnicas de manejo del ganado, el atraso en las relativas al cuidado de las praderas. 6/ Información proporcionada por el personal del Programa, ahora del Departamento de Ganadería del Ministerio de Agricultura y Ganadería. /Cuadro 9 Pág. 48 Cuadro 9 CENTROAMERICA: Grupo de tamaño COEFICIENTE DE AGOSTADERO SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS Superficie en pastos (manzanas) (1) Total Existencia de ganado vacuno (cabezas) (2) Coeficiente de agostadero 2/1 (3) 6 912 422 5 484 160 M I Subfamilia!^ 217 028 1 147 318 5.29 Familiar 957 335 1 282 243 1.34 Multifamiliar mediano 2 772 786 1 708 197 0.62 Multifamiliar grande 2 965 280 1 346 402 0.45 Fuente: Véanse los cuadros 7 y 8 del anexo C, a/ Incluye microfincas. /La distribución Pág. 49 La distribución de las tierras ocupadas por montes y bosques sigue un patrón similar al de los pastizales. En las fincas subfamiliares se le dedica el 6.8 por ciento de la superficie. Con ser un porcentaje reducido tiene importancia desde el punto de vista de los abastecimientos de madera y leña o de programas de conservación de aguas. En cambio, en las explotaciones grandes representa el 43 por ciento de la tierra en fincas y parece exceder con creces a las necesidades de productos de madera, b) Causas de esos patrones Los patrones de utilización de la tierra no sólo tienen repercusio­ nes económicas sino también profundos efectos sociales. Dicho en otros términos, la distribución de las tierras tiene una influencia marcada en las formas de administración, en las espectativas económicas de los agricultores,la selección de cultivos y, desde luego, en el nivel de ingreso de las familias y el grado de oportunidades de utilización del capital y de ascenso social, i) Tenencia de la tierra. Dentro de los factores que determinan los patrones de utilización de la tierra se encuentran las formas de tenencia. Hay algunos, como el arrendamiento y la ocupación prscaria, que fomentan empleo relativamente adecuado de la tierra. A título ilustrativo, puede tomarse el caso de Honduras, donde se dispone de información estadística censal para la superficie de cultivos y la dedicada a otros usos. (Véase el cuadro 10.) En ese país, el uso más intensivo — referido a términos de tierra cultivada— corresponde a los arrendatarios, seguido por los ocupantes precarios, los productores en tierras nacionales y ejidales y,por último, los propietarios de las tierras. A cada uno de esos tipos de productores corresponden características específicas de las explotaciones. El arrendatario cultiva predios /Cuadro 10c Pág. 50 Cuadro 10 HONDURAS: UTILIZACION DE LA TIERRA SEGUN FORMAS DE TENENCIA, 1965/66 (Porciento) Superficie en cultivos Otros usos Tierras privadas arrendadas 63.6 36.4 Ocupación precaria 36.5 63.5 Tierras nacionales 29.7 70.3 Tierras ejidales 29.3 70.7 Tierras propias 13,5 86.5 Productores en Fuenteî CIDA/CAIS. Honduras. Características de uso y distribución de la tierra, (mimeografiado), pág. 64. /pequeños o Pág. 51 pequeños o medianos- y cubre un canon relativamente alto; el ocupante ^ precario es también un productor de tipo familiar y subfamiliar, trabaja tierras que inicialmente se encuentran descuidadas, sin desmontar, o vírgenes, y carece de seguridad en la tenencia. Los agricultores que usan tierras nacionales y ejidales son también productores medianos y pequeños y pagan cánones variables cuando las alquilan directamente del municipio o del estado. La cate­ goría de propietarios comprende por lo general a los productores grandes. Cabría ^firmar, en resumen, que el usufructo de las tierras implica un costo para los productores que las ocupan, excepto para los propietarios; que no existe plena seguridad en el uso continuado de las tierras, excepto en el caso de los propietarios, y que salvo estos últimos, los demás productores tienden a ser medianos y pequeños. ii) Peoueñas explotaciones. En los predios pequeños los móviles que llevan al canpesino a hacer una explotación más intensiva de las tierras son de distinto orden. Por una parte, dispone de fuerza de trabajo familiar suficiente,más de la que se puede absorber en la parcela. Las alternativas de trabajo en otras fincas son reducidas y los ingresos de que dispone apenas le alcanzan para cubrir sus necesidades vitales. Todo ello le impulsa a hacer un uso máximo de la tierra a su disposición, incluyendo las que mantiene en pastos, montes y bosques, y que satisfacen las necesidades de alimentación del ganado y de combustible para el hogar. iii) Capacidad administrativa. Las actividades agrícolas propia­ mente dichas, a la vez de que absorben una mayor cantidad de mano de obra y producen mayores ingresos por unidad de superficie, llevan apare­ jados mayores riesgos y tienen, por lo tanto, mayores exigencias en materia de supervisión y administración. < y la ganadería de carne— — 2/ Las tierras en pastos están asociadas a menores insumos de mano Véase más adelante, IV, 2, b) iii). /de obra Pág. 52 de obra por unidad de superficie, significa un riesgo muy pequeño tanto en la producción como en el mercado, y por lo tentó no necesitan de sistemas administrativos muy perfeccionados. En el sector agrícola, por otra parte, se encuentran dos clases adicionales de productores, el propietario ausentista y el que vive en la explotación. El primero se caracteriza generalmente por tener otras fuentes de ingreso y de empleo, y acceso a los medios técnicos de producción y a los recursos financieros. El segundo, por lo general de extracción campesina, tiene recursos económicos limitados y depende directamente de las actividades agrícolas,siendo escasa su capacidad empresarial. En el primero de los casos la capacidad administrativa no se proyecta a la agricultura puesto que se obtienen ingresos mayores o más seguros en otras actividades. Sólo cuando se presentan oportunidades muy atractivas acostumbran desviar fondos hacia la agricultura. El factor riesgo juega,en consecuencia, un papel importante. Por ejemplo, en uno de los países estudiados se aseguró que la actividad agrícola, para ser suficientemente atractiva — esto es, para absorber los riesgos, el tiempo dedicado a la administración y el costo de oportunidad del capital— necesitaba producir utilidades del 20 por 8/ ciento o más.—' Este ha sido el caso de cultivos nuevos y tradicionales, como el café y el banano, y desde la década de los cincuenta el algodón, cuyas superficies se han venido ampliando. En contraste, cuando no existen tales oportunidades, las tierras se mantienen generalmente en usos que ofrecen mayor seguridad, como la ganadería de carne. En el segundo de los casos la limitada capacidad empresarial y administrativa de los agricultores les hace difícil encontrar alterna­ tivas distintas de empleo de los recursos y crea obstáculos para la amplia­ ción y diversificación de los cultivos o el uso de técnicas más intensivas, 8/ El interés bancario a los préstamos es de aproximadamente el 9 por ciento y los intereses pagados por los bancos son del 6 por ciento. /En relación Pág. 53 En relación a lo anterior es interesante reseñar lo que ha ocurrido con el cultivo del algodón en El Salvador donde los agricultores acostumbran arrendar las tierras. En años recientes se han incrementado sustancialmente los costos de producción mientras descendían los precios reduciendo bastante los ingresos netos. Tal situación ha dado lugar a que grandes extensiones hayan sido convertidas en explotaciones de ganadería extensiva. Es probable que el fenómeno se haya presentado peculiarmente en tierras dadaB en arriendo o de propietarios absentistas. r ' iv) Costo de retención de tierras. Sin duda el costo que . representa para el productor el derecho a conservar las tierras en su poder es una de las determinantes de la utilización que se les da. Eh Centroamérica el costo total puede estar compuesto por uno o todos los conceptos siguientes: las tierras; b) a^ el valor inicial que se paga al comprar el costo en esfuerzo o dinero en que se incurre en la adecuación de las mismas; c) el costo de oportunidad, cuando la explota­ ción es el instrumento para satisfacer necesidades básicas, y d) el monto de los impuestos directos a la tierra. El costo de adquisición de las tierras puede o no obligar al productor a hacer una máxima utilización de los recursos, dependiendo del objetivo perseguido con su adquisición (fines especulativos, de seguridad o productivos). También influyen el nivel general de precios y sus tendencias, pero es de suponer que todo el que haya invertido en la compra de la tierra procurará utilizarla para recuperar el desembolso en determinado período de tiempo. El segundo y tercer elementos del costo con toda probabilidad conducen a los productores a maximizar sus ingresos dentro de las restricciones impuestas por la disponibilidad de recursos técnicos, de capital y mano de obra. Efectos similares podrían tener los impuestos en función directa de las tasas y de las modalidades que revistan. Al respecto cabe observar que en Centroamérica los impuestos, cuando existen, son generalmente inefectivos. Ello facilita que el productor pueda dedicar sus tierras al descanso o a usos poco productivos sin incurrir en costos adicionales. v) Excedentes « Pág. 54 v) Excedentes. Tanto lo dicho con respecto a la capacidad administrativa, como con respecto al costo de uso de la tierra, se manifiesta en el hecho de que las fincas grandes tengan excedentes de tierras, por encima probablemente de su capacidad efectiva de explotación. Sin embargo, otros factores permiten a los propietarios mantener amplias extensiones sin utilización o aplicadas a usos de carácter muy extensivo, vi) Seguridad de inversión. Ya se ha aludido a este factor como uno de los determinantes del subempleo de los recursos. La tierra representa una de las inversiones más seguras por cuanto permite la revaluación del capital invertido sin incurrir en costo alguno. En efecto, las propiedades rurales equivalen a formas de inversión aseguradas contra los peligros de la inflación o la devaluación, cuyo valor tiende a aumentar rápidamente al acrecentarse la presión sobre los recursos y aumentar-la población y la demanda de los centros urbanos. Por lo tanto, conviene examinar este problema tomando en cuenta sus aspectos legales e impositivos.' c) Cultivos característicos de los diversos grupos de fincas Al tratar este tema se han diferenciado los productos de consumo interno^ de los orientados al comercio exterior^1 para mayor precisión ^ analítica, aunque se reconozca que hay algunos casos que corresponden a ambas categorías. Esta clasificación no implica que los unos no entren en el mercado exterior ni que los otros sean exclusivamente de consumo nacional, J/ 2 Los productosseleccionados han sido, para Costa Rica: arroz, frijol, maíz, tabaco, yuca, cebolla, repollo, tomate, plátano, piña, naranja, coco y papa. Para El Salvador: maíz, frijol, arroz, maicillo, ajonjolí, cacahuete, tabaco y henequén. Para Nicaragua: maíz, frijol y arroz. 10/ Los productos seleccionados han sido para Costa Rica: algodón, café y caña de azúcar, para El Salvador y Nicaragua: algodón, café y caña de azúcar. /Les resultadas Pág. 55 i Los resultados de la investigación revelan (cuadro ll) claramente una tendencia a que las fincas más pequeñas se dediquen principalmente a los cultivos de consumo interno y a que las fincas más grandes se especialicen en los productos de exportación. Por ejemplo, en el caso de El Salvador, el 83 por ciento de la superficie total dedicada a cultivos de consumo interno está comprendida en las fincas familiares y menores, y el resto se concentra en las multifamiliares. En el otro extremo casi el 66 por ciento de la superficie dedicada a cultivos de exportación se encuentra prácticamente en el grupo de fincas mult ifamiliares De todo lo anteriorse deriva una serie de efectos que obstacu­ lizan la elevación de los niveles de vida de los productores pequeños y medianos y se oponen a los programas de fomento agropecuario. predominio de cultivos de El consumo interno en los grupos de fincas pequeñas, los niveles y las fluctuaciones de los precios y les bajos rendimientos reducen apreciablemente el ingreso real de esos grandes núcleos de campesinos. Por otro lado las medidas gubernamentales de fomento suelen dar, por razones obvias, apoyo preferente al desarrollóle cultivos que generan divisas/^^segmento de la agricultura que cuenta, además, con los gremios y asociaciones de productores mejor organizados. El hecho de que la política crediticia se concentre en los artículos de exportación sirve de comprobación parcial a lo que se viene indicando* Eh El Salvador, por ejemplo, entre I96I y 1965, el 96.8 por ciento de los préstamos concedidos por el Banco Central de Reserva a los bancos comerciales e hipotecarios fue destinado a los cultivos 11/ Incidentalmente, se apreciará que estas tendencias tienden a confirmar lo que se dijo anteriormente sobre el riesgo, oportunidades de empleo del capital y rentabilidad de las actividades. 12/ En Costa Rica más de la mitad de la superficie se encuentra entre los grupos familiares y menores. /Cuadro 11 Pág. 56 Cuadro 11 CENTROAMERICA: TENDENCIAS EN LA COMPOSICION DE LA SUPERFICIE DEDICADA A DISTINTOS CULTIVOS, SEGUN GRUPOS DE TAMAL O, EN PAISES SELECCIONADOS ( Manzanas) Superficie Total Grupos de tamaño Multifamiliar Familiar Subfamiliar Mediano Grande Total Costa Rica El Salvador 482 746 y 677 404s7» Nicaragua 633 602a7 72 677 150 313 174 289 242 213 113 819 98 071 85 467 152 896 93 979 132 697 296 543 109 603 37 157 208 211 84 366 91 332 22 096 53 885 42 238 De consumo interno Costa Rica 234 951 El Salvador 394 420^ j Nicaragua 331 563 83 748 94 516 23 305 128 526 Costa Rica 247 795 35 520 65 947 82 957 63 371 El Salvador 282 984A / / 110 658 302 039^ 59 934 38 181 74 766 Nicaragua 34 002 10 231 168 017 85 472 24 131 De exportación Fuente: CIDA/CAIS, Características generales de la utilización v distri­ bución de la tierra, mimeografiados, México, 1967-68. a/ Incluye las microfincas. /de café Pág. 57 de café, algodón y caña de azúcar. Los productos de mercado interno 13/ recibieron solamente el 2 por ciento de los préstamos.— ^ En Guatemala, entre 1956 y I960, el 79.2 por ciento del monto de los préstamos del sistema bancario se dedicó a esos mismos productos de exportación y a la compra de maquinaria agrícola.^/ Las condiciones son similares en los otros países 3• Productividad de las fincas según grupos de tamaño Se tratará en esta sección de cuantificar la productividad^^ de las acti­ vidades agrícolas y pecuarias, y de las unidades de producción en su conjunto, por el tamaño de la finca. Aunque no se dispone de datos para el conjunto de Centroamérica se utilizará la información de algunos países que parecen suficientemente representativos. a) Superficies cultivadas De los datos que figuran en el cuadro 12 se derivan dos conclusiones importantes: en primer término, que existe una clara tendencia a que el valor de la producción por unidad de superficie, tanto de los cultivos para consumo interno como de los orientados al mercado exterior, aumenten con el tamaño de la explotación. Se tomó este índice como medida de productividad por razones metodológicas en lugar del índice de valor de la producción por unidad de superficie total aun cuando se considera este último como una mejor medida de contabilidad social. Se debe tener presente que se está trabajando aquí con base en el valor de la producción de las tierras efectivamente cultivadas, no de la superficie total. La relación existente éntrela productividad y ¿Ltamaño de la explotación, sobre todo en lo que se refiere a los cultivos de exportación se explica pprque las fincas grandes aplj^ can una tecnología más avanzada, disponen de más capital y son las beneficiarias 1 3 / Banco Hipotecario, Estudio de crédito agrícola en El Salvador, Vol. I, p. 78. ' ~ 14/ CIDA, Tenencia de la tierra v el desarrollo socioeconómico del sector aerícola. Unión Panamericana, 1965, pág. 74. 15/ Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Economic Development and Prospects of Central America. Vol. Ill, cuadro 14. 16/ Medida en términos del valor bruto de la producción por unidad de superficie, /Cuadro 12 Pág. 58 Cuadro 12 CENTROAMERICA: PRODUCTIVEDa D DE LA SUPERFICIE EFECTIVAMENTE CULTIVADA, SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS, EN PAISES SELECCIONADOS ( Pesos centroamericanos por manzana) País y naturaleza de los cultivos Total Grupos de tamaño Multifamiliar Subfamiliar Familiar Grande Mediano El Salvador Total ponderado 167.6^t 95.7 190.8 Consumo interno 78.9^ 74.4 95.9 83.6 Mercado exterior 291.5^ Nicaragua 225.4 86.7 284.2 341.6 284.8 Total ponderado 136.oá/ 66.6 92.0 154.6 198.8 Consumo interno 48.1^ 51.0 47,7 44.4 58.9 193,8 201.4 238.7 238.4 Mercado exterior 232., 283.1 . 229.1 Costa Rica Total ponderado 208.1 156.7 148.6 198.3 376,7 Consumo interno 92.2 101.5 214.6 83.0 86.5 136.3 232.3 321.4 460.7 Mercado exterior 318.0 a/ Incluye las microfincas. /principales Pág. 59 principales de los programas gubernamentales de fomento. Por eso dichas fincas se encuentran en una posición excepcionalmente favorable para hacer una mejor selección de plantas, llevar a cabo podas, realizar una mejor preparación de las tierras, utilizar fertilizantes e insecticidas y tener un mejor sistema de siembras. En segundo término, desde otro ángulo, se comprueba que el valor de la producción de cultivos orientados al mercado extemo es muy supe­ rior al de los de consumo interno: 3.6 veces en Costa Rica, 3-7 en El Salvador y 5.0 en Nicaragua. b) Superficies en pastos En los cálculos se ha distribuido el valor del destace y de la produc­ ción de leche de acuerdo con las existencias de ganado, por grupos de fincas.--^ Al analizar estos datos (véase el cuadro 13), llama la atención que el valor de la producción de las fincas más pequeñas sea varias veces superior al de las fincas grandes. En el caso de Nicaragm , las explota­ ciones subfamiliares pbtienen un producto casi 3*5 veces superior al de los multifamiliares grandes, diferencia que se debe básicamente a la de atención y cuidado S los pastos y a la carga de ganado por unidad de superficie entre unas y otras explotaciones. Los valores de la producción de las unidades pequeñas de explotación parecen demasiadoaltos. Ello es atribuible a que buena parte de las existencias de ganadoson de leche y de trabajo, más que de came, y también a que, dado su tamaño, los produc­ tores se ven obligados a pagar piso, a comprar forrajes o a enviar a pastar a sus animales fuera de las propias explotaciones. Existen, pues, grandes diferencias entre las tendencias y los nive­ les del valor de la producción pecuaria y de la propiamente agrícola. Las disparidades se acentúan a medida que aumenta el tamaño de las fincas. Sin duda en la medida que crece la superficie controlada por un productor, tiende a concentrar sus recursos en la producción agrícola redu­ . ciéndose la proporción del valor de la producción pecuaria, 12T Véase la metodología en el anexo A. /Cuadro 13 Pág. 60 Cuadro 13 CENTROAMERICA: VALOR DE LA PRODUCCION PECUARIA, SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS,® PAISES SELECCIONADOS ( Pesos centroamericanos por manzana) Grupos de tamaño Costa Rica El Salvador Total ponderado 18.8 35.0^ Subfamiliar 72.4 Familiar Nicaragua 19.0^ 48.6 29.7 114.7 36.1 Muítifamiliar mediano 19.4 24.3 21.6 Muítifamiliar grande 12.7 15.9 29.8 , 14.0 Fuente: Estimaciones CIDa/c ÁIS, véase el anexo A. a/ Incluye las microfincas. /c) Unidades 'N. Pág. 61 c) Unidades de explotación Haciendo un análisis similar a los anteriores, pero tomando en cuenta el total de la superficie de las fincas (incluyendo las tierras que se encuentran en descanso, montes y bosques), se observan tendencias inversas. Dicho de otro modo, la productividad desciende a medida que aumenta el tamaño de las fincas. En el cuadro 14 se observa eue en Costa Rica, como caso representativo, las fincas subfamiliares obtienen un ingreso promedio de 140 pesos centroamericanos, mientras las multifamiliares grandes obtienen apenas 25 pesos por manzana La razón principal a qué obedece que los ingresos decrezcan con el aumento del tamaño de las fincas se debe, como ya se anotó, a la práctica de dedicar en las explotaciones más grandes una proporción mayor de las tierras al descanso o a usos extensivos. Sintetizando lo expuesto hasta aquí pueden señalarse algunos aspectos que están íntimamente vinculados con la necesidad de una mejor distribu­ ción de la tierra, aue a su vez promueva una mayor eficiencia del uso de los recursos agrícolas de Centroamérica, a) Estos son: La productividad de las tierras efectivamente cultivadas aumenta en proporción directa al tamaño de las explotaciones; b) La productividad de las actividades pecuarias decrece a medida que aumenta el tamaño de las fincas; c) La proporción de tierras en descanso — productividad cero— aumenta en relación directa con el tamaño de las explotaciones; d) La proporción de tierras en montes y bosques — también produc­ tividad cercana a cero— aumenta en relación directa con el tamaño de las explotaciones; e) Las explotaciones pequeñas mantienen una combinación tal de cultivos y otros usos de la tierra que determina, en última instancia, mayores valores de producción por unidad de superficie que en las fincas más grandes. 18/ Los resultados expuestos aquí coinciden con los de una investigación anterior: Tenencia de la tierra y el desarrollo socioeconómico del sector agrícola. op.cit. /Cuadro 14 Pág. 62 Cuadro 14 CENTROAMERICA: VALOR BRUTO DE LA PRODUCCION AGROPECUARIA SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS,EN PAISES SELECCIONADOS (Pesos centroamericanos por manzana) Grupos de tamaño Total ponderado Subfamiliar Costa Rica 35.4 142.2 El Salvador Nicaragua 73.3^/ 96.8 25.4^ 49.0 Familiar 55.4 67.7 32.8 Multifamiliar mediano 31.4 25.0 79.4 29.Ô 52.9 18.1 Multifamiliar grande Fuente: Estimaciones CIDA/CAIS, véase el anexo B. a/ Incluye las microfincas. /El diagnóstico Pág. 63 El diagnóstico efectuado hasta ahora permite presentar algunas sugerencias de política económica. .Dejando aparte consideraciones institucionales y de mercado, parece evidente que podrían lograrse incrementos apreciables de la producción, adoptando medidas orientadas a modificar el tamaño de las. explotaciones y utilizando de preferencia la3 superficies en descanso o dedicadas a fines poco productivos que ofrezcan mayores posibilidades de rendimiento. La elección del tamaño de las parcelas estaría en función de los rendimientos esperados, las presiones demográficas y las metas mínimas sobre el ingreso de los agricultores. 4. Capacidad de absorción de mano de obra Se ha señalado que la productividad por año-hombre en el sector agrícola resulta muy afectada por el alto grado de subempleo que existe. A su vez, este subonpleo puede atribuirse en parte al patrón de utilización de las tierras. Se procurará exponer ahora la distinta capacidad de absorción de empleo de los diferentes grupos de las fincas, precisar el lugar donde se observan los mayores excedentes y los efectos de probables cambios en los módulos de uso de la tierra, que provocaría una política dirigida a modificar la distribución de los derechos al uso de la misma, a) Tendencias Para estimar las tendencias en materia de absorción de mano de obra se calcularon los insumos de trabajo de los cultivos predominantes /y de Pág. 64 y de la ganadería. Los coeficientes se aplicaron a la superficie 19/ ocupada de cada uno de esos cultivos, por el tamaño de las fincas.— " (Véase el cuadro 15.) La absorción de mano de obra por unidad de superficie disminuye a medida que amenta el tamaño de las fincas. Esta tiene importancia en función de la necesidad de una mejor distribución de la tierra actualmente en cultivos y pastos. Se ha indicado que las fincas pequeñas dedican una mayor proporción de sus tierras a cultivos y que éstos requie­ ren mayor cantidad de mano de obra que las actividades ganaderas. En consecuencia, la absorción de trabajo por unidad de superficie es mayor en las fincas pequeñas. La misma tendencia persiste con rasgos aún más pronunciados si los cálculos se efectúan temando en cuenta la superficie total en fincas. De nuevo el fenómeno se relaciona con el crecimiento relativo de las superficies que se dedican a montes y bosques a medida que aumenta el tamaño de las fincas. países. Causas similares explican las diferencias entre Por ejemplo, que en El Salvador las fincas multifamiliares grandes absorban 2.5 veces más mano de obra por unidad de superficie que en Nicaragua, donde la presión demográfica sobre la tierra es sensiblemente menor, e inferior el peso relativo de los cultivos con respecto a otros usos (véase de nuevo el cuadro 7). b) Composición de los excedentes Los excedentes de mano de obra se originan en los grupos de fincas subfamiliares, en las microfincas y entre los trabajadores sin tierra. Para comprobar esta hipótesis y cuantifiear su magnitud se ha clasificado 1 9 / La metodología se detalla en el anexo B, /Cuadro 15 Cuadro 15 CENTROAMERICi ; MANO DE OBRA REQUERIDA POR MANZANA, SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS, EN PAISES SELECCIONADOS Concepto Total Subfamiliar Familiar Multifamiliar Mediano Grande Costa Rica 188 028 24 375 50 402 68 539 1 820 632 3 779 232 93 197 108 756 315 293 790 898 538 535 1 564 245 Años-hombre/manzanc cultivada y pastos 0 .10 0.16 0,09 Anos-hombre/manzana total 0.05 0.26 0.22 1 567 696 0.07 0.09 0.04 0.03 37 513 368 058 51 577 Mano de obra requerida (años-hombre) Superficie en cultivo y pastos (manzanas) Superficie total (manzanas) 44 712 621 244 El Salvador Mano de obra requerida (años-hombre) a 667 41 388 Superficie cultivada y en pastos (manzanas) 209 339^y 1 796 078^/ 357 481 387 061 Superficie total (manzanas) 2 123 816^ 385 861 427 804 0 ,10 784 152 0.08 607 224 Años-hombre/manzana cultivada y en pastos 0.12 0.17 448 534 0.11 Años-hombre/manzana total Nicaragua 0.10 0.16 0.09 0.09 0.07 16 812 34 239 98 910 46 912 Mano de obra requerida (años-hombre) 197 034^i Superficie cultivada y en pastos (manzanas) 3 779 958^ 169 479 485 143 1 626 492 1 517 792 Superficie total (manzanas) 5 297 220 587 210 2 338 903 2 195 238 0,07 0.06 0.03 0.06 0.04 0,02 Años-hombre/manzana cultivada y en pastos 0,05 174 816 0.10 Años-hombre/manzana total 0.04 0.10 Fuente ; Estimaciones CIDA/CAIS, véanse el cuadre 7 y el anexo B. a/ Incluye microfineas. Pág. 66 la fuerza de trabajo por grupos de fincas,*—^ (Véase el cuadro 16*) La comparación de los datos referentes a la mano de obra necesaria y la disponible señala los desequilibrios más acusados en los grupos pequeños. En Costa Rica, por ejemplo,, las fincas subfamillares presentan coeficientes de exceso de mano de obra cercanos al 100 por ciento y así sucede en mayor grado en los otros países. Los déficit de las fincas grandes podrían dar lugar a que parte del exceso de mano de obra de los otros estratos encontrase ocupación en ellas e incluso en las del tamaño familiar. Pero aun así las posi­ bilidades de aumentar el empleo en esas fincas sería insuficiente para equilibrar el mercado de trabajo. Existen, pues, desajustes estructurales profundos que, como se dijo, afectan a la productividad agrícola y los niveles de ingreso de los campesinos. Cabría aclarar aquí que al afirmar anteriormente que los excedentes de mano de obra en Costa Rica registran un nivel equivalente al 3.2 por ciento de la fúerza de trabajo disponible,en el Salvador 54 per ciento y en Nicaragua 28 por ciento, esos cálculos deben considerarse bajo dos aspectos distintos. Por una parte, el nivel tecnológico que presuponen las e stimaciones no contempla la intensificación del uso de maquinaria agrícola, lo cual pudiera disminuir las cifras indicadas, y por otra existe el problema de las circunstancias de ocupación estacional con respecto a determinados cultivos (el caso más claro es el del café, donde el empleo estacional representa alrededor del 55 por ciento del tiempo total). En las épocas de cosecha reciben ocupación, como es sabido, grandes núcleos de trabajadores tanto de origen rural como urbano. La presencia de trabajadores urbanos tiende a sobre- ; estimar, por lo tanto, los niveles de empleo en el campe. 20/ Véase el anexo A, punto 4, /Cuadro 16 Pág. 67 Cuadró 16 CENTROAMERICA: MANO DE OBRA REQUERIDA Y DISPONIBLE EN LAS FINCAS, SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS, EN PAISES SELECCIONADOS (Años-hombre) País y mano m . , de ebra Total „ ,„ ....... Multifamiliar Subfamilia- Familiar Costa Rica 188 028 Disponible (familiar) Diferencia 24 375 50 402 68 539 44 712 194 309^i Requerida 48 673 24 298 39 582 -10 820 22 610 1 769 -45 929 -42 943 388 37 513 51 577 373 139^/ 27 423 -13 965 294 458 6 002 1 848 -31 511 -49 729 6 281* El Salvador Requerida 78 681^ 209 339 Disponible (familiar) 484 044^/ Diferencia 274 705 a Nicaragua 197 034 Disponible (familiar) Diferencia > » « w w a/Incluye b/ Incluye ç/ Incluye ¿/ Incluye j.u iw 16 973b/ 34 239 98 910 46 912 279 934^ 82 900^ Requerida 97 640^/ 52 595 80 667 18 356 39 093 2 811 -59 817 -44 101 v j.v u v u w n j V C X C U 1W V V ’ *-> • 81 675 trabajadores sin tierra, microfincas. un total de 75 623 trabajadores sin tierra. 87 796 trabajadores sin tierra. /c) Posibilidades Pág. 68 c) Posibilidades de aumento de los niveles de empleo Como se ha indicado, en las condiciones en que se encuentra Centroamérica parece posible lograr aumentos en el valor de la producción y en la absorción de mano de obra mediante la intensificación de las 21 actividades agropecuarias.— / Una forma sería incrementar la producción por unidad de superficie trabajada, por medio del uso de semillas mejoradas, insecticidas, perfeccionamiento de los sistemas de siembra, mayor aplicación de fertilizantes, etc,; otra, incrementar la producción por unidad de superficies en explotación sin variar sustancialmente los sistemas tecnológicos y de producción actuales. Llevado este último tipo de análisis a las fincas multifamiliares, por ejemplo de El Salvador, permite estimar el comportamiento del ©npleo y el valor de la producción frente a cambios en el patrón de uso de la tierra. En ese país se dedica al pastoreo un total de 663 207 hectáreas de montes y bosque? en fincas multifamiliares; teóricamente, el hecho permitiría formar 66 320.7 fincas de 10 hectáreas, con una producción aproximada de 2 495 colones anuales por unidad, 9.11 cabezas de ganado y una absorción de 1.41 años-hombre. Si se pudieran efectuar los cambios implícitos en las hipótesis descritas se podrían aumentar las existencias de ganado en 54.5 por ciento, la producción ai un 71.4 por ciento y el empleo en un 95.2 por ciento (véase el cuadro 17). 2 1 / Véase la sección 1 del capítulo IV, /Cuadro 17 Cuadro 17 EL SALVADOR*. RESULTADOS PREVISIBLES CON LA FORMACION DE UNIDADES FAMILIARES EN LAS TIERRAS SUBUTILIZADAS EN LAS FINCAS MULTIFAMILÍARE5 Existencia de ganado (cabezas) Estructura actual Valor bruto de la producción (miles de pesos centroamericanos finpleo de mano de obra (años-hombre) 187 924 156 604 88 636 391 145 31 320 9 360 Increment rr^ 604 182 165 470 93 777 Estructura reformadar^ Diferencia neta^ 604 182 322 074 173 053 213 037 134 150 84 417 Agricultura Ganadería 391 145 79 276 Fuente; CIDA/CAIS, SI Salvador:Características generales de la utili­ zación y.distribución de la tierra. 1968, (mimeógrafo) . á/ Véase la metodologia en él texto. .V Es igual al incremento más los valores originales correspondientes a las actividades agrícolas, ç/ Diferencia entre la estructura actual y la estructura reformada. /IV. PATRONES Pág. 70 IV, PATRONES ESTRUCTURALES DE LA PRODUCCION AGRICOLA Y LA DISTRIBUCION DEL INGRESO Se analizará en este capítulo el ingreso del sector agrícola y su distri­ bución y efectos en el desarrollo econômico y social de Centroamérica. Gran parte se dedica a examinar los factores vinculados con la determina­ ción de los niveles de ingreso y su reparto, y en especial los que podrían ser influidos por una política económica, 1. Distribución por grupos de tamaño En la determinación de la distribución del ingreso se ha partido de la composición de la población de acuerdo con lo que podría llamarse "escala de tenencia". Su importancia requiere una pequeña digresión aclaratoria. a) Composición de la población rural según la "escala de tenencia". Se entiende aquí por "escala de tenencia", la diversidad de grupos socioeconómicos que constituyen las formas de tenencia características de cada uno de los grupos de tamaño de las fincas. Se incluyen también los trabajadores sin tierra. La metodología seguida para la elaboración de los datos (véase el cuadro 18) ha variado en cada país, de acuerdo con la información disponible. En términos generales, se ha partido del supuesto de que cada explotación representa una familia campesina. La población rural total se obtuvo de los censos de población, así como la económicamente activa dedicada a actividades agropecuarias. El mayor porcentaje de familias dependientes de la agricultura se concentra en el grupo de fincas subfamiliares con el 44.8 por ciento del total (532 000 familias). Le sigue en importancia el de los trabajadores sin tierra y ocupados en mierofincas, que comprenden aproximadamente el 38.4 por ciento, pero se encuentran variantes de un /Cuadro 18 Cuadro 18 CENTROAMERICA: País y region COMPOSICION DE LA POBLACION RURAL POR GRUPOS DE TAMAÑO _ T r a b a j a d o r e s ______________ Grupos de tamaño________ Total gin tierra Mierofincas Subfamiliar Familiar Multifamiliar Grande Mediano Mediano Grande rag, IX C t t r a f é ica fn.oflr 4 724 54 325 146 049 532 089 . 183 582 267 391 1.188 160 Número de familias 27 772 320 968 843 980 2 943 438 1 000 951 6 670 353 1 533 244 8 278 Población total 94 690 245 138 876 797 312 953 451 511 1 989 375 Fuerza de trabajo (años-hambre) 0,4 4*8 12.3 44.1 15.7 100.0 22.7 Composición porcentual 1 015 Costa Rica 12 972 22 709 27 925 46 853 111 474 Número de familias 6 147 78 571 137 548 — 169 142 283 734 675 142 Población total 1 769 22 610 39 582 48 673 — 81 675 194 309 Fuerza de trabajo (años-hombre) 0.9 11.6 20,4 wm 25.0 42.0 100,0 Composición porcentual El Salvador 1 027 3 335 15 235 100 245 107 054 42 018 268 914 Número de familias 5 895 19 143 87 449 575 406 614 490 241 183 1 543 566 Población total 1 848 6 002 27 423 180 441 192 698 25 632 484 044 Fuerza de trabajo 1.2 0.4 5.7 37.3 39.9 15.6 100,0 Composición porcentual Guatemala t 520 7 060 33 040 233 800 68 700 74 270 417 390 Numero de familias-' 2 609 35 427 165 795 1 173 208 372 687 344 737 Población total b/ i 2 094 463 812 11 028 51 608 365 196 116 010 107 309 Fuerza de trabajo —'(años-hombre) 651 963 0.1 1.7 56.0 7.9 17.8 100.0 16.5 Composición porcentual Hondura^ 667 10 164 47 089 120 441 63 120 Número de familias 241 481 4 002 60 984 282 534 722 646 378 720 1 448 886 Población total 1 047 15 957 73 930 189 092 Fuerza de trabajo (años-hombre) 99 099 379 125 0.3 4.2 19.5 — 49.9 100.0 26,1 Composición porcentual Nicaragua. 1 495 20 794 27 976 49 678 2 258 46 700 Número de familias 148 901 9 119 126 843 170 654 303 036 Población total 284 870 13 774 908 296 2 811 39 093 52 595 93 395 4 245 Fuerza de trabajo (años hombre) 87 796 279 934 1.0 14.O 18,8 33.4 1.4 100.0 Composición porcentu al 31.4 Fuente: CIDn/CAIS. Características generales de la utilización y distribución*de le tierra, (mimeografiados), 1967-68. a/ CIDA, Tenencia de la tierra y desarrollo socioeconómico del sector agrícola, 1965. _ _ y Cifras estimadas de acuerdo con el coeficiente 5 018 obtenido de la población rural total/total de famxlxas rurax y , 'aplicado a los gruposT tumaño y trabajadores sin tierra, de v»/t «tal de familias sj Cifras estimádas de acuerdo c m ul coeficiente 1 562 obtenida de la relación-población agrícola- aC va/ 'rurales aplicado a los grupos de tamaño y trabajadores sin tierra. Pág. 72 país a otro. En Costa Rica el grupo mayor es el de los trabajadores sin tierra — incluidas las microfincas— que comprende el 42.0 por ciento de las familias; en El Salvador predomina el mismo grupo con un 55.5 por ciento; en Guatemala el mayor porcentaje corresponde al estrato subfamiliar con el 56.0 por ciento de las fincas; también en Honduras, donde alcanza el 49.9 por ciento; en Nicaragua tienen casi la misma importancia los segmentos subfamiliar y de trabajadores sin tierra y microfincas, con un 33.4 y un 32.8 por ciento, respectivamente. De las diferencias apuntadas se derivan también lineamientos para la formulación de las políticas a nivel nacional. En principio, en mi Salvador y Costa Rica la política gubernamental debiera dar mayor prioridad a los programas dirigidos a los grupos de asalariados, sea, por ejemplo, a través de la reglamentación de normas laborales o del señalamiento de criterios para la selección de los beneficiarios de los programas de reforma agraria. En los casos de Guatemala y Honduras donde predomina la explotación subfamiliar, esa política habría de orientarse en forma más acusada hacia xa prestación de asistencia técnica y crédito agrícola como complemento de los recursos de las fincas menores y pequeñas, b) Estructura de la distribución del ingreso Se hicieron diversos cálculos para precisar la estructura de la distribución del ingreso agrícola a base de información de algunos países. (Véase el cuadro 19.) El punto de partida fue la estimación del valor bruto de la producción (cultivos y productos pecuarios), mencionada en secciones anteriores. Las cifras se ajustaron para excluir el valer atribuido a la mano de obra (a precios mínimos nacionales), que posterior­ mente se prorrateó entre los grupos donde se concentran los excedentes de mano de obra bajo el supuesto de que existe un alto coeficiente de movilidad y de que cada grupo tiene igual acceso al trabajo.^/ y Véanse los cuadros 14 y 16 del anexo C. /Cuadro 19 * Cuadro 19 CENTROAMERICAt INGRESO FAMILIAR AGRICOLA, SEGUN GRUPOS SOCIOECONOMICOS (Pesos centroamericanos ) Nicaragua Grupo socioeconómico Numere familias El Salvador_____ jngreso Promedio Numero Ingreso familias Predio Guatemala____ _ Numero f ! l iia3 aIl Ingreso Promedio Costa Rica Numero fam¿ as Ingreso promedio 148 901 .222 268 914 ¿81 417 390 J Ú1 111 474 1 495 18 226 1 027 25 748 520 40 000 1 015 1 I?? 20 473 Multifamiliar mediano 20 794 2 248 3 335 7 106 7 060 8 000 12 972 2 117 Familiar 27 976 717 15 235 1 408 33 040 1 300 22 709 1 084 Subfamiliar 49 678 100 245 420 233 800 220 27 925 908 Microfincas 2 258 445 380 107 054 302 74 270 » 46 700 370 42 018 229 68 700 340 Total Multifamiliar grande Trabajadores sin tierra Fuente: Estimación CIDA/CAIS~ Véanse les cuadros 18 del texto, y 9, 10 y 11 del anexo C #» ■ 46 853 - 727 Pág. 74 Del análisis se han derivado varias observaciones significativas. En general, la distribución del ingreso presenta grandes diferencias entre los grupos lo cual se comprueba por el hecho de que los trabajadores sin tierra, las microfincas y los grupos subfamiliares perciban apenas entre un tercio y la mitad del promedio total del ingreso agrícola familiar, o bien que en el estrato compuesto por las fincas multifamiliares grandes reciban entre 20 y 29 veces esa misma renta media. similar a la encontrada en otros países. Esta situación es Los estudios de CIDA indican que en Ecuador el valor de la producción de las fincas multifamiliares grandes */ es I50 veces el de las subfamiliares y 75 veces el promedio nacional. Aunque las estimaciones disponibles no puedan ser tonadas ccmo medida exacta de los ingresos pemiten formarse una idea de los niveles generales de los distintos núcleos de agricultores. En rigor a los ingresos deri­ vados de la producción agrícola habría que añadir los que provienen de las artesanías y otras actividades, pero ese factor de distorsión queda ccmpensado probablemente por el hecho de que los cálculos se basaron en el supuesto de una aplicación estricta de los salarios mínimos. Ya se ha indicado que los grupos de trabajadores o productores agrícolas que per­ ciben los ingresos más bajos corresponden a los trabajadores sin tierra y a las de las fincas subfamiliares los cuales varían entre 230 y 730 pesos centroamericanos por familia. De hecho se trata de grupos que con difi­ cultad pueden cubrir las necesidades básicas de la familia. En Guatemala el Ministerio de Trabajo y Previsión Social ha estimado en 591.30 pesos centroamericanos por familia el ingreso anual indispensable para cubrir los gastos de la dieta mínima. (Véase el cuadro 20.) Si a lo anterior se suman las exigencias también mínimas en materia de vestido y otros gastos la cifra se eleva a 1 051.20 pesos centroamericanos. Si se comparan estas cifras con los ingresos estimados para los trabajadores sin tierra y pro­ ductores subfamiliares, es fácil observar desequilibrios muy acusados. En El Salvador el Instituto de Colonización Rural estima el ingreso mínimo en 760 pesos centroamericanos (l 900 colones)? otros cómputos « basados en diferencias en el salario mínimo, con cernidas y sin ellas, sitúan en 624 pesos centroamericanos el'gasto en alimentación de una *7 ÒIDA, Tenencia de la tierra v desarrollo socioeconómico del sector agrícola. Ecuador, Unión Panamericana, Washington, D. C., 1965, cuadro A-lB /Cuadro 20 Pág..75 Cuadro 20 GUATEMALA: Alimentos DIETA MINIMA NUTRICIONAL DIARIA PARA UNA FAMILIA CAMPESINA a/ Gramos Peso 0 medida Precie (quetzales) Leche 822 3 tasas 0.12 Carne 478 1 Ib. 2 onzas Legumbres 8 onzas Verduras 225 796 0.43 O.Of 1 Ib. 12 onzas 0.28 Frutas 144 5 onzas 0.08 41 2 onzas 0.01 Raíces y tubérculos Cereales 387 5 1/2 lbs. O.3 O Azúcar 0 panela 417 — 14 onzas O.O9 Varios — 1.62 Fuente: Ministerio de Trabajo y Previsión Social, Estudio económico para la determinación del salario mínimo en el cultivo de algodón. Guatemala, 196?, p. 25. a/ Promedio de 6 personas. /familia campesina Pág* 76 familia campesina,—' En Honduras, el Instituto de Investigaciones 3/ Económicas y Sociales,^ ha estimada el ingreso mínimo en 460 pesos centroamericanos por familia. Segtín varias encuestas el ingreso de los grupos de fincas subfamiliares que comprenden el 50 por ciento del total ascendía apenas a 230 pesos. 2. Repercusiones para el desarrollo a) Mercados nacionales v regionales El hecho de que los niveles de ingreso de núcleos muy importantes de la población rural sean extremadamente bajos determina una débil estructura de los mercados, situación que se ve agravada por la lenta expansión del ingreso per cápita, también vinculada estrechamente al crecimiento acelerado de la oferta de mano de obra y a las escasas oportunidades de empleo que ofrecen las economías centroamericanas. El círculo vicioso establecido entre estructuras productivas y tamaño del mercado difícilmente puede atacarse de manera unilateral, atendiendo sea al lado de la producción o al de la distribución del ingreso o la demanda. En definitiva, entraña la instrumentación de estrategias de desarrollo que rebasan los alcances de este trabajo., Con todo, puede afirmarse que las formas de tenencia y uso de la tierra necesitan modificarse gradualmente, ya que la creación de nuevas avenidas de desarrollo — por ejemplo a través de la sustitución de importaciones y de la industrialización— dependen en esencia de las posibilidades de fortalecer los mercados nacionales. Obsérvese que el tamaño del mismo mercado regional resulta insuficiente — en parte por la composición de la demanda— para sostener la producción de una amplia gama de CIDA/Cá IS, El Salvador, Características generales de la utilización y distribución de la tierra (versión preliminar), México, 1963, p,73. 3/ Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Esbozo de una política aerícola para Honduras. Tegucigalpa, D. C., 1964, P. 64. 2/ /manufacturas* Pág. 77 manufacturas, incluso de las destimadas al consumo final. De otra parte la flexibilidad de la oferta de la agricultura ha constituido sin duda un elemento que facilita grandemente el desarrollo de otras ramas de la producción, como s . ha señalado en varios estudios. e "La experiencia en otras partes de América Latina es altamente significativa a este respecto: en los países en que el desarrollo industrial se produjo junto a una agricultura estancada ésta se consti­ tuyó en seguida ai un freno importante al crecimiento de aquél. De un lado el abastecimiento de maquinaria, equipo y materias primas proce­ dentes de estos países llegó a verse limitado por una insuficiente capacidad y por la necesidad de dedicar cada vez mayores cantidades de divisas a las compras exteriores de productos alimenticios. De otro, las posibilidades de ampliar la demanda de artículos manufacturados se redujeron por lo exiguo de los ingresos de la población rural... Una de las ideas básicas de la formación del Mercado Comdn ha sido precisamente ensanchar los mercados nacionales, inicialmente en una forma horizontal y posteriormente vertical. Al respecto se ha reconocido que "la demanda regional es uno de los elementos que determinan el grado de utilización de la capacidad instalada en la industria, y afecta directamente las decisiones de inversión para ampliarla y para complement arla con nuevas ramas de actividad^ Hasta ahora se han logrado progresos fundamentales relacionados con la sustitución de las importaciones, el mejor aprovechamiento de las instalaciones y la diver­ sificación de los artículos ofrecidos en los mercados centroamericanos, factores a los que debe atribuirse el aumento del intercambio regional y del crecimiento, alentados por la protección arancelaria y los incen­ tivos a la inversión que han puesto a la producción regional en posición ventajosa con respecto a la del exterior. ¿7 ¿/ Evaluación de la integración económica de -Centroamérica. p. 60. Ibid.. p. 10, op. cit.. /Conviene insistir Pág. 78 Conviene insistir, por lo tanto, en que el ensanchamiento hori­ zontal de la demanda, ligado al establecimiento de la zona de libre comercio, y el fortalecimiento de los grupos de clase media, es probable que no pueda generar estímulos suficientes en el largo plazo. A ello habrá que añadir complementariamente ciertos cambios deliberados para hacer llegar los beneficios del desarrollo a los estratos sociales de ingreso más bajo. No cabe, sin embargo, prejuzgar apresuradamente el impacto de la integración en el proceso de diversificación y profundización de las actividades productivas, ni sobre aspectos aislados de un problema bastante más complejo. De hecho el mercado regional ha comenzado a estimular la aparición de plantas productoras de bienes intermedios, dé bienes de consumo duraderos y de algunos bienes de capital que, a la larga, pueden transformar sustancialmente el panorama económico de Centroamérica. Asimismo, los esquemas de redistribución del ingreso — si bien indispensables— no sólo deben evaluarse con arreglo a criterios sociales y de mercado. Debe considerarse paralela­ mente su impacto inmediato o mediato sobre la tasa de formación de capital y el desarrollo de largo plazo de las economías. Las relaciones que se establecen entre el desarrollo, la integra­ ción y el progreso agrícola están creando amplias posibilidades de cambio económico susceptibles de aprovecharse dentro de una política bien coordinada a nivel regional y nacional. Ya se vio que la modificación de los patrones de utilización de la tierra podrían influir en el ensan­ chamiento del empleo y los mercados. Los avances que acompañan al proceso de integración, por su parte, al aumentar el grado de competencia, cambiar el dinamismo comparativo de los distintos sectores productivos, crear nuevos núcleos generadores de impulsos y disminuir la depen­ dencia funcional de las economías con respecto a la producción agrícola están creando fuerzas que facilitarán transformaciones impor­ tantes en este último sector. Sería utópico, sin embargo, pensar que /esos estímulos Pági 79 esos estímulos al cambio sean bastantes para producir las transforma­ ciones necesarias dentro de plazos razonables. Seguramente se precisará el diseño de estrategias complejas de política económica que pongan » mayor énfasis en la resolución de los problemas de la agricultura y del empleo dentro del marco general del desarrollo y la integración. Hay aquí, desde luego, un amplio campo de acción poco atendido en el pasado, pero que resulta fundamental atender al haberse transformado en fuente de problemas económicos y de tensiones sociales, b) Formación de capital humano Aparte de los problemas económicos y de ocupación esbozados, el bajo nivel de vida de los campesinos repercute esencialmente en sus oportunidades de ascenso y movilidad social. de la educación. Tómese como ejemplc el caso Además de las dificultades y alcances limitados de acceso a los sistemas de enseñanza con los que tropieza la población rural, el nivel de la renta familiar y las formas predominantes de producción determinan obstáculos igualmente significativos para el mejoramiento de la mano de obra. Considerando las exigencias en cuanto al trabajo de menores en las faenas agrícolas, el costo del traslado hacia los centros educativos o la carencia de las instalaciones más indispensables. Es por esto que los campesinos se encuentran en una clara situación de desventaja,inconveniente tanto desde un punto de vista de equidad social cdmo de la agudización de los desequilibrios en el mercado -de trabajo, c) Formación de ahorro e inversión Como se desprende de las páginas anteriores, el proceso de formación de ahorro y su canalización ulterior a inversiones productivas depende * esencialmente de los patrones de ingreso y de consumo de los grandes /agricultores , Pág, eo agricultores, circunstancia que a su vez afecta a los niveles de produc­ tividad de los estratos menos favorecidos y explica en parte los rasgos diferenciales entre la agricultura comercial y la de subsistencia. Cabe señalar algunos factores de orden general que tienden a establecer una separación menos tajante o incluso a atenuar las disparidades anotadas. En forma complementaria, en algunos campos de la utilización de la tierra debería pensarse en propercionar apoj^o financiero a los agricultores que tradicionalmente han permanecido al margen de los sistemas crediticios establecidos. Con ello, además de contribuir a la elevación del nivel técnico de sus explotaciones, se elevaría la tasa de formación de capital, puesto que se contaría con la rano de obra complementaria aportada por los mismos. Por otro lado, y como medida de orden general,del análisis propia­ mente dicho del sector agrícola parece justificarse el manejo de instru­ mentos de política que tiendan a elevar el coeficiente de ahorro de las grandes explotaciones y a disminuir la propensión al consumo de sus propie­ tarios. Se trataría, en este caso, de fomentar la inversión y de atenuar las presiones sobre la balan na de pagos oue genera la importación excesiva de bienes de consumo suntuarios. 3. Causas de los niveles de ingreso En esta sección se examinan otros factores determinantes del nivel de ingreso del sector agrícola. Ya se ha señalado que una de las principales características se refiere a la posesión y utilización de la tierra. Quedan por examinar los efectos del tamaño de las explotaciones, las formas de tenencia y la presión demográfica sobre los salarios e ingresos de la agricultura. /a) Explotaciones Pág. 81 a ) Explotaciones subfamiliares^ . En otra parte de este trabajo se ha cuantificado la importancia de este grupo de fincas que contiene alrededor del 45 por ciento de las familias agrícolas de Centroamérica. Tanto desde el punto de vista de los niveles de ingreso y de consumo, cano de la producción, se trata de uno de los grupos de mayor importancia como fuente de desarrollo potencial y factor de estabilidad socioeconómico. Conforme se dijo, las explotaciones subfamiliares (3.5 manzanas como promedio centroamericano), son de un tamaño insuficiente — al nivel dominante de la técnica y el c -pita-l— a para generar ingresos que cubran las •necesidades básicas de las familias o para absorber una mayor cantidad de mano de obra. Corregir tal situación que, por- otro lado, parece seguir deteriorándose, implica adoptar una estrategia de desarrollo agrícola de corte distinto al tradicional. i) Utilización de la tierra. Ccsno punto de partida podría pensarse en aumentar los ingresos de este grupo mediante cambios en el uso de la tierra. Pero es poco lo que se adelantaría sin cambiar al mismo tiempo la composición de la producción, puesto que las fincas sub­ familiares aprovechan intensivamente los recursos de la tierra que tienen a su disposición. Así pues, habría que procurar la sustitución de sus cultivos por otros que resultaran más redituables (por ejemplo, hortícolas, de exportación o permanentes), aunque se comprenden las dificultades que limitarían el impacto real de este tipo de medida. Aparte de condi­ ciones de clima o de mercado que obstacularizarían su difusión, se requerirían para ello programas complementarios de asistencia técnica, crédito y mercadeo. 6 / De los aspectos relacionados con el tamaño de las fincas se han excluido las llamadas microfincas, por calificarse más como parcelas residenciales que como unidades de explotación de las que se deriva una parte importante del ingreso de las familias, su análisis se remite al punto sobre el asalariado agrícola. /ii) Técnicas Pág. 82 ii) Técnicas agrícolas. Desde otro punto de vista los cambios en la composición de los cultivos implican las consiguientes alteraciones en las técnicas en uso. En la actualidad los procedimientos de prepara­ ción de tierras, siembra y utilización de fertilizantes son sumamente 7/ rudimentarios y limitan el incremento de los rendimientos La siembra de los cultivos tradicionales — maíz, arroz y frijol— se realiza principalmente mediante el sistema de chuzo que no permite distribuir adecuadamente la semilla; el aprovechamiento de semillas mejoradas no ha alcanzado ni una mediana difusión, bien por desconocimiento de sus ventajas o bien por problemas de capacidad de compra. Por esas razones y también por el hecho de que las fincas subfamiliares suelen poseer tierras de mediana calidad, los rendimientos son bajos (en el caso del maíz oscilan entre 3 y 12 quintales por manzana). El problema podría reducirse utilizando fertilizantes, semillas mejoradas en forma intensiva y sembradoras mecánicas de tracción animal, de costo relativa­ mente bajo. En resumen, los cambios en las técnicas agrícolas podrían aportar distintos efectos favorables; uno directo, asociado al mejoramiento de los rendimientos, y los indirectos, que significarían la alteración de la estructura de los cultivos, la reducción de los riesgos y el aumento de los ingresos de los agricultores, iii) Mercadeo de productos. Se ha señalado la tendencia de los grupos de fincas mes pequeñas a dedicarse a los cultivos orientados al consumo interno. La estructuración de los mercados nacionales constituye otro factor que limita la elevación del ingreso de los campesinos. Las deficiencias del sistema de transporte de los productos se traduce en el pago de precios inferiores al agricultor. Las deficiencias de almacena­ miento provocan pérdidas cuantiosas, fragmentación de mercados y un 2/ Por ejemplo, en la preparación de tierras predomina el empleo del llamado chuzo o estaca para la siembra, la limpieza del terreno se hace a machete y se queman los residuos. Las tierras se trabajan a base del llamado arado romano, cuya función es únicamente romper el suelo. En algunos casos el campesino conoce el empleo de técnicas de preparación de suelos más modernas, como el arado de vertedera, de tracción animal, pero con frecuencia no puede usarlo por el costo de loe equipos. /aumento de Pág. 83 aumento de las fluctuaciones de los precios. Es frecuente que los precios de algunos productos (maiz) fluctúen entre un 50 y un 100 por ciento entre la época de la siembra y la cosecha, iv) Tamaño de las fincas. Por todo lo expresado se comprende la necesidad de explorar las posibilidades de mejorar los ingresos de ciertos grupos de agricultores a base de la reestructuración del tamaño de las fincas. Á1 comparar los patrones de la utilización de la tierra se hizo observar que los rendimientos son menores en las fincas familiares que en las subfamiliares. En principio, incluso manteniéndose los distintos niveles de las técnicas empleadas podría mejorarse el uso de las super­ ficies disponibles, y por lo tanto la producción y el ingreso campesinos, a través de la fijación de tamaños de explotación. Sin considerar el lado de la demanda el problema consistiría en determinar las superficies que conforme las prácticas vigentes generasen un ingreso mínimo. La determinación precisa de las dimensiones de las fincas y de la venta de subsistencia exigiría, como es de suponer, investigaciones mucho más detalladas, pero esos cálculos globales permitirían fijar en forma burda órdenes de magnitud. Por ejemplo, abase de los trabajos del Instituto de Colonización Rural de El Salvadorpodrían situarse las dimensiones de la parcela familiar entre 9 y 12 manzanas para obtener ingresos que oscilarían entre 1 560 y 1 900 colones al año, v) Acceso a la asistencia técnica. Uno de los medios de lograr niveles más altos de ingreso para los productores de fincas subfamiliares consiste en intensificar la explotación de los recursos a través de la asistencia agrícola. Aunque en esteaspecto se han intensificado los esfuerzos de los gobiernos todavía se observan serias limitaciones. El personal técnico disponible es muy escaso, la relación entre ingenieros o peritos agrónomos y el número total de fincas es muy baja (en 1965 /había en Pág. 84 había en Centroamérica un promedio de 884 fincas per cada ingeniero agrónomo ) J ^ Los programas tienen asimismo una reducida cobertura territorial y la difusión de nuevas técnicas mediante charlas, sistemas audio­ visuales y demostraciones se efectúa con frecuencia en forma esporádica 9/ y no tiene el complemento de las prácticas de campo»M Tampoco es usual que la divulgación de prácticas agrícolas se haga en forma sistemática y se prefieran las que han demostrado proporcionar los mejores beneficios y responder a las necesidades más apremiantes de cada zona. Otra defi­ ciencia común a varios programas ha sido dar preferencia a consideraciones puramente técnicas sobre factores de índole económica. En efecto, salvo contadas excepciones, la conveniencia de las prácticas que se divulgan desestiman el aspecto de los costos en que incurriría el agricultor para implantarlas, desde el punto de vista de sus posibilidades de acceso a insumos mejorados o de gastos de capital. Todo lo anterior, unido al nivel educativo de los campesinos, disminuye el impacto real de los programas de extensión agrícola sin que por eso se niegue la importancia que revisten múltiples proyectos de alcance nacional y regional que ya comienzan a rendir frutos significa­ tivos, a los que se deben dedicar mayores recursos. Pero sus efectos sobre el ingreso familiar tenderán a concretarse en el mediano o largo plazo y su efectividad dependerá de la realización de esfuerzos comple10/ mentarios y de acentuar el apoyo a las fincas menores.— vi) Crédito agrícola. El pequeño agricultor recibe beneficies muy limitados del sistema crediticio; el tamaño de las explotaciones, el fj Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola (CIDA), Estudio de educa­ iT ción. investigación y extensión agrícola. 1966. Centroamérica. Unión Panamericana, Washington, D.C., 1967, p. 369. En Costa Rica el número era de 172 fincas por ingeniero agrónomo; en El Salvador, de 2 810; en Guatónala, de 6 732; en Honduras, de 2 354 y tn nicaragua, de 1 373. 2/ ÍMá, ?. 347. 10/ Ibid. p. 347> segundo y tercer párrafos. /costando Pág. 85 costo de las operaciones, los rígidos criterios barcarios y la orientación que se les da a los préstamos le sitúan en una posición marginal. El costo por unidad de la administración del crédito aumenta en relación inversa al monto de las operaciones y el análisis de un préstamo de 200 pesos centroamericanos no difiere radicalmente del que requiere uno de 2 000, Esta circunstancia se refleja en la preferencia de los bancos comerciales por las solicitudes de los grandes productores, que además ofrecen menores riesgos y garantías apropiadas. De hecho, aunque los criterios de selección de sujetos de crédito no sean formalmente demasiado estrictos, la magnitud de la oferta de fondos y su especialización,y la limitada capacidad económica de los pequeños agricultores restringe mucho la cobertura de los sistemas crediticios, A título ilustrativo puede citarse el caso de varios países centroamericanos. En El Salvador, el Banco Hipotecario, principal entidad semiautónoma que se ocupa de los créditos agropecuarios,realizó entre los años 1960/61 y 1964/65 un promedio de 570 préstamos, el 1.6 por ciento de cuyo monto consistió en operaciones de menos de 3 000 colones (1 200 pesos centroamericanos) y el 67 por ciento, en mayores de 50 000 colones (20 000 pesos centroamericanos),*^ Los créditos otorgados a las fincas subfamiliares debieron ser sin duda escasos, porque un promedio de 1 200 pesos centroamericanos resulta demasiado alto para la capacidad económica de las mismas. Por su parte, las cajas de crédito rural atendieron entre 1961/62 y 11/ Véase Banco Hipotecario, Estudio de crédito agrícola en El Salvador. San Salvador, Vol. I, p. 110. /1965/66 Pág. 86 I965/66 un promedio de 5 829 operaciones, de 4OO pesos centroamericanos en promedio; en gran parte se destinaron a productores subfamiliares; pero los fcaídos disponibles debieron ser sumamente limitados puesto que registran una media anual de 5.8 millones de colones en ese período, En Costa Rica, donde el crédito al pequeño productor es uno de los más amplios, se observan tendencias similares. En una encuesta realizada sobre 320 fincas, aunque no seleccionadas en proporción al total del país, se determinó que en 1962/63 y 1964/65 había recibido crédito un 47 por ciento de los productores pequeños y un 75 por ciento de los productores medianos y grandes b) Formas de tenencia La definición de tenencia de la tierra utilizada en este trabajo (formas diferentes, arreglos y modalidades tradicionales y legales por las cuales se ocupa y utiliza la tierra) comprende varios aspectos de orden económico y social que afectan directamente al productor agrícola. A base de informaciones censales se han podido determinar las formas de tenencia que predominan en el área centroamericana; la propiedad, el arrendamiento, el colonato, el usufructo y la ocupación p' ecaria, principalmente. De acuerdo con la organización legal y administrativa de los países, los derechos de propiedad sobre las tierras son reconocidos por tradición, incluso aquéllas que carecen de título legal. Por eso no existe una clara separación entre la propiedad y la ocupación precaria. El arrendamiento, definido como el derecho a la explotación de la * tierra mediante el pago de una renta o cuota fija o variable, en efectivo o en especie, presenta una serie de variaciones en cuanto a las condiciones estipuladas en los contratos. Una de sus formas más 1 2 / Estudio de crédito agrícola en El Salvador, op. cit, CIDA, El crédito agrícola en Costa Rica. Unión Panamericana, 13/ Washington, D.C., 1966, op. cit.. p. 183. /difundida es * Pág. 87 difundidas es la aparcería (también llamada censo o esquilmo) que presupone principalmente el pago por el uso de la tierra, en especie y en cantidad proporcional de las cosechas obtenidas. Existen otras estipulaciones por las cuales las partes contratantes se comprometen a hacer diferentes aportes en el proceso de producción. En la mayoría de los casos, inclu­ yendo el arrendamiento mediante pago en efectivo y cuota fija (llamado simplemente arrendamiento para los efectos de este trabajo) y la aparcería, los contratos se hacen por escrito y las estipulaciones se ajustan a normas tradicionales impuestas a lo largo del tiempo. El arrendamiento no sólo se efectúa en tierras propiedad de particulares, sino también del estado o de los municipios (ejidal).^1 ^ Otra de las formas predominantes es el colonato, otorgamiento de una parcela a los asalariados agrícolas de las grandes explotaciones. La tierra constituye en estos casos el aliciente para atraer la fuerza de trabajo y un complemento de los salarios que devenga el colono. Por lo general, el colonato se presenta en las zonas donde se encuentran las fincas dedicadas a cultivos permanentes que requieren una alta proporción de mano de obra durante la época de la cosecha (sobre todo en el cultivo del café). El usufructo, modalidad menos difundida, es el uso autorizado de la tierra sin exigir pago por ello. En algunos casos constituye una especie de fideicomiso. La ocupación precaria se define como la ocupación y utilización de tierras, nacionales o de propiedad privada, sin autorización expresa del dueño. Se presenta con mayor frecuencia en tierras nacionales de los países que disponen de una frontera agrícola. En todos ellos la legisla­ ción agraria determina el procedimiento por el que el ocupante precario de tierras nacionales puede llegar a adquirir su posesión legal. Fuente continua de tensiones es que lo prolongado del proceso legal jrovoca 1U Estas últimas se presentan con frecuencia en Nicaragua y en Honduras. /frecuentes conflictos Pág. 88 frecuentes conflictos de intereses entre precaristas que compiten por la posesión definitiva de las tierras. i) Cuantificación. Para determinar la importancia relativa de las diferentes formas de tenencia en cuanto a sus relaciones funcionales en el ingreso se ha utilizado un sistema de clasificación que atiende principalmente a este último criterio. (Vease el cuadro 21.) Antes de hacer referencia a los resultados de los cálculos deben señalarse algunas aclaraciones metodológicas. El concepto de unidad de explotación se basa en la unidad administrativa y no en la propiedad misma de la tierra. De tal manera, cuando se hable de fincas en propiedad se tratará de unidades trabajadas directamente o mediante un administrador por sus dueños. Esta clasificación no permite cuantificar totalmente la superficie bajo propiedad ni medir la concentración de la tierra. Aproximadamente el 45 por ciento de las explotaciones se encuentra trabajado directamente o mediante un administrador por el propietario de la tierraj es, en consecuencia, la forma dominante de tenencia. El arrendamiento constituye el 25 por ciento del total de las explotaciones. El colonato sigue en importancia con el 11 por ciento del total de fincas. total. La ocupación precaria sólo comprende el 2.5 por ciento del Es probable,sin embargo,que la información censal contenga una subnumeración importante derivada de las dificultades de establecer en los cuestionarios censales una distinción clara entre la propiedad propiamente dicha y la propiedad precaria. En Costa Rica, el Censo Agropecuario de 1963 reportaba un total de 1 597 ocupantes precarios mientras el Instituto de Tierras y Colonización (ITCO) había recibido más de 16 000 solicitudes de titulación. Situación similar puede presentarse en los otros países. Observación interesante es señalar que el número de fincas con formas de tenencia distintas a la propiedad tiende a aumentar en el tiempo. Explicación de ello puede ser la carencia de oportunidades de /Cuadro 21 Cuadro 21 CENTROAMERICA: Formas de tenencia IMPORTANCIA RELATIVA DE LAS DIVERSAS FORMAS DE TENENCIA, SEGUN NUMERO DE EXPLOTACIONES Centro­ américa Por­ ciento 920, 7 . 66 a 2 595 a o 083 2 512 10Q.0 44.8 44.5 0.3 En arrendamiento simple 231 069 Arrendatarios entidades privadas 156 472 En tierras nacionales 20 089 Eh tierras ejidales 52 293 En tierras nacional es y ejidales 1 777 Aparcería ç/ 438 25.1 17.0 2.2 5.7 0.2 0.0 Total Si propiedad Propietarios Admini stradores Formas mixtas Propietarios y arrendatarios Propiedad y esquilmo Otras formas En forma gratuita Colono d/ Usufructuario Ocupante en precario Otras formas Colonos g/ Otros 59 33 2 23 369 274 359 736 6.4 3.6 0.2 2.6 164 100 7 56 771 310 543 918 17.9 10,9 0.8 6.2 52 962 149 52 813 5.8 0.1 5.7 Costa Rica El Salvador Guataaala 64 621 226J8SÛ 49 334 49 334 - 89 918 89 918 43 457 43 457 — - 1 336 898 — -■ 438 10 3 2 4 2 1 233 469 359 455 840 243 — 1 597 828 149 679 29 805 29 805 55 769 55 769 - Honduras ’ Nicaragua 1.78 361 102 201 193 907a/ 191 395^ 2 512 39 991 39 991 - 39 445 39 445 - 59 192./ 59 19227 — - 106 042 40 053 21 042 12 872 — 8 170 — - 5 303 « — 5 303 13 978 78 262 / 43 298^ ~P/ 34 964 4 308 23 592 4 308 7 543 16 049 348 687 20 089 44 123 1 777 .t m 13 978 7 947 17 326 22 717 4 144 7 947 17 326 22 717 4 144 P g 89 á. Fuente: Estimación C1DA/CAIS basad» en censos agropecuarios, j/ Incluye formas mixtas con propiedad, b/ Incluye formas mixtas con arrendamiento. c/ Denominado esquilmo en Costa Rica, Se entiende por colono el trabajador agrícola que recibe un pedazo de tierra para trabajar, g/ Incluye formas mixtas con colino, % / Comprende ocupante, ocupante comunero y comunero, g ¡ El colono en Coste Rica es el que forma parte de una colonia agrícola,. Pág. 90 dotar de tierras a los nuevos agricultores, la rigidez de los sistemas de transacción y la propensión de los propietarios a eludir parte de los riesgos de la producción a través del arriendo. Al nivel centro­ americano —hecha la exclusión de Guatemala, país sobre el que no se dispuso de datos— entre los censos del 50 y del 60, se redujo el porcentaje de fincas trabajadas por los propietarios del 52 al 45 por ciento,^^ ii) Tamaño de las fincas. La importancia de las diferentes formas de tenencia está directamente relacionada con el tamaño de las fincas. En todos los países existe la tendencia a que las formas más alejadas de la propiedad se concentren en los grupos de fincas de menor tamaño. Por ejemplo, «1 Nicaragua predomina el arrendamiento en los grupos de mierofincas y fincas subfamiliares donde se encuentra el 82 por ciento del total de los arrendatarios. Ib El Salvador más del 16/ 98 por ciento de las fincas en arrendamiento simple" se encuentra tam­ bién dentro de los grupos de mierofincas y subfamiliares. El colonato se da exclusivamente en fincas menores de 10 hectáreas. La ocupación precaria tiende a predominar entre los grupos de fincas familiares y multifamiliares medianas. También se observa una estrecha asociación entre la proliferación de esas formas de tenencia y la intensidad de las presiones demográficas. Eh la práctica hay parcelas de subsistencia que constituyen una defensa del campesino contra las limitadas oportuni­ dades de empleo como asalariados agrícolas o en otros sectores de la actividad económica. c) Otras características económicas Las condiciones en que se efectúan los contratos de arriende deter­ minan con frecuencia estipulaciones poco ventajosas para el arrendatario. Eh 15/ Véase Maturana, Las relaciones entre la tenencia de la tierra y ■ a l eficiencia del uso de los recursos agrícolas en Centroamérica. og. cit.. p. 10. 16/ No se incluyen los propietarios arrendatarios. /algunos casos Pág. 91 algunos casos los pagos son excesivos alcanzando entre el 30 y el 50 por ciento del valor de la producción; en otros suele exigirse cubrir la totalidad de la renta antes de la siembra de los cultivos. Si las estipulaciones descritas afectan al nivel de ingreso y al capital de trabajo de los agricultores otras cláusulas tienden a res­ tringir su capacidad de ahorro. Por ejemplo, la obligación de erigir cercas o de desbrozar y limpiar los terrenos significa de hecho una transferencia de capital que sólo de manera indirecta beneficia a los propios arrendatarios. La situación desventajosa del precarista se acentiía porque la carencia de titulo de propiedad no le permite en la práctica, salvo excepción, convertirse en sujeto de crédito. A ello cabe agregar el hecho de que por regla general las explotaciones de este tipo se encuentran en zonas alejadas de los mercados que implican mayores costos c menores ingresos netos por la producción comercializada. Junto a los factores socioeconómicos examinados el patrón de distri­ bución de la población ejerce notable influencia tanto en las relaciones de oferta y demanda del mercado de trabajo como en la determinación de los salarios e ingresos. i) Distribución territorial de la población. Para los propósitos de este trabajo el concepto significativo de población rural debería estar referido a la que depende de la agricultura como medio de subsis­ tencia. Sin embargo, como más del 95 por ciento de la localizada fuera de los centros urbanos deriva su ingreso principal de las actividades agropecuarias,no se ha hecho ajuste alguno salvo para Costa Rica (donde cerca de una cuarta parte de la población que reside en las zonas rurales tiene ocupación distinta a la agricultura). El cálculo de la densidad demográfica se basó además en la superficie en fincas eligiéndose ccmo 17/ unidad de análisis el departamento o provincia.—" I?/ La selección de esa unidad de análisis podría introducir algunas dis­ torsiones en los cálculos al haber departamentos que comprenden zonas de baja y alta densidad de población* Eh rigor sería necesario basar el análisis en circunscripciones político-administrativas menores. En algunos casos la medida de densidad al nivel municipal resulta también deficiente por extenderse sobre una superficie territorial muy grande y tener la mayoría de su población concentrada en pequeños nádeos, Véase, CEPAL, Distribución de la población en el Istmo Centroamericano (E/CN.I2/CCE/357X / T J x /Los datos Pág* 92 Los datos recogidos revelan .algunas disparidades de la distribu­ ción de la población rural entre departamentos (véase el cuadro 12 del anexo C) que oscilan entre 4.4 personas por 100 manzanas en el departamento de Río de San Juan en Nicaragua y 103 personas en el departamento de Cuscatlán en El Salvador. Al patrón de concentración de los habitantes corresponde casi siempre una pauta similar de concentración de la actividad económica. Las zonas de alta densidad demográfica son las que cuentan con los mejores servicios en la estructura y desde luego con los principales mercados. En contraste, el resto del territorio centroamericano carece de vías de comunicación y de medios que faciliten el acceso de su producción a los centros urbanos. Esa circunstancia, aparte de una serie de repercusiones que se examinarán más adelante} presupone la necesidad de realizar inversiones cuantiosas si se requiere aprovechar con eficiencia la frontera agrícola disponible, ii) Relaciones hombre-tierra. Como consecuencia del patrón dis­ tributivo de la población (véase de nuevo el cuadro 12 del anexo C , surgen ) variaciones en la disponibilidad de tierras que varían entre B y 13 manzanas por familia. Para estimar el orden de magnitud de los desajustes en el mercado de trabajo puede considerarse entre 3 y 4,5 hectáreas la superficie mfyijma que podría dar ocupación plena a una unidad f a m i l i a r S e g ú n esos cálculos serían muy pocos los departamentos con disponibilidades de tierras insuficientes para lograr una completa absorción de la mano de obra disponible, Claro que no se han temado en consideración las diferencias de calidad de los recursos y se ha supuesto además que todas son aptas para explotar cultivos temporales. La disponibilidad teórica de tierras puede medirse también compa­ rando la superficie total con la mínima requerida para llenar las necesidades básicas de ingreso de la familia. Si se acepta come de 9-10 manzanas el tamaño más pequeño de las explotaciones que harían 18/ Véase SIECA, Estrategia del desarrollo económico para Centroamérica. Guatemala. /posible Pág. 93 posible asegurar un ingreso mínimo a los grupos de fincas subfamiliares y familiares (véase la sección IV, i,b), la disponibilidad teórica de tierras en los diversos departamentos sólo sería insuficiente en ciertos 12' / casos.— 4 Las relaciones hambre-tierra y la identificación de los departa­ mentos sobrepoblades está sujeta, ccmo se dijo, a la realización de análisis de la calidad de los recursos disponibles. 20/ realizado por la SIECA,— Así, en un estudio en el que se toma en consideración la natura­ leza de los recursos, se estima que son 7 los departamentos de Honduras que se encuentran sobresaturados de población. Las disponibilidades teóricas de tierra resultarían, por supuesto, mucho mayores de tomarse el total de la superficie de cada departamento o provincia en vez de la ubicada en fincas (véase el cuadro 12 del 21/ anexo C).-i' Pero las tierras fuera de las fincas no son fuente de ingresos en la actualidad y en la mayoría de los casos están constituidas por áreas vírgenes sin infraestructura o con explotaciones forestales. La determinación de las relaciones hombre-tierra en fincas al nivel de los municipios,permitiría delimitar con mayor precisión las zonas que disponen o carecen de frontera agrícola y aquellas en las que podrían incrementarse los asentamientos aligerando la carga de las áreas sobrepobladas, la se ha señalado que la SIECA^^ está estudiando las relaciones entre el acervo de tierras y su capacidad de absorción de mano de obra. Aunque la investigación sea provisional pueden anotarse aquí algunos de sus resultados. l) Existen zonas de alta presión demográfica, incluso admitiendo que todos sus recursos estuviesen siendo explotados adecuadamente 19/ En casi todos los de El Salvador, en todos los de Costa Rica, en los de Gracias a Dios, Islas de la Bahía, Lempira y Valle, de Honduras; en Masaya, Nicaragua, y en los de Totonicapán, Sololá, Chiquimula, El Petén, Quezaltenango, San Marcos, Huehuetenango y Quiché, de Guatemala. 20/ Estrategia del desarrollo económico para Centroamérica. op. cit. 21/ f i los departamentos con una superficie territorial muy grande, la den­ i sidad de población por unidad de superficie en fincas no refleja la disponibilidad real de tierras puesto que la población se encuentra concentrada en áreas muy reducidas y existe una posibilidad de des­ plazamiento hacia las partes despobladas. Las zonas pobladas pueden efectivamente mostrar, no obstante, una alta presión sobre la tierra. 22/ Estrategia del desarrollo. o ¡ . cit. j /conforme a Pág. 94 conforme a las técnicas vigentés y zonas quetienen todavía un exceso de recursos en relación a supoblación; 2) Los desequilibrios pueden servir para definir en forma burda la orientación que podría darse a las corrientes de migración permanente; 3) Las zonas con altos índices de saturación (mayores de l) disponen todavía de posibilidades de desarrollo si se aprovechan los márgenes entre el use real y el potencial de las tierras; 4) Ésas mismas zonas, incluso admitiendo la posibilidad de lograr el aprovechamiento de los recursos, requerirían cambios sustanciales de la tecnología que se emplea para elevar el ingreso de los agricultores. De aquí la importancia de concentrar en las zonas de mayor presión demográfica los programas gubernamentales relacionados con el cambio del uso de los recursos, la extensión agrícola y el crédito, iii) Repercusiones del crecimiento demográfico. Las tendencias de crecimiento de la población rural y la evolución de su distribución tienen efectos distintos en la capacidad del sector agrícola de propercionar empleo a los aumentos anuales de la fuerza ae trabajo, según se trate de zonas de alta o baja densidad demográfica. En las zonas densamente pobladas la elevación de los niveles de vida depende esencialmente de las posibilidades de elevar los rendimientos y la productividad, bien a través del mejoramiento de las técnicas o bien haciendo cambios en la composición de los cultives; en cambio, el objetivo que debe perseguirse en las áreas poco pobladas gira en tefno a la creación de más fuentes de empleo mediante la expansión horizontal de las superficies explotadas. Una política diferencial como la que se ha esbozado permitiría hacer frente a dos de los problemas principales de la agricultura centroamericana relacionados oon el recrudecimiento de los desequilibrios del mercado de trabajo y con las dificultades de aumentar el ingreso de /grupos muy Pág. 95 grupos muy numerosos de la población. Todo ello tendría además una serie de repercusiones favorables tanto para el ensanchamiento de la demanda efectiva como para la reducción de las presiones demográficas en los centros urbanos (véase el cuadro 22). Debe observarse que si bien las migraciones hacia las ciudades constituyen un fenómeno universal, existen serias dificultades de orden tecnológico y de otra naturaleza para crear empleos suficientes en la industria y en los servicios. Sería muy conveniente encontrar el medio de atenuar la velooidqd de esos movimientos migratorios que ya están causando serios trastornos sociales y cargas en extremo pesadas en los presupuestos públicos. Al respecto es interesante destacar que mi el caso de Costa Rica (véase el cuadro 23), no obstante su alta tasa de crecimiento demo­ gráfico, el ritmo de migración rural-urbana es comparativamente reducido, hecho que sin duda se relaciona con el menor subempleo en el campo* La tasa de crecimiento medio de la población rural ha sido del 2.6 por ciento entre I960'y 1963# que determina en la actualidad un incremento aproximado de 225 000 personas y equivale a un aumento de la oferta de mano de obra cercano a los 75 000 trabajadores por año; crear oportunidades de empleo de magnitud similar, difícilmente podrá lograrse con la simple expansión vegetativa de las actividades agropecuarias. En el futuro próximo será indispensable alterar las pautas de utilización de los recursos e iniciar programas de aprovechamiento de las superficies no explotadas. iv) Acceso a los medios de producción. Al estimar la disponibi­ lidad teórica de tierras se supuso implícitamente la libre movilidad de la mano de cfora, el libre acceso a la tierra y una utilización de los recursos adecuada, aunque no óptima. Pero en la realidad ninguno de estos supuestos es cierto. Ta se indicó en secciones anteriores que la intensidad de use de la tierra en las fincas grandes era inferior al de las fincas pequeñas, /Cuadro 22 Pág. 96 Cuadro 22 CENTROAMERICA: INCREMENTOS ANUALES DE LA POBLACION RURAL País Pcblación rura?, 1968 Incremento neto anual 1967/68 Centroamérica 8 651 980 222 426 Guatemala 3 032 137 El Salvador Incremento anual bruto 1967/68 sJ Migración rural-urbana 1967/68 b/ 31 467 74 217 251 m 85 780 11 563 1 835 432 44 767 50 139 5 372 Honduras 1 716 315 41 899 48 558 6 659 Nicaragua 1 007 723 21 736 6 858 Costa Rica 1 060 373 39 807 28 594 40 822 1 015 Fuente: CIDA/CAIS. con base en los respectivos censos de población. Véase el cuadro 13 del anexo C. a/ Se obtuvo bajo el supuesto que la tendencia de crecimiento vegetativo es igual en el sector rural que en el urbano. Se aplicó entonces la tasa de crecimiento del país a la población rural de 1957. Véase el cuadro 1 del anexo C. t/ Se obtuvo como diferencia entre incremento bruto e incremento neto. /Cuadro 23 Pág. 97 Cuadro 23 CENTROAMERICA: TASAS DE CRECIMIENTO DE LA POBLACION RURAL ï URBANA, I95O-63 Total Población rural Población urbana Centroamérica 3.0 2.6 >.7 Guatemala 2.5 3.6 El Salvador 2.9 2.8 2.5 3.3 Honduras 2.9 4.5 Nicaragua 2.9 2.5 2.2 Costa Rica 4.0 3.9 4.3 País 4.2 Fuente: Censos de población de los países. /lo que Pág. 98 lo que se traduce, por una parte, en una subutilización de los recursos e impide, por otra, que los excedentes de mano de obra puedan tener acceso a los medios de producción. d) Nivel general de salarios Como es natural, el nivel y los movimientos de los salarios están determinados por la densidad de población y por la oferta y demanda de mano de obra, aunque también influyan en ello factores institucionales y presiones de los grupos de poder. En general puede observarse una relación inversa entre excedentes demográficos y salarios. Eh El Salvador, con una densidad de población de 68.3 personas por 100 manzanas de tierra en fincas y una subocupación del 54 por ciento de la mano de obra, el salario mínimo rural es de 90 centavos de peso centroamericano» Eh Costa Rica, con una densidad de sólo 17.7 personas por manzana y un subemple© del 3.2 por ciento, ese salario es sensiblemente superior (1,54 pesos). Tomando en cuenta los salarios mínimos y el número promedio de jornadas trabajadas,, puede compararse el-ingreso total esperado del trabajador con las exigencias mínimas de ingreso calculadas a través de la estimación de las necesidades básicas de gasto. En casi todos los países la primera cifra resulta sustancialmente inferior 23/ a la segunda, con márgenes hasta del 50 por ciento.^/ Es importante resaltar que las observaciones anotadas se han basado en los salarios mínimos establecidos legalmente, que suelen ser superiores a los verdaderamente c u b i e r t o s C c m o consecuencia» las 22/ Véase, por ejemplo, Ministerio de Trabajo y Previsión Social, Estudio económico para, la determinación del salario mínimo en el cultivo del algodón. Guatemala 1957, p. 25. 24/ Por lo menos con referencia a Costa Rica, El Salvador y Nicaragua donde se han puesto en vigor disposiciones legales. /únicas alternativas Pág. 99 únicas alternativas de alcanzar los niveles mínimos recomendables de remuneración de la mano de obra tienen que consistir en aumentar los días efectivos de trabajo o en incrementar sustancialmente los salarios establecidos, y eso equivale a las dos recomendaciones hechas con anterioridad en el sentido de ensanchar la absorción de empleo y de elevar la productividad de la agricultura. V. CARACTERISTICAS V. CARACTERISTICAS DE LA ESTRUCTURA SOCIAL DE CENTROAMERICA 1* Introducción Los patrones de organización social y rural de los países centroamericanos representan la fusión de distintas corrientes socioculturales que se adoptan e influyen sobre la realidad física, biológica y económica de la región. Las formas de organización han impuesto las condiciones y los factores dinámicos que explican en parte la presente situación rural y la orientación de sus tendencias. En esta sección se presenta una síntesis de los factores causales que deben tenerse principalmente en cuenta para el mejor planeamiento de los programas futuros de desarrollo rural, y pueden servir para la identificación de las variables de mayor significado desde el punto de vista del desarrollo y la política económica.^ El objetivo general de los programas de desarrollo económico y social debe ser lograr que las personas, como miembros de la comunidad, 2/ participen le más posible en las actividades de la miaña y reciban de ello los beneficios consiguientes. Por esta razón, la variable, que se llamará aquí "posición social de la persona cano miembro de su comunidad rural" debe constituirse en el objetivo de carácter más general y en el marco que sirva de orientación tanto al plan como a las políticas concretas. La "postura social" es una escala que emprende: i) la contribución económica y la participación del individuo y sus dependientes en la dis­ tribución de los servicios y los bienes económicosj ii) su participación en las actividades sociales, y iii) el desarrollo de sus facultades personales, ¿/ Para poder orientar la exposición hacia aspectos concretos del des­ arrollo, parte importante de la metodología ha consistido en precisar objetivos que puedan ser temados cano normativos en el proceso de desarrollo social, que debe incluir también los aspectos económicos por la mutua dependencia que existe entre ambos. 7j Por comunidad se entiende un grupo grande de muchas familias y vecin­ dades donde se desarrolla casi toda la vida de sus miembros que viven en un lugar determinado. /Ne dejan Pág. 101 No dejan de existir dificultades de orden práctico para establecer una graduación cuantitativa que mida con precisión la "postura social" de un individuo o grupo de personas, pero su utilidad cano instrumento « , teórico de análisis no pierde por completo validez. El peón, por ejemplo, que tiene un acceso en extremo limitado al manejo de técnicas complejas, a la educación o al ascenso social, se colocaría muy por debajo de la posición que ocupan los administradores o propietarios de las fincas multifamiliares. A pesar de ello se pueden elaborar mediciones aproxi­ madas que temen en cuenta, por lo menos, la contribución económica y los niveles de vida, así como el grado de participación de una persona o grupe­ en las actividades de la comunidad. 2* El factor básico: la tenencia de latierra Para los propósitos de este estudio la estructura de la tenencia de la tierra y el tamaño de las fincas constituyen el factor que explica en esencia la postura social de los agricultores. La investigación y análisis de tres variables estrictamente vinculadas a la estructura de tenencia y. tamaño de las fincas y a la postura social de los habitantes de las comu­ nidades rurales.constituyen la base del presente capítulo. Estas son: a) la estratificación social; b) la naturaleza de las comunidades rurales, . y c) la distribución y movimiento de la población rural. \ 3. La estructura social agraria La estructura social agraria de Centroamérica se apoya sobre todo en la gran propiedad, forma en que sç cristaliza históricamente la empresa agrícola del área. g ó La gran propiedad rural presenta dos sistemas dife- rentes, uno moderno, altamente tecnificado con una acentuada concentración de recursos productivos, constituido por la plantación y las fincas de agricultura de exportación, y otro tradicional, con grandes propiedades en las que predominan las haciendas dedicadas a la ganadería, a la produc­ ción de bienes destinados al consumo interno y a la obtención de - na renta u de la tierra. Estas haciendas forman, con la econcmía de consumo de los campesinos, el sector tradicional del agro centroamericano. /Las encomiendas Pág. 102 concen­ tración y utilización de la mano de obra, ejercieron una influencia que Las encomiendas españolas que tenían coto base económica la todavía se refleja en determinados aspectos del sistema agrícola tradicional de la región. En efecto, el acoplamiento del minifundio a la hacienda, sea en forma de “ milpas”, de "pegujal" o de "acuaro", tiene por función prin­ cipal suministrar mano de obra al hacendado en los períodos de mayor actividad agrícola. De esta manera, el trabajador rural es al mismo tiempo un campesino y un obrero. Desde ahí la posición social mixta que carac­ teriza a la gran mayoría de los trabajadores agrícolas de Centroamérica, con la sola exclusión de las áreas de desarrollo de las plantaciones — donde se concentran los asalariados agrícolas— y de los pequeños núcleos de campesinos autosuficientes. El cuadro económicosocial del sector rural presenta por consiguiente un sistema moderno y uno tradicional, que además de vivir en simbiosis, se integran en una completa interdependencia que se manifiesta en aspectos de la vida económica y social muy variados. La movilidad social se reduce prácticamente a dos circuitos cerrados que siguen a los ciclos biológicos de los cultivos; es decir, cultivos de subsistencia, cosecha de productos de exportación y de nuevo cultivos de subsistencia. Existen, desdo luego, otros canales de movilidad social, como los que proporciona el sistema educativo o los que ocurren como consecuencia de la colonización espontánea de nuevas regiones. Pero apenas significan pequeñas variantes al margen de los mecanismos dominantes. Superar la dicotomía de la agricultura centroamericana exigirla alterar los sistemas de tenencia tanto como eliminar las disparidades de los sistemas de producción. Se impulsen esos cambios en forma gradual y evolutiva, o de manera más rápida, tendrán que modificarse correlativamente las marcas de la organización institucional. a) Sistemas v formas predominantes de tenencia de la tierra i) Sistemas tradicionales. Plantaciones v haciendas. La clasi­ ficación de sistemas de tenencia de la tierra a -que se refiere esta parte del trabajo, difieren, por razones de análisis, de la expuesta en páginas /anteriores. Los Pág. 1C3 anteriores. Los tipos principales son la plantación, la hacienda, la finca, la granja, el terreno, el huatal, el pegujal o acuaro, la milpa, el solar, el ejido y la comunidad indígena. No se trata de sistemas puros por los múltiples factores que influyeron en el desarrollo histó­ rico de las sociedades agrarias de cada país y de la región en su conjunto. En el agro centroamericano se mantienen prácticas anacrónicas que vienen de los tiempos de la colonia y con frecuencia son fuente de tensio­ nes sociales (la mediería, la terciería, el machoteo, la bordonada, la rata o comisariato, la pulpería, la fagina, la seña, el pacto de retroventa, la boleta de vialidad, el enganche, el corretaje y el concertaje, entre otras). Tanto les sistemas de tenencia corno las prácticas señaladas influyen directamente en la conformación de diversas actitudes y posiciones sociales de los trabajadores del campo. De aquí la conveniencia de examinar ciertos aspectos específicos. Se denomina plantación, a la gran unidad económica agrícola orientada casi siempre a producir para el mercado externo; implica actividades de alta densidad de capital y un nivel técnico que se dedica a la producción, comercialización, y en ocasiones a la industrialización de productos agrícolas tropicales. En Centroamérica existen plantaciones cafetaleras, azucareras y algo­ doneras pero las más importantes se dedican al cultivo, industrialización 3/ y comercialización del banano y sus subproductos,*^ Las exportaciones de esta fruta representaban en 1955 el 41, el 50 y el 18 por ciento, res­ pectivamente, del comercio total de exportación de Costa Rica, Honduras y Guatemala. Para 1966 los porcentajes habían variado al 24.5, 48.2 y 2 .8, respectivamente. La gran empresa constituye el único tipo de unidad económica con franco acceso al mercado externo; su existencia depende precisamente de la demanda de los países industrializados. 2/ Instituto Universitario Centroamericano de Investigaciones Sociales y Económicas, Algunas consideraciones sobre tenencia de la tierra e , n relación con el desarrollo agropecuario de los países centroamericanos. Ciudad Universitaria Rodrigo Fació, Costa Rica, 1965, pp. 18 y 19. /Las principales Pág. 104 Las principales plantaciones de Centroamérica dirigen su producción de café, azúcar, banano y algodón principalmente a los mercados de los Estados Unidos, con cerca del 50 por ciento del valor total de las exportaciones.^ Esos artículos constituyen la principal fuente de divisas de las economías de los países centroamericanos. Algunas empresas agrícolas operan en otras ramas de actividad agro­ pecuaria y de servicios. Se ocupan de cultivos de palma africana y de su transformación en aceite vegetal, de explotaciones ganaderas, fábricas de licores, servicios de transporte marítimo, servicios telegráficos, servicios bancarios, etc. Característica típica de la plantación es tam­ bién el uso intensivo de los recursos de mano de obra, aplicando complejos sistemas de división del trabajo que se cambian o alteran conforme a cálculos muy estrictos de costos, incluso por procedimientos de alta intensidad de capital.-^ La división del trabajo de una plantación bananera asume a veces proporciones extraordinarias, con una atomización del proceso productivo que, desde luego, influye en las actitudes y en el comportamiento de los obreros agrícolas. Como ejemplo de esta compleja estructura orgánica se encuentra la Tela Railroad Company de Honduras con 15 000 trabajadores, 2 000 empleados administrativos y un presupuesto anual de 40 millones de dólares. Aunque inicialmente se dedicó casi exclusivamente a la produc­ ción y comercialización del banano, en la actualidad cultiva, además, hule, palma africana (10 000 acres), plátano (l 000 acres), tiene 20 000 cabezas de ganado y opera tina fábrica de cajas de cartón (180 obre­ ros). Tan sólo en las empacadoras de banano trabajan aproximadamente 4 000 personas, 80 por ciento mujeres. La organización administrativa está dividida en cinco distritos (Ulúa, La Lima, Guanacasteles, Progreso e Higuerito) que a su vez están foimados por 37 fincas. hd Algunas consideraciones sobre tenencia de la tierra en relación con el desarrollo agropecuaria de l o países centroamericanos, op. cit., ,s P. 9. En Honduras, por ejemplo, dos empresas bananeras empleaban en 1953 cerca de 35 000 trabajadores agrícolas. La incorporación de ciertos avances tecnológicos en 1959 les permitió reducir ese número más de la mitad. /En la Pág. 105 En la actividad simplemente agrícola™'el proceso productivo está dividido en 29 sectores de trabajo que abarcan 189 funciones diferentes. Del lado de la organización obrera los trabajadores de las planta« ciones cuentan frecuentemente con sindicatos bien estructurados que desempeñan una amplia gama de funciones sociales. En el caso de la Tela Railroad, opera el SITRATERCO (Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroad Company) con 10 000 afiliados (el 59 por ciento de los trabaja­ dores de la empresa). El SITRATERCO ha formado una cooperativa de ahorro y crédito (5 000 asociados), una de consumo (6 000 asociados), y una de vivienda con 500 casas proyectadas y 180 construidas; mantiene cinco sectores de servicios sociales, una colonia de vacaciones en Puerto Cortés, una sección de educación con un colegio de educación media y 11 escuelas primarias, un plan de seguro de vida con 1 800 asociados, una sección de educación laboral, dos guarderías y una estación de radio. Tiene seccionales en las ciudades de Progreso, La Lima, Puerto Cortés y Tela, que a su vez controlan varias subseccionales * La explotación de la caña de azúcar es otro ejemplo de empresa agrícola con las características de la plantación: división del trabajo y participación en el proceso productivo de numerosos individuos, ya sea ccmo productores de la materia prima o del producto acabado (azúcar o alcohol). A título ilustrativo puede señalarse el caso de un ingenio en Slcaragua donde trabajan en el sector puramente agrícola 850 asala­ riados durante el período de la siembra y 2 610 en el período del corte de la caña. Los obreros industriales son 740 en época de siembra y 1 840 en el período de cosecha» La superficie del ingenio es . de 17 000 manzanas (10 953 dedicadas a cañaveral, 2 800 a pastos y 3 510 de superficie en montes, bosaues y manglares). En su caserío ' 6/ Además, del Departamento de Agricultura, la Tela Railroad Company tiene los Departamentos de Investigaciones Tropicales, Transportes y Exportación, Parques y Jardines, Ingeniería Consolidada (electri­ cidad, mecánica, ferrocarril y construcción), Mercaderías, Material, Contaduría y Auditoría General, Médico, Relaciones Laborales (educa­ ción, deportes y relaciones obreras), etc. /(de 2 842 cuartos) Pág. 106 (de 2 842 cuartos) funciona un sindicato de trabajadores con 483 afiliados (26 por ciento de los*trabajadores permanentes y 10 por ciento de la fuerza de trabajo temporal), una cooperativa de consumo con 120 sacies y un hospital de 50 camas. Como se dijo, la hacienda, con las comunidades indígenas, representa en Centroamérica el sector tradicional de la sociedad agraria. En ella predominan relaciones laborales y formas de producción anacrónicas; cons­ tituye una unidad agrícola con objetivos económicos y rasgos acentuados de paternalismo, que contemplan obligaciones de fidelidad del campesino y sus descendientes para el hacendado, En las haciendas predomina al ausentismo del propietario, que deja en manos de un administrador o persona de rango inferior la dirección de la unidad económica. No existe preocupación marcada por utilizar racio­ nalmente los recursos naturales. La ganadería se suele desarrollar en tierras más apropiadas para la agricultura, mientras el pequeño campesino se ve obligado a cultivar zonas menos favorecidas con técnicas muy primitivas. En algunos casos los campesinos forman grupos estrechamente ligados a la unidad física y económica de la hacienda, a pesar de la clara diferen­ ciación social que les separa del hacendado. a ser tan estrecha que en ocasiones La liga funcional puede llegar recuerda relaciones de trabaje de la época feudal que cuando la propiedad se transfería, se consideraba a las familias campesinas como parte del valor del inmueble. Por lo demás, esta situación se presenta también en varios países de América Latina donde la situación agraria no ha cambiado en los últimos ICO años. En la actualidad la hacienda está basada en la ganadería exten­ siva y en los ingresos de la renta de la tierra. El hacendado realiza pocas inversiones y maneja la finca utilizando preferentemente dos factores de producción, la tierra y la mano de obra. La organización de la hacienda ha venido experimentando desde los primeros años de la posguerra transformaciones importantes al haberse roto el aislamiento, uno de los factores deteiminantes de la institución, /con el con el desarrollo de las vías de comunicación. La Carretera Panamericana ha desempeñado papel muy importante en esa transformación de las haciendas de la vertiente sur de Centroamérica dando lugar a la introducción de nuevas formas de salario^ facilitado el rápido acceso a los centros urbanos. Han contribuido en el mismo sentido la expansión del crédito agrícola, que ha propiciado el cambio tecnológico; la expansión de la demanda externa de productos agrícolas (café, algodón, henequén, banano, etc.) y también el aumento de la producción para esos mercados, en manos de empresarios nacionales,^ La finca, dentro de los límites un tanto arbitrarios que se esta­ blecen para los distintos tipos de unidades económicas, se define cano una propiedad más pequeña que la hacienda. En El Salvador, por ejemplo, "todo fundo cuya extensión se exprese en caballerías ( i a o más) es tn hacienda". El Primer Censo Agropecuario (1950) estableció cano límite mínim© de las haciendas, 60 manzanas. Los criterios que la definen están relacionados con la densidad demográfica y el' uso intensivo o extensivo de la tierra de cada zona o país. La tipología de las propiedades rura­ les no depende sólo de la superficie, sino también del tipo de cultivo o del grado de tecnología aplicada.^ Aunque la nomenclatura no es exactamente similar a todos los países, en orden de importancia — por su capacidad productiva, extensión, técnicas, etc.— a la finca siguen la granja, el terreno y las pequeñas explotaciones agrícolas (huatal, milpa, solar y parcela, entre otras). ii) El elido v las comunidades indígenas. El ejido y la coaunidad indígena existen todavía en Guatemala, Honduras y Nicaragua, países donde esos tipos de tenencia de la tierra no fueron afectados del todo por los cambios estructurales impuestos por las reformas liberales de las últimas décadas del siglo pasado. 27 Universidad" Nacional Autónoma de Honduras, Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, Bases para un plan de colonización de la.ANACH. Facultad de Ciencias Económicas, Tegucigalpa, p. H . ñ/ Ibid. p. 11. . 2/ Carias Delgado, Notas para un futuro ensavo sobre nomenclatura rural salvadoreña. Tomo 12, Vol. 27-28. San Salvador, 1963# /El régimen Pág. 108 El régimen presidido por el General Rufino Barrios, en la década de los sesenta, redujo la propiedad indígena guatemalteca convirtiendo dichas comunidades en fincas cafetaleras. Idénticas medidas fueron adoptadas por los gobiernos liberales de El Salvador a través de la Ley de Extinción de Comunidades (1881), la de Extinción de Ejidos (1882) y la de Titulación de Terrenos Rústicos (1897). Para esos años, en Costa Rica la comunidad indígena ya no desempeñaba ningún papel dentro de su economía. Las tierras del ejido pertenecen al municipio y los habitantes tienen derecho a usarlas por tradición mediante el pago de un canon de arrenda­ miento que varía de T n país a otro. i El vínculo jurídico entre el ejida- tario y el ejido no presupone la propiedad sino el deminio útil, incluso para fines de derecho sucesorio, pero las viviendas, cultivos permanentes y otras mejoras pueden ser vendidas o transferidas a les sucesores del ejidatario, En Honduras (donde las tierras ejidales representan el 24 por ciento del total y cubre una superficie equivalente al 15.3 por ciento de las tierras en fincas) el canon de arrendamiento reviste más bien la forma de un tributo destinado a financiar la administración muni­ cipal o distrital. iii) Fincas y colonias estatales. A medida que se agravaron en Centroamérica la presión sobre la tierra y los conflictos entre propieta­ rios y campesinos, empezó a surgir un nuevo tipo de agricultor habilitado como productor merced a la intervención del estado. En algunos casos, los gobiernos han promovido la colonización de nuevas áreas como parte de sus programas de reforma agraria y de eliminación de las tensiones sociales en zonas de alta densidad demográfica Por lo general el sistema de producción utilizado por los campesinos de las colonias es de tipo familiar y en algunos casos forma cooperativas de producción. Además es usual que los cuantiosos gastos de capital 10/ Después de 1932, el Gobierno de El Salvador impulsó la colonización campesina ccmo un instrumento de estabilidad social. Para ello se adquirieron en poco tiempo 26 haciendas que fueron transformadas en nuevos asentamientos. En los demás países centroamericanos la pre­ sión sobre la tierra también ha determinado el surgimiento de 16 colonias en Nicaragua, ocho en Honduras y varias en Guatemala y en Costa Rica. /invertidos.' por Pág. 109 invertidos por el estado en su desarrollo, así cano los sistemas de admi­ nistración, establezcan una clara dependencia funcional entre las colo­ nias y el estado. Hay, sin embargo, colonias cuya formación tlene ante­ cedentes diferentes y funcionan también de manera distinta, como las fincas nacionales de Guatemala que durante la segunda guerra mundial fueron expropiadas a los ciudadanos alemanes. En 1954 varias de ellas fueron parceladas y gran parte de su área distribuida entre sus trabaja­ dores dentro de un programa de reforma agraria. Más adelante, buena parte de las parcelas fueron reintegradas a las antiguas fincas nacionales* En todo caso, se trata de grandes unidades económicas que aplican inten­ sivamente los factores de producción, cuentan con una compleja organi­ zación y división del trabajo y con frecuencia se especializan en la pro­ ducción de cultivos altamente redituables. iv) Formas de tenencia v clases de asalariados. Las "ornas de tenencia se definen como los contratos legales o tradicionales por los que una persona o grupo de personas mantienen derechos al uso de le tierra y al goce de sus frutos, o contraen obligaciones en el proceso productivo. En los países de Centroamérica reciben diferentes nombren distintas formas de tenencia de la tierra, que unas veces corresponden a diferen­ cias esenciales y otras son simples cambios de denominación. A pesar de que ya se ha hecho mención de los principales tipos de tenencia de la tierra, se volverá sobre los mismos con mayor detalle y siguiendo una clasificación algo diferente. Las principales formas comprenden el arrendamiento, la aparcería, que incluye el esquilmo y la mediería; el usufructuario; la ocupación precaria, que incluye los parásitos,- ínfru-qsos y arrimados; el comunero; la ejidal; el colonaje, que incluye colonos, rancheros, pegujaleros y el colono a distancia; el petnaje, que incluye jornaleros, voluntarios trabajadores temporales, destajistas, cuadrilleros ganadores, peones ambulantes, flonques y molenderos; los asalariados de la plantación; los empleados y los trabajadores. Existe además el parcelario y el cooperativista, que son los bene­ ficiarios de colonias agrícolas y cooperativas creadas por el Estado. Todas estas formas de tenencia llevan aparejadas determinadas características /que afectan Pág. 110 que afectan directamente a la posición social del individuo determinando la pirámide social del agro centroamericano. En Centroamérica los tipos de arrendamiento de predio rústico varían bastante presentando particularidades jurídicas muy diversas. En general predominan los arreglos por los que el arrendatario paga un canon en dinero, en servicios o en días de trabajo. El canoñ de arrendamiento cubierto en trabajo o en servicios es el más frecuente entre los pequeños arrendatarios. Las obligaciones estipuladas en el contrato cambian según los tipos de cultivó. En Guatemala, el canon es pagado a veces con 3 o 5 días de trabajo al año en reparaciones de cercas y caminos internos y además con una con­ tribución en existencias cosechadas. En Honduras, además del canon pagado en dinero, el propietario suele exigir el uso del rastrojo de la cosecha para forraje de sus animales. En Nicaragua, el arrendamiento en .áreas rurales presenta aspectos peculiares, como el pago del canon con fuerza de trabajo por tiempo determinado o por tarea específica. El arrendatario contrae la obligación de suministrar mano de obra asalariada a la hacienda, y en las horas libres atiende la parcela arrendada. En Costa Rica, sobre todo en Guanacaste y Limón, el contrato de arrendamiento con pago en tra­ bajo o en servicios casi siempre incluye la obligación para el usuario o el operador de efectuar el desmonte de los charrales. El arrendamiento de tierras tiene cierto grado de difusión en Costá'Rica. El propio estado lo estimula exhortando a los propietarios con el objeto de mejorar la utilización de los recursos y evitar que se agrave el tradicional problema de las invasiones de tierras. Además de los tipos corrientes de arrendamiento cuyos cánones se pagan en dinero, servicios o trabajo, en El Salvador es frecuente el arrendamiento con promesa de venta. El propietario de la tierra figura en el contrato como posible vendedor mientras el productor aparece cmo locatario y, al mismo tiempo, como comprador en potencia. El dominio pleno de la parcela no se adquiere hasta después de haber amortizado el valor de la tierra. /El tiempo de Pág. Ill El tiempo de duración del arrendamiento varía según las áreas y tipos de cultivo, pudiendo ser de uno a tres años o mientras dura el ciclo vegetativo de la cosecha. La aparcería asume un doble carácter según las áreas y países. A veces sólo es una variante del arrendamiento y en ocasiones constituye un complemento al sistema de salarios. En Costa Rica, por ejemplo, se denomina arrendamiento una relación de producción que está más bien configurada como una típica aparcería, ya que en la sociedad establecida en el contrato, una de las partes aporta la tierra, y a veces también la semilla, y la otra aporta trabajo. Al final el productor paga al propietario de la tierra entre un cuarto y la mitad del rendimiento neto de la cosecha. En Honduras, lo más corriente es que el hacendado aporte exclusivamente la tierra mientras el aparcero hace inversiones en trabajo, en semilla y en herramientas; le corresponde al primero entre el 50 y el 25 por ciento del producto. Cerca de 12 000 hectáreas en Honduras son explotadas bajo esta forma de tenencia. es común este tipo de aparcería en Guatemala y Nicaragua. También Asimismo, existe la aparcería a partir y la aparcería a mejorar o transformar. El usufructuario es una forma corriente en Nicaragua, resultado de la aplicación de la Ley 1095 que concede a todo ciudadano nicaragüense — oue sea cabeza de familia— el derecho a apropiarse de 1 a 50 hectáreas de tierras nacionales. Mientras no logra obtener ol título legal queda clasificado en ssta categoría. También se consideran usufructuarios los ocupantes de tierras particulares sujetos a la condición de prestar ser­ vicios en la hacienda. Esto ocurre cuando el propietario otorga derecho de usufructo a las personas que realizan labores en su propiedad. La tenencia de ocupación precaria constituye, por sus dimensiones, un grave problema en Centroamérica. Los precaristas disfrutan de la pose­ sión de la tierra, de la percepción de frutos naturales que en ella se producen, y tratan de convertirse en propietarios a través del usucapión y de obtener la posesión con.un año de ocupación ininterrumpida. /Algunos son Pág. 112 Algunos son precaristas que ejercen la posesión de hecho sobre la tierra ( jus possessionis ), pero la mayoría está formada por ocupantes sin amparo de título legal y sin la seguridad de tenencia, ya que se encuentran expuestos a los efectos jurídicos del "interdictum de clandestina possessione'* al que pueden recurrir los propietarios. En el primer caso, es decir, cuando gozan del jus possessionis, se encuentran principalmente los usufructuarios, los parcelarios de las áreas de colonización oficial y los llamados ocupantes tolerados de tierras privadas y nacionales. El resto son precaristas a quienes se les niega el derecho de posesión (ocupantes, parásitos, intrusos, arrimados, etc.). Campesinos que ejercen la posesión de tierras privadas o nacionales, con pleno dominio pero sin poseer el título de propiedad, se denominan ocupantes tolerados. Ocupantes^/ y parásitos son dos campesinos que se introducen prin­ cipalmente en las fronteras agrícolas y se posesionan de tierras paidiculares y nacionales. En la mayoría de los casos se trata de inmigrantes permanentes que al no poder obtener tierras en sus lugares de origen, buscan tierras de bajo valor inmobiliario. Lo que caracteriza esta forma de tenencia es principalmente el factor circunstancial de la ocupación llevada a efecto sin el conocimiento del propietario. Esta forma de tenencia explica la colonización espontánea de pene­ tración en áreas vírgenes e insalubres. Por lo general, entre los inmi­ grantes predominan los de espíritu pionero que les lleva a veces a la for­ mación de grupos sociales aislados, en regiones casi inaccesibles, donde desarrollan una agricultura de carácter consuntivo. 11 / En cuantoal modo de adquisición de la posesión, los ocupantes pueden ser clasificados cano: a) pioneros o colonizadores originales; b) com­ pradores de derechos de desmonte y mejoras; c) sucesores. Por el tiempo de ocupación de la tierra podría dividírseles en: a) los que tienen más de 10 años de posesión pacífica, con derecho de propiedad concedida por prescripción legal que les permite el registro del inmue­ ble ante el notario; b) los que están ocupando la tierra menos de un año, que tienen derechos adquiridos, y c) los ocupantes que tienen el simple derecho de posesión por no haber aún completado los 10 años de ocupación pacífica de la tierra, /Como se Pág. 113 Gemo se dijo, los ocupantes aparecen preponderantemente en las vertientes del Atlántico, salvo en las provincias de Puntarenas y Guana­ caste de Costa Rica, zona donde se localiza la frontera agrícola. El tipo de precarista varía también s^qún el tamaño de la explota­ ción y la actividad ruraj que desarrolla. Cultivan desde superficies muy pequeñas hasta latifundios, aunque en general predomina el de tamaño mediano. La mayoría son agricultores; algunos se dedican a la ganadería y otros a la extracción de maderas, a la fabricación de carbón vegetal y al comercio de tierras. El arrimado es un tipo especial de ocupante tolerado que utiliza en usufructo la tierra en posesión de otro ocupante. Viene a ser el pre­ carista de otro precarista. El témino colono es utilizado en Centroamérica con significados diversos que dificultan el análisis. Sin embargo, en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, el concepto corriente parece indicar una forma de tenencia vinculada al complejo iatifündio-minifundio que consiste en el derecho del trabajador de realizar una explotación independiente, en terreno cedido por el propietario de la finca o la hacienda al que sumi12/ nistra mano de obra asalariada.— En algunos de los países mencionados, parte importante de las remu­ neraciones al trabajo tienen la forma de salarios recibidos por los colo­ nos, pero en otros el colono trabaja a veces sin ninguna canpensación mone­ taria, admitiendo que su remuneración está representada por el uso de la parcela que cultiva en su tiempo libre. En Nicaragua se llama indistintamente mozos a los trabajadores per­ manentes y temporales* Los primeros viven en las fincas y además del jornal reciben un complemento alimenticio y los últimos son contratados esporádicamente para labores no especializadas. Mozos-colonos o rancheros son denóminaciones que se aplican a lbs trabajadores permanentes en las fincas guatemaltecas, mientras los volun­ tarios son trabajadores temporales, a veces con derecho a vivienda. En 12/ Esta relación contractual es exclusiva del jefe de familia, no de sus dependientes. /general, al pág. m general, al ranchero se le asigna un trozo de tierra de una a seis 13/ cuerdas de extensión,-"^ que constituye la milpa que cultiva para incre­ mentar sus ingresos. Recibe además dos comidas. Los comuneros y los ejidatariqs utilizan tierras municipales o dis­ tritales, pero mientras los segundos explotan individulamente los trozos de tierra que son adjudicados a cada uno, los comuneros la explotan en foma colectiva. Se trata de fomas de tenencia que se presentan sola­ mente en Guatemala, Honduras y Nicaragua. El destajista es el nombre que se da al trabajador rural que alquila su fuerza de trabajo a cambio de una remuneración pagada on función de - las unidades terminadas que componen la faena: tiempo, superficie, peso, cantidades., etc. Se conoce por cuadrilleros a los trabajadores migrantes temporalea (casi siempre indígenas) de Guatemala que periódicamente bajan del alti­ plano para trabajar en las cosechas de las fincas de las tierras bajas del Pacífico o en la Boca Costa, Lps cuadrilleros guatemaltecos suman anualmente la cifra aproximada de 260 000 personas; alrededor de 180 000 trabajan en la cosecha de café y el resto en la cosecha de algodón. Son remunerados según la cantidad de quintales de producto que logran cosechar. En la agricultura cafetalera la unidad más utilizada es la caja de 100 libras.^/ los flonques, también conocidos cano ganadores, son los cuadrilleros que no regresan a sus respectivas comunidades.^1 Anualmente, cerce de ^ un 2 por ciento de ellos prefiere permanecer en las zonas de trabajo ofreciendo sus servicios voluntariamente, causa a la que se debe el aumento de la población f l o t a n t e . E n general, los flonques o ganadores reciben salarios más bajos que los cuadrilleros y molenderos. En principio, cuadrilleros y flonques forman parte del grupo de asa­ lariados agrícolas que alquilan su fuerza de trabajo para obtener o comple­ mentar su ingreso familiar. En Centroamérica los asalariados agrícolas UJ Una cuerda equivale a 25 varas cuadradas, Humberto Flores Alvarado, Las migraclore.s indígenas internas. Instituto Indigenista Nacional, Guatemala 1961, p. 122, 15/ Ibid. 16/ J . Segura y Lester Schmid. Condiciones de vida de los migratorios. Documento de trabajo no. 19 Seminario Nacional sobre el Alto Costo de la Vida, Guatemala, 1967. / /reciben, por Pág. 115 reciben, por lo tanto, las variadas denominaciones de trabajador, empleado, destajista (trabajador a destajo), cuadrillero, molendero, peón, ambulante, mozo, flonque, voluntario, jornalero y trabajador temporal. El trabajador y el empleado son denominaciones de dos tipos de asalaria­ dos que trabajan para las plantaciones bananeras. El primero forma parte de la gran masa trabajadores que intervienen en las labores meramente agrícolas y el segi . o está integrado a la estructura administrativa de la empresa d o ejerce funciones especializadas. En las zonas rurales de Centroamérica estas dos clases de asalariados se distinguen por su elevado grado de organización; son los que han ini­ ciado los movimientos sindicales modernos y obtenido las remuneraciones y prestaciones más elevadas, así como una aplicación estricta ds las leyes de salarios mínimos y de protección al trabajo. v) 3 e s i g p . de organizaciones, orecapitalistas. Junto a las rela­ f.t.ls ciones de producción y de trabajo típicamente modernos, que corresponden a un extraordinario avance social en el cuadro en que se enmarca histórica­ mente la realidad rural centroamericana, so observan todavía vestigios de organización precapitalista en determinadas áreas en las que no se indepen­ diza todavía totalmente la economía de la hacienda tradicional. El habilitadnr constituye el principal instrumento de reclutamiento de mano de obra en la agricultura comercial guatemalteca destinada al mer­ cado externo. De hecho se trata de un intermediario entre el dueño de la finca y las trabajadores indígenas del altiplano que se trasladan anualmente a las tierras más bajas para obtener empleo temporal e ingresos monetarios. En su papel de intermediarios, los habilitadores contratan la mano de obra, haciendo los anticipos que el trabajador requiere para su gasto familiar o de traslado y que cubre posteriormente con trabajo. Por su parte, 1rs habi­ litadores, organizados en grupos cerrados, perciben una comisión que fluctúa 17~ / entre 8 y 15 centavos de dólar por jornal contratado.4 £/ “ 17 / J. Segura y Lester Schmid, "aproximadamente los finqueros pagan a los intermediarios sólo por derechos de comisión por contratar trabajadores migratorios para trabajar en las fincas de café, algodón y de caña un pramedip de un millón de dólares en total. Condiciones de vida de los migratorios,op. cit.. p. 3 . /La rata o Pág. 116 La rata o comisariato, que se encuentra más frecuentemente en el agro nicaragüense, consiste en cubrir los salarios por medio de vales, que son utilizados en las proveedurías de las haciendas o fincas. La rata, además de prestarse a la venta de mercaderías, constituye un mecanismo de reclutamiento de trabajadores temporales. En el comisa­ riato se vende gran variedad de artículos, a precios generalmente altos especialmente alimenticios y de vestuario, y se otorgan anticipos a los trabajadores endeudados que les comprometen a contratarse al siguiente período productivo. Los denominados pulperos y los coyotes desempeñan un papel análogo al del comisariato. El pulpero es el dueño de una tienda de abarrotes que procura situarse en lugares estratégicos donde hay concentración de campesinos; suministra a los trabajadores productos alimenticios y de otro tipo a cambio de la preferencia en la compra de sus cosechas, casi siempre a precios bajos. El coyote es el nombre que se da en Honduras a los comerciantes y camioneros de las pequeñas comunidades rurales que comercian con la pro­ ducción del pequeño campesino. El coyote le financia con interés los gastos de cultivo, con la garantía de tener preferencia en la compra de la cosecha de su deudor, que revende en los centros urbanos a precios más elevados. Una de las figuras jurídicas que más se ha prestado a cometer abusos en perjuicio del pequeño campesino, es el llamado pacto de retroventa, instrumento jurídico por el que se concede al acreedor el dominio automático sobre la propiedad que sirve de garantía a un préstamo cual­ quiera, Si en la fecha del vencimiento del adeudo no lo cancela el cam­ pesino, el prestamista envía la escritura del inmueble pignorado al Registro de Propiedad y adquiere de inmediato su propiedad. b) Características de los estratos sociales Las formas y sistemas de tenencia han dado por resultado una estrati­ ficación social que afecta, por una parte, a la postura social del indivi­ duo y, por otra, a las estructuras económicas e institucionales. /Los componentes . Pág. 117 Los componentes económicos están relacionados con una pauta de des­ arrollo que tradicionalmente ha tendido a la concentración de ingreso, las técnicas y el uso de los recursos productivos en unas cuantas actividades altamente remunerativas que al cerrer del tiempo han significado, en virtud de una gran variedad de problemas internos y externos, la marginación de estratos importantes de la población de los beneficios del desarrollo. En forma paralela a la diferenciación económica ha evolucionado la estratificación social. Aunque el hacendado tradicional ha sido sustituido en general por empresarios agrícolas de corte moderno y se ha ensanchado sustancialmente el estrato compuesto por administradores, técnicos y jefes de operaciones, sigue manteniéndose una marcada brecha socioeconómica que ha impedido progresar, ni siquiera en forma medianamente adecuada, a los grandes núcleos de la población campesina. Los grandes terratenientes apenas representan el 5 por ciento de la totalidad de las familias rurales; pese a las condiciones favo­ rables, los grupos de agricultores medianos, técnicos y administradores sólo alcanzan el 15 por ciento de ese total. Persisten en consecuencia módulos de división del trabajo, el ingreso y la propiedad que se reflejan acusada­ mente en la estratificación social y que tienen repercusiones insoslayables en el orden soeial y político. Esta situación ha sido característica de países cuyas condiciones socio económicas los ha llevado a la implantación de una reforma agraria. En Perú, cerca de 160 000 familias trabajaban la tierra en forma indirecta en 1963, además de 85 000 empresarios que trabajaban fincas subfamiliares. Por otro lado 10 000 propietarios eran dueños del 75 por ciento de todas las tierras,*"' i) Tenencia de la tierra y estratificación social. El análisis que sigue se refiere a las relaciones entre el patrón de tenencia de la tierra, la estratificación y la postura social de la población campesina Las sociedades humanas presentan grandes diferencias en el tiempo y en el 18/ Se ha definido la estratificación social como el proceso "por el cual un sistema de evaluación de personas y grupos y la correspondiente alocación de facilidades se desarrolla y funciona." */ CIDA, Tenencia de la tierra v desarrollo socioeconómico del sector agrícola, Perú, Unión Panamericana, Washington, D, C. 1965 cuadros 4-IV y 6-IV. /espacio, en / Pág. 118 espacio, en cuanto se refiere al grado de acceso y facilidad que tienen los individuos o grupos sociales para mejorar su posición en la escala social. En los extremos se encuentran por un lado las sociedades que no permiten prácticamente ese cambio y por otro las que lo facilitan y pro­ mueven. Cuando diferentes estratos de la población se encuentran perma­ nentemente asociados con ciertos segjnentos en la escala de evaluación, tienden a formar grupos o clases sociales. La clase social se distingue por los niveles de vida de sus miembros, su prestigio, su acceso a los canales para cambiar su posición y por cierta similaridad de intereses. Desde la formación de la economía colonial, la posesión de la tierra ha sido quizá el principal símbolo de status, prestigio y autoridad social. En más de un sentido, las desigualdades entre las clases sociales han seguido un patrón similar al de la distribución de la tierra, por más que el desarrollo de los sectores secundario y terciario hayan peimitido ir 19/ borrando paulatinamente esa asociación histórica.— " Estudios teóricos y empíricos sobre la estratificación social seña­ lan ciertas consecuencias características de los sistemas donde predomina la rigidez. Es limitado el acceso de los grupos menos favorecidos á los servicios educativos y sanitarios, al uso de la tierra o al crédito, entre otros. Debido a la escasez de las investigaciones sobre estratificación social en el campo centroamericano, se ha tenido que recurrir en este estudio, a indicadores parciales y a ciertas investigaciones de casos. Entre los primeros destacan las formas de tenencia de la tierra y los niveles de vida que acompañan a la distribución de la propiedad. ü) Tenencia de la tierra v comunidades rurales. Por comunidad estendemos un grupo de habitantes situado eh un área específica que mantiene una compleja unidad de relaciones socioeconómicas referente a la mayoría de sus actividades. A pesar de las divisiones y diferencias 19/ Véanse al respecto Gunnar Myrdal, La reforma agraria en su ámbito económico y social más amplio, pp. 2-3 (mimeografiado) y Charles P. .Loomis v otros, Turrialba. Social Systems and the Introduction of Changef Glencoe, Free Press, 1953# PP< 39-68, 226-277. /socioeconómicas Pág. 119 socioeconómicas que puedan encontrarse dentro de la comunidad, el bienestar de todos depende de la evolución de esta última.**^ Son muy variadas las formas en que las relaciones entre los miembros de las comunidades se pre­ sentan en los procesos económicos, pero en el caso de las caumidades rura­ les las formas están íntimamente relacionadas con el sistema de tenencia de la tierra. Por lo general, en las comunidades donde predominan las familias que son propietarias de fincas de tamaño mediano, se observa una estructura de relaciones en que predomina un alto sentido de responsabi­ lidad social e iniciativa para canalizar eficazmente los esfuerzos que se hacen, resolver los problemas locales que se presentan, y encontrar fórmu­ las que influyan benéficamente en la mejora del nivel social de la propia comunidad. En cambio, las comunidades rurales compuestas principalmente de familias con peaueñas parcelas o sin tierras revisten precisamente, salvo casos excepcionales, las características opuestas. Aunque en forma incom­ pleta, trabajos empíricos efectuados en Centroamérica tienden a confirmar esta afirmación.'^' c) Los trabajadores agrícolas de Centroamérica Los trabajadores agrícolas de Centroamérica se dividen en los dos tipos clásicos: campesinos y obreros agrícolas, a los que cabría agregar el de los semiobreros, de gran importancia por ser el más numeroso. i) Los campesinos. En Centroamérica existen economías típicamente campesinas con orígenes y antecedentes distintos. La economía campesina de origen más antiguo se forma dentro del sistema comunal primitivo de la época en que el nomadismo cede el lugar a la agricultura sedentaria. Este tipo de organización ha sobrevivido en algunas áreas a todas las vicisitu­ des históricas y ha llegado a nuestros días sin experimentar cambios, 20/ La sociología rural para los programas de acción, op. cit, capítu­ . los 3 y 4 . 21/ Véase, Nathan Whetten, Guatemala: Land and People: Charles P. Locmis, Turrialba, Social Systems and the Introduction of Change. Glencoe, Free Press 1953, y T. L. Smith Sociology and Rural Life. Harper, New York, 1953. /fundamentales Pág. 120 fundamentales cano ocurre principalmente en las comunidades indígenas del altiplano guatemalteco, en el occidente y el extremo oriente de Honduras y en imas cuantas zonas de Nicaragua. En el resto de Centroamérica la economía campesina más tradicional fue desplaza primero por las empresas mineras y agrícolas de la colonia, luego por las reformas liberales del siglo pasado y después por la consolidación de la producción agrícola con fines de exportación. Entre sus antecedentes, otro tipo de econanía campesina con orígenes más recientes constituye una especie de evolución regresiva hacia fomas de producción de subsistencia y se asocia a las crisis provocadas por los cambios de la demanda exterior o el agotamiento de algunos recursos materiales* Tal es el caso de los desajustes ocasionados por la cesación de las ventas de añil, madera, productos mineros, hule y banano en ciertas zonas. Movimientos migratorios atraídos por la posibilidad de explotar tierras en las zonas de frontera agrícola, constituyen actualmente una fuente de creación de núcleos de economía campesina. Caracteriza a los grupos descritos una producción típicamente de subsistencia, un alto grado de aislamiento geográfico y económico, y una organización de carácter familiar simple, sin funciones sociales diver­ sificadas ni mayor división del trabajo. No es de extrañar que a ello corresponda un horizonte muy limitado de aspiraciones, que las organiza­ ciones campesinas sean débiles, y c u surjan preferetemente por contacto re con estratos ya organizados más que en respuesta a problemas de las comu­ nidades que hayan de resolverse al nivel provincial o nacional. ii) Los obreros agrícolas. Los primeros núcleos de obreros agrícolas pueden considerarse la consecuencia principal de la incorpora­ ción de Centroamérica a la econanía mundial. En la segunda mital del siglo XIX comenzaron a instalarse las primeras plantaciones de café y de caña, a las que siguen las especializadas en la producción de banano. Como se ha visto, lejos de hallarse incorporado el obrero agrícola a una organización familiar simple, participa en estructuras colectivas muy complejas y en tareas altamente especializadas, por lo general. El /grado de Pág. 121 grado de interpelaciones sociales es también bastante mayor como corresponde a comunidades de ingresos más elevados y estrechamente vinculados con los mercados internos y externos. En clara correspondencia a las ventajas ano­ tadas se desarrolla más pronto la conciencia de solidaridad que permite el fortalecimiento sindical. Se observa, incluso, que los movimientos de huelga preceden a la creación de los sindicatos propiamente dicha y que la relativa fortaleza de estos últimos está estrechamente asociada a la complejidad de la estructura productiva de las empresas donde prestan sus servicios. Todos esos elementos determinan, en resumen, procesos de nego­ ciación entre los trabajadores, los empresarios y los gobiernos que permi­ ten a los primeros mejorar gradualmente su posición en la escala de ingreso y una participación en la adopción de decisiones de alcance bastante mayor al del ámbito estrecho de ais mismas comunidades. iü) Los semiobreros agrícolas. Un tino intermedio: entre los obreros agrícolas y los campesinos se observa en Centroamérica un tipo intermedio de trabajadores rurales, que podría denominarse de semiobreros agrícolas. Son los que en algunas épocas del año venden su propia fuerza de trabajo al hacendado, al finquero, o a otros agricultores para obtener un comple­ mento de su ingreso familiar. Los semiobreros agrícolas constituyen la capa social más numerosa de la agricultura centroamericana, al incluir gran parte de los asalariados agrícolas (colonos, mozos, voluntarios, ran­ cheros, destajistas, cuadrilleros, etc.) y de los campesinos pobres, obli­ gados a trabajar temporalmente fuera de sus parcelas. En su mayoría obser­ van actitudes muy similares a las del campesinado típico, tanto por sus aspiraciones económicas y sociales como por su grado de integración a los mecanismos sociales modernos. Así, en contraste con los obreros agrícolas de las grandes plantaciones - que dirigen sus esfuerzos al mejoramiento de — salarios y prestaciones— este grupo se interesa principalmente en obtener 22/ por propiedad una parcela o en asegurar la tenencia de la que posee. — 22/ Véase, Grupo. Centroamericano de Tenencia de la Tierra. Las fincas nacionales de Guatemala, mimeografiado, México, 1967* /ív) Los Pág. 122 iy) Lo.s cooperativastas ruralea. la organización de cooperativas es un fencaaeno muy reciente en la agricultura de Centroamérica que debe atribuirse, en parte a los esfuerzos estatales para ensanchar el aprove­ chamiento de la frontera agrícola. Las experiencias son pocas- y dema­ siado recientes para poder evaluarlas de manera definitiva. Pero cabría afirmar que, hechas a un lado las consideraciones de inversión inicial y algunos problemas administrativos — que dificultan su difusión en escala ampliada-— , representan avances de significación en cuanto al objetivo de elevar los niveles de vida y crear un ambiente propicio para el mejora­ miento de las relaciones y de las comunidades y el ensayo de fórmulas nuevas para atender los problemas agrarios. 4. Condiciones socioeconómicas de los campesinos centroamericanos El estudio de las organizaciones de trabajadores agrícolas de Centroamérica y sus esfuerzos de participación en el proceso de desarrollo del área, ya sea en el sentido de determinar cambios estructurales, o de introducir sim­ ples mejoras en las condiciones de la vida rural, debe examinarse a la luz de las condiciones socioeconómicas dominantes y de las posibilidades reales de elevación de los niveles de vida de agricultores y campesinos. Entre los trabajadores agrícolas sin tierra, o con pequeñas parcelas, predominan los sistemas de estratificación que restringen en diversos grados la capilaridad social. Ccrno cuando coexisten sistemas productivos muy disímiles en el marco jurídico dentro del que se mueven, se entremezclan disposiciones legales de corte moderno con normas anacrónicas que muchas veces prevalecen sobre las primeras, y muchos conflictos suelen resolverse por la vía de la violencia. a) Concentración de los factores de producción v los niveles de ingreso. Ya se ha examinado el alto grado de concentración de los recursos de la tierra, el crédito y el avance tecnológico que caracteriza a las empresas /agrícolas Pág. 123 agrícolas grandes o de caracter moderno. Bastará agregar aqui que el fenómeno es atribuible a las formas de funcionamiento del sistema insti­ tucional orientado hacia los sectores agrícolas más favorecidos,tanto desdé el punto de vista de los recursos disponibles, como de cultivos a que se dedican y que, con distinta intensidad y a través de diferentes mecanismos, ha creado un desequilibrio de fuerzas entre los propietarios y los grupos de campesinos menos favorecidos. En la primera parte de este trabajo figuran algunas estimaciones sobre el ingreso rural y su distribución en Centroamérica, y se indica el bajo nivel de las remuneraciones de los grupos mayoritarios de la pobla­ ción (el trabajador rural centroamericano percibe menos de 150.00 dólares anuales). En Honduras el jornal diario promedio no pasa de 75 centavos de dólar; descontando los días festivos y los tiempos muertos, se obtiene el ingreso anual por campesino antes s e ñ a l a d o S e g ú n otra estimación, esa cifra apenas pasó de 92.00 dólares al año durante I960 Una encuesta levantada en 1967 en una de las fincas nacionales más importantes de Guatemala, dedicada al cultivo del café, arrojó un salarie anual promedio de 77.00 dólares per cápita, el cual seguramente rebasó les 25/ 100.00 dólares con actividades complementarias.— * ' El salario diario promedio en todos los cultivos de El Salvador fue, en 1965,de 1.6S colones (67 centavos de dólar) para hombres y de 1.21 colo­ nes (48 centavos de dólar) para m u j e r e s , q u e significan un ingreso de 170.00 dólares anuales por persona activa ; en Costa Rica, el ingreso real por habitante pasó de 1 551 colones en 1952 a 2 145 colones (286 dólares) en 1964 Bases para un plan de colonización de la Asociación Nacional de Campe­ sinos de Honduras, op. cit. Harris Walter, La vivienda en Honduras. Banco Central de Nicaragua, 2hJ Managua, I964. 25/ Las fincas nacionales de Guatemala, op. cit. 26/ Estudio sobre la Incidencia de las formas de tenencia de la tierra sobre la economía de El Salvador, op. cit. p. IO4 . Ministerio de Salud Pública de Costa Rica, Diagnóstico del sector 21/ salud. Oficina Sectorial de Planificación, San José, Costa Rica, 1966 , /b) La vivienda Pág. 124 f) c vivienda ruralLa casa habitación del campesino centroamericano es, en términos generales, una construcción temporal, fabricada con los elementos de que pueden echar mano en el sitio de su finca. Sus condiciones (tamaño, dura­ bilidad, etc,) son muy inferiores a los niveles considerados mínimos por los institutos de vivienda de los propios países.^^ De acuerdo con la información disponible (véase el cuadro 24) el número de viviendas existentes en Centroamérica era de 1.7 millones, de los cuales solamente 18 000 están construidas con materiales que pueden considerarse duraderos como el concreto, el ladrillo, etc. el resto de las viviendas es con bahareque, adobe, madera, etc. A nivel nacional, las características de las viviendas son similares a las centroamericanas salvo en Costa Rica y Nicaragua, donde los campe­ sinos construyen sus casas generalmente de madera; el bahareque es utili­ zado de preferencia para las viviendas de campesinos en El Salvador, Guate­ mala y Honduras. c) La dieta rural La dieta básica de la familia rural de Centroamérica se limita prin­ cipalmente al consumo de tres granos: maíz, arroz y frijoles. Consume 29/ además café, frutas y verduras, y rara vez leche, huevos y came . u — La desnutrición se presenta como un problema fundamental, derivado de la ausencia de una dieta equilibrada de la mayor parte de la población, especialmente infantil. En Guatemala se efectuó una investigación^^sobre las causas de las defunciones entre grupos seleccionados de la población rural, habiéndose encontrado que el 62 por ciento de los infantes morían debido a infecciones intestinales que en condiciones normales de alimentación no se hubieran presentado. 2 8 / Véase: Naciones Unidas, La programación de la vivienda v el desarrollo urbano en la política y los planes de desarrollo.(E/CN, 12/CCE/SC,4/30)* 2 2 / Cambios en la agricultura v sus repercusiones sociales, o p . çit. p. 142. 30/ Nevin S. Scrunshaw, Nutrición e infección, publicaciones científicos del INCAP, Recopilación No. 5, 1966. /Cuadro 24 Pá&. 125 Cuadro 24 CENTROAMERICA : NUMERO DE VIVIENDAS RURALES ESTIMADAS SEGUN MATERIAL PREDOMINANTE EN LAS PAREDES DE IAS MISMAS, 1965 a/ País Total Total U&LâiA m . m Bahareque y adobe b/ Concreto y mixto c/ Otros 822. 242 Madera H 319 2 496 426.243. 8 157 154 885 172 800 Costa Rica 159 000 141 605 6 742 El Salvador 404 400 «» ■ 246 280 Guatemala 576 000 - 403 200 3 235 - Honduras 270 564 46 402 163 556 2 029 58 577 Nicaragua 136 878 59 131 2 464 3 559 71 724 Fuente: Naciones Unidas, La programación de la vivienda v el desarrollo urbano en lapolítica y los planes de desarrolla( E/CN.12/CCE/SC.4/30), á/ A mitad de año. Incluye viviendas con paredes de tela metálica, c/ Incluye viviendas con paredes de piedra cantera. El gasto teórico de 71.00 dólares mensuales en alimentos por familia de 5.6 miembros, estimado como requerimiento m í n i m o s t á , de acuerdo a los niveles de ingreso imperantes, fuera del alcance de la mayoría de la población rural. El rápido aumento de la población (véase el cuadro 22) y la falta de acceso a los medios de producción de la mayoría de las familias campesinas, plantea la necesidad de programas cuyo objetivo final sea la redistribución del ingreso. d) Educación v analfabetismo Los problemas educacionales que afectan a los países centroamericanos determinan no solamente los altos índices de analfabetismo, sino también serios obstáculos de aprovechamiento de la población escolar en niveles de instrucción posteriores a los cursos elementales» 27"Miguel Angel Funes, Consideraciones económicas y s.oclales de la pobla­ ción de Honduras. "Economía Política" Año IV, No. 4, Universidad Autónoma de Honduras, Tegucigalpa, 1965, p. 58. /El índice Pág. 126 El índice medio de analfabetismo para las poblaciones rurales y urba­ nas de Centroamérica en conjunto es de 56 por ciento. De los 5 países, en Guatemala se presenta la situación más desfavorable, ya que el analfabe­ tismo rural ha aumentado entre los períodos censales (71.9 por ciento en el censo de 1950 y 81.7 por ciento en el censo de 1962)^^ la estructura del sistema educativo es una de las causas más impor­ tantes que dan lugar a este fenómeno, ya que además se ha encontrado que la escolaridad que produce es muy deficiente, ya que en conjunto solamente el 17*1 por ciento de los niños que terminan el primer año asiste a la 33/ escuela a través de todo el período que dura la enseñanza primaria.-^ La deficiencia radica en que el número de escuelas que ofrecen educa­ ción primaria para los 3 primeros años es notablemente mayor que las que ofrecen el ciclo completo de 6 años. Esta situación es mucho más latente en el caso de las escuelas rurales, ya que los mediosde comunicación y la situación geográfica influyo! en la determinación del número de años que debe tener cada escuela. La población en edad escolar de I960 fue de 2.3millones de niños en toda la región. De este total sólo 188 000 habíancompletado su educa­ ción primaria (el 8.2 por ciento). Si pudiera disponerse de información desglosada entre la población en edad escolar rural y urbana los resultados serían más desfavorables todavía. El analfabetismo en la población rural es más marcado en El Salvador y Honduras, con tasas de 68^/y 75 por ciento ^^respectivamente. En Costa Rica el censo de 1963 report^ en cambio, únicamente un 14.3 por cielito de analfabetos entre la población de 10 años en adelante. Aunque la tasa de analfabetismo es más alta en el campo, no resulta significativa porque el sistema educativo del país es amplio y cubre casi en su totalidad las nece­ sidades de la población rural. 32/ Conse.io Superior Universitario Centroamericano, Recursos Humanos en Centroamérica, Eficiencia del sistema educativo primario en Centroamé­ rica y escolaridad que produce. Cuaderno No. 1, julio 1963, San José, Costa Rica, 33/ Ibid, p. 7 . 34/ Montalvo, Carlos Alfredo, Problemas de la asimilación tecnológica en el desarrollo del sector agropecuario salvadoreño, trabajo presentado en el segundo seminario de graduación de la Facultad de Ciencias Econó­ micas de la Universidad de El Salvador, San Salvador, 1968, p. 39. 15/ Consideraciones económicas v sociales de la población de Honduras. ff. cit. p. 60. ii /VI. MIGRACIONES Pág. 127 VI, MIGRACIONES DE TRABAJADORES AGRICOLAS 1, El área del asentamiento rural Al hacer el análisis de las migraciones agrícolas de Centroamérica deben tenerse en cuenta tanto las condiciones que prevalecen en sus áreas de asentamiento originales como en las nuevas áreas a que se dirigen, las condiciones del área de asentamiento original son muy importantes, puesto que son la causa de casi todos los problemas que dan lugar al desplazamiento de la población. Por la actividad productiva, la frontera agrícola y sus antecedentes históricos, predomina el desplazamiento de migrantes permanente hacia la cuenca atlántica; hacia el Pacífico se dirigen sobre todo las corrientes migratorias temporales. A este respecto debe tenerse presénte que, con excepción del cultivo de banano, la gran empresa agrícola orientada al mercado externo (el primitivo ingenio azucarero, 3a elaboración del añil y las plantaciones de café) se estableció inicialmente en la costa del Pacífico. La gran demanda de mano de obra que generan las empresas agrícolas comerciales — sobre todo en las épocas de cosecha— llevé a la creación de mecanismos ("habilitaciones") que garantizasen su desplazamiento periódico del altiplano a las tierras llanas del Pacífico y así quedaron establecidas las corrientes migratorias rurales de Ceniroarérica, ampliadas después por el cultivo del algodón. Las migraciones permanentes han tendido en cambio a seguir la dirección opuesta por ofrecer pocas oportunidades para nuevos asentamientos la zona del Pacífico, o menos posibilidades de absorción de una fuerza de trabajo mayor en las condiciones presentes. a) Migrantes temporales En la categoría de migrantes temporales se incluyen las personas que se desplazan en grandes grupos hacia las zonas de la agricultura de expor­ tación durante períodos determinados, siguiendo el calendario de las cosechas de café, algodón y caña de azúcar, fundamentalmente. No se han hecho estudios /del fenómeno Pág. 128 ¡ del fenómeno migratorio que abarquen todos los países centroamericanos. Sólo se conoce la magnitud de los temporales que alimentan la gran agri­ cultura comercial de Guatemala y Nicaragua. -, / migrantes temporales.de Guatemala. Se ha estimado en 200 000 2/ Por otra -parte, algunos autores"'" calculan en cerca de lól 000 personas el desplazamiento anual de campesinos de las zonas del noroeste a la costa sur (96 000 hombres, 35 000 mujeres y 30 000 niños, aproximadamente). El número de jornaleros exclusivamente migrantes que se dirigieron hacia las fincas de café "durante el período de empleo máximo", ascendió a 99 101 personas en 1963. Es probable que de 100 000 a 150 000 campesinos trabajen durante esas épocas aunque los contratos múltiples con varias plan­ taciones y la presencia de miembros de la familia que no son contratados, pueden elevar considerablemente el número total de ellos. Podría calcularse su número en 500 000, incluyendo los trabajadores permanentes de las 3/ plantaciones.^ El Departamento del Servicio Nacional del Empleo de Guatemala calcula que "una cantidad oscilante de 150 000 a 175 000 personas que se mueven del altiplano del país a las franjas costeras, en las cuales están situadas las grandes plantaciones de café, algodón y caña de azúcar, absorben el maj^or porcentaje de la fuerza de trabajo migrante". En el cálculo sólo se tuvieron en cuenta los padres de familia, por lo que las cantidades reales pueden elevarse también sustancialmente.^ En Nicaragua los movimientos de trabajadores migrantes temporales que se presentan en las cosechas de café, algodón, arroz, ajonjolí y caña fluctúan 5/ anualmente entre 63 000 y 120 000 personas. Desde otro punto de vista podrían clasificarse las corrientes en migraciones rural-rurales, urbano-rurales e internacionales cada una con rasgos propios diferenciales. 1/ Mario Monteforte Toledo, Guatemala ¡Monografía sociológica. UNAM, México 1954* 2/ "Las migraciones indígenas internas", op.cit. p,34* 2/ Migraciones temporales en San Juan Ixfcahuacán. sus causas v consecuencias, op. cit. p. 81. 4/ Servicio Nacional de Empleo, Algunas consideraciones en torno al problema de los trabajadores migrantes en el interior del país. Ministerio de Tra­ bajo y Previsión Social, Guatemala, 1967. ¿/ Nemesio Porras Mendieta, Tenencia de la tierra en Nicaragua. Universidad Nacional de Nicaragua, Managua, D.N.,septiembre de 1962, pç,77 y 78 . /la corriente Pág. 129 La corriente migratoria rural-rural, en la que predominan los migrantes temporales, se desarrolla en casi todos los casos, de los alti­ planos y valles de la cordillera hacia sus contrafuertes y la franja del Pacifico. Así ocurre en Guatemala, El Salvador y Costa Rica. En Nicaragua y en Honduras las áreas c i proporcionan trabajadores migrantes temporales je a la gran agricultura comercial del Pacífico están más al norte de la cordi­ llera, en las vertientes sur y contrafuertes de las sierras de La Villa Santa, Segovia, Isabella y Huapi, El trabajador migratorio urbano-rural es más acentuado en El Salvador y Nicaragua en cuyas áreas de agricultura de exportación se presentan los mayores índices nacionales de concentración demográfica. las cosechas En la época de se desplazan a las plantaciones grandes contingentes de las poblaciones marginales de los pueblos y ciudades (inclusive Managua y San Salvador). El flujo migratorio internacional de tipo rural—rural se presenta principalmente en la cuenca del Pacífico, siguiendo un sentido casi único del sureste hacia el noroeste, Grandes grupos de campesinos con una economía limitada por el latifundio ganadero y por la aridez de varias zonas, tratan de complementar sus ingresos trabajando en las cosechas de la agricultura de exportación en las regiones fronterizas de los países vecinos. Los campesinos nicaragüenses se desplazan con estos propósitos hacia Choluteca, en el sur de Honduras, Mientras así sucede, los campesinos hondurenos del Departamento del Valle cosechaban café y algodón en El Salvador. Es considerable el número de migrantes guatemaltecos que se dirigen a levantar las cosechas en SI Salvador, pero no es menor el de salvadoreños que viajan a Guatemala temporalmente con el mismo motivo. Desde el antiplano y la boca costa de Guatemala 20 O X trabajadores tempo­ C) rales se dirigen anualmente a las fincas mexicanas del Estado de Chiapas.^ Al mismo tiempo se calcula "entre 8 000 y 10 000 los que pasan clandesti­ namente la frontera mexicana cada año a levantar las cosechas de ese 7/ estado*' ,w * kJ 1/ La3 migraciones indígenas internas, op. cit. p,2. Guatemala, monografía sociológica, op. cit.. p.3Û2. /b) Calendario Pág. I30 b) Calendario de los movimientos' migratorios temporales Los moviiidentos, migratorios temporales en Centroamérica ocurren en las mismas. épocas en todos los países del área porque los ciclos agrícolas de los cultivos de exportación y de subsistencia son coincidentes, (Véase el cuadro 25.) Cuadro 25 GUATEMIA, ESTIMACION DEL NUMERO DE TRABAJADORES MIGRANTES PARA TRES CULTIVOS : CAFE, AJJ30Û0N ï CANA DE AZUCAR, 1965-66 Trabajadores Tipo de explotación Mínimo Número Por•ciento Número Máximo Porciento Total 302 500 100.0 408 000 100.0 Fincas cafetaleras 167 000 55.2 58.1 Fincas algodoneras 118 000 39.0 237 000 150 000 36.8 Fincas de caña de azúcar 17 3OO 5.3 21 000 5,1 Fuente : Lester Schiaid, The Role of Migratory Labor in the Economic Develop­ ment ox Guatemala. University ox Wisconsin, U, S, A .,1967,cuadro 24, Los meses de mayor migración de trabajadores a las iincas de algodón f en Guatemala, de acuerdo con la muestra del Servicio Nacional de Erradica­ ción, de la Malaria, son de noviembre a febrero.^7 En diciembre el número de migrantes alcanza el 39.5 por ciento, reduciéndose la migración en enero (32.3 por ciento) y febrero (9.9 por ciento). En Nicaragua los movimientos migratorios más importantes se observan entre mediados de diciembre y mediados de febrero, época de las cosechas de café, algodón y caña. 9/ 17 Lester Schmid, El papel del trabajo migratorio en el desarrollo económico de Guatemala. Universidad de Wisconsin, USA, 1967, p. 33-33, 2/ Tenencia de la tierra en Nicaragua, op.cit.. p.76. /c) Mecanismos Pág. 131 Mecanismos. de reclutamiento de los migrantes temporales Ya se señaló el importante papel que desempeña el habilitación como intermediario entre los finqueros y los campesinos, Estos agentes celebran la mayoría de los contratos de trabajo en los días de mercado,abren puestos o tiendas y durante julio y agosto — los meses en que el maíz es escaso— en los lugares a los cue acuden los campesinos a suscribir contratos individuales, registran la promesa de rendir un número específico de días de trabajo y les entregan a cuenta.un anticipo que varía, según la duración del contrato; los contratos son de uno a cuatro meses, en promedio. Otros mecanismos de reclutamiento de jornaleros son las llamadas fincas de mozos, sistema mediante el cual los finqueros (sobre todo guate­ maltecos) distribuyen sus propiedades en el altiplano y contratan colonos aparceros con el compromiso de levantar las cosechas de cafe.*^ Se ha señalado que existe un fuerte movimiento migratorio durante la época de la cosecha del café, cuando campesinos indígenas najan a 3a costa como cuadrilleros'para complementar el trabajo de los mozos colonos que 22/ viven permanentemente cerca de las plantaciones.**—' También planta­ dores de café distribuyen tierras en el altiplano entre los indígenas con l , condición de obtener su concurso laboral en la época de cosecha. a En Nicaragua suelen enviarse agentes contratadores de brazos para las cosechas de las plantaciones. Dichos agentes reciben 50 centavos 13/ de córdoba por cada obrero agrícola que llevan a la hacienda,-'*7 y suelen movilizar millares de trabajadores, En Segovia, por ejemplo, los habitantes de caseríos enteros se trasladan a grandes distancias a recoger las cosechas. La rata en la plantación, como ya se ha dicho, constituye un eficiente instrumento de reclutamiento de trabajadores migrantes temporales, Migraciones temporales en San Juan Ixtlahuacan. sus causas y consecuencias, op.cit.46. 11/ Guatemala, Monografía sociológica, op. cit. p. LSI, 12/ Villacorta ¿seobar, "Comunidades y minifundios”, Hevista Economía. Lo.12. publicación del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Facul­ tad de Ciencias Económicas, Universidad de San Carlos de Guatemala, diciembre de 1966, p.64. 22/ Memorias del V Congreso de la Federación de Trabajadores de Managua. Imprenta Democrática, Managua, 1962, p,34» W ~ M ) Pág. 132 d) El alojamiento de los trabajadores migrantes En la plantación centroamericana los jornaleros estacionales en general son alojados en galeras o galerones de más de 15 metros de largo por unos 10 metros de ancho para más de 100 personas, con suelo de tierra, techo de paja, sin camas ni ventanas. Rara vez existen instala­ ciones sanitarias y otros servicios, de manera que la insalubridad, la promiscuidad, y el hacinamiento, constituyen la característica de esos alojamientos. Las condiciones suelen ser algo mejores en las plantaciones de café que en las de algodón, 2. Migrantes permanentes La migración permanente de trabajadores agrícolas de Centroamérica sigue las tres orientaciones principales indicadas: rural-rural, rural-urbana e internacional. A la rural-rural corresponde el flujo migratorio que alimenta la colonización espontánea de las zonas húmedas de la cuenca del Atlántico, y en ella participan trabajadores agrícolas de todos los países de la región. Los migrantes desarrollan una agricultura pionera en un ambiente hostil e insalubre* Muchos emigran inicialmente contratados ccmo obreros rurales de empresas dedicadas a actividades extractivas o a la agricultura comercial, para convertirse después en pequeños productores independientes. En Guatemala, la zona de penetración de las migraciones permanentes es principalmente el departamento del Peten, en el norte del país, donde 15/ se asienta alrededor del O .5 por ciento del saldo inmigratorio interno.—^ La migración permanente rural-rural se dirige principalmente en Honduras hacia los departamentos de Atlántida, ïoro y Colón. El departamento de Atlántida en la costa norte, centro de la actividad bananera, ha recibido en el período intercensal 33 685 migrantes, de los que se regresaron 17 289, dejando un saldo de 16 396 migrantes permanentes. Por causas análogas, el departamento de Yoro, sobre todo en las márgenes del Alto Aguan, ha atraído cerca de 17 800 migrantes. 14/ Migraciones temporales de San Ju.an Ixtahuacán. sus causas y consecuencias op.cit. p.54. 15/ A esa cifra habría que añadir los migrantes temporales que no regresan a sus respectivas comunidades (3 200 personas anualmente). /Los migrantes Pág. 133 Los migrantes permanentes proceden en Nicaragua de la costa del Pací­ fico o de los núcleos de población campesina de las zonas montañosas de Segovia, Isabella, Villa Santa y Huapi y se dirigen al departamento de Zelaya en la costa Atlántica. En Costa Rica las principales áreas de penetración de los migrantes permanentes se encuentran en las provincias de Guanacaste y limón y en la cuenca del río San Juan y sus tributarios (San Carlos, Sarapiquí, Sardinal, etcétera), a) Migración permanente y ocupación precaria Una de las consecuencias más importes de los flujos de migrantes permanentes es el aumento de la ocupación precaria de tierras nacionales o privadas de zonas no integradas todavía o semiintegradas a la producción agrícola. Ocurre principalmente m la cuenca atlántica del Istmo Centro­ americano y produce la paulatina incorporación de nuevas tierras y cultivos a la economía nacional. 16/ Las encuestas realizadas— ' en la cuenca del río San Juan (Costa Rica), en Los Chontales (Nicaragua), en las del río Aguán y el Patuca (Honduras) demuestran que la gran mayoría de los precaristas son migrantes permanentes, aunque en los primeros años acostumbren desarrollar una agricultura tras­ humante. En la investigación realizada en la cuenca del río San Juan y sus tributarios, se observó que las corrientes de migrantes permanentes de Costa Rica siguen itinerarios cortos, al contrario de lo que sucede en los demás países centroamericanosj por esta razón los migrantes en dicha zona se desplazan en un 79.3 por ciento acompañados de su familia, mientras en los Chontales (Nicaragua) y en el Patuca (Honduras), sólo lo hacen el 26,2 y el 24.3 por ciento, respectivamente. La extensión de las parcelas ocupadas,, varía entre 11 y 37 hectáreas de una región y de un país a otro; en general el promedio es de 10 hectáreas (véase el cuadro 26). 16/ Por el Grupo de Estudio CIDA/CAIS. /Cuadro 26 Pág. 134 Cuadro 26 CARACTERISTICAS DE LA SUPERFICIE OCUPADA EN ZONAS DE OCUPACION PRECARIA SELECCIONADAS, 1968 V (Hectáreas) Chontales (Nicaragua) Patuca (Honduras) Tierra ocuDada 11.0 En cultivos 3.3 En pastos 3.1 4.6 36 9.9 11.1 Concepto Sin utilizar 15.7 Fuente: CIDA/cAIS. con base en encuesta de campo. b) La migración permanente rural-urbana La migración rural-urbana que se presenta en todos los países del área como parte de un fenómeno universal que se debe a las grandes dife­ rencias de condiciones de vida entre la ciudad y el campo, alcanza sus mayores proporciones en los departamentos guatemaltecos de Escuintla y Guatemala y en los departamentos hondurenos de Morazán y Cortés. El depar­ tamento de Guatemala — en el que se encuentra la capital— tuvo, en el período intercensal, un aumento debido a migraciones de 133 000 personas (50,5 por ciento de la migración total del país). Escuintla tuvo un saldo de 73 3 OO personas (28.0 por ciento del total). El departamento de Cortés en Honduras es el que recibe mayor cantidad de migrantes por la atracción que ejerce San Pedro Sula, principal centro industrial. En el período intercensal, 67 596 migrantes se dirigieron hacia ese departamento y dejaron un saldo de 46 339 personas incorporadas al mismo. La mayoría de los migrantes proceden de los departamentos de Santa Bárbara, Copán y Lempira. Los del departamento de Francisco Morazán, donde está la /capital, recibió Pág. 135 capital,recibió 44 020 personas en el mismo período, de las cuales se quedaron en definitiva 22 247 j llegan de Choluteca, El Paraíso y del departamento del Valle. c) Migración permanente interzonal Los índices de migración interzonal más altos han correspondido a los inmigrantes permanentes salvadoreños que se dirigen principalmente hacia Honduras. Los salvadoreños residentes en Honduras alcanzaban el 3.9 por ciento de la población total del país en 1964. En otras ocasiones, aun cuando no existen medios para cuantificarlos, ha habido migraciones entre países que obedecen a ciertos fenómenos polí­ ticos y sociales. Entre éstas se puede mencionar la migración de nicara­ güenses a Costa Rica para trabajar en las plantaciones bananeras, que tuvo su mayor auge durante la década de los años cuarenta. 3. Causas de las migraciones rurales La causa principal de las migraciones temporales obedece en Centroamérica a una gran variedad de factores económicos de organización institucional y sociales, oue se resumen en una especie de simbiosis por la que el minifundista o campesino sin tierras y con ingresos muy bajos requiere fuentes de trabajo, mientras la plantación y la finca comercial tropiezan con déficit de mano de obra durante los períodos de cosecha. Las migraciones de traba­ jadores temporales están relacionadas por eso con las características estruc­ turales de la agricultura, aunque también influyan en ellas algunos hechos ciercunstanciales 17/ Se atribuye principalmente la migración indígena en Guatemala a la falta de tierras laborales puestas a disponibilidad de los campesinos y a la carencia de recursos económicos para trabajar la tierra cuando es de su propiedad o es arrendada.-^ Por la extensión de las tierras en propie­ dad o arriendo y los medios económicos de que dispone para explotarlas, así como por su grado de productividad la mayor parte de los emigrantes obtiene anualmente cosechas insuficientes para su sostenimiento, 17/ Véase Richard Adams, Migraciones internas en Guatemala. Centro Editorial "José de Pineda Ibarra", Guatemala, 1963, p. 25. 18/ Las migraciones indígenas internas, op. cit. p, 42. /La respuesta Pág. 136 "La respuesta inmediata a la demanda de trabajadores agrícolas y l a forma fácil de conseguirlos encuentra su explicación en las formas anacró­ nicas de tenencia y uso de la tierra en el altiplano, así como el sistema de reclutamiento de los migratorio s 19/ r otro lado, "la escasez de P o tierra adecuada y cultivada compele al indígena a comprar maíz adicional. Esto se hace generalmente por medio de dinero que le presta un agente contra­ tista de las plantaciones o un usurero particular. Esa deuda es pagada eventualmente por medio del trabajo realizado en la plantación de la costa. Michos indígenas, debido a la necesidad económica y a la oportunidad de ganar mejores salarios, firman contratos voluntariamente para trabajar en las plantaciones". Entre los indígenas jóvenes, muchos migran a la costa porque simplemente les agrada el cambio de ambiente.^ En cuanto a las causas de las corrientes de migrantes permanentes todo parece indicar que tienen su origen en las presiones demográficas sobre la tierra, unidas al cambio de la sociedad tradicional del agro basada en una economía consuntiva, a una economía de mercado y más moderna, tanto en los aspectos tecnológicos como en las relaciones laborales. De ello se derivan los dos factores que impulsan a las migraciones rural-urbanas y a las que se canalizan hacia la frontera agrícola: uno de repulsión, generado en las condiciones de vida y la falta de oportunidades de ascenso social en los lugares de origen, y otro de atracción, generado por la perspectiva de mejoramiento de los niveles de vida y por las mayores posibilidades de integración a comunidades o centros urbanos moderno. w ~ Condiciones de vida migratorias, op.cit. p.l« . 20/ Migraciones temporales en San Juan Ixtlahuacán. sus causas v consecuencias, op.cit. p.40. /VII. LOS Pág. 137 711. LOS PROGRAMAS DE ACCION Después del panorama general de los problemas económicos y sociales de las zonas rurales de Centroamérica presentado en capítulos anteriores y centrado en las formas de tenencia de la tierra se analizan en esta sección los programas que se están llevando a cabo en la región, 1, Programas comunes de infraestructura agraria a) Legislación agraria EL objetivo primordial que persiguen explícitamente las leyes agrarias de los cinco países centroamericanos tiende a promover el des­ arrolla rural y a incorporar los campesinos al proceso de avance económico, social y político a través de cambios estructurales. La Ley de Reforma Agraria de Nicaragua tiene como meta "la reforma social y económica del agro nicaragüense a través de una modificación fundamental de la tenencia de la tierra y de la estructuración jurídica y sistemas de explotación de la misma’. La Ley de Reforma Agraria de Honduras, "la transformación de * la estructura social agraria del país y la incorporación del pueblo hondu­ reno en general y de su población rural en particular, al desarrollo económico, social y político de la nación, mediante la sustitución de los sistemas latifundista y minifundista por un sistema justo de propiedad, /tenencia y Pág. 138 tenencia y explotación de la tierra'1 La Ley de Transformación Agraria . de Guatemala considera la necesidad de adoptar los cambios y procedimientos apropiados "...afin de llevar al campesino guatemalteco la justicia social". La Ley de Tierras y Colonización de Costa Rica, contempla, entre otros, el objetivo de "contribuir a una distribución más justa de la riqueza". La key Orgánica del Instituto de Colonización Rural de El Salvador centra sus funciones en "contribuir al mejoramiento social, moral y material de los trabajadores del campo". La Ley de Reforma Agraria nicaragüense establece para el cumplimiento de sus objetivos que son afectables, en primer término, las tierras nacio­ nales, enseguida las ejidales y las que adquiera el Instituto Agrario y, 3J por último, las de particulares que no cumplan con una función social.*^ 1 7 " Artículo 19. Para los efectos de esta Ley, se considera que las tierras de particulares no cumplen con su función social en cualquiera de los siguientes casos: "a) Si permanecen incultas u ociosas, entendiéndose por incultas las tierras que siendo por su naturaleza aptas para el cultivo no sean culti­ vadas sin motivo razonable en dos años labradores con cultivos, y por ociosas, las que no siendo aptas para el cultivo y siéndolo para otros tipos de explotación económica, permanezcan sin ser explotadas durante un período igual. "b) Si su explotación no se realiza en forma eficiente, esto es que los factores de producción no se apliquen debidamente en ella de acuerdo con la zona donde se encuentran y con sus propias características,con­ forme a las indicaciones concretas que previamente debe hacer el Instituto. "c) Si en dos años consecutivos el propietario no las explota directa­ mente asumiendo el riesgo económico de la explotación,salvo en los casos de explotación indirecta eventual por causa justificada, c de fuerza mayor o caso fortuito» "d) Cuando en una zona determinada la excesiva concentración de la propiedad, en una extensión de más de 5C0 hectáreas para cada dueño, perjudique a núcleos de campesinos por la carencia de tierras o de otros medios de subsistencia y de desarrollo económico, y "e) La falta de cumplimiento por el propietario de las disposiciones sobre conservación de recursos naturales renovables,una vez requeridos para su observancia. El Instituto reglamentará las disposiciones contenidas en este artículo". /Como las Pág. 139 Como las tierras nacionales deben afectarse en primer término, parece que seria necesario emprender un censo de las mismas para poder precisar las susceptibles de afectación, las que están dedicadas o habrían de dedicarse a usos públicos, y en cúales están fincados agricultores o ganaderos por un período superior a un año, anterior a la promulgación de la Ley de Reforma Agraria (abril de 1963).^ También se protegen las reservas fores­ tales y las tierras de propiedad particular hasta 500 hectáreas de tierras de primera clase o sus equivalentes,^ Son igualmente inafectables las tierras de particulares destinadas a campos de aviación civil y comercial, así como a establecimientos industriales. La Ley de Reforma Agraria de Honduras, determina que el Instituto Nacional Agrario dispondrá de las tierras nacionales, ejidales y las de propiedad privada que se consideren afectables. De las tierras nacionales y de las que se encuentran bajo propiedad del Estado son inafectables las aledañas a las poblaciones, los parques y los bosque-s nacionales, las reservas forestales y las zonas protegidas, los cauces de los ríos, los lagos y lagunas, así ccmo las superficies sujetas a reforestación; además, las tierras nacio­ nales de quien las haya tenido en explotación conforme a los criterios de la función social de la propiedad. En cuanto a las tierras ejidales, son inafec­ tables hasta 25 hectáreas si han sido otorgadas en concesión de dominio útil y si están cercadas. Por lo que respecta a las tierras de propiedad particular el privilegio de inafectabilidad comprende hasta 50 hectáreas de riego en explotación o su equivalente en tierras de otras clases^y cualquiera que sea 4/ " Articulo 28. Todo agricultor o ganadero que acredite estar fincando pacificamente en tierras baldías nacionales por más de un año inmediato anterior a la promulgación de esta ley, tiene derecho a que se le adjudique en propiedad la parte que efectivamente tenga cultivada o sometida a explotación pecuaria, a título gratuito hasta una extensión de 50 hectáreas, y el resto, si estuviese racionalmente cultivado o explotado, al precio que se fije por tasación de expertos, "Se autoriza al Poder Ejecutivo para que transmita el dominio delas tierras a los beneficiados por este artículo." ¿J "Una hectárea de tierra de primera clase equivale a 1.4 de segunda, a 2 de tercera, a 3.3 de cuarta, a 5 de quinta y a 10 de sexta". Ley de Reforma Agraria del 3 de abril de 1963. 6/ El Instituto Nacional Agrario fijará por zonas o regiones las equiva­ lencias de acuerdo con las condiciones agrológicas y socioeconómicas de las mismas (Artículo 30 de la Ley de Reforma Agraria), /la extensión Pág. 140 la extensión o clasificación si están suficientemente explotadas.-^ También se excluyen, las áreas ocupadas por edificios, construcciones, instalaciones industriales o comerciales de las empresas agrícolas particulares, siempre que no sean indispensables para la eficiente explotación de las tierras expropiadas. Xa Ley de Transformación Agraria de Guatemala establece que "el Ins­ tituto Nacional de Transformación Agraria podrá disponer de las fincas y bienes nacionales, de los excesos, de los ejidos y baldíos, propiedad de la nación, de las tierras que reciba por donación de las que expropie de acuerdo con la ley, así como aquéllas que adquiera por compra voluntaria, "además, los inmuebles rústicos que fornan parte»,de los bienes patrimoniales del municipio quedarán sujetos a las prescripciones de esta ley...". Perte­ necen a la nación guatemalteca todos los bienes rústicos que enumera el Código Civil, y los excesos que resulten de los terrenos de propiedad par­ ticular, cuando sean sometidos a medición. Solamente las tierras ejidales que permanezcan ociosas a pesar de la ayuda técnica proporcionada por el Ministerio de Agricultura, podrán ser expropiadas para fines agrarios, después de tres años de vigencia de la Ley. En cuanto a las tierras de propietarios particulares que cultivan directamente, ubicadas en las zonas de desarrollo agrario y que lo soliciten, no será susceptible de expropiación la superficie de las mismas que, de acuerdo con las normas señaladas en el Plan General de Desarrollo de la 2ona, pudiera asignárseles. Además, se permite que los propietarios de una empresa agraria formen más de un patri­ monio familiar, cediendo los restantes a los herederos legales o a terceros. Por otro lado,se establecen medidas de protección a las reservas forestales. V "Se considera suficientemente explotado un terreno destinado a la gana­ dería cuando esté acotado y el propietario posea una cabeza de ganado mayor o de 5 de ganado menor por cada dos hectáreas o cuando se encuentre cultivado por cualquier especie de forraje" (artículo 29 de la Ley de Reforma Agraria). No quedarán amparados por la causal de inafectabilidad los propietarios que hayan faltado al cumplimiento de las obligaciones contenidas en el Artículo 7° de la Ley de Reforma Agraria que se refieren al cultivo directo de las tierras por parte de los propietarios; explotar eficientemente su tierra; cumplir fielmente todas las relaciones laborales del campo; cumplir las leyes fiscales y de salubridad; inscribir la pro­ piedad rústica en el Catastro Agrario Nacional y cooperar en la conser­ vación de los recursos naturales. /Según la Pág.141 Según la Ley de Tierras y Colonización de Costa Rica, quedan afectadas las tierras que se consideren como reservas nacionales; los fondos rústicos del dominio privado del Estado; los fondos rústicos pertenecientes a las municipalidades e instituciones autónomas, los inmuebles rurales que pasen a poder del Estado en razón y como consecuencia de enriquecimiento ilícito contra la cosa pública; todas las tierras de propiedad de una persona s/ natural o jurídica que excedan de los límites fijados para el latifundio-' serán expropiadas para su distribución entre los campesinos y obreros agrícolas sin tierras o con superficies insuficientes, así como las pro­ piedades particulares que se hallen en el lugar de las dotaciones o en los centros rurales o de colonias que trate de fundar o fomentar el ITCO, cuando no existan tierras baldías o sean éstas insuficientes o económicamente inexplotables; las tierras que lleguen a ser expropiadas por no cumplir con su función social, empezando por las no cultivadas en mayor extensión, las explotadas indirectamente por medio de arrendatarios, medianeros, colonos y ocupantes, así como las no explotadas durante los últimos cinco años anteriores al proceso de expropiación. Dentro de sus límites y normas, por la Ley de Tierras y Colonización son inafectables los predios rústicos en cuya explotación se cumple el criterio de función social, y aquéllos que por su importancia técnica o económica, o por la magnitud de las mejoras hechas, puedan considerarse ejemplares, o que se estime de conveniencia para el país conservar en el estado actual. La Ley Orgánica del Instituto de Colonización Rural de El Salvador le faculta a obtener de toda persona natural o jurídica, a cualquier título legal, los inmuebles rústicos o urbanos que necesite para el cumplimiento de sus fines; se reconoce al ICR el derecho de adquirir los inmuebles rústicos de más de 80 hectáreas subastados en juicio ejecutivo, por la cantidad ofrecida por el mejor postor; cuando el ICR no logre adquirir por contratación directa con los propietarios o poseedores los terrenos,podrá 9/ hacerlo mediante expropiación siguiendo el procedimiento establecido. 8/ No se encuentra en la Ley de Tierras y Colonización reformada hasta el 31 de julio de 1964 y disposiciones conexas, los límites fijados para el latifundio. 2/ Véaseprocedimiento de expropriación que se establece en el capítulo III de la Ley Orgánica del ICR. /Si se Pág. 142 Si se analizan cuidadosamente el contenido y los alcances de la legislación en materia de tierras afectables, se advierte que si bien fijan límites aceptables a las necesidades presentes, existen numerosos vacios que pudieran conducir a restarles eficacia o a diferir su aplicación. Con todo, su aplicación ha rendido ciertos resultados significativos, a pesar de que no se han eliminado por completo los escollos institucionales o nacidos de intereses creados. Asimismo, las experiencias acumuladas permiten señalar que los programas que descansan exclusivamente en la colonización de zonas alejadas y la distribución de tierras nacionales son insuficientes para atenuar la subocupación o propiciar mejoras sustanciales en el caso de los recursos disponibles. Uno de los obstáculos que han restringido la actividad de los ins­ titutos de reforma agraria han sido los limitados recursos financieros puestos a su disposición para cumplir con las normas legales en materia de compensación por expropiaciones. En Honduras la expropiación de tierras para fines de la reforma agraria debe hacerse previo pago en efectivo, después de fijado el precio por un perito del Instituto y otro1del interesado; en Nicaragua, el precio del inmueble también se cubre en efectivo; en Guate­ mala su importe se paga en cinco mensualidades anuales con un interés del cuatro pro ciento anual; en Costa Rica, el Instituto de Tierras y Colonización tiene la opción de hacer el pago en efectivo o con bonos del Estado; y en El Salvador, "cuando el Instituto no logre adouirir por contratación directa con los propietarios o poseedores los terrenos que necesite para el cumpli­ miento de los fines que le son propios, podrá hacerlo mediante el procedi­ miento de expropiación", solicitando autorización al Poder Ejecutivo en el ramo de agricultura y ganadería» b) Catastro Preparar y poner en práctica un programa de reforma agraria o de cualquier medida que tienda a eliminar los defectos de la estructura rural, requiere información del registro de la propiedad y de mapas catastrales, entre otros aspectos, reformas realizadas,sin contar con los datos indispensables, por lo general han creado un estado de incertidumbre' y confusión que ha retardado la efectividad de las modificaciones /durante afío3 Pág. 143 durante años y, en el mejor de los casos ha disminuido los avances hasta t n extremo políticamente peligroso e injustificable desde un punto de vista t económico.^ los reconocimientos en gran escala de zonas extensas son sin duda eos— costosos pero su utilidad es múltiple, por lo que necesariamente deben llevarse a cabo en el futuro con fines de programación o de política económica. Los gobiernos centroamericanos presentaron por separado peticiones enca­ minadas a obtener financiamiento para levantamientos catastrales en sus respec­ tivos países en la Primera Reunión de Directores de Instituciones Cartográficas Centroamericanas, celebrada en Guatemala en 1962, En ella se adoptaron defini­ ciones y objetivos comunes, se discutieron las características de los mapas catastrales y los métodos de avalúo, especialmente de inmuebles rústicos. Se examinaron el estado de los trabajos realizados,los recursos técnicos y finan­ cieros de que se disponía en aquella oportunidad,los que se consideraban nece­ sarios para la terminación de los respectivos proyectos, dentro de un programa regional, y se resolvió establecer un mecanismo de coordinación entre las instituciones cartográficas centroamericanas a través de la SIECA,tendiente a promover la elaboración de mapas en gran escala para fines de programación del desarrolla económico y de un plan catastral regional en el que se temasen en cuenta los proyectos particulares y los trabajos terminados. En la segunda reunión, celebrada en el mismo año de 1962, se resolvió coordinar las labores de las instituciones cartográficas centroamericanas a través de la SIECA,en lo referente a la realización del Programa Regional de Catastro Centroamericano y a la obtención de mapas en gran escala para fines de desarrollo económico. Se regionalizaron algunos aspectos de los programas catas­ trales y se recomendó a los países que no habían preparado sus proyectos que procedieran a hacerlo oportunamente. Quedó integrado un Comité de Directores de Instituciones Cartofráficas para asesorar a la SlbCA y facilitar la coordinación deXPrograma Regional, y se recomendó a los Organismos de Planificación Econó­ mica, así como a los Ministerios de Hacienda de los países centroamericanos, que señalaran a los proyectos catastrales la más alta prioridad. En mayo de 1964 se celebró la tercera reunión, y en marzo de 1966, la cuarta. Como resultado de estas reuniones, se concretó la asistencia técnica alemana que había sido puesta a disposl ción de los gobiernos centroamericanos para la elaboración de planos catastrales. La misión alemana recomendó a los países que trataran de uniformar la legislación en materia catastral,y spgirió que se aprobaran los medios económicos suficientes para señalar a esa actividad ¡7 Binns, Sir Bernard 0.. Los reconocimientos catastrales v el registro de propiedad rústica. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma, 1953 , pág, 4£. /ia debida Pág. 144 la debida prioridad. Se hizo énfasis especial en las asignaciones presu­ puestarias anuales que se consideran indispensables para el funcionamiento de un buen sistema de catastro. En junio de 1966 se celebró en San Salvador la Segunda Conferencia Extraordinaria de Ministros de Relaciones Exteriores de Centroamérica, apro­ bándose la resolución que creó la Comisión Centroamericana de Geografía y Cartografía, Se continuaron las actividades asignando trabajos a los diversos países y se llevaron adelante las labores de la organización de la Primera Reunión de la Comisión Centroamericana de Geografía y Cartografía que tuvo lugar del 19 al 24 de febrero de 1968; en ella se dieron a conocer las resoluciones que se han formulado con respecto al catastro, y se exa­ minaron algunas experiencias relacionadas con el catastro fiscal rural, con la necesidad de una legislación adecuada sobre el establecimiento de un catastro multifinalitario, y con el aprovechamiento de los elementos de 2/ avance catastral para fines fiscales, entre otros aspectos Las consideraciones que se vienen formulando en las reuniones de directores de instituciones cartográficas centroamericanas, y los criterios sustentados por cada uno de los países de la región, revelan el propósito de mejorar los sistemas en vigencia, sobre todo por lo que se refiere a su cobertura, a garantizar los derechos de la propiedad inmobiliaria, a cumplir propósitos fiscales y a facilitar el diseño de la política de reforma agraria y colonización. Las características, alcances, y estado de los proyectos cartográficos y de catastro varían sustancialmente en cada país. En algunos se han hecho las labores preliminares mientras en otros apenas se preparan las soli­ citudes de financiamiento. l) Honduras. Ha presentado una solicitud de préstamo para realizar 2 un catastro parcial que cubre aproximadamente 14 000 km , superficie que constituye el área de mayores recursos potenciales del país y está enclavada en los principales valles. El proyecto fue elaborado con asistencia tánica externa y se esperaba iniciar los levantamientos aereofotogramétricos durante los últimos meses de 1970. 17 Secretaría General de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), Informe de la Reunión de la Comisión Centroamericana de Geografía y Cartografía, celebrada en San Salvador en febrero de 1968. Pág. 145 2) Guatemala. Con asesoría del grupo técnico alemán, se elaboró una Ley y un Reglamento del Catastro, así como un presupuesto detalladodel programa catastral para los próximos años. La ejecución del programaha sido relativamente lenta y se ha llevado a cabo exclusivamente con los medios de que dispone el Instituto Geográfico Nacional, 3) £1 Salvador. Como en Guatemala, todavía en una etapa preliminar; aunque la ; los trabajos se encuentran Ley Lo. 1923 autoriza el levantamiento de un catastro, estaban pendientes de terminación el regla­ mento, y la aprobación de las partidas presupuestarias para su ejecución. 4) Costa Rica. Con ayuda de un préstamo externo se ha venido avan­ zando en un levantamiento catastral cartográfico, con fines principalmente impositivos. El Instituto Geográfico Nacional está emprendiendo nuevos levantamientos aéreos que cubren aproximadamente el 60 por ciento del territorio nacional. c) Tributación En todos los países centroamericanos existen leyes fiscales oue gravan la propiedad o posesión de la tierra. Se grava asimismo la transmisión del patrimonio en la sucesión inter-vivos y causa-mortis. La mayoría de estos tributos se aplican a fines generales y sólo por excepción marca la ley otros sin destinos específicos. Por lo general estos tributos son sumamente bajos y sus efectos tienen poca trascendencia, aparte de no haber sido diseñados teniendo presentes objetivos de desarrollo o de equidad distributiva. Por otro lado, los sistemas de avalúo y de administración adolecen de deficiencias que faci­ litan el alto nivel de evasión fiscal que -caracteriza a casi todos los países de la región. En fechas recientes se han hecho esfuerzos — algunos ya incorporados a disposiciones legales— tendientes a reformar la legislación para intro­ ducir en ella algunos criterios de desarrollo relacionados principalmente con el financiamiento de los programas de reforma agraria y con la intensi­ ficación del uso de tierras ociosas o sin cultivar, (Véase el cuadro 27.) /Cuadro 27 Cuadro 27 Inmuebles País Guatemala Número de ley Fecha Título Nicaragua Ntímero de ley Fecfia Título Costa Rica de ley Fecha T ítulo Némer o / X resultado E Fuente: Decreto Legislativo II5 3 Junio - I92I Ley de Contribuciones Decreto Legislativo 68 Mayo I942 impuestos sobre bienes inmuebles Oecreto Legislativo 7I2 Junio I962 Capital inm obiliario Decreto Legislativo 725 Junio 1962 Herencias y legados Ley 24 Febrero 1886 Impuesto de Instrucción pública Ley |0 Diciembre 1937 impuesto de beneficencia Ley 42 Diciembre 1943 Timbre un iversitario Decreto de ! Congreso 7551 Octubre I962 T ierras ociosas Oecreto Legislativo 2 Septiembre I962 Sobre tie rra s incultas u ociosas Decreto Legislativo 67 Febrero I938 Sobre herencias, legados y donaciones Ley 2973 Diciembre de I96I Con base en la extensión y ubicación de la propiedad inmobiI¡aria Agrarias Decreto Legislativo I366 Enero 1954 Impuesto de vialidad OEA/BID. Sistemas t r i b u t a r i o s de América L a t i n a : I964-I966. Al capital Herencia Decreto L egislativo 52 Mayo I936 Impuesto sobre sucesiones Mr Número de ley lúm Fecha Título Honduras Número de ley Fecha Título LEGISLACION TRIBUTARIA INCIDENTE EN LA ESTRUCTURA AGRARIA Oecreto del Congreso Noviembre 1947 Impuesto sobre herencias El Salvador Pág. I46 CENTROAMERICA: Decreto Legislativo 7 II Junio 1962 Capital m obiliarlo Ley 27 Marzo 1939 Impuesto t e rrit o ria l Decreto Legislativo 797 Abril 1963 T ierras ociosas, Incultas o deficientemente explotadas Ley 3042 Octubre i962 impuesto sobre t i e r r a s incultas Guatemala. El S a l va d o r . Honduras. Ni c a r a g u a , Co s t a R i c a . Unión Pan amer i c a n a . 1/ashing ton . D. C. , . Pág. 147 El resultado de la aplicación de las nuevas disposiciones es dema­ siado reciente para poder conocerse, pero han surgido diversos obstáculos de orden financiero y de otra naturaleza. En las leyes de Guatemala, Honduras y Nicaragua se ha considerado un impuesto a las tierras que varía según la calidad y ubicación de las mismas. Las dificultades derivadas de ello se deben a la falta de catastros que faciliten su aplicación, y a las limitaciones financieras y de personal para terminar los levantamientos necesarios en plazos relativamente breves. En Honduras se presenta un problem análogo que complica más el hecho de exigirse un avalúo de las tierras, Por otro lado, las tarifas impositivas parecen excesivamente reduci­ das para constituir estímulo suficiente al mejor aprovechamiento de las tierras disponibles. -En torno a este aspecto cabe señalar que aunque la mayoría de los ordenamientos legales se orienta a atenuar el mante­ nimiento de recursos ociosos, no son lo suficientemente específicos para alentar cambios en la composición de los cultivos que permitan dedicar a los usos más eficientes las distintas clases de tierras, tomando en cuenta desde factores físicos hasta los de orden económico. Se comprende, por ejemplo, que en las zonas de mayor densidad demográfica el mecanismo impositivo debería impedir con mayor vigor el mantenimiento de superficies sin uso, utilizadas extensivamente o en actividades de menor importancia. En este aspecto, como en otros muchos, convendrá hacer algunas recti­ ficaciones a las normas legales en vigor, así como proceder con mayor energía y rapidez a aplicarlas como instrumentos básicos del desarrollo. 2. Programas comunes para resolver problemas específicos A continuación se hace referencia a los programas que, por responder a necesidades comunes, tienen necesidad de llevar a cabo todas las institu­ ciones de reforma agraria en Centroamérica. En algunos países se han dado los primeros pasos para tratar de establecerlos; en otros todavía no se inician, pero tendrán que comenzar a establecerse en el futuro próximo. /a) Ocupación Pág. 148 a) Ocupación precaria En los cinco países se observan en mayor o menor grado los problemas a que da lugar la ocupación precaria, ya sea en tierras de particulares o nacionales. Honduras y Costa Rica presentan los problemas más agudos* Según estimaciones del Instituto de Tierras y Colonización (Costa Rica), hay en el país cerca de 16 000 familias ocupantes en precario. En Honduras — la mayor parte de cuya superficie es de terrenos nacionales— el número de ocupantes sin título alcanza cifras elevadísimas. Pero el problema requiere soluciones diferentes porque mientras en Costa Rica se necesita legitimar la ocupación mediante la aplicación de las disposiciones legales, y en algunos casos mediante la compra o expropiación de los terrenos ocupados, en Honduras bastaría para resolverlo reglamentar el tamaño de las propie­ dades ocupadas y titulares de acuerdo con las normas respectivas. En Nicaragua y Guatemala, la ocupación precaria se presenta casi exclusivamente en zonas de nueva agricultura. En el norte del departamento de Alta Verapaz, en Guatemala, y en las zonas de influencia del río Rama en Nicaragua, se han estado abriendo al cultivo vastas extensiones por agri­ cultores que espontáneamente ocupan tierras nacionales. Aunque no se pre­ sentan los problemas de Costa Rica, se justifica la acción de las institu­ ciones nacionales con objeto de resolver los problemas de tenencia, así como establecer programas que incorporen a los nuevos campesinos a la agricultura de tipo comercial. En El Salvador la situación es totalmente diferente. las presiones sobre la tierra han determinado una ocupación casi total de las tierras y no existen prácticamente zonas con terrenos nacionales disponibles para ser trabajados en forma de posesión precaria. la escasez de fuentes de trabajo ha obligado a los campesinos a emigrar hacia los países vecinos pero la ausencia de control de ese tipo de emigración ha sido fuente de fricciones en los países receptores, principalmente en Honduras. /Nicaragua es Pág. 149 Nicaragua es el único país que ha emprendido programas concretos desti­ nados a atender la ocupación precaria; se prevé la entregade 6000 títulos anuales, hasta que el problema quede prácticamente finiquitado. Si bien el título, como instrumento legal para la obtención de cré­ ditos y para otros fines, es una necesidad, hubiera sido deseable que el Instituto Agrario de Nicaragua pudiera haber aplicado criterios de elegi­ bilidad tomando en cuenta el tamaño de las parcelas. En Costa Rica también se ha trabajado en este aspectopero suprograma, por deficiencias de tipo económico principalmente, ha sido muy limitado. El ITCO ha reglamentado la ocupación precaria sólo en los casos en que el problema entre propietario y ocupantes ha provocado tensiones serias. En la actualidad se ha elaborado un proyecto para actuar en forma masiva en varias partes del país, para cuya ejecución se espera obtener créditos externos, b) Arrendamiento y aparcería También el arrendamiento y la aparcería se presentan en todos los países centroamericanos como una de las formas principales de tenencia, las características de los arreglos varían según las regiones o cultivos de que se trate. Haría falta, sin embargo, contar con una legislación protectora del trabajo que normase las relaciones entre campesinos y propietarios, hasta la fecha sólo reguladas por fórmulas tradicionales que correspondieron a condiciones muy distintas a las actuales, c) Trabajadores agrícolas Ya se ha visto que el'jornalero realiza funciones muy destacadas en la agricultura comercial y de exportación. Las condiciones de trabaje varían según el tipo de actividad y el país de que se trate. En las zonas bananeras el trabajador ha obtenido su parte gracias a la acción de los sindicatos no sólo una elevación sustancial de sus salarios sino bene­ ficios sociales bastante amplios, /En otraw Pág. 150 En otras zonas el salario está regido más por la costumbre que por leyes sobre el salario mínimo. En algunos países existe la obligación —que no se cumple satisfactoriamente-— de que la parte contratante complemente el salario con prestaciones en alimentos, comida y vivienda. Estos problemas suelen acentuarse durante las épocas de recolección de los dos cultivos tradicionales de exportación — algodón y café— cuando los trabajadores emigran llevando consigo a sus familias. No se cuenta por lo general con mecanismos eficaces de coordinación entre los ministerios de trabajo — que son los encargados de vigilar el cumplimiento de las disposiciones en materia de salarios— y los insti­ tutos de reforma agraria. Por eso sería conveniente, además de llenar los vacíos más ostensibles de la legislación laboral, diseñar fórmulas de colaboración e integrar programas conjuntos entre las distintas dependencias estatales para que se asegure la protección efectiva del trabajo de los asalariados agrícolas. d) El minifundio Una idea de la importancia del minifundio la da el hecho de que las parcelas de menos de 3*5 hectáreas representaban en 1963 el 79 por ciento del total de las fincas de Centroamérica. El minifundio constituye, con los trabajadores sin tierra, fuente principal de mano de obra de la agricultura comercial. de solución al problema del minifundio deben temar Sin duda, los tipos en cuenta el punto de vista de la equidad social, asi como el imperativo de ensanchar el mercado interno y de incrementar el grado de utilización de los recursos. Por lo tanto resulta Insoslayable la necesidad de una reforma agraria que conduzca a una distribución menos desigual de las tierras y de mayor elasticidad en especial a la producción para consumo interno. /3. Política * Pág. 151 3. Política de colonización a) Características generales Entre los programas que llevan a cabo los institutos nacionales de reforma agraria y colonización de Centroamérica, los de colonización son los más importantes, tanto en lo que se refiere a esfuerzos desarrollados, como en lo relativo al monto de las inversiones. Las características de los programas varían de un país a otro y entre una y otra zona pero existen características comunes en cuanto a la concepción general de sus objetivos, i) Acepción común. Se suele entender por colonización la actividad asociada a la incorporación de tierras vírgenes a la producción agrícola, pero en Centroamérica la definición es más amplia y comprende todos los programas de distribución de tierras — nacionales o de propiedad privada, adquiridas por compra o expropiadas— cualquiera que sea su carácter. Los proyectos de colonización presentan múltiples variantes que van desde programas integrales como el de Los Laureles en Nicaragua o el de Bataan en Costa Rica, hasta simples entregas de tierras. De hecho, se precisaría definir criterios uniformes en torno a los cuales pudiera basarse una política que a la par de satisfacer las exigencias mínimas de los nuevos colonos, permitiera el ensanchamiento gradual de los programas. ii) Selección de beneficiarios. Por medio de programas de coloniza­ ción se ha beneficiado en conjunto a cerca de 20 000 campesinos centro­ americanos (véase el cuadro 28). La selección de los beneficiarios ha seguido las normas reglamentarias vigentes en cada uno de los países del área, aunque en ocasiones se ha realizado sobre bases ad hoc. En El Salvador se han incluido de preferencia los campesinos con mayor antigüedad de trabajo en las fincas del ICR; en otros países, se han tenido que revisar cuidadosamente los expedientes de algunos parcelamientos, por haberse encontrado beneficiarios sin antecedentes como agricultores o campesinos. /Cuadro 28 Pág. 152 Cuadro 28 CENTROAMERICA: NUMERO DS , PARCELAS Y SUPERFICIE AFECTADA EN IOS PROGRAMAS DE COLONIZACION ( Manzanas) Número Superficie 476 204 Costa Rica 19 7^0 3 495 El Salvador 7 115 Guatemala 6 198 2 000 932 Centroamérica Honduras Nicaragua 91 102 61 782 247 396 58 344 17 580 Fuente ; Costa Rica, Honduras y Nicaragua: BÍD, Fondo fiduciario de progreso social, séptimo informe anual. 1967: Guatemala : INTA, Boletín estadístico 1955-1963: El Salvador: ICR, Departamento de parcelaciones y accesos. 1966. iii) Alcance de los programas. Los proyectos de colonización tienen por objetivo principal crear nuevas fuentes de empleo para los campesinos sin tierra y aumentar 3a producción. No son, por supuesto, el único medio de mejorar la relación hombre-tieri’ pero es el que se utiliza principal­ a, mente en Centroamérica. Ello obedece, en parte, a la disponibilidad de tierras nacionalesj salvo en El Salvador, en los demás existe una amplia frontera agrícola, principalmente en la zona Atlántica. Una serie de consideraciones limita sin embargo grandemente la colonización como solución principal a las presiones sobre la tierra en las áreas densamente pobladas y a la ampliación de la oferta y de los niveles de vida de la población. Por un lado, existen serias dudas téc­ nicas sobre la posibilidad de sustentar una agricultura permanente en muchas de las zonas tropicales-húmedas del Atlántico. Por otra parte, se trata /de proyectos Pág. 153 de proyectos costosos por lo general que inciden pesadamente sobre las finanzas públicas y en particular sobre los limitados recursos de los institutos de reforma agraria, que por añadidura se ven obligados por ley a cubrir las indemnizaciones, de preferencia en efectivo, y con frecuencia como condición previa al acto de la expropiación. De ello se deriva que a pesar.de haberse iniciado los primeros proyectos a principios de la década pasada sus alcances reales sean todavía relativamente modestos. Visto desde el lado del empleo, se ha podido absorber la cifra nada insignificante de 20 000 campesinos, aproximadamente, Pero las exigencias reales de creación de nuevos empleos en la agricultura, que se estimó asciende a 75 000 al año, son muy superiores. Más impresionante es la amplitud de las superficies distribuidas,que llegan casi al medio millón de manzanas, con un impacto neto seguramente apreciadle en los niveles de producción, aunque menor de lo que sería de esperar por la calidad de las tierras en unos casos y por tratarse de fincas ya trabajadas con anterioridad, en otros. b) Principales problemas v limitaciones Los problemas que deben resolver los institutos nacionales de reforma agraria y colonización son de naturaleza muy variada. Muchos se deben a la falta de una política bien estructurada de desarrollo de las colonias. i) Los criterios normativos. La falta de esa política se manifiesta en la imprecisión de criterios de expansión y de organización de las colonias. Dentro de un mismo país se observan ideas y métodos diversos de asentamiento que crean las consiguientes dificultades,tanto al nivel técnico como ejecutivo, Es cierto que no existen dos proyectos iguales y que la planificación del desarrollo de cada uno debe responder a condiciones ecológicas, técnicoagrícolas y al grado de participación activa de los agricultores beneficiados. Pero también es verdad que no se han establecido criterios previos sobre los objetivos a realizar y los medios disponibles para hacerlo. De especial importancia debe considerarse la necesidad de fijar un conjunto de criterios técnicos de los cuales depende — independientemente del mecanismo para la adquisición de tierras— la consolidación de los proyectos de colonización dentro de formas de financiamiento que promuevan su desarrollo y el bienestar de sus membros. /±±) patermlism0. Pág. 154 ii) Paternalismo. En todos los países, en mayor o menor grado, las colonias se han ajustado a esquemas excesivamente protectores o paterna­ listas, que inhiben la iniciativa de sus integrantes. En ocasiones, la dependencia del organismo de colonización y de su administrador o repre­ sentante llega al extremo de abarcar casi todas las decisiones que afec­ tan a la producción, e incluso la organización social del grupo. Por múltiples razones, entre las que figura la de evitar sobrecargar los Institutos de Reforma Agraria con tareas a nivel de predio, los siste­ mas de asentamiento y los criterios que los rigen deberían tender a lograr lo más rápidamente posible la capacitación de los campesinos en el manejo directo de la colonia, iii) Criterios de inversión. El tipo de inversión y la época en que se realice, juega un papel muy importante, así como la determinación de la extensión del período de organización que antecede al funcionamiento autó­ nomo de las colonias. Es frecuente que al programar un proyecto específico se procure dotarle del mayor número posible de elementos técnicos y de desarrollo social, como fórmula para abreviar el período de consolidación. Este criterio no siempre proporciona los resultados esperados porque suele conducir a situar en una posición de subordinación a los campesinos y a acentuar los desajustes propios de su traslado a condiciones ambientales diferentes. Intentar, por ejemplo, que agricultores acostumbrados a la tecnología propia de una economía de susbsistencia se incorporen súbita­ mente a sistemas mecanizados de producción, puede ocasionar desajustes tanto desde el lado de la producción, como desde el de la adaptación social. En vista de ello y a causa de los mayores requerimientos de organi­ zación que exige la mecanización de parcelas pequeñas, puede resultar preferible adoptar métodos de menor densidad de capital aunque entrañen, por otra parte, un uso poco apropiado de ti o de los recursos más escasos n de la región. También se justifica una rectificación de los criterios en materia de vivienda, con el propósito principal de reducir costos y hacer menos oneroso el cargo financiero a los colonos, por ese concepto, así como de adoptar diseños apropiados a las condiciones específicas de cada región y a los hábitos y costumbres de los beneficiarios. /iv) Unidades % Pág. 155 iv) Unidades de producción colectiva. La producción bajo la forma de organización colectiva es poco frecuente en Centroamérica, aunque tiene abundantes antecedentes históricos en la época anterior e inmediata poste­ rior a la Colonia. La comunidad de Oropolí (Honduras) formada por 25O familias es un ejemplo típico de este sistema; trabaja tierras compren­ didas entre los ríos Choluteca y San José en una extensión de unas 4 500 hectáreas y una población total de aproximadamerfc e 1 500 personas. Las situaciones conflictivas a que dio lugar el acaparamiento de tierras hizo que los jefes de familia de la comunidad se asociaran hace dos años y formaran una organización de tipo sindical afiliada a la Asociación Nacional de Campesinos de Honduras (ANACH), A pesar del bajo nivel de ingreso y de productividad, la comunidad de Oropolí ha tenido cierto éxito en la producción y en el desarrollo de. algunas actividades de beneficio social. La Cooperativa Guanchías, Ltda., compuesta por ex-obreros de las compañías bananeras fue la primera en la zona norte de Honduras en adoptar el sistema colectivo. En 1965, año de su creación, .obtuvo la adjudicación de un área equivalente a 700 manzanas de tierra laborable en las cuales sembraron 500 manzanas de maíz con financiamiento proporei, onado por el Banco Nacional de Fomento. En la actualidad trabajan 1 200 manzanas de banano, el cual venden empacado en cajas a una de las compañías bananeras. La coope­ rativa tiene 94 socios activos y dispone de equipos de trabajo con valor superior a los 100 000 pesos centroamericanos,^^ El éxito de esta cooperativa ha iniciado un movimiento cooperativista de gran envergadura en Honduras, al grado de que para fines de 1970 había ya 10 cooperativas perfectamente establecidas y 35 grupos precooperativos en todo el país, c) Limitaciones de la política El progreso de los programas de reforma agraria y colonización sé considera que ha sido lento y de impacto relativamente limitado en términos generales; aparte las dificultades presentadas a nivel técnico y de la ejecución de los proyectos, se han observado problemas de carácter legisla­ tivo, administrativo, de planificación y financiero, 1 0 / Es propietaria en la actualidad de diez tractores con sus arados, cuatro rastras, dos trailers y una desgranadora, valuados en 42 318.47 lempiras. /Capítulo VIII Pág, 156 VIII, 1. CONCLUSIONES Conclusiones generales El problema agrario en Centroamérica continúa siendo, a pesar de los esfuerzos realizados, uno de los más importantes en el conjunto de la región. Subsisten en todos los países grandes desequilibrios de ingresos y de disponibilidad de recursos, á pesar de que en cada uno de ellos se han formulado programas y creado organismos encargados de encontrar solu­ ciones e instrumentar medidas de acción dentro del marco del sector agrario. Por regla general estos organismos tienen atribuciones amplias y están facultados para llevar a cabo proyectos de infraestructura, crédito, vivienda, asistencia técnica, educación y salubridad, además de los directamente vincu­ lados con la colonización y distribución de tierras. Sin embargo, lo extenso de las funciones, los limitados recursos de que se dispone y los problemas para interpretar correctamente la legislación vigente, dificultan la fija­ ción estricta de prioridades e impiden la continuidad necesaria de los programas. Por ello, los resultados alcanzados hasta ahora resultan insuficientes para satisfacer las necesidades reales de transformación de la agricultura, es decir, generar nuevos empleos y acrecentar, aunque sólo sea en mínima medida, los niveles de vida de 2,5 millones de personas que por falta de recursos no pueden efectuar actividades productoras, ni aprovechar al máximo las tierras susceptibles de explotación. Sin duda muchas de las legislaciones vigentes en materia de redis­ tribución de tierras implican procedimientos o trámites complicados que han limitado eustancialmente su aplicación. Las disposiciones existentes, sin embargo, seguramente permitirán que se avance más en este terreno al removerse obstáculos como la insuficiencia de los recursos fiscales de los gobiernos y, en ciertos casos, la relativamente baja prelación que se señala a los proyectos vinculados a la tenencia de la tierra. /2. Repercusiones 2« Repercusiones para el desarrollo Son varias las repercusiones económicas derivadas de la lentitud con que se transforma la agricultura en el Istmo Centroamericano. Por una parte, al mantenerse subutilizados los recursos de la tierra se debilita la pro­ ducción agrícola de consumo interno, se crean obstáculos aduanales que frenan su modernización y, además, se acentúan las tensiones en el mercado de trabajo que ya subsisten a causa de los desajustes propios de la rápida tasa de expansión demográfica; por otra, la reducida capacidad adquisitiva de grandes núcleos de la población campesina limita el tamaño de los mercados, restringiendo, en consecuencia, las posibilidades de crecimiento de otros sectores productivos. Tedas esas circunstancias se oponen a la estrategia de desarrollo que se ha venido instrumentando desde hace más de una década con el pro­ pósito de crear focos internos de crecimiento, principalmente a través de la sustitución de importaciones y el ensanchamiento del mercado. sible que durante una primera etapa Es admi­ se haya puesto mayor énfasis en la formación de una base industrial o en el fomento de determinados estratos de la agricultura para que sirviesen de apoyo a la expansión de las tran­ sacciones dentro del Mercado Común, pero ya comienza a evidenciarse la necesidad de prestar mayor atención a los problemas que entorpecen la evolución progresiva de la agricultura, en especial a aquéllos de los que depende que se fortalezca la demanda efectiva de los grupos mayoritarios de la población. En ese sentido, parece ineludible ampliar la capacidad de los sis­ temas productivos para disminuir los niveles de subempleo o desocupación y asegurar así un mínimo de ingreso directo a la mano de obra. Es cierto que el avance y la diversificación de la industria, la construcción y los servicios han permitido aliviar las tensiones en el mercado de trabajo, pero por la; experiencia de muchos países en proceso de desarrollo y las tendencias de la tecnología moderna resulta improbable que por ese medio se puedan llegar a equilibrar la oferta y la demanda de mano de obra* Así pues conviene introducir en el sector agrícola las modificaciones y tecno­ logías que se precisan para retener a una fracción mayor de la fuerza de trabajo en ocupaciones productivas. /3, Concentración Pág. 158 3. Concentración de los factores de producción la dicotomía entre agricultura de exportación y agricultura de consumo interno o entre las grandes y las pequeñas explotaciones, está influida también por la disponibilidad de recursos y el grado de acceso a los sistemas de financiamiento, asistencia técnica y fomento. Las investi­ gaciones realizadas indican una alta concentración de recursos y facili­ dades en el segmento moderno, generalmente vinculado a la colocación de productos en el exterior. Aunque la posición estratégica que ocupa ese segmento como fuente principal de divisas justifica cierto tratamiento preferente, no conviene descuidar otras actividades hasta el punto de frenar la diversificación de la producción o de acentuar los desequili­ brios observados en el sector agropecuario. Cada uno de los países de la región requiere de una oferta elástica de alimentos de consumo interno que permita el abastecimiento fluido a los centros urbanos, sin crear presiones inconvenientes sobre los costos y precios. Al misno tiempo la industria tradicional dependerá cada vez más de los estímulos que provengan de la expansión de los mercados rurales ya que el efecto pri­ mario de la sustitución de importaciones tiende paulatinamente a agotarse. Las relaciones de interdependencia entre la agricultura y otras actividades son pues múltiples. En consecuencia, si se mantienen las condiciones de atraso que prevalecen en la actualidad en el sector rural y no se inicia la transformación del mismo, ninguna estrategia de política económica podrá prosperar. 4» Las disparidades sociales A los elementos de juicio esbozados en materia económica, cabría añadir otros de carácter social y de receptividad comparativa de los distintos estratos de la población rural en lo que se refiere a la modernización y la asimilación de técnicas y formas de organización más avanzadas» En el Istmo Centraomericano parecen continuar acentúandose tensiones sociales /de origen Pág. 159 de origen bastante complejo pero que, directa o indirectamente, están relacionadas con los módulos de difusión de los beneficios del des­ arrollo, las dificultades para generar un número suficiente de empleos y la cuantía de los recursos destinados a servicios y obras de mejora­ miento de las condiciones de vida de la población. Todo indica que en vez de cerrarse, se está ampliando la brecha entre las aspiraciones de muchos estratos sociales y los beneficios netos que reciben por su participación en el proceso productivo. Por ello se considera importante atacar uno de los principales focos de obstrucción: la organización rural. Al respecto debe tenerse en cuenta que los sistemas de tenencia de la tierra crean frecuentemente disloca­ ciones graves no sólo en la esfera de la producción, sino también en el ámbito de las relaciones sociales, A título ilustrativo cabría subrayar algunas de las observaciones recogidas en este estudio. Puede afirmarse, en términos generales, que en las zonas investigadas donde predominan formas de tenencia abiertas o menos sujetas a los patrones tradicionales de dependencia del campesino, las tensiones sociales son por lo común menos intensas, mejores las relaciones entre los miembros de la comunidad, mayor la receptividad hacia la introducción de cambios tecnológicos y de otro tipo. Por él contrario, cuando imperan sistemas rígidos de tenencia se presentan motivos frecuentes de fricción y los distintos grupos adoptan actitudes de defensa que se reflejan en un menor grado de cohesión social y aun en manifestaciones abiertas de hostilidad. En consecuencia se presentan mayores dificultades para elevar la productividad y cambiar los métodos de trabajo y no existe interés por impulsar los programas de desarrollo o participar en ellos. / 5* Las. Pág. 160 5. Las migraciones rurales La manifestación más ostensible de las presiones demográficas y de las impuestas por los sistems agrarios son las migraciones permanentes o estacionales de campesinos desocupados o subocupados, que ocurren dentro de cada país y entre los países del Istmo Centroamericano. No se trata aquí de movimientos que corresponden simplemente a los diferentes ciclos de actividad de distintos cultivos, à no sobíe todo a la escasez de fuentes de trabajo y a los reducidos niváLes de ingreso. Es decir, la subutilización de las tierras en las zonas más desarrolladas, las prác­ ticas de uso intensivo de capital en la agricultura comercial y el per­ sistente aumento de la mano de obra que no encuentra en tales condiciones medios adecuados de subsistencia, impulsan a los trabajadores a prestar servicios temporales en otras zonas o a emigrar hacia la frontera agrícola. En algunos casos el campesino puede complementar los escasos ingresos que percibe de la explotación de sus pequeñas parcelas, desempeñando a la vez una función importante ai el levantamiento de cosechas o en dis­ tintas operaciones que exigen una alta concentración de la mano de obra en períodos determinados. Sin embargo, la falta de reglamentación o la inobservancia de las disposiciones para proteger la mano de obra, se traducen frecuentemente en el establecimiento de condiciones de trabajo poco equitativas, Las migraciones espontáneas para colonizar tierras plantean pro­ blemas que debieran ser objeto de consideración detenida* La apertura de zonas vírgenes podría dar origen a la elevación de los volúmenes de oferta e incluso permitir a los grupos emigrantes gozar de oportunidades e ingresos más amplios, pero la explotación permanente de tierras en formación y de alta precipitación pluvial plantea dificultades técnicas * complejas que no pueden resolver los campesinos habituados a métodos atrasados de cultivo, sin recursos económicos y marginados en su mayoría de los programas de apoyo gubernamental. No es pues de extrañar que ese tipo de colonización en vez de constituir una verdadera válvula de escape a las presiones demográficas, determine formas regresivas de explotación que aparte de deteriorar los suelos y recursos, marginan al campesino dentro de una agricultura de subsistencia de carácter incluso nomádico, /Desde un * Pág.161 Desde un punto de vista econômico y dadas las limitaciones finan­ cieras de los países, no sería aconsejable emprender planes ambiciosos para desarrollar nuevas zonas, mientras aquéllas en las que se ha podido avanzar y concentrar la'formación de capital no han sido todavía sufi­ cientemente aprovechadas. Ello no excluye, por supuesto, la posibilidad o la conveniencia de que se abran al cultivo determinadas zonas por razones bien justificadas, pero sí señala la escasa viabilidad de recurrir a la colonización como una solución general para la cuestión analizada. En tales circunstancias, la fórmula que parece más eficiente y menos onerosa para atender el problema consistiría en utilizar en forma más intensa los recursos subutilizados de tierra en las regiones donde, se concentra la actividad agrícola, fomentando decididamente los cambios que se consideren indispensables en los sistemas, de tenencia y de organización de la producción. Al mismo tiempo, habría que prestar atención especial para reglamentar más estrictamente los movimientos migratorios estacionales, limitar las corrientes migratorias permanentes y prestar apoyo a las que ya se han producido. 6. Problemas administrativos El establecimiento de prioridades en el sentido anotado, y la instrumen­ tación más expedita de los programas, exigen salvar algunas dificultades de orden administrativo y técnico con los que tropieza la mayoría de los organismos de reforma agraria. En cuanto a lo administrativo, cabe insistir en dos aspectos principales estrechamente relacionados: las innumerables funciones, objetivos y programas que tienen encomendados, ante la disponi­ bilidad limitada de recursos, y la necesidad de mejorar su coordinación con otros organismos gubernamentales. Cualquier proyecto de transformación agraria, incluyendo la creación de asentamientos, implica actividades de la más diversa naturaleza: adquisición de tierras, selección y traslado de familias, planificación y estructuración del proyecto así como la ejecución de las múltiples facetas del mismo (preparación de tierras, construcción de infraestructura, canalización de productos, crédito, asistencia técnica y obtención de insumos). /los organismos Pág. 162 Los organismos de reforma agraria deben hacerse cargo también de programas de: colonización, tributación, regulación del sistema de arrenda­ mientos, migraciones y gravámenes sobre la propiedad rural, entre otros, lo cual da idea de la complejidad de los objetivos que se pretenden alcanzar 1 simultáneamente y de los requerimientos en materia de organización, super­ visión y ejecución. Es más, la instrumentación y el éxito mismo de muchos de los proyectos encomendados a las entidades de reforma agraria, dependen de la eficacia de la coordinación con otras agencias del sector gubernamental que tiene la responsabilidad de ejecutar los programas complementarios de asistencia técnica, apoyo crediticio, caminos y obras de infraestructura o de los servicios de educación y salud. La amplitud de los programas, las exigencias en materia de coordina­ ción y la multiplicidad de tareas, contrastan con los limitados recursos financieros y humanos de que pueden disponer los institutos de reforma agraria. No son de extrañar, por lo tanto, las dificultades con que tro­ piezan para dar continuidad a los programas de acción, distribuir adecuada­ mente el trabajo y delegar funciones y responsabilidades que ahora absorben casi por completo unos cuantos funcionarios. Convendría, por lo tanto, procurar que se establezcan criterios más estrictos de prelación en los proyectos y programas de esas instituciones, con el propósito de centrar sus actividades en los campos de mayor signi­ ficación y evitar la dispersión de esfuerzos, Al propio tiempo, es indis­ pensable fortalecer los cuadros técnicos y ampliar los recursos presupues­ tarios, en la medida necesaria para mejorar su funcionamiento en los aspectos técnicos, administrativos y de supervisión. * 7. Problemas técnicos Las investigaciones efectuadas han puesto de relieve problemas que restan eficiencia al trabajo técnico de los institutos de reforma agraria. Los proyectos que integran los programas de trabaje no siempre son el producto ni forman parte orgánica de planes técnicos diseñados con anticipación. Por ejemplo, con frecuencia la localización de los /asentamientos Pág. 163 asentamientos no se determina por la evolución de las necesidades de las distintas zonas geográficas, sino que obedece simplemente a la disponibi­ lidad de tierras de los organismos de reforma agraria. Por ese motivo, los programas de acción deben ceñirse a criterios técnicos basados en distintos niveles de investigación: de las necesidades del país; ii) i) diagnóstico selección de zonas prioritarias, según lo determinen indicadores de poblacióh, los recursos y la infraestructura; iii) proyectos relacionados con el tipo de problema que se deba resolver, y iv) selección final de las zonas para los proyectos. De las últimas tres fases se podrían definir planes a corto, mediano y largo plazo, según la importancia de los problemas que hayan de resolverse. Como es de suponer, las recomendaciones técnicas podrían ser modificadas por consideraciones de orden político más amplias, pero ello contribuiría, no obstante, a dar sen­ tido jerárquico y unitario a los programas, y serviría además para evaluar los costos para doptar soluciones o enfoques alternativos. Por otra parte, aseguraría un mínimo de continuidad en los programas. Debido a las razones señaladas — diversidad de funciones, limitaciones de recursos, etc.— es común observar cambios frecuentes y hasta radicales en los criterios de política, que además de impedir la consolidación de diversas tareas, causan trastornos en la administración y reducen la utili­ zación eficaz en el uso de los limitados recursos con que cuentan los ins­ titutos de reforma agraria. Cabría recomendar, por consiguiente, la creación o el fortalecimiento de los departamentos de planificación de dichos organismos, así como la elaboración sistemática de programas de largo, mediano y corto plazo. Sería igualmente importante anprender programas de entrenamiento del personal profesional o semiprofesional y crear alicientes de distinto tipo a los funcionarios técnicos, así como condiciones de seguridad que eviten la movilización frecuente del personal. /8« Medios de Pág. 164 8. Medios de planificación Sin pretender un alto grado de precisión, se han identificado a grandes rasgos zonas rurales cuyas características — ecológicas, de población, infraestructura, servicios, etc, — difieren lo bastante para requerir la aplicación de criterios y políticas en materia de desarrollo agrario, sin que ello signifique que se dejen de perseguir objetivos generales comunes — como la elevación del ingreso de la .población o el me joramiento en el uso de los recursos disponibles — sino mas bien que los instrumentos y enfoques para lograrlo deberían adaptarle a las circunstancias privativas en cada una de esas zonas y a la mayor o menor urgencia de los problemas que confrontan* Zonas prioritarias Para delimitar las regiones donde se observan los problemas más agudos habría que diseñar, en primer término, una zonifieación basada en factores que se relaciona con la disponibilidad teórica de tierras por familia,^ A la zona de alta densidad de población — que se denominaría Zona I— corresponderían los departamentos de Totonicapán, Sololá, Chiquimula, El Petén, Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango y Quiché, en Guatemala; todos los de El Salvador, con excepción del de Chalatenango; los departa­ mentos de Gracias a Dios, Islas de la Bahía, Lempira y Valle, en Honduras, y el departamento de Ma saya en Nicaragua. población — Zona II— La zona de baja densidad de comprendería el resto de los departamentos de Centroamérica. En todo caso, para los efectos de instrumentación de política agraria sería necesario profundizar en las investigaciones tomando en consideración la capacidad productiva de los suelos y la información a nivel municipal. Por ejemplo, si se tuviera en cuenta el potencial de los sueLos, habría que incluir dentro de la Zona I varios departamentos de Honduras, si se considera el nivel municipal probablemen te habría que incorporar toda la meseta central de Cesta Rica, 1/ En todo caso, a pesar de las limitaciones de información, es El supuesto básico es una diferenciación de áreas con densidad demográfica inferior o superior a 10 manzanas por familia, nivel por debajo del cual se provocaría subocupación con las técnicas actuales de producción. /evidente que Pág.165 evidente que en la Zona I existen simultanearlente desempleo de la mano de obra y subutilización de las tierras cultivables. La Zona II podría dividirse, en principio, en una subzona con ' recursos suficientes y en otra con un déficit de mano de obra en relación con la tierra d i s p o n i b l e e n el primer caso, sin embargo, podría presen­ tarse subutilización de la tierra y de la mano de obra, como parecen indi­ carlo las condiciones predominantes en algunas regiones de la costa del Pacífico. La política a seguir en la Zona I, habría de tender necesariamente a procurar una explotación más intensiva de los recursos, puesto que la tierra se ha convertido en factor limitante para aumentar el valor agregado y los niveles de vida de la población. Las medidas habrían de orientarse, por lo tanto, a introducir los cambios indispensables en el patrón de utilización de la tierra. Ya que existen excedentes de mano de obra y a la vez se requiere elevar el producto por unidad de superficie mediante la aplicación de mejores técnicas, sería necesario cambiar el tipo de cultivos y fomentar un uso más intensivo de los suelos, dando preferencia a las superficies oeiosas. Alcanzar los objetivos señalados entrañaría, por supuesto, modificar la distribución de las tierras, o aplicar medidas que permitan transformar sustancialmente el funcionamiento de las grandes fincas y latifundios, de manera que se hiciese posible el aumento de la producción y la utilización más racional de los escasos recursos disponibles, A ello debería agregarse el establecimiento de programas complementarios de asistencia técnica y crédito que permitan sustituir las técnicas atrasadas por métodos más modernos y utilizar insumos «mejorados. El desarrollo agrícola de la Zona II (sobre todo en la primera sub­ zona), exigiría medidas que permitieran ampliar la disponibilidad de tierras por familia o por persona activaj de esa manera podrían fomentarse cambios 27 A este respecto, la SIECA ha venido realizando estudios relacionados con la estrategia de desarrollo económico para Centroamérica, donde se determinan las zonas de sobresaturación, saturación y de potencial de absorción de mano de obra, a las que serían aplicables conclusiones, de este trabajo. La zonificación se ha estructurado tomando en cuenta no sólo la densidad de población, sino también la calidad de las tierras, /indispensables Pág. 166 indispensables para la utilización de lòs suelos que fueran compatibles con el aumento del empleo y del ingreso, sin tener que recurrir a promover de momento grandes transformaciones en sus técnicas utilizadas. En la zona deficitaria en mano de obra cabría alentar transferencias de población, o bien reducir el insumo de mano de obra a base de un uso más intensivo de capital, o adoptar actividades que requiriesen un número menor de trabaja­ dores como la ganadería, por ejemplo. Claro que se trata de alternativas extremas ya que en la práctica habría que instrumentar soluciones intermedias que tengan presente la magnitud previsible de las presiones demográficas en Otras zonas, la disponibilidad de recursos presupuestarios y de inversión y las características de los suelos, entre otros factores. 9. Los instrumentos de política Entre los uiversos instrumentos o medios a que puede recurrirse para orientar y fomentar deliberadamente las transformaciones estructurales de la agri­ cultura, destacan la reforma agraria, la tributación y la organización de asentamientos en las zonas de baja densidad de mano de obra. La reforma agraria es el medio más directo y eficaz para alterar los patrones actuales de uso de la tierra que implican un grado notable de subutilización de los recursos. Esto favorecería el ensanchamiento de los mercados internos y la elevación de los niveles de vida de estratos muy numerosos de la población. Si se implantara masivamente, sin el apoyo de estudios técnicos cuidadosos O sin los complementos indispensables del crédito y de la asistencia técnica, podrían producirse dislocaciones temporales en los mercados de productos que afectarían particularmente algunos cultivos de exportación que son fuente principal de divisas. Por esa razón parece recomendable proceder por etapas y en forma selectiva, procurando en todo caso complementar los esquemas de redistribución de la tierra propiamente dichos con programas colaterales que redujeran al mínimo los desajustes que podrían presentarse. El establecimiento de sistemas impositivos que graven sustantivamente la propiedad de las tierras que se mantienen incultas o subutilizadas es ot^P instrumento al que se puede acudir, aunque sus efectos se perciban a más /largo plazo Pág.167 largo plazo y se consideren menos eficaces en lo que respecta a la difusión de los beneficios del desarrollo y a la ampliación del mercado interno. Su aplicación se ve obstaculizada, además, por las deficiencias de los sistemas de administración y recaudación fiscal. Se trata en esencia de un instru­ mento indirecto encaminado a obligar a los propietarios de las fincas a 3J explotar más intensiva y racionalmente los recursos de la tierra. Aunque de alcances más restringidos el establecimiento de colonias en las zonas nuevas también es un recurso de política agraria que podría ser muy útil para orientar sobre bases firmes las corrientes migratorias espontáneas, disminuir las presiones demográficas en las áreas densamente pobladas, e incorporar a la producción recursos no explotados con ante­ rioridad. Pero sólo de manera indirecta o a muy largo plazo podría provocar alteraciones en la pauta de desarrollo de las principales zonas agrícolas. Los instrumentos señalados no deben considerarse medios alternativos ni opciones excluyentes de política. De hecho deben aplicarse simultánea­ mente en forma complementaria, en la medida que lo aconseje la situación especifica y la realidad socioeconómica de cada país. El análisis anterior se ha referido casi exclusivamente a la aplica­ ción de los procedimientos más significativos ; estudios especializados permitirán examinar el uso de una gama más amplia de procedimientos comple­ mentarios, como los relativos a la política de financiamiento de programas, a los cambios en la organización administrativa o en las dispo­ siciones legales, a la asistencia técnica y al crédito, etc. También tendrá que investigarse si las medidas aplicables al sector rural siguen las direc­ trices generales y específicas de los planes globales de desarrollo y de les programas sectoriales, 2/ financieros y de mejoramiento social de la poblacién, Como se señaló en capítulos anteriores, el arrendatario o pequeño agri­ cultor obtiene valores agregados por unidad de superficie superiores a los de los grandes terratenientes. /11. Pág. 168 10» I* integraci6r.__del sector agropecuario En términos comparativos, la celebración de acuerdos que fomenten y regulen la producción agropecuaria se encuentra a la zaga en el programa de intei gracién regional. El proceso sustitutivo de importaciones y los instru­ mentos de protección arancelaria frente a terceros países han creado sin duda alicientes a la oferta y han dado lugar a corrientes importantes de intercambio. También se han celebrado algunos convenios sobre estabili­ zación de precios y sobre el comercio de productos básicos de consumo interno. En cambio, no se han estudiado los problemas agrarios con una perspectiva verdaderamente regional, ni se han obtenido avances signifi­ cativos en la instrumentación de una política agrícola conjunta. Aparte de algunas reflexiones sobre las ventajas que tendría la zonificación de la producción para complementar la producción de cada país y aumentar la produc­ tividad del conjunto de la agricultura centroamericana, han sido escasos los progresos en la formulación de conceptos y de mecanismos concretos de acción y coordinación. En definitiva, es necesario establecer directrices que conduzcan a aprovechar en mayor medida las oportunidades creadas por el Mercado Común . pxra la expansión de la oferta agrícola, así como a estudiar a fondo las repercusiones de las estructuras agrarias en la formación de la demanda, el tamaño del mercado, la producción de otros sectores de la actividad eco­ nómica, y las tensiones sociales derivadas de la subocupación de la mano de obra. El proceso de integración económica difícilmente podría detenerse en la creación de una zona de libre comercio, sus posibilidades de éxito a largo plazo dependen de hecho del perfeccionamiento de acuerdos en el sector agro­ pecuario y de la incorporación de nuevos temas de interés común a los programas conjuntos por lo que será de gran importancia iniciar el estudio del compor­ tamiento del sector agropecuario, tomando en cuenta su vinculación con el fortalecimiento de la base productiva regional y la resolución de problemas de carácter social. /Sin una * Pág.l69 Sin una política econômica adecuada, el desarrollo integrado puede entorpecerse y dar lugar a tensiones graves. Por eso es indispensable buscar la ampliación de la capacidad adquisitiva de las grandes mayorías de la población, ccmo medio principal para alentar los procesos de indus­ trialización y sustitución de importaciones, cuyas bases se encuentran en los acuerdos de integración. Sobre el particular cabe advertir que el impacto dinámico atribuible a la desviación del comercio y a la complementariedad de la oferta derivados del establecimiento de la zona de libre comercio, tendrá que ir agotándose gradualmente hasta un punto en el que las posibilidades del desarrollo integrado dependan de la elevación del ritmo de expansión de la demanda interna, los desequilibrios externos exigen, además, el establecimiento de una política más activa y decidida en materia de sustitución de abastecimientos que debiera enfocarse no sólo a las manufacturas, sino también al sector agrícola para tratar de des­ plazar las compras de terceros países, aumentar el grado de procesamiento de múltiples artículos primarios y aprovechar las materias primas y los recursos naturales de la región. El cambio gradual de la pauta de desarrollo de las economías centro­ americanas iniciado por el Mercado Común, y la superación de sus deficiencias dinámicas de crecimiento a base de crear polos internos de desarrollo, se encuentran por lo tanto cada vez más directamente relacionados con la flexibilidad del sistema económico para remodelar y expandir la demanda, mejorar la distribución del ingreso y definir arreglos de producción que satisfagan los intereses de los países miembros. Para todos esos fines parece ineludible la necesidad de mejorar el funcionamiento del sector agropecuario* En consecuencia este sector se desenvuelve con dificultad dentro de un marco inflexible de relaciones económicas y de organización que restringe la capacidad potencial de oferta y, en especial, la absorción de la mano de obra, lo que explica en buena parte el fenómeno de la marginalidad social de los /cqmpbsinos Pág. 170 campesinos. Como el 65 por ciento de la población vive de las actividades rurales y de esa cifra alrededor del 35 por ciento se encuentra práctica­ mente fuera de la economía de mercado, se pueden comprender las repercu­ siones positivas de los programas que lograsen romper los moldes actuales del desarrollo de la agricultura centroamericana, no sólo para esa actividad sino para toda la econcmía regional* Desde otro punto de vista, la importancia del problema del subempleo y de las presiones demográficas merece algunas reflexiones. La subocupación creciente de la mano de obra puede deberse a una combinación de varias causas entre las que sobresalen la explosión demográfica y las tendencias de la tecnología moderna, además de factores .institucionales que afectan especialmente al sector agrícola. Aparte de las tensiones sociales que ha venido creando en cada país, ha dado lugar igualmente a dificultades de significación a nivel centroamericano. En efecto, los obstáculos con que ha tropezado el establecimiento de un régimen de libre movilidad de la mano de obra no han permitido sentar las bases para eliminar las distorsiones en los costos de cada país, ampliar las oportunidades de empleo y servir de punto de apoyo a nuevos avances en la integración económica. intensidad de La diferente las presiones demográficas sobre los recursos — aparte de otras influencias— está ahondando las disparidades de los niveles de remu­ neración al trabajo^, es decir, acentuando imperfecciones del mercado regio­ nal de la mano de obra. Las mismas presiones demográficas han dado lugar, por otra parte, a corrientes migratorias a través de las fronteras que,como se ha visto, han llegado a traducirse en serios conflictos internacionales. Aunque el origen de tales fenómenos es, sin duda, de carácter estruc­ tural, las tensiones pueden disminuirse si se estudian con detenimiento y se celebran con oportunidad acuerdos regionales para resolver los problemas en términos del interés comunitario. Ello serviría además, como apoyo y complemento de las reformas internas que necesariamente habría de hacerse en cada país. Si bien gran parte de los excedentes de mano de obra rural podrían absorberse a nivel nacional mediante cambios en la política agrícola, y Ob sérvese, ccrno comprobación parcial la estrecha correlación que existe entre grado de subocupación y tasa de salarios en el campo. En El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, el subempleo alcanza cifras de 50, 30 y 3 por ciento, respectivamente y los salarios mínimos son de 0.90, 1.00 y 1.54 pesOf centroamericanos, en dichos r países. / , ' • /en aigles Pág.171 en algunos países y zonas ni siquiera fórmulas óptimas de utilización de los recursos podrían equilibrar la oferta y la demanda de trabajo. Así pues, sólo una visión limitada de las dificultades localizadas en i n o determinado país puede llevar a catalogarse como de estricta competencia nacional. Con tales criterios se obstruirían posibles caminos de solución y se debilitarían las bases mismas del Mercado Común. En suma, hay clara evidencia de las ventajas de concretar compromisos mínimos dentro del sector agropecuario a través de las etapas y con las características que se consideren más convenientes. Dichos compromisos deberían referirse al diseño de planes de acción uniformes en materia de reforma agraria, a los sistemas de organización de la agricultura, a la ordenación programada de las corrientes migratorias internacionales y a la modernización de las legislaciones de protección del trabajo rural con base en un criterio regional. Esos avances servirían de punto de partida para iniciar el diseño de programas de especialización y complementación regional de la producción agrícola que, a su vez, permitirían poner en práctica meca­ nismos más ágiles para estabilizar los mercados de trabajo y resolver el problema de la movilidad de la mano de obra en el Mercado Común Centroamericana, /Anexo A Anexf) APROCEDIMIENTO QUE SE SIGUE EN TEES PAISES CENTROAMERICANOS PARA ESTIMAR LOS VALORES BRUTOS DE LA PRODUCCION AGROPECUARIA /La estimación Pág. 175 La estimación de los valores brutos de la producción se realizó temando en consideración: 1. Superficie y producción de diversos productos agrícolas, según su disponibilidad en los censos agropecuarios de los países. Se refieren a los anos I96I a 1963 según sea el caso. 2. Precios de los diferentes productos, de fuentes diferentes. Se refieren generalmente a cifras de 1966, 3. Valor de la producción de carne y leche, también para 1966. 4. Las estimaciones se realizaron según tamaño de las fincas. En el caso de la producción pecuaria (carne y leche), se distribuyó entre los grupos de tamaño por la existencia total de ganado en cada grupo, baje el supuesto de que la extracción de carne y producción de leche es igual en todos los grupos de tamaño y proporcional al número de animales. 5. Las estimaciones sobre el valor bruto por unidad de superficie se basan en las cifras de Ips cuadros 2 y C-6. El Salvador 1. La producción de los cultivos seleccionados aparece en el cuadro A-l. 2. Los precios aplicados a la producción aparecen en el cuadro A-2. 3. Los valores de la producción de carne de res y de cerdo se obtuvieron por el procedimiento antes indicado, tonando ccrno base la información presentada en El Salvador en gráficas. 1966 (Dirección General de Estadís­ tica y Censos 1967). 4. La producción de huevos y leche, en este caso, se obtuvo con base en la producción de un día reportada en el censo; se estimó la producción anual y se aplicaron los valores unitarios que aparecen en el cuadro A-2. 5. La superficie dedicada a cada uno de les productos aparece en el cuadro A-3. Nicaragua 1. La producción de los cultivos seleccionados aparece en el cuadro A-4» 2. Los precios aplicados a la producción aparecen en el cuadro A-5. 3. Los valores de la producción de carne y leche se obtuvieron del Plan Nacional de Desarrollo. /4. La existencia Pág. 176 4» La existencia de ganado aparece en el cuadre A-6. 5. La superficie dedicada a cada uno de los productos aparece en el cuadro A-1. 7 Costa Rica 1. La producción de los cultivos seleccionados aparece en el cuadro A-8. 2. Los precios aplicados a la producción aparecen en el cuadro A-9. 3. Las cifras sobre el valor de la producción de res y cerdo provienen del cuadro A-9. 4. La superficie dedicada a cada uno de los cultivos aparece en el cuadro A-10. 5. La superficie agrícola, pecuaria y agropecuaria aparece- en el cuadro C-7. 6. Los valores absolutos de la producción por productos aparece en el cuadro A-ll. /Cuadro A-l Pág. 177 Cuadro A -l EL SALVADOR; Producto PRODUCCION DE DETERMINADOS CULTIVOS SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS, I9 I 6 Total Microfincas Subfamiliar Familiar - Í U á I&a U á &C-Ím Medianc Grande Maíz nacional 82 447.9 16 729.7 41 583.6 11 312.9 5 590.0 7 2 31.7 Maíz híbrido 35 424.2 331.0 2 7 OO .2 3 580.1 6 115.8 22 697.1 Maíz asociado con maicillo 99 871.0 19 753.7 56 460.9 14 025.9 5 222.9 4 407.6 Maíz asociado con frijol 13 310.3 2 634.7 6 565.4 2 131,7 883.7 1 094.8 Frijol 13 484.1 2 015.4 7 209.6 1 987.1 929.3 1 342.8 7 701.4 1 594.2 3 704.8 1 124.7 519.2 758.4 11 464.3 1 621,9 6 140.8 1 665.3 802.5 1 233.9 114 947.2 24 285.9 65 401.6 16 147.2 5 I43.2 3 969.2 390.6 11.4 238.7 81.6 21.3 37.5 96.4 5.4 60.7 22.6 3.9 3.6 646.7 14.2 265.1 318.7 22.2 26,3 17 519.1 1 051.9 8 737.0 3 449.8 2 144.1 2 136.4 Café oro 100 284.7 1 139.6 9 272.8 22 893.6 33 006.3 33 972,4 Caña de azúcar 595 516.0 11 081.0 142 655.0 124 588.0 89 735.0 91.9 5 671.7 12 095.1 24 975.0 46 901.3 1 115 392 115 821 327 841 280 585 172 424 218 721 Ganado porcinfre 351 378 88 126 190 954 47 755 19 471 5 072 Huevos**' á Lecher-^ 770 857 207 142 369 839 112 858 61 855 19 163 621 031 78 946 163 907 140 347 111 993 125 838 De consumo interno^ Frijol asociado con maíz Maicillo Maicillo asociado con maíz Ajonjolí Cacahuete Tabaco Arroz oro De exportación^ Algodón rama 91 683.0 225 509.O Productos pecuarios Ganad» vacuno^ _ , / Fuente: CIDA/CAIS, con base en el Censí Agropecuario de 1961. Toneladas métricas. )¡J Existencia total, e/ Producción de un día (número de huevos). ¿/ Producción de un día (número de litros). /C uadre A— 2 Psg. 17a Cuadro A -2 EL SALVADOR: Producto Algodón (rama) Ajonjolí Arroz (oro)^ PRECIOS PAGADOS AL PRODUCTOR, I966 Valor (colones) 23.60 24.00 <9,42 Unidad Quintal • Quintal Kilo 19.00 Quintal Quintal Café (oro) 30 .OO 69.00 Quintal Caña de azúcar 15 .C0 Tonelada corta 16.50 Tonelada 20.00 Quintal Cacahuete Frijol solo Huevos 0.08 V/ Cada uncr' Leche 0.28 Litrcr^ Maíz híbrido Quintal Maicillo 8,00 7.00 Quintal Maíz nacional 8,00 Quintal 102.18 Quintal Tabaco Fuente: Banco Hipotecario de El Salvador, BID, CIDÀ. El Crédito agrícola en El Salvador. San Salvador, 1966. a/ Estimado. b/ Consejo Nacional de Planificación y Coordinación Econó­ mica y Ministerio de Agricultura y Ganadería. Plan quinquenal de desarrollo agropecuario. 1965/69. Vol. I "Costos de producción", San Salvador, 1964* /Cuadro A-3 Pág. 179 Cuadro A-3 EL SALVADOR: SUPERFICIE BRUTA TRABAJADA EN CULTIVOS SELECCIONADOS SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO, I9 I 6 ( 5 Hectáreas) . Total Microfincas .....Grupos de tamaño ' Multifamiliar Sub­ ’ Familiar Grande familiar Mediano Superficie total cultivada 986 778 50 574 165 196 84 713 72 047 112 267 Total ¡ú x m . 4.9,235 169 380 7 9 524. . 68 581 106 920 De consumo interno 275 818 46 700 145 602 37 682 16 297 29.J2Z Maíz criollo 77 832 16 784 39 778 10 601 4 554 6 115 Maíz híbrido 18 812 159 1 166 1 511 2 379 117 679 22 433 71 294 15 161 4 776 4 015 Maíz con frijol 12 847 2 412 6 825 1 968 728 914 Frijol 20 478 2 771 11 679 3 092 1 243 1 693 Arroz 13 264 712 6 560 2 590 1 562 1 839 Maicillo 10 081 1 206 5 302 1 502 788 1 232 Ajonjolí 614 19 362 139 35 59 Cacahuete 114 5 68 28 7 5 Tabaco 763 16 332 359 24 31 5 336 183 2 236 731 201 1 986 De exportación 197 891 2.535. 23 778 4L-SL2. 52, 284. Café 139 020 2 289 18 678 34 086 39 538 11 _ . m 44 429 Algodón 43 936 48 2 124 5 274 10 870 25 620 Caña 14 935 2 198 2 976 2 552 1 876 7 334 Producto Maíz con maicillo Henequén U 598 Distribución porcentual dentro d . cada .£ruRr o, De consumo interno 100.0 16.9 52.8 13.7 5.9 10,7 De exportación 100.0 1*3 12.0 21.2 26.4 39.1 Total 100.0 10.4 35.7 16.8 14.5 23.6 Fuente: CIDA/CAIS , con base en Censo Agropecuario,r /Cuadro A-4 Pág. 180 Cuadro A-4 NICARAGUA: PRODUCCION DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS POR TAMAÑO DE LAS FINCAS, 1963 MultifaaáliarGrande Median® Microfincas Subfamiliar 10 392 078 3 260 493 9 3fc8 1 214 466 1 691 124 4 979 512 12 497 648 5 932 815 906 913 642 229 710 4 489 391 6 73 546 333 049 1 378 871 604 506 738 29 307 102 850 1 295 303 2 703 919 349 836 522 282 Caña de azúcar^ 1 011 168 Arroz (oro) 504 238 1 278 170 081 12 034 ■ 176 167 161 695 13 061 60 322 301 438 637 347 113 592 105 094 167 321 116 884 Cultivos Total Total Maíz Algodón (rama) Cafó (oro) Frijol 27 1 347 Familiar 121 775 Fuente: CIDA/CAIS, Nicaragua: Características generales de la utilización y distrtfcu.Sife.de,ja tierra. (Pre Preliminar), ¡y Toneladas, Cuadro A-5 NICARAGUA; PRODUCCION, VALOR T PRECIOS DE PRODUCTOS SELECCIONADOS, 1962 Valor bruto (miles de córdobas de 1958) Producto Producción (quintales) Maíz 3 260 493 55 754.4 17.10 Frijol 522 282 33 567,1 64.27 Arroz (oro) 504 238 22 322.6 44,27 4 489 391 269 363.5 60,00 604 506 186 592.9 1 011 168 35 390,9 308.67 35.00 - 337 558.0 - Algodón (rama) Café (ora) Caña de azúcar (tonelada) Ganado vacuno Fuente: CIDA/CAISj Nicaragua: Precio (quintales) ' Características generales de utilización v dis­ tribución de las tierras.(Preliminar), /Cuadro A-6 Pág. 181 Cuadro A-6 NICARAGUA: DENSIDAD DE POBLACION BOVINA POR MANZANA EN PASTOS SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS, I963 Cabezas p o r manzana Cabezas Por­ ciento Pastos (manzanas) 1 251 763 100.0 2 535 106 0,49 Microfincas 114 0,0 13 8.80 Subfamiliar 56 185 4.5 44 625 1,26 Familiar 184 148 14.7 237 374 0.78 kultifamiliar mediana 543 162 43.4 970 688 0.56 Multifamiliar grande 468 154 37.4 1 282 406 0.37 Grupo de tamaño T^tal Fuente ; C I D A / C A I S , Nicaragua: Características generales de utilización y distribución de las tierras.(Preliminar.) /Cuadro A-7 Pág. 182 Cuadro A-7 NICARAGUA; Producto SUPERFICIE DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO, 1962/63 Total Microfincas Grupos de tamaño Multifamiliar Sub­ Familiar Mediano Grande familiar Manzanas Total 633 602 780 33,.m . 13.2.622 296 543 102.603 De consiaao interno 331 563 612 ñiim 34.J1.6 128 526 24 131 Maíz 247 260 447 60 035 69 308 100 894 16 576 Frijol 57 090 138 18 168 19 373 17 867 1 544 Arroz 27 213 57 5 545 5 835 9 765 6 011 138 10 231 38.181 168 017 85 472 Algodón 392,039 137 156 1 2 950 12 242 81 166 40 797 Café 135 509 133 6 570 23 017 76 558 29 231 29 374 4 711 2 922 10 293 15 444 Orientados a la exportación Caña de azúcar Porcentajes del área de cada cultivo 100.0 0.1 14.8 21,0 46,8 17.3 Maíz 100.0 0.2 24.3 28.0 40.8 6.7 Frijol 100.0 0.2 31-8 34.0 31.3 2.7 Arroz 100.0 0.2 20.4 21.4 35.9 22.1 Algodón 100.0 0.0 2.2 8.9 59.2 29.7 Café 100.0 0.1 4.8 17.0 56.5 21.6 Caña de azúcar 100.0 0.0 2.4 10,0 35.0 52.6 lalsl De nonsumo interno Orientados a la exportación Fuente: CIDA/CÀIS, basado en Censo Agropecuario. /Cuadro A-8 Pág* 183 Cuadra A-8 COSTA RICA: Producto Consumo interno Arroz oro Frijol Maíz Tabaco Yuca Cebolla Repollo Tcmate / Plátano (solo)^ Piña b/ Naranja b/ Coco b/ Papa ç/ De mayor comerciali­ zación ,/ Algodón-' Banano a/ Café Cacao Cafa de azúcar e/ Productos pecuarios Ganado vacuno f/ Ganado porcino f/ Huevos e/ Leche PRODUCCION DE DETERMINADOS CULTIVOS SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS, 1963 Unidad Quintales Cajuelas Fanegas Quintales Quintales Quintales Quintales Quintales Racimos Cientos Cientos Cientos Cargas Total 868 1 084 158 28 13Ó 37 35 37 3 830 279 2 224 192 20 136 340 215 691 945 808 109 291 Subfamiliar 406 972 389 126 71 193 32 14 23 19 11 22 394 127 619 18 5 543 803 216 926 037 154 203 159 243 022 888 499 066 Quintales 44 478 Racimos 13 396 184 Fanegas 1 056 862 Quintales 343 133 Toneladas 1 178 025 324 184 15 86 47 182 432 209 588 Cabezas Cabezas Piezas Botellas 44 25 153 35 048 180 057 585 1 051 145 345 533 903 094 322 434 082 Grxroos de tamaño Mu lti.familiar Familiar Grande Mediano 196 608 892 095 418 740 495 555 70 660 8 157 369 438 53 3 46 2 9 3 1 699 62 755 49 6 765 443 315 930 229 095 810 332 167 543 323 189 662 388 1 412 699 305 427 43 800 212 074 18 4 151 399 91 372 457 111 883 479 62 73 259 043 611 828 459 429 010 62 200 10 330 64 884 15 14 11 1 193 87 710 169 48 111 111 793 317 671 309 130 374 23O 22C 23 784 10 484 5 2 795 669 543 2 139 54 25 7 508 167 192 506 586 192 120 992 989 358 210 9 214 6 878 126 729 3 / Racimos. b/ c/ 0/ a/ í/ ¿/ 5 1 382 753 346 206 041 241 Cientos. Cargas. Desmotado. Toneladas métricas Existencia. Producción diaria. /Cuadr® A-9 Pág. 184 Cuadro A-9 COSTA RICA: PRECIO DE PRODUCTOS SELECCIONADOS Precio (colmes) Productos ' Unidad^ Arroz Quintal 55.49 Frijol Quintal 47.23 Maiz Quintal 19.75 Papa Carga 631.00 Tabaco Quintal 170.00 Yuca Quintal Algodón desmotado Quintal Cebolla Quintal Repollo Quintal 12.00 . 150.68 25.00 10.00 Tomate Quintal 60.00 Plátano Racimo 3.00 Banano Racime 14.17 Piña Pieza 0.60 Naranja Ciento Coco Ciento 5.00 50.00 Café Fanega 277.54 Cacao Quintal 123.80 Caña de azúcar Tonelada Huevos Millar 233.33 Leche Millar de botellas 601.90 Ganado vacuno Cabeza 47.84 Ganado porcino Cabeza 159.87 a/ - 45.50 Un quintal = 100 libras. /Cuadro A-10 Cuadra A-iO COSTA RICA: Producto SUPERFICIE DE LOS ERINCIPALES CULTIVOS SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS, 1963 Total Sub­ familia r Grunns de tamaño Multifamiliar .. Familiar Grande Median® Manzanas Total 482 744.8 72 677.4 De consumo interno Arroz; Frijol Maíz Tabaco Yuca Cebolla Repello Tomate Plátano Piña Naranja Coco Papa 234 72 62 75 2 3 34 6 11 14 1 950.7 223.4 677.4 898.6 074.6 277.6 150 312.9 1 482.9 909.4 2 579.3 2 479.4 154.3 335.4 469.7 553.8 095.9 578.0 145.5 92.8 186.9 1 210.8 375.0 169.9 378.4 565.2 84 366.3 18 640.3 25 647.5 30 850.5 729.2 1 522.8 130.5 117.6 108,6 3 702.9 609.6 De mayor comercialización 247 794.1 Algodón 4 542.3 36 548.6 Banano Café 116 378,0 Cacao 54 170.8 Caña de azúcar 36 154.4 35 520.1 6.9 1 095.1 25 433.3 4 986.3 3 998.5 65 946.6 53.7 5 783.1 37 481.6 13 900.6 8 757.6 303.3 310.6 327.1 10 424.1 314.9 910.9 1 081.0 174..,288*2 91 31 24 27 311.5 82 1 12 38 19 11 956.8 255.7 599.5 174.1 672.1 255.4 402.5 194.5 011.4 249.0 1 102.3 22.4 100.0 26.1 4 274.2 455.3 331.7 1 060.0 801.8 85 I66.2 22 15 1 3 095.6 545.2 365.7 482.9 0.5 74.5 4.6 0.5 5.5 1 236.2 26.0 92.9 230 .O 3 I .4 63 3 17 15 15 12 370.6 '226.0 070.8 311.0 611.6 142.9 Porciento del área de cada cultivo De consumo interno Arroz Frij ol Maíz Tabaco Yuca Cebolla Repollo Tomate Plátano Piña Naranja Coco Papa 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 15.82 8.47 18.50 19.17 52.82 De mayor comercialización Algodón Banano Café Cacao Caña de azúcar 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 14.33 14.64 46.46 47.97 43.03 37.86 34.20 35.52 41.29 34.63 35.32 43.60 38.87 43.90 38.60 35-60 12.00 33.63 7.48 32.00 7.98 41.00 31.06 36.47 41.10 32-34 26.61 1.18 15.82 32.18 25.66 24.22 33.49 27.65 34.47 32.80 36.31 31.13 29.88 57.19 11.52 25.58 18.68 14.67 22,80 0.13 3.00 21.86 9.21 11.6 35.91 22.81 4O .92 40.65 35.15 9 .4O 2.1,22 7.98 4.58 O .03 2.2? 1.52 0.06 0.77 11.86 1.77 10.22 8.91 9.28 25.57 41.22 46.71 13.16 28.82 33.59 /Cuadre A-li Cuadro À-ll COSTA RICA: VALOR BRUTO DE LA PRODUCCION DE CULTIVOS SELECCIONADOS, SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO (Milea.de cnlones) Granos de tamaño Multifamiliar Familiar Médiane • Grande Producto Total Sub­ familiar Total agrunecuarío 88/2 2Z5 102.528 197 851 2?5.,322 260 509 226 1., 5 4 5.. , 3 148 040 229 111 213 ,532 24 3 2 4 2 52 294 20 518 6 625 8 087 583 555 52 98 200 5 098 38 3 777 2 459 4 204 19 971 12 775 349 1 590 1 34 17 23 1 631 1 50 545 Total agrícola De consumo interno Arroz Frijol Maíz Tabaco Yuca C ebolla Repollo Tomate Plátano Pina Naranja Coco Papa 143 48 16 23 4 1 11 9 12 713 173 384 997 877 644 945 351 238 493 167 125 619 700 De mayor comercialización Algodón Banano Café Cacao Caña de azúcar 522 6 189 229 42 53 513 701 824 908 480 600 40 1 3 7 594 121 883 940 Total pecuaria Ganado vacuno Ganado porcino Leche Huevos 220 50 23 117 29 648 284 233 113 419 26 2 4 7 13 985 107 026 817 035 2 U 1 1 3 3 4 998 970 928 886 537 276 479 112 330 183 76 099 925 197 46 10 6 9 1 3 3 3 5 450 910 482 454 756 779 397 141 685 581 52 553 533 147 101 590 58 20 018 66 442 5 423 9 649 49 8 7 24 9 811 123 724 454 510 696 2 702 152 176 2 58 86 11 16 817 781 821 990 282 143 193 3 106 36 23 23 561 85 ' 391 355 892 068 96 22 10 57 6 216 917 010 001 288 47 17 1 27 037 137 473 841 586 Fuente: Ban en Central, Estimaciones del valer de la producción agropecuaria., .julio 1262. Pág. 187 * • n Anexo B PROCEDIMIENTO QUE SE SIGUE EN TRES PAISES CENTROAMERICANOS PARA ESTIMAR LA ABSORCION DE MANO DE OBRA DE LAS ACTIVIDADES AGROPECUARIAS /Para estimar Pág. 189 Para estimar la mano de obra que es absorbida por las actividades agro­ pecuarias: 1. Se obtuvieron las estimaciones disponibles sobre los requisitos de mano de obra de los diversos cultivos, que en algunos casos fueron ajustadas. Estas, en casi todos los casos, reflejan la utilización de las técnicas agrícolas predominantes ccmo el empleo de bueyes, recolección manual, etc,. Ko se supone el uso de maquinaria. 2. Estas estimaciones fueron aplicadas a la información censal disponible sobre la superficie dedicada a cada una de las actividades. Se supone que el nivel tecnológico, en cuanto a empleo de nano de obra, es igual en todos los grupos de fincas, 3. Las cifras fueron estimadas originalmente con base en días-nombre, (jornada de 8 horas). Posteriormente se estableció el cálculo con base en años-hombre (compuesto por 280 días-hombre por año). Estos conceptos se refieren a la capacidad de trabajo de un hombre adulto, 4. Los cálculos se han realizado también con base en la absorción por unidad de superficie. Esta información aparece en el cuadro C-6, El Salvador 1. Los requisitos de mano de obra de los cultivos aparecen en el cuadro B-l. 2. Los requisitos de mano de obra de la ganadería se basaron parcial­ mente en estimaciones presentadas en el estudio La ganadería en El Salvador, situación actual. Ministerio de Agricultura de El Salvador. Se basan en los siguientes supuestos: a) Todos los animales, salvo las vacas de ordeña, requieren un promedio de 3.ó días-hombre por cabeza por año. b) Las vacas en ordeña requieren un promedio de 20 días-hombre por año. Con estos supuestos, y tomando en cuenta el número de vacas en ordeña y el número total de cabezas en el país, se estimó en 6,7 el promedio de días-hombre por animal. /Cuadro B-l i Pág. 190 Cuadro B-l EL SALVADOR: Producto Arroz2/ / Algodón*/ / REQUISITOS DE MANO DE OBRA, POR HECTAREA, DE PRODUCTOS SELECCIONADOS Días-hombre necesarios por año Para la cosecha Porciento Total Total del total 97*24 35.75 36.75 97.88 86.66 88.54 , Ajonjolí2/ / Algodón2/ 77.93 29.31 37.61 156.58 86.51 55.25 Café 169.54 93.76 55.30 Caña de azúcar^/ t Cacahuete2/ i 100.14 67.68 67.58 I3 O.7 O 94.38 72.21 91.23 19.02 20,85 Frijol2/ c/ Ganado vacuno-*7 / Henequén2/ 9.58 - - 62.20 39.32 63.21 Maíz nacional2/ 58.72 11.52 19.62 Maíz híbrido2/ 73.67 30.77 41.77 Maíz asociado con maicillo §/ 84.31 21.45 25.44 Maíz asociado con frijol §/ 110.65 27.71 25,04 31.75 7.44 23.43 363,22 221.65 61,02 Maicillo^ t Tabaco2/ Fuente ; Banco Hipotecario de El Salvador: El crédito agrícola en el Salvador. Se emplea únicamente fuerza de trabajo animal, b/ Se emplea fuerza de trabajo mecánico en determinadas operaciones, c j Estimación. /3. La superficie Pág. 191 3* La superficie dedicada a cadà uno de los cultivos aparece en el cuadro A-3. 4. En vista de que la absorción de la ganadería aparece por unidad de superficie, se procedió, para llegar a esas cifras, a aplicar el coefi­ ciente antes indicado a la existencia total de animales dentro de cada grupo de tamaño. La cifra resultante se dividió entre la superficie dedicada a pastos que aparece en el cuadro C-6, 5. Los requisitos globales de cada uno de los cultivos aparecen en el cuadro B-l„ 6. El resumen de esos requisitos aparece en el cuadro B-2. Nicaragua 1. Los requisitos de mano de obra corresponden a las estimaciones que aparecen en el estudio: Nicaragua. 1962 2. Nemesio Parras, Tenencia de la tierra (Universidad de en Managua) y se resumen en el cuadroB-3* Los requisitos de la ganadería se basaron en las mismas estima­ ciones anteriores y fueron ajustados bajo los siguientes supuestos: a) El manejo de novillos, requieren un día-hombre por cada b) toros y vacas que no están en producción 100 animales. El manejo de vacas en producción requiere 5 días-hombre por cada 100 animales. c) El manejo de pastos, dadas las condiciones actuales, requiere un día-hombre por manzana. Con estos supuestos, y tomando en consideración la existencia total de animales reportada en el censo, se estimó el requisito global, que posteriormente fue dividido entre la superficie en pastos. A esa cifra por unidad de superficie se agregó un día-hombre, con lo que se obtuvo la cifra de 4.5 días-hombre por manzana. /Cuadro B-2 Pág. 192 Cuadro B-2 EL SALVADOR: REQUERIMIENTO DE MANO DE OBRA DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS Y GANADERIA, SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE U S FINCAS, 1961 (Afios-hombre) Producto Total Total agronecuario 20,9..335 Total agrícola 180 SOI De consumo interno^ 76 076 De explotación b/ 104 805 Microfinca Ganado vacuno 38 458 Grunos de tamaño Multifamiliar Subfa— Fami­ Mediano Grande liar miliar 61 667 41 338 31513 11.752 14 028 53 674 34 116 32 843 46 220 12 625 1 403 40 558 13 116 10 721 23 395 28 411 4 432 7 740 38 480 2 986 7 993 7 272 4 670 5 537 Fuente : CIDA/CAIS,estimaciones basadas en Estudio de crédito agrícola v Censo agropecuario, a/ Maíz, maicillo, frijol, arroz, henequén, tabaco, cacahuete y ajonjolí, b/ Café, algodón, caña de azúcar. Cuadro B-3 NICARAGUA: Producto Maíz Algodón Frijol Sorgo Arroz Ajonjolí Café Guineo Caña ESTIMACION DE REQUERIMIENTO DE MANO DE OBRA POR MANZANA DE PRODUCTOS SELECCIONADOS Días-hombre necesarios ñor año Total Para cosecha (2) (1) 32 72 38 50 54 32 160 / 80*/ 100 13 49 15 40 23 * 10 92 10 40 Fuente : CIDA/Ca IS, Nicaragua : Características generales de utilización y distribución de las tierras (preliminar). a/ La cifra ha sido ajustada y difiere de la fuente indicada. /3. La superficie Pág. 193 i 3 . la superficie dedicada a cada uno de los cultivos aparece en el cuadro A-7, 4. los requisitos globales para cada uno de los cultivos aparecen en cuadro B-4. 5. El resumen de los requisitos por grupos de tamaño aparece en el cuadro B-5. Costa Rica 1 » los requisitos de mano de obra se basan parcialmente en estimaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería, y en estimaciones del Instituto de Tierras y Colonización. No obstante, han sido ajustadas de acuerdo con estudios realizados en otros países y con las estimaciones de El Salvador y Nicaragua, los requisitos aparecen en el cuadro B-6 . 2 . los requisitos de la ganadería se estimaron con base en los supuestos de El Salvador, Como la ganadería costarricense recibe un cuidado algo mayor se estimó el requisito en 7 días-hombre por cabeza. 3 . la superficie dedicada a cada uno de los cultivos aparece en el cuadro A-10» 4. los requisitos de cada uno de los cultivos aparecen en el cuadro B-7. 5. El resumen de los requisitos aparece en el cuadro B-8 , /Cuadro B-4 Pág. 1 % Cuadro B-4 NICARAGUA: REQUERIMIENTOS DE MANO DE OBRA DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS Y GANADERIA, SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS, 1962 (Días-hombre) Producto Total Microfinca Grupos de tamaño Multifamiliar Sub­ P cUnxXicir Grande Mediano familiar Total agropecuario 55 170 639 45 313 4 707 692 9 587 159 22 694 816 13 135 659 Total agrícola 46 045 314 A4 378 4 245 634 8 125 464 23 557. 396 10 072 LL2 De consumo interno 11 551 242 22 626 2 910 934 3 269 120 14 304 1 921 120 2 217 856 4 434 864 3 228 608 913 698 530 432 Maíz 7 912 320 Frijol 2 169 420 1 469 502 5 244 690 384 736 174 678 946 58 672 3 078 299 430 315 090 527 310 324 594 34 494 072 21 752 1 334 700 4 856 344 19 122 532 9 158 744 9 875 232 72 212 400 881 424 5 843 952 2 937 384 4 676 960 Arroz Orientados a la exportación Algodón Café 21 681 440 Caña de azúcar 2 937 400 Ganadería vacuna 9 125 325 21 280 1 051 200 3 682 720 12 249 280 400 292 200 1 029 300 71 100 935 462 058 1 461 695 4 137 420 1 544 400 3 063 217 Fuente:CIDA/CAIf, Nicaragua- Características generales de utilización v distribu­ ción de las t;erras. (Preliminar.) a/ La cifra ha sido ajustada y difiere de la fuente indicada. /Cuadro B-5 \ Pág. 195 Cuadro B-5 NICARAGUA: REQUERIMIENTO DE MANO DE OBRA DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS a/ Y GANADERIA, SEGUN GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS, 1962 (Años-hqmbre) i ruuuuuo Producto Grupos de tamaño r U Lbli C iSub„ ... Multifamiliar ouu— Familiar Grande Mediano familiar Total AOUÜA iu crg Microfinca Total agropecuario Í2LP3.4 161 16 812 i L .m 98 910 46 912 Total agrícola I 64 444 158 15 162 29 019 84 133 35 972 41 254 81 10 396 11 675 15 839 3 263 123 190 77 4 766 17 344 68 294 32 709 32 590 3 1 650 5 220 14 777 10 940 De consumo interno Orientados a la exportación Ganadería vacuna Fuente: C I D A / C A I S , Nicaragua: Características generales de utilización v dis­ tribución de las tierras. (Preliminar.) a/ Frijol, maíz, arroz, caña de azúcar, algodón y café. Cuadro B-6 COSTA RICA: Producto Arroz Frijol Maíz Tabaco Yuca Plátano Coco Papa Algodón Banano Café Cacao Caña MANO DE OBRA REQUERIDA POR LOS PRINCIPAIES ■ PRODUCTOS AGRICOLAS Días-hombre por manzana 60 37 33 200 150 80 30 120 121 142 130 166 115 /Cuadro B-7 Pág. 196 Cuadro B-7 COSTA RICA: REQUERIMIENTOS DE MANO DE OBRA, POR LOS PRINCIPALES PRODUCTOS AGRICOLAS Y DE GANADERIA, SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS (Días-hombre) Productos Total Subfamiliar 6 825 256 6 516 920 Total agropecuario 52 648 945 Total agrícola 45 291 287 De consumo interno Arroz Frijol Maíz Tabaco Yuca Plátano Coco Papa 11 272 516 4 333 404 2 319 064 2 504 653 414 920 491 640 833 928 77 379 297 528 1 763 698 380 124 424 379 480 275 219 180 De exportación Algodón Banano Café Cacao Caña 34 018 549 5 189 15 129 8 992 4 157 4 75 O 222 e/ l Ganadería vacuna-' 771 619 901 140 354 757 7 357 658 86 700 96 864 11 352 67 824 835 Tamaño de las fincas Multifamiliar Familiar • Mediano Grande 112 562 19 190 762 12 520 365 12 924 011 15 837 461 10 012 895 4 373 819 1 902 150 895 196 891 376 49 800 165 345 3 U 936 31 800 1 219 018 3 912 1 118 948 1 018 145 228 296 27 129 981 418 958 066 840 420 232 327 720 9 011 030 6 498 821 200 155 504 3 306 329 4 868 708 827 726 459 828 3.08J26 1 188 551 2 307 500 1 007 124 96 216 11 463 151 1 789 4 962 3 265 1 294 642 940 129 633 569 371 1 153.. m 932 712 50 531 114 936 100 11 175 98 896 6 900 3 768 8 793 877 390 346 2 424 068 1 991 470 2 591 559 1 396 434 2 507 470 Fuente : Ver texto del anexo B. §7 Siete días-hcaabre por cabeza. /Cuadro B-8 Pág. 197 Cuadro B-8 COSTA RICA: REQUERIMIENTOS DE MANO DE OBRA POR LOS PRINCIPALES PRODUCTOS AGRICOLAS Y DE GANADERIA SEGUN TAMAÑOS DE FINCAS (Años-hombre Tamaño de las fincas . Multifamiliar Familiar Mediano Grande Total Sub­ familiar Total agropecuario 188 028 24-2.25. 50 402 68.m . A4 712 Total agrícola 161 751 22.2.74 6 310 1 358 1 516 1 715 783 310 346 40 46 157 56 563 222Z2Z 13 972 3 994 3 389 15 620 6 793 3 197 3 133 4 3,52 , 3 331 180 410 Productos De consumo interno Arroz Frijol Maíz Tabaco Yuca Plátano Coco Papa De exportación Algodón Banano Café Cacao Caña Ganadería vacuna 40-252 15 476 8 282 8 944 1 482 3 636 521 816 1 058 178 - 242 98 463 114 344 40 353 25 13 32 115 14 849 16 964 3 555 11 808 2 956 1 642 32 182 23 2 933 17 388 8 241 3 597 40,242 543 6 390 17 724 11 663 4 623 31 405 1 394 8 657 7 112 9 255 4 987 26 277 1 101 4 245 11 976 8 955 1 756 2 978 277 1 062 121 ¿.94 1 963 18 535 54 032 590 1 221 Fuente : Ver texto de este anexo® a/ Año de 280 días» /Anexo C % * i Pág. 19$ « * Anexo G INF GEMACION ESTADISTICA . r /Cuadro C-l f e * > I Pág. 201 Cuadro C - l CENTROAMERICA: PARTICIPACION DE LA POBLACION RURAL T URBANA W EL TOTAL, POR PAISES, Y SUS TASAS DE CRECIMIENTO ANUAL, 1950-66 (Porciento) « Población rural 1950 1966 Población urbana 1950 1966 Tasa anual de crecimiento Total Rural Urbana Centroamérica 69 65 31 35 3.0 2.6 3.7 Guatemala 69 65 31 35 2.9 2.5 3.6 El Salvador 63 61 37 39 2,8 2.5 3.3 Honduras 80 75 20 25 2.9 2.5 4.5 Nicaragua 65 58 35 42 2.9 2,2 4.2 Costa Rica 67 65 33 35 4.0 3,9 4.3 Fuente:CIDA/CAIS, con base en cifras censales de los países y estimaciones propias. Cuadro C-2 CENTROAMERICA: GRADO DE PARTICIPACION DE LA POBLACION ECONOMICAMENTE ACTIVA POR ACTIVIDADES Y DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO POR SECTORES, 1950-66 (Porciento ) ; 1966_______ Sectores de 1950_____ . actividad Producto a/ Población b/ Producto Población : _ Tasa de crecimiento—' Producto Población 100.0 100,0 100.0 100.0 5.2 2.3 Agropecuario 37.3 65.0 29.7 62.3 3.8 2.0 Industria 12.2 11.4 16.3 12.1 7.2 2.7 Otros 50.5 13.6 54.0 15.6 5.7 2.8 TotaT sj b/ sJ Producto interno bruto en dólares de 1963, Población económicamente activa calculada con base en cifras censales» Anual, /Cuadro C-3 Pág. 202 Cuadro C-3 CENTROAMERICAí PRODUCTO INTERNO BRUTO POR HABITANTE,1950-66 (Pesos centroamericanos a precios de 1963) Tasa de crecimiento anual Del producto Del producto por habitante total País y región 1950 1966 Centroamérica 227 308 1.9 5.2 Guatemala 250 322 1.6 4.7 El Salvador 194 269 2.1 5.2 Honduras 194 218 0.7 4.3 Nicaragua 216 333 2.8 5.9 Costa Rica 295 453 2.7 6.9 Fuente: CIDA/CAIS. con base en cifras oficiales de los países. Cuadro C-4 CENTROAMERICA: PRODUCTO GENERADO POR PERSONA ECONOMICAMENTE ACTIVA, EN CADA SECTOR DE ACTIVIDAD, 1950-66 (Pesos centroamericanos a precios de 1963) Sectores de actividad ,ocn 195 1966 Tasa de creci­ miento anual Total 685.2 1 108.3 3.0 Agropecuario 379.9 501.1 1.8 Industrial 754.9 1 503.4 4.4 1 491.0 2 394.7 3.0 Otros sectores Fuente: CIDa '/CAIS, con base en cifras oficiales de los países. /Cuadro C-5 . í Cuadro G-5 CENTROAMERICA: GRADO DE PARTICIPACION DE LAS INDUSTRIAS TRADICIONALES Y DE OTRAS INDUSTRIAS EN EL PRODUCTO BRUTO INDUSTRIAL TOTAL, 1950-62 (Porciento) Concepto 1950 Otras Industria / tradicional-^ industrias 1962 Industria ' Otras tradicional industrias Centroamérica 77 23 . 74 26 Guatemala 80 20 76 24 El Salvador 82 18 76 24 Honduras 55 45 73 27 Nicaragua 79 21 78 22 Costa Rica 69 31 63 37 Fuente: Evaluación de la integración económica centroamericana. (Ë/CN.12/ 762 ), anexo estadístico a j Incluye: industrias de productos alimenticios; bebidas, tabaco; fabricación de textiles, de calzado, prendas de vestir y otros artículos confeccionados con productos textiles» /Cuadro C-6 Pág. 204 Cuadro C-6 CENTROAMERICA: CONCENTRACION DE LA TIERRA, SEGUN TAMAÑO DE FINCA, 1950 (Superficie en manzanas) País Total Microfinca Subfamiliar Familiar Multifamiliares Mediano Grande Centroamérica Fincas Superficie 970 980 20 322 610 233 793 140 956 348 690 5 320 799 74 270 40 950 146 049 3 288 970 54 325 7 228 916 4 724 7 807 702 233 800 33 040 721 580 716 144 7 060 1 669 525 2 172 600 532 089 1 856 066 Guatemala Fincas Superficie 520 El Salvador Fincas Superficie 226 896 2 261 441 107 054 87 752 100 245 15 235 407 270 466 257 3 335 447 879 1 027 852 283 120 4a 427 462 47 089 948 357 10 164 1 128 177 66? 948 936 27 976 614 135 2 408 618 2 248 311 12 972 1 574 717 1 015 1 585 572 Honduras Fincas Superficie 178 361 3 452 932 Nicaragua Fincas Superficie 102 201 2 258 5 461 162 1 328 49 678 188 770 114 832 50 211 10 926 110 984 20 794 1 495 Costa Rica Fincas Superficie Puent,p » r T / ^patc ini 3 826 276 27 925 22 709 544 077 /Cuadro C-7 Cuadro C-7 CENTROAM ERICA: UTILIZACION O LAS TIERRAS EN FINCAS E (Manianas) Superficie Superficie agropecuaria______________ En cultivos_____________ En pastos Perma­ Descanso nentes Temporales Total Naturales País y grupos de tamaño N O agrícola Total Total Montes Sembrados y bosques 973 251 2 2 7 7 950 i 194 259 121 629 294 780 927 929 809 121 |6 042 408 93 114 228 373 356 1 464 578 2 225 916 5 868 522 6 483 392 991 719 1 608 299 1 O I 818 6 36 118 3 .779 232 108 756 538 535 1 564 245 221 776 356 *43 1 567 696 218 939 77 246 93 272 I 33 462 67 399 0 16 853 429 co 5/ Centroamérica *2 01 ! Tota! . II? 730 25 021 222 297 1 149 018 1 243 124 101 174 496 885 1 92I 140 2 781 782 571 606 1 571 903 12 957 151 777 594 189 8(2 980 M .T Ü 401 168 251 756 452 435 2 639 795 875 262 286 669 327 315 26 I 278 1 338 063 766 457 78 104 39 320 75 841 33 182 5 602 52 663 128 7 I 9 17 429 117 979 74 294 20 695 I64 980 616 610 535 778 344 899 286 15O 3 266 47 00 f 2 7 I 711 249 628 248 504 857 708 708 369 149 341 2 022 5 304 70 432 189 604 I60 6 962 26 414 329 854 Microf incas Subfamillares Fami lla re s M ultifamiliar mediano MuJtifami1iar grande 110 544 1 574 1 385 572 5542 10 472 17 876 El Salvador 2 261 442 137 626 2 123 816 938 370 232 672 457 194 87 752 407 270 10 289 21 409 17 723 20 076 68 129 77 465 385 86 i 70 951 287 °5° 62 774 198 413 448 534 425 804 784 I 52 197 457 152 265 230 648 6 155 37 818 56 393 4 844 137 1 777 610 38 752 677 875 38 752 593 509 Mic ro f incas Subfami 1 lares Famil i ares H u ltifam iliar mediano Multifam iliar grande ¿-2E 38JL I 47 122 515 013 1 195 063 1 396 670 3 815 350 596 2 639 460 I 72 144 737 310 2 344 079 Costa Rica 099 118 856 650 3 253 868 3 I3 107 639 596 1 2 6 6 144 O 25 5 893 328 461 743 546 103 342 175 Subfami lia re s Fami lla re s M ultifamiliar mediano Muí t i f a m il ia r grande 557 720 339 941 :1 522 868 • > 984 O 77 7 I7 466 257 447 880 852 283 Guatemala 5 315 475 Mic ro f incas Subfami liare s Fam i 1 ¡ares M u ltifa m iliar mediano M i *t i f ara il iar grande u 72 O 794 7 I5 472 1 667 9O 3 2 I7 O 484 40 822 2 228 ÍU J3 .8 2 OO 7 42 919 63 835 128 336 234 I 78 • > ». 651 637 1 539 567 1 936 306 94 262 60 967 71 340 b/ 227 193 t 181 324 717 17 778 20 378 443 787 376 845 128 ,g0| 58 955 64 746 42 O O 6 89 202 «/ 937 425 36 497 I 73 I 30 70 104 215 791 376 578 5 144 §3 469 I 63 I 90 178 856 297 7 IO 530 967 1 I62 447 832 593 31 075 145 352 540 987 28 952 127 215 379 o?6 50 821 76 318 49 238 99 475 36 937 78 867 _ 5O 8 384 956 102 i 2|0 28 378 6 l 473 59'747 I 76 928 «» 52 112 I63 202 437 213 352 965 445 0 3 3 . 297 350 1 904 060 .. 2 18 I6 I 147 • I23 I 37 911 683 53 291 181 568 554 793 I 114 428 /Continúa PH CJ P O* O H • fO Cuadro C -7 (C one I us i á n ) Superficie agropecuaria Superficie Pafs y grupos de tamaño SJ Honduras MIcrofincas Subfamiliares Famt1¡aros Multifamiliar mediano Multifami1iar grande Total N o agrícola Total En cultivos Perma­ Total nentes fin oastos Tempo­ rales Ooecan*o Total Naturales T 452 053 ••• * •# 760 665 272 013 488 652 *»• 427 463 948 357 «** ••• « •« •« « •* t ••» *»» 290 206 265 072 140 9 I 8 67 521 9à 081 66 424 41 987 222 685 168 99 I 74 494 22 482 « •• •té ••• ••• 220 019 428 707 325 485 ••• ••• ••• ••• 1 128 177 948 93b Nicaraqua 5 46 I I62 Microfincas Subfami 1i ares Fami1i ares Multifamiliar mediano MultifamiIiar grande 188 614 2 408 2 248 1 328 77 O I 35 618 311 64 469 1 019 095 ••• 44 884 ••• *•* *«• Sembrados 1 673 163 939 5J33J& 1 264 852 226 717 556 015 482 120 2 535 109 946 449 1 588 66O 275 13 954 1 053 174 816 587 210 2 338 906 2 195 238 1 O39 124 854 247 769 655 804 396 18 981 63 i 99 037 12 6 836 71 913 298 287 IO5 O 72 44 625 237 374 97O 69 I 1 282 406 32 |06 292 5 I5 26 925 69 712 53 073 235 >06 46 087 II7 O 38 44 215 I 29 769 240 479 86 099 13 II5 629 232 460 Montes y bosques 95 463 558 558 m 470 2ó6 552 982 f 497 262 1 12 5 IO 133 745 102 067 678 459 766 946 712 411 677 446 5 337 Fuente; CIDA/CAIS. C a ra cte rística s generales de la uti lizacién v distribue i éi1 de la t i e r r a . (P re1¡minar.) af No incluye Honduras. b/ incluye superficie de cultivos perdidos. ¿ / C ifra obtenida por d iferencia de la c i f r a censal denominada "decultivo cosechada" y de pastos sembrados. ¿/ Se r e fie r e a zacates sembrados. e/ La superficie en pastos se estimé con base en los porcientos que éstos representaban en el censo de 1952j dentro de los grupos de una a 10 hectáreas; de 10 a 49; de 5® a 200 y 200 y más. Pág. 207 Cuadro C-8 CENTROAMERICA: EXISTENCIA DE GANADO VACUNO, ' SEGUN TAMAÑO DE LAS FINCAS Grupos de tamaño Centroamérica Costa Rica El Sal­ vador Guatemala Honduras Nicaragua 5 484 160 1 051 094 1 U5,„32£ 919 110 1 146 801 1 251 763 144 533 - 115 821 28 598 - 114 Subfamiliares 1 002 735 44 048 327 841 215 855 358 856 56 185 Familiares 1 282 243 169 793 280 585 158 152 489 565 184 148 Miiltifamiliare s ■ Medianos 1 708 197 479 043 172 424 299 523 214 045 543 162 1 346 402 358 210 218 721 216 982 84 335 468 154 Total Microfincas Grandes Fuentes : Guatemala. Censo agropecuario 1950: resto de los países.CIDA/CAIS. Carac­ terísticas generales de la utilización v distribución de la tierra.(Preliminares„ /Cuadro B-9 Cuadro C-9 EL SALVADOR: ESTIMACION DE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO AGRICOLA POR GRUPOS DE TAMAÑO. DE LAS FINCAS Y TRABAJADORES SIN TIERRA, I96I (Miles de colones) Mano de obra-/ AñosAñoshombre hombre Valor^ dis­ utili­ ponible zada (6) 235 901 32170 57 357 30 420 37 513 1 848 51 577 75 632 Grupos de tamaño Ingreso total de las fami­ lias 4+6 (7) - Remune­ ración _ a la mano de obra (1) (2) (3) (4) Total 484 OLA 209 239 153 864 153 864 Microfincas 192 698 17 014 12 505 61 253 Subfamiliar 180 441 61 667 45 325 27 423 41 388 Multifamiliar mediano 6 002 -Miltifamiliar grande Ingre so Neto de mano de Total obra 5-3 Familiar Trabajadores sin tierra ■ §y b/ &/ o c 0 5 a. 0 1 i i i — y — ^ Número de fami­ lias Ingreso üor familia Colones Dólares (9) 389 765. 268 214 1J ú l 581 19 665 80 918 107 054 756 302 93 306 47 981 105 338 100 245 1 051 20 8 717 75 951 45 531 53 648 15 235 3 521 1 408 27 572 ■ (8) 1 90S 84 910 57 338 59 246 3 335 17 765 7 106 37 909 587 103 429 65 520 66 107 1 027 64 369 25 748 24 041 - - 24 041 42 018 - v m u v y v a j. u v (5) p ,w ív » j. u a u u o -c a u u - lo - x ¿ 10 w j . v i i .y u i . j w i . x ^ ^ v x w i v * .y .4.CA (10) 572 v j . ü x ± a, # 229 « * * '» < ' ■ .« iju u a u » * * « Neacuerdo con los requisitos del maíz# frijol, arroz, maicillo, ajonjolí, cacahuete, tabaco, café, caña, algodón, ganado vacuno, gar.ado porcino, huevos y leche, Seestima a 2 625 colones por jornal o 735 poraño-hombre, incluyendo áL salario mínimo más los beneficios adicioadicionales de ley. Seha obtenido distribuyendo el valor total de la mano de obra (153 864 000 colones) proporcionalmente a la mano de obra disponible. Cuadro C-10 NICARAGUA: ESTIMACION DE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO AGRICOLA POR GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS Y TRABAJADORES SIN TIERRA, 1963 ( Miles de córdobas) Grupos de .tamaño Mano de obra re querida (añoshombre) (1) (3) Valor de manó de obra a/ (2) Ingreso neto de mano'"de obra 3-2 (4) Mano de ot»ra dis­ ponible (añoshombre) (5) Remunera­ ción a la man© de ebra fami liar b/ (6) Ingreso bruto Ingrese total de la S la * milias 4+6 (7) Total de fami­ lias (8) Ingreso por familias Córdobas Dólá res 7/8 (10) (9) 192 034 386 186.6 940 540.4 554 353.8 279 934 386 186,6 940 540.4 148 901 6 316 202 Mierofincas 161 315.6 472.2 156.6 4 245 5 856,2 6 012.8 2 258 2 663 380 Sübfamiliar 16 812 32 951.5 58 982.1 26 030.6 93 395 128 844,0 154 874.6 49 678 3 118 445 Familiares 34 239 67 108.4 135 060.0 67 951.6 52 595 72 558.0 140 509.6 27 976 5 022 717 Multifamiliar mediano 93 910 193 863.6 467 218.6 273 355.0 39 093 53 931,1 327 286.1 20 794 15 739 Multifamiliar grande 46 912 91 947.5 278 816.2 186 868.7 2 811 3 877.9 190 746.6 1 495 127 590 - 87 796 121 II9.8 121 119.8 46 700 2 594 M a L Trabajadores sin tierra - - - F&SSte: CIDA/CAIS. Nicaragua: Características generales de la utilización v distribución"e la tierra.(Preliminar.) § J Requerimiento de mane de obra estimado a 7 córdobas por jornal, w Total de columna 2 prorrateada de acuerde a las proporciones de la columna 5. 2 2 4 8 18 226 ■ ■ *> T ( W Cuadro C-ll COSTA RICA: ESTIkACION DE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO AGRICOLA POR GRUPOS DE TAMAÑO DE LAS FINCAS Y TRABAJADORES SIN TIERRA, I96I ë o ( Miles de colones) . Concepto Disponi ble (añoshombre) (1) Mano de obra Utiliza da (añcshombre) (2) Valor ( SJ) 3 Remunera cíón- a la mano de otra fimiliar (4 y Inereso Neto de mano de Total obra 5-3 (6) ( s7) 5 Ingreso total de las familias 4+6 (7) Nómero de fa­ milias (8) Ingreso por familia ColoDéla. res (ic£ m . 3.99 188 028 537 008 537 007 886 275 349. 267 886 274 ü l 474 7 950 1 19 Subfamiliares 48 6?3 24 375 69 615 134 516 102 528 33 713 168 229 27 925 6 024 901 Familiares 39 582 50 402 143 948 109 392 197 851 53 903 163 295 22 709 7 101 1 08- Multifamiliar -mediano 22 610 68 539 195 747 62 487 325 327 129 580 182 067 12 972 14 035 2 11' Multifamiliar grande 1 769 44 712 127 697 4 889 260 569 132 890 137 779 1 015 135 743 20 47 : Trabajadores sin tierra 81 675 - - 225 724 - - 225 724 46 853 4 818 72‘ Total Fuente: Censo agropecuario de 1963. &/ Calculado conbase en 10.20 colones por parcial; c sea 2 856.00 colones por año de 280 días, W Calculada con base en la distribución del valor total de la mano de obra,proporcionalmente a la mano de obra disponible 2/ Se refiere alvalor bruto de la producción de artículos seleccionados, à/ Se utilizó el siguiente tipo de cambio: Un dólar igual a 6*63 colones, e/ No suma por ser cociente ponderado. o g o 3 0 1 K 4 * Cuadro C- 1 2 CENTROAM ERICA: DISTRIBUCION O LA TIERRA AGROPECUARIA EN FINCAS, POR FAMILIAS Y PERSONAS, SEGU D RTA EN S E N EPA M TO (Superficie en manzanas) Superficie País y departamento T e rrito ria l (2) (O Guatemal a Incorporada 2/1 (3) Personas (4) Faml 1las Densidad de población rural a/ Personas Faml 11as Disponibilidad te ó ric a de tie r ra s Por Por persona familla (5) (6) (7) <8i (9) 15 555 554 - 5 315 475 34.2 2 O 410 94 41? 374 39.4 7 .9 2.5 12,7 252 367 51 I 79 178 376 83.1 120 415 22 679 81 424 158 396 187.141 140 454 217 938 65 157 82 5 I 5 52 113 102 I70 97 425 39 951 58 378 23 996 77.0 63.1 47.7 44.3 45.6 54.7 54.5 7U 5 9 .5 8.8 9.1 10.9 10,9 14.2 13.4 23.1 57.7 5 .4 8 ,0 2,1 2.2 2.2 1.8 1.8 1.4 to.5 11.3 1 1*0 9 .2 9.2 Guatemala Sacatepéquez Chimaltenango El Qú'tché Huehuetenango Quezal tenango San Marcos Solotá Totor.leapan Retalhuleu Suchltepóquez Escuintla El Progreso Zacapa Jalapa Chlquimula Santa Rosa Jutiapa B aja Ve rapaz Alta Verapaz Izabal El Peten 422 459 446 1 240 1 29 I 5 121 El Salvador 2 913 639 Ahuachapán Santa Ana Sonsonate Chalatenango La Libertad San Salvador Cuscatlán La Paz En fincas Población rural 303 714 66 282 1 I 96 1 O 57 278 541 151 151 428 714 856 142 714 571 571 571 265 142 358 571 626 285 274 571 384 285 294 714 339 428 168 260 172 230 239 142 857 285 856 ^57 O 77 453 811 256 5 I2 24,2 32.4 7O .5 60.0 37.1 18.8 969 254 110 72.8 7O .9 IO3 .7 289 343 I96 324 56 28 I 92 649 588 I25 304 16] 377 166 294 126 228 375 234 295 613 222 56 I 706 353 291 717 45*6 43.6 56.4 37.2 88,9 64.3 49.9 56.9 60 195 101 158 96 3 1 I 125 60 I 76 33 162 810 65 I 684 14 284 21 439 22.6 00.4 2 26 ! 442 77.6 1 544 085 26e 103 200 I57 818 256 669 93.8 98.7 96 575 155 977 4|6 217 749 222 973 1¡3 S 02 142 995 025 126 383 li o 682 177 177 146 5e4 83 731 133 456 85,1 94.5 93.3 90. I 756.9 75.3 4 519 16 226 31 565 37 293 27 990 43 431 12 984 16 444 10 385 20 360 19 7 II II 415 961 634 996 20 159 «9 193 67.1 I 15.8 289.4 27 .O 40.2 15.0 31.9 34.9 36.2 l .° 6* 4 7 .0 '•I 8 .6 0.3 7.0 7 .5 4 ,3 ,uz 18.6 12.5 33.4 3.7 ¡.5 6 .7 3.1 2.9 2*8 1.2 3.9 2*4 3*6 4 .0 8 .7 1.5 11.8 18.4 20,1 43.5 7 .5 15.7 14.4 203 25.7 « .3 2 7.3 25.0 712 846 11*5 66.6 J *2 16,0 5.1 8 ,4 5.4 5.0 2 .3 »3.3 268 995 68.3 U .9 1.5 8,4 61.2 61.0 72.8 43.4 I 0.7 1.6 1.6 1.4 2 .3 1.7 l.o l.o 1.5 9.4 9 .4 7 .9 13*2 24 12 35 6 2 942 118 106 736 94 396 132 506 |6 27 18 l6 23 824 I73 594 445 084 19 835 113 854 86 276 88 753 15 030 15 462 80.1 59*4 100.0 103.0 66.5 10.6 12.7 7 .6 10,4 I7.4 18.0 11,6 ,6* l 19,6 *xí 9* m 5 .7 * 5.6 B 8. 6 H Cuadro C-i; País y departamento Superf ic ie T e r rito ria l En fincas ÜL (I) Cabañas San Vicente tisulután San Higuel Morazán La Uni fin Honduras Francisco Mora2fin Attfintida Co Ifin Comayagua Copân Cortfis Choluteca Ei Paraíso Gracias a 0 ios intibucá Is l a s de la Bahía La Paz Lempira Ocotepeque 0 lancho Santa Bárbara Val le Yoro Nicaragua / C o n tin u , P Carazo Chinandega Granada Leon Managua Masaya Rivas Boaco Chonta les E ste I f Jin o te g a Kadriz Natagalpa Nueva Segovia Rio San Juan 2e iaya 155 741 176 719 30) 092 286 358 192 192 311 282 16 028 586 i 136 307 607 922 ! 269 096 743 085 458 O 29 565 422 602 I73 I 032 188 2 378 090 439 37 333 613 240 3 482 731 325 266 276 427 269 82 605 100 272 193 771 232 I 36 127 286 192 491 3 452 933 340 )55 130 674 83 624 204 640 262 877 276 428 336 54) 281 916 582 i 6) 056 6 884 98 052 171 999 121 635 incorporada 21 / (U 5 3 .0 56.7 63.1 8. 11 66.2 61.8 21.5 30 . 0 21.5 6 .6 2 7 .5 57-4 48.9 55.9 27.3 0.7 3 8 .0 18.5 29.4 28.0 5 0.6 179 488 223 738 i 135 306 199 388 367 346 30.2 300 042 87 488 39.1 26.4 16 925 I 94 5 46) 162 32.3 JS £ 5 137 8 2 748 462 5 5 I9 8O 77 649 307 30) 712 426 707 42 i 314 457 i 369 3h8 251 394 971 542 6 477 7 3 1 065 064 e 450 <42 140 284 0 433 4 3 104 5 I 6 4 98 310 37 O 598 46 624 23O 124 418 5)8 657 067 222 513 359 714 141 337 aje 673 262 843 288 OI) 468 5 16 5.7 5.0 3.0 . .8 ¡l.6 > 6 71.3 60.0 74.9 58.7 92.9 70.8 26.3 56.2 84.3 55.0 27.0 5 ,5 2 ( Continu act fin j O Q Población rural Personas Fam ilias (4 ) Densidad de población . rural a/ — — Personas Familias ill i 3 836 M I 13 606 25 893 26 857 16 693 19 663 78,0 13.6 fe l 7 5 .3 11.6 I 446 947 144 055 241 163 24 O 9 O 41.9 55 269 8 878 97 405 8 t 976 i 13 942 13 663 40.8 44.7 40.1 43.3 33.7 79 419 78 loi 148 633 154 167 95 82 i 112 871 93 107 I 3 I 242 93 053 10 905 67 III 6 117 54 O 67 I 09 692 46 838 96 696 129 808 72 788 104 878 908.296 6 234 18 15 21 15 t 11 I 9 18 991 518 874 509 818 185 020 011 282 96.1 58 .6 42.3 39.0 33.0 70.0 40.2 8 8 .9 55*1 142 905 2.2 1 3.4 1 .0 5 6 .7 2.5 H 2 .3 3 .0 13.8 2.6 15.4 18.2 I *6 6 .5 5 .5 11.7 6 .7 14.8 3 .0 1.4 2.5 lt . 1 7.8 8.6 14.9 6.7 10.9 1.6 81 . 2.1 2 635 1 1 I 2 32 35.3 5 .9 2 .8 1 .0 7 1 .2 17 480 35.0 148 896 16 II 6 8 3 .2 2.9 7.2 17.2 16.6 2 .7 6 .0 36.7 4.4 2.7 3.7 6.1 3 .8 22.8 [ 380 2 20.4 6 186 81.9 7 lo 9 8 10 6 330 129 956 010 844 8 I6 426 849 O 85 35 682 23 5 1 72I 2 6 347 1 2 10 057 1 3.9 9 .4 15.6 12.4 5.8 26.0 16.6 66 152 41 577 Z*5 14.3 14.2 [ 4 .7 2.6 4 449 13 555 48 8¿2 7° - 6 .8 2 .4 2 .4 8 .6 7 .6 9-8 6 .4 27 137 60 734 7.0 7.4 10.6 16.4 6 790 | 10.2 6.0 38.5 48.5 26.7 44 7 I 6 13. 1 1.3 1.3 1.5 1.3 U7 2.4 i2i 63.8 7 806 6 139 75 519 37 737 13.4 JlL 1.0 1.8 I 685 I 82 688 16.7 9.f 71 278 37 451 JIL , • 0 Isponibii idad te ó rica ¿e ti e r r a s por persona Por família M 1 9.4 14.8 9 .2 22.0 18.4 29.4 17.4 13.6 4 ,4 13*1 4.3 2 .7 3 .3 13.3 3.2 2 .4 1*5 3*6 3 .0 4.8 2 .9 2 .2 0 .7 2.1 6 .0 4.9 37.1 23.5 5.1 36.8 29.9 7.5 31.4 10,8 r !* 3 4 12 . 0.8 4.6 5.4 3 .4 5 .7 7.4 2 2 .6 7 .6 66.0 27.8 33.2 20.7 3 4.9 44.9 138.1 46.6 Cuadro C— (Conclusión) 12 País y departamento Superficie T e rrito ria l En fincas (1) (2) Costa Rica 7 270 700 San José Atajuela Cartaoo Heredla Guanacaste Puntarenas Limón 1 358 371 414 t 487 1 575 íf 743 600 500 800 7O O 200 000 1 329 900 i Incorporada 2/1 (5) Población rural Personas Fami 1ias (4) .815 25.0 52.4 875 731 442 996 59.6 59 .* 59.4 217 758 I96 607 lió O 27 806 294 220 674 211 719 1 IO9 303 726 947 297 417 51.0 74.6 46.2 22.4 55 860 121 I 96 122 47 O 45 813 Densidad de población rural a/ Personas Fami 1ias Disponibi1¡dad te ó ric a de ti e r r a s Por persona Por fam ilia (6) (7) (8) (9) 5.0,2 23.0 4.0 ~ 4 ,4 25.2 674 015 074 664 96a 49.2 24 .4 52.6 26.4 IO.9 8 .5 4.2 11.8 23.7 11.0 21 188 7 926 16,8 I 5.4 2.0 4.1 1.9 3 .8 912 5.9 6 .5 (5) m 37 34 20 9 20 H 4*6 1.9 2.9 2.7 21.9 52.9 34.3 37.5 División Dolftico t e r r i t o r i a l , junio, I9&4, 25 I p. Las c i f r a s de Guatemala se obtuvieron; Superficie t e r r i t o r i a l del sexto censo de población. 1950: superficie en fincas del censo agropecuario. 1950'» población rural to tal del Sexto censo de población, 1950» número de fam ilias rurales estimado de acuerdo al co eficiente que se obtiene de d iv id ir la población rural entre el número to t a l de familias aplicado a las c i f r a s de número de personas por departamento. Para El Salvador, Dirección General de E sta d ística y Censos, Seoundo censo agropecuario. iq6i« Para Nicaragua, Dirección General de E sta d ístic a y Consos.censos nacionales. 1963» En porciento. Cuadro C— S3 J¡g TO CENTROAM ERICA; Años TENDENCIAS O CRECIM E IENTO D LA PO CIO TOTAL Y RURAL, 1950-68 E BLA N C e n t r o a m é r l c a _______ G uatemala Total Rural Total Rural EI Salvador Total Rural Total Honduras________ Rural Total * NIcaragua________ Rural Costa Rica Totaj Rural 1950 7 880 008 5 432 922 5 2 8O 000 l 941 000 1 855 917 1 178 750 1 368 605 1 loo 000 1 049 611 680 583 800 875 532 589 1955 25 9 I 34 O 6 179 236 3 236 6s6 2 197 038 2 131 6O 1 333 648 O O » 579 3 O 1 244 688 1 211 303 758 981 975 136 644 881 1956 9 408 I52 6 340 734 3 330 689 2 252 164 2 191 468 I 366 989 1 625 182 1 275 834 1 246 516 775 713 1 014 297 67 O O 34 1957 9 690 620 6 506 578 3 427 422 2 308 673 2 253 018 1 401 164 1 672 397 1 307 759 1 282 752 792 814 ! O 031 55 696 (68 1958 9 981 687 6 676 890 3 526 965 2 366 600 2 316 296 1 436 193 1 720 983 i 340 483 1 320 042 810 292 1 097 401 723 322 1959 10 281 620 6 831 794 3 629 399 2 425 980 2 381 351 1 472 098 1 770 981 1 374 026 1 358 416 828 155 1 141 473 751 535 i 960 10 590 694 7 03 I 418 3 734 808 2 486 850 2 448 234 1 508 900 1 822 432 1 408 408 1 397 905 846 412 1 187 315 780 848 I 96I 10 903 179 7 2 I3 359 3 843 278 2 549 248 2 5 IO 984 1 544 085 1 675 377 1 443 650 l 438 542 865 O?! 1 234 998 811 3P5 1962 li 23 I 221 7 402 7 6> 3 954 898 2 613 211 2 581 507 1 582 687 I 929 860 1 479 774 1 480 360 684 141 1 284 596 842 95O 1963 II 369 276 7 397 198 4 069 760 2 678 779 2 654 011 1 622 254 1 985 926 1 516 802 1 523 394 903 632 i 336 165 875 731 1964 II 917 656 7 797 000 4 187 958 2 745 992 2 728 552 1 662 810 2 043 621 1 554 757 1 567 679 923 552 1 389 846 909 889 1965 12 276 677 8 002 225 4 309 589 2 814 892 2 8O 186 5 1 704 380 2 102 992 1 593 662 1 613 25 I 943 912 1 445 659 945 379 1966 12 646 677 8 213 023 4 434 752 2 885 520 2 883 972 1 746 990 2 (64 088 1 633 540 1 660 148 964 720 1 503 7 I7 982 253 1967 27 13 O 994 8 429 554 4 563 550 2 957 920 2 964 97! 1 790 665 2 226 959 1 674 416 1 708 408 985 987 1 564 IO6 1 020 566 1968 13 420 982 8 651 980 4 696 089 3 032 137 3 048 245 1 835 432 2 291 657 l 716 315 1 758 0 7 I l 007 723 1 626 920 1 060 373 fuentes: CIOA/CAIS. elaborados con base a los respectivos censos de población. Pánamá y México. CEPAL, México, i 960. ) En el caso de Guatemala: Louis J . Oucoff, Los recursos humanos de CeRtroamlftca, Cuadro C-12 (Conclusión) País y departamento Superficie T e rrito ria l En fincas (2) (1) Costa Rica San José Alajuela Cartaoo Heredia Guanacaste Puntarenas Limón Incorporada 2/1 (3) Población rural Personas Fami1ias 1 .8 11 .35P 52.4 825 .731 749 600 500 442 996 59.6 59-4 59*4 217 I96 II 6 55 121 122 800 TOO 200 1 573 000 1 329 900 806 294 220 211 1 IO9 726 674 719 303 947 297 417 5 I.O 74.6 46,2 22.4 Disponiblti dad teó rica de t i e r r a s Por persona Por fami1ia (5) (4) 7 278 700 1 258 37I 414 1 487 Densidad de población rural a/ Personas Fami1ias 758 607 027 860 196 47 O 45 813 (6) (7) 18) (9 ) 111122 23.0 4.0 4 ,4 25.2 37 674 49.2 24.4 8.5 2,0 11,8 23.7 34 20 9 20 015 074 664 968 21 188 7 926 52.6 26 .4 IO.9 16.8 I 5.4 4.2 9.1 4.6 1.9 4.1 1.9 3.8 942 2.9 2.7 6.5 5.9 11*0 2 J .9 52.9 34.3 37.5 División p o lít ic o t e r r i t o r i a l , junio, I964, 25 I pa Las c i f r a s de Guatemala se obtuvieron! Superficie t e r r i t o r i a l del sexto censo da población. 1950; superficie en fincas del censo agropecuario. 1950; población rural to tal del Sexto censo de población, 1950» número de familias rurales estimado de acuerdo al co e ficien te que se obtiene de dividir la población rural entre el número to tal de familias aplicado a las c i f r a s de número de personas por departamento. Para El Salvador, üirección General de E sta d ística y Censos, Segundo censo agropecuario. I96j« Para Nicaragua, Oireccíón General de E sta d ística y Censos.censos nacionales. 1963. a/ En porciento* /Cuadro C -1 3 Cuadro C— 3 í CENTROAM ERICA: TENDENCIAS D CRECIMIENTO O U PO E E BLACION TOTAL Y RURAL, I 95O -68 Guatemala Rural El Salvador Total Rural Costa Rica ' Total ' Rural rJ' Centroamérica Total Rural Total i 950 7 880 008 5 432 922 2 8O5 000 1 941 000 1 855 9I7 1 178 750 1 368 605 l 100 000 l 049 611 680 583 800 875 532 569 !955 9 I34 O25 6 I79 236 3 236 6e6 2 197 038 O O 2 I3I 6O 1 333 648 1 579 3O 1 244 688 1 211 303 758 981 975 136 644 881 1956 9 408 I52 6 340 734 3 330 689 2 252 164 2 I9I 468 i 366 989 1 625 182 ' 1 275 834 l 246 516 775 7*3 1 014 297 670 034 1957 9 690 620 6 506 578 3 427 422 2 308 673 2 253 018 1 401 164 1 672 397 I 307 759 1 282 752 792 814 1 055 03I 696 (68 1958 9 981 687 6 676 890 3 526 965 2 366 600 2 316 296 1 436 193 1 720 983 1 340 483 1 320 042 810 292 » O97 401 723 322 1959 10 281 620 6 851 794 3 629 399 2 425 980 2 381 351 i 472 098 1 770 981 1 374 026 1 358 416 828 155 i 141 473 751 535 i960 10 590 694 7 03I 418 3 734 808 2 486 850 2 448 234 1 508 900 l 822 432 1 408 408 J 397 905 846 412 l 187 315 780 848 1961 10 903 179 7 213 359 3 843 278 2 549 248 2 5IO 984 1 544 085 1 875 377 1 443 65O 1 438 542 865 07I 1 234 998 . 811 305 1962 II 231 221 7 402 763 3 954 898 2 613 211 2 581 507 I 582 687 1 929 860 1 479 774 1 480 36O 884 141 1 284 596 842 95O 1963 II 569 276 7 597 198 4 069 760 2 678 779 2 654 011 1 622 254 1 985 926 1 516 802 i 523 394 9O3 632 1 336 185 875 73! 1964 II 9I7 656 7 797 000 4 187 958 2 745 992 2 728 552 ! 662 810 2 043 621 1 554 757 1 567 679 923 552 1 389 846 909 889 1965 12 276 677 8 002 225 4 309 589 2 814 892 5 2 8O 186 1 704 380 2 102 992 1 593 662 1 613 25I 943 912 1 445 659 945 379 1966 12 646 677 8 213 023 4 434 752 2 885 520 2 883 972 1 746 99O ,2 164 088 1 633 540 1 660 148 964 720 1 503 7I7 982 253 1967 13 027 994 8 429 554 4 563 550 2 957 920 2 964 97! 1 79O 665 2 226 959 1 674 416 l 7O8 408 985 987 1 564 to6 1 020 566 1968 13 420 982 8 Í 5 ¡ 980 4 696 089 3 032 137 3 048 245 1 835 432 2 29I 657 1 716 315 1 758 07I 1 007 723 1 626 920 I 060 373 fuentes: CJ0A/CA1S, elaborados con base a los respectivos censos Pénamé y México. CEPAL, México, i 960. de población. ._______Honduras________ Tota! Rural Nicaragua________ Rural Años En el caso de Guatemala: Louis Total J» Oucoff. Los recursos humanos de C e n t r o a m é r i c a ’, i » «